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Ramón Calderón: «Florentino debe decir la verdad: hay que cambiar el modelo de club porque el estadio ha sobrepasado el coste y los conciertos no se van a producir»

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Ramón Calderón

No era el favorito de Florentino Pérez, pero Ramón Calderón (Palencia, 1951) asumió la presidencia del Real Madrid en 2006 después de unas elecciones marcadas por la polémica. Su presencia en el sillón presidencial del conjunto merengue mezcló importantes éxitos deportivos, como dos títulos de Liga, con momentos de intensa presión.

Abogado con una larga trayectoria y aficionado desde niño, su paso por el club estuvo definido por decisiones clave, como el fichaje de Cristiano Ronaldo. También por enfrentamientos que lo llevaron a dimitir en 2009. El que fuera máximo mandatario del cuadro de Chamartín se reúne con nosotros para repasar su etapa ofreciendo una mirada sincera a los retos, las tensiones y las dinámicas internas que vivió en su periplo. Lo hace con un tono reflexivo y totalmente despojado de ira y rencor.

¿Cómo está hoy Ramón Calderón?

Pues sigo aquí en mi despacho, trabajando todo lo que puedo y lo que me dejan. Llevo ya cincuenta años colegiado en el Colegio de Abogados de Madrid. Llegué aquí después de estudiar en la Universidad de Navarra y pasar dos años en Londres trabajando en un bufete, y la verdad es que estoy bien, tranquilo y haciendo lo que me gusta: viajo, tengo buenos clientes, hago deporte… Todo lo que puede hacerse ya cuando uno cumple 72 años y tiene que pensar que está en la cuesta abajo y hay que aprovecharlo al máximo.

Todavía eres socio.

Sí, por supuesto, aunque no sé el número exacto, el último creo que era cercano al 12.000. Solo dejaré de serlo, muy a mi pesar, cuando me muera.

 Tu despacho está realmente cerca del Santiago Bernabéu. ¿Sigues yendo al estadio?

Pues la verdad es que voy poco, y pagando mi entrada. Creo que soy el único presidente en la historia del club al que no le invitan a ver los partidos, ni a ningún acto que se celebre. No me importa mucho, pero siempre se ha hecho. Todos los presidentes hemos invitado a los que nos antecedieron en  el cargo a ocupar, cuando quisieran, dos butacas reservadas para ellos en el palco de honor en todos los partidos.

Yo, por supuesto, siempre lo hice con Lorenzo Sanz, con Fernando Martín, y con Florentino. Y no solo al Palco, sino también a todos los actos que se celebraron durante mi mandato, como el homenaje a Di Stéfano que hicimos en Valdebebas, y que, por cierto fue muy emotivo.

Supongo que es una consecuencia de que Florentino nunca quiso que yo fuera presidente. El elegido era Villar Mir y seguramente por esa razón ha tenido un comportamiento injusto conmigo, porque yo le apoyé siempre y él y su hermano saben muy bien que sin una información que yo le facilité, creo que no se hubiera planteado ni presentarse a las elecciones del año 2000.

¿Qué informaciones eran?

Eso no te lo digo, se queda en secreto para cuando escriba un libro o me muera, que espero que sea tarde (risas).

¿Cómo empieza tu vinculación con el Real Madrid?

Empezó cuando llegué a Madrid. Yo era un niño que vivía en Palencia y, como la mayoría, en esos años, seguía con mucha ilusión todo lo que acontecía en el Real Madrid, sus triunfos, títulos, los grandes jugadores que traía. Era una relación de simple aficionado desde niño, coleccionaba los cromos, y fotografías que compraba cuando venía a Madrid con mis padres.

Años más tarde, cuando me trasladé a Madrid, entré en contacto con varios directivos de aquella época; entre ellos, recuerdo con especial cariño a Javier Gil de Biedma, que era vicepresidente y con el que establecí una buena amistad. En reuniones en Valentín, un restaurante que ya no existe, nos reuníamos después de los partidos y allí coincidía con Alfonso Ussía.

Recuerdo, creo, que un día de enero o diciembre en que Osasuna ganó aquí por 0-4, él publicó un artículo titulándolo: «Hay que ‘deshipodromizar’ el Real Madrid», porque por aquel entonces Ramón Mendoza y Lorenzo Sanz, presidente y vicepresidente, tenían cuadras de caballos. Le llamé, nos vimos, y nos animamos para formar un equipo y presentarnos a las elecciones del club en el año 1991.

Fue una aventura romántica y muy intensa en la que todos pusimos mucha ilusión. Entonces las campañas electorales duraban cuatro meses. Sabíamos que era muy difícil, porque se presentaba Ramón Mendoza a la reelección, llevaba tiempo en el cargo, había ganado cinco ligas seguidas con un gran equipo, el de la Quinta del Buitre, que tuvo muy mala suerte no ganando una Champions, la verdad.

Todo empezó desde ahí, tuvimos un buen resultado -logramos el 40% de los votos- y ya empecé a establecer contacto con los medios de comunicación en general, radio, televisión, algunos medios escritos. Pasó un tiempo y Florentino me llamó, en el año 1995, para que fuera con él, como secretario general, en las elecciones que se celebraron aquel año; y que perdimos contra Ramón Mendoza.

Estuve después con él hasta que ganó las elecciones del 2000, y me incorporé, a primeros del año 2006 a su junta directiva hasta que se marchó. En ese momento me animaron para que yo siguiera. Lo hicieron con un planteamiento que parecía muy razonable: «tú sabes lo que se ha hecho mal, y se puede corregir. Pero también sabes lo que se ha hecho bien, que son muchas cosas».

Soy muy sincero, creo que Florentino hizo cosas muy importantes para el club que solo hubiera hecho él. La recalificación de la ciudad deportiva fue decisiva, porque eso permitió liquidar las deudas que tenía el club. Mucha gente no lo sabe, pero en el 2000, cuando llegó él, el club estaba en bancarrota, debía 300 millones de euros, y no había forma de recuperarlos.

Este club, como sabe todo el mundo también, no es una compañía mercantil, no tiene accionistas, no tiene capital social y tiene que basarse en la buena administración de sus propios recursos. La verdad es que aquella operación fue clave para el futuro del club, se pagaron las deudas y se puso en marcha un proyecto muy ilusionante, el llamado de los Galácticos, aunque deportivamente fue un fracaso.

Llegaron Figo, Zidane, Ronaldo Nazario, Beckham, en los primeros cuatro años que se unieron a jugadores como Roberto Carlos, Iker Casillas, Sergio Ramos, Guti, entre otros. ¿Y qué pasó? Nos equivocamos todos. Hubo jugadores que dijeron que habían hecho más kilómetros en aviones que en campos de entrenamiento. Fue un error de concepto de la propia junta directiva, no de los jugadores.

Al final, se cumplió aquello de que «el trabajo siempre gana al talento cuando el talento no trabaja» algo fundamental en el deporte, y también en la vida. Todos conocemos niños brillantísimos en el colegio que son un fracaso en la vida. Y al revés, niños muy trabajadores, con menos talento, que acaban siendo grandes profesionales o en los puestos claves de las empresas de un país.

Ramón Calderón

¿Cómo era Ramón Mendoza? Porque lo recuerdo como uno de los últimos presidentes de aquel fútbol en el que los equipos no parecían multinacionales.

Su etapa no coincidió con aquella en la que llegaron los ingresos por los derechos de televisión, que cambiaron radicalmente las cuentas de los clubes de fútbol. Cuando yo llegué a la presidencia, se recibían 60 millones de euros, y conseguí firmar un nuevo contrato por 130 millones, pero cuando estaba Ramón Mendoza no había prácticamente ingresos por ese concepto.

Eso no le permitió realizar grandes fichajes, pero creo que fue un presidente que dejó un legado importante en el club. Era un hombre muy peculiar en su forma de ser. Pero tenía mucho carisma, que es importante. Y sabía cómo manejar aquello, que no era fácil. Las presiones no eran tantas, pero las que tuvo las supo superar sin problema. Es un presidente de los que puede ser recordado con mucho cariño.

Recuerdo aquellos chascarrillos que hacía siempre cuando había debates electorales.

Tuvo mucha gracia uno de los que tuvo con Florentino Pérez en las elecciones de 1995. Florentino estaba muy agitado y nervioso con un bolígrafo en la mano y Mendoza le decía: «Pare usted con el bolígrafo, que me está poniendo nervioso. Déjelo ya, hombre».

Era una persona muy carismática. Un vividor en el buen sentido, porque también fue un hombre con visión de futuro, que había partido de cero y que supo aprovechar las circunstancias en las que vivió. Fue el primer español capaz de hacer negocios con Rusia y supo invertir bien su dinero, convirtiéndose en uno de los principales accionistas del diario El País.

Reconozco que le cogí cariño y a pesar de los enfrentamientos que habíamos tenido, me acuerdo de que, cuando dejó la presidencia, me invitó a cenar en el Restaurante Lucio y tuvimos una conversación muy distendida. Al final recuerdo que me dijo: «Ves qué buena cara tienes ahora después de dejar de meterte conmigo».

¿Y cómo fue la llamada de Florentino para que te presentaras con él?

Como te decía antes, yo ya había formado parte de su candidatura en el año 1995, e intervine en una Asamblea de Compromisarios de noviembre ese mismo año en la que, con mi intervención, conseguí que no se aprobaran, por primera vez en la historia, las cuentas del club que presidía entonces Ramón Mendoza. Y aquello produjo un cierto revuelo.

Fue cuando a Ramón le obligan a marcharse porque toda la directiva encabezada por Lorenzo Sanz piensa que no debe seguir. Recuerdo que tuvimos una reunión en el Hotel Eurobuilding. Iba a ver a Ramón Mendoza para saber qué pensaba hacer; después de aquello tuvimos reuniones periódicas con varias personas, muchas de las cuales todavía siguen con él, y con las que yo también coincidí en su primera junta directiva.

Ahí iniciamos una muy buena relación hasta que me incorporé a su junta directiva en el año 2001. Le apoyé porque creía que, en aquel momento, sería muy buena su llegada al Real Madrid. Y lo sigo creyendo, pese a todos los problemas que he tenido con él. Creo que ha hecho una gran labor en el club.

La ciudad deportiva es una gran obra, aunque quizá con el estadio se ha pasado de rosca en cuanto a presupuesto. Y eso es lo que le puede llevar a que tenga un borrón en su historia en el club. Me refiero a su proyecto -ya anunciado- de transformar el club en sociedad anónima. Pienso que es un craso error. Sobre todo, porque no tiene ningún sentido cambiar un estatus jurídico basado en un modelo único, ejemplar, de éxito y admirado en el mundo entero, que se ha mantenido más de 120 años, y con el que se han ganado más del doble de títulos de Champions que el segundo.

Y para colmo, en la última asamblea nos ha dicho que, en el último ejercicio, se han superado los 1.000 millones de euros de ingresos. Con lo cual, ¿Para qué cambiar el modelo? ¿qué sentido tiene hacerlo? Si la justificación es la necesidad de recaudar dinero de nuevos accionistas, hay que decirlo. «Es un problema económico, porque las inversiones que hemos hecho nos lastran de tal manera que necesitamos que venga dinero de fuera».

Por cierto, es algo que siempre se ha tratado de evitar. Porque el que venga a invertir no va a regalar nada. Va a querer rentabilidad. Ahora mismo no es necesario obtener rentabilidad en la explotación del club. El club no necesita repartir beneficios a inexistentes accionistas, sino emplearlos en contratar a los mejores jugadores del mercado. Yo siempre he pensado que el Real Madrid no debe tener el dinero en el banco, sino en el campo. Es lo que se ha hecho siempre.

Y lo mismo con respecto a su proyecto de la Superliga. Me decía un periodista inglés de una televisión con la que yo colaboro: «explícame por qué el Real Madrid quiere cambiar una competición que gana siempre».

Yo creo que es un problema económico, pero no es nada humillante decir a los aficionados que no podemos competir con este estatus societario. Lo que no se puede decir es que el club va a seguir siendo de sus socios, porque eso sabe que no es cierto. Un veinticinco o un treinta por ciento del capital social estará en manos de inversores. Y los inversores quieren rentabilidad.

Este tema está generando muchas especulaciones.

Es una fórmula que todavía no se ha explicado bien. Y es un proyecto que el ya barajaba cuando yo estaba en la Junta directiva. A mí no me parecería mal si es que realmente se necesita, pero no se puede decir que el Real Madrid seguirá siendo de sus socios, porque eso ya sabemos que no es verdad.

Hay que explicar la realidad: «Vamos a cambiar el modelo porque necesitamos dinero para seguir compitiendo al máximo nivel, porque el estadio ha sobrepasado el coste que teníamos presupuestado, o porque los ingresos de los conciertos parece que no se van a producir». Eso me parece bien.

Pero no decir que va a seguir siendo de los socios sabiendo que vas a tener que ofrecer un porcentaje del capital social a inversores. Si es así, adelante, aunque destruyes un modelo romántico, ejemplar, y sobre todo, de éxito. ¿Qué razón hay para cambiarlo? La económica. Pero hay que decirlo, ¿no? Yo creo que esa es la clave, que se explique bien la razón por la que se propone.

Ramón Calderón

¿Cómo era aquel Real Madrid al que llegáis en el 2000?

Creo recordar que tenía más de 300 millones de euros de deuda. Entonces, había dos posibilidades. Vender jugadores, algo que el socio no admitiría, o vender el estadio. Esta última opción se descartó porque no sería posible una modificación del plan urbanístico. Construir una Torre de viviendas u oficinas no era viable.

Por tanto, lo único que se podía intentar era la recalificación de la ciudad deportiva. Y eso lo podía hacer Florentino o Florentino, no lo podía hacer nadie más porque manejó muy bien los tiempos, lo planteó acertadamente, y además era una persona fiable, al frente de una empresa en donde había demostrado tener condiciones de buen gestor. Y lo consiguió.

Aunque dijo en toda la campaña electoral que las deudas no se pagaban con la Ciudad deportiva y fue el eslogan de su campaña, optó acertadamente por rectificar. Y una vez pagada la deuda pudo empezarse a aplicar el actual modelo que tenía mucho sentido desde el punto de vista económico.

El modelo Galáctico fue tal que incluso se programó la presentación de David Beckham a las once de la mañana para ajustarse con el horario de Asia.

Ese modelo era brillante, deportiva y económicamente hablando. Se contrata a los mejores jugadores que atraen a las marcas comerciales, con ello se incrementan sustancialmente los ingresos y, en teoría, tienes muchas posibilidades de triunfar deportivamente. Era un equipo que, supuestamente, debía ganar sin bajarse del avión o del autobús, pero lo perdimos todo. En tres años no se ganó nada. La primera vez en la historia del club que eso ocurría.

Me acuerdo de la foto cuando hicimos la gira por Asia en la que veías a Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham, Roberto Carlos, Raúl, Iker Casillas, Sergio Ramos, Guti etc… y piensas: «este equipo es imbatible». Y no ganamos nada. ¿Cómo fue posible? Al final, el no darnos cuenta de lo importante que eran las pretemporadas, el sacrificio, la humildad y el entrenamiento, en saber que el escudo y la camiseta no eran suficientes para triunfar.

En cuanto al tema de David Beckham que me comentas, recuerdo que estuve en la Universidad de Harvard para intervenir en una sesión en la que se estudia el caso del Real Madrid, y explican, para resaltar la importancia del club, que se hace la presentación a las 11 de la mañana para que llegue a las noticias en el prime time de Asia, donde Beckham y el Real Madrid son muy populares, a la que asistieron mil periodistas, entre radio, televisión y prensa.

Era un acto muy simple en el que el jugador dice: «es un sueño hecho realidad» y el presidente: «estamos encantados de tenerte aquí porque has nacido para jugar en el Real Madrid». ¡Y se convirtió en el segundo espectáculo social televisado en directo con mayor audiencia después del entierro de la princesa Diana! Eso nos dio una sensación de poderío tremendo.

¿Cómo era aquel Florentino Pérez con el que llegas en 2000? ¿Se dejaba aconsejar?

No es muy amigo de aceptar consejos. También es verdad que, como en la vida le ha ido muy bien, supongo que ha pensado que no tiene porqué confiar en nadie. No tiene director general deportivo, pues él se basa en su intuición. Pero insisto, si funcionan bien las cosas, a ver quién piensa que su forma de actuar no es la adecuada.

Antes de que llegaras a la presidencia se produce la dimisión de Florentino Pérez. ¿Os sorprendió la decisión dentro de la Junta?

Se le veía bajo de ánimo y de moral. Creo que no se veía capaz de manejar aquello, aunque es verdad que al día siguiente de irse ya se arrepintió y quería volver. Un directivo de televisión me comentaba que a él lo que le sorprendió fue que a los dos meses de irse, Florentino, ya estaba en un despacho hablando y negociando sobre el contrato de televisión futuro.

Es verdad que la Junta era toda suya y todos asumíamos que él tenía una capacidad de liderazgo que era necesaria en el club. Nombró a Fernando Martín, pues todos los que dirigen las Entidades de forma unipersonal, y autoritaria, eligen a quien consideran menos capaz, porque eso permite que lo que ellos han hecho se valore más.

Los que son autoritarios en su forma de manejar las empresas, o las Instituciones de cualquier ámbito lo hacen así. Pero las sucesiones son imposibles, porque una vez que tú desapareces, se produce una reacción de rechazo, te respetan a ti, pero no a quien dejas tú como sucesor. Aquello duró tres meses y se convocaron elecciones.

 ¿Cómo te decides a presentarte?

Hay siempre un componente de vanidad cuando alguien te dice «yo creo que tú conoces bien el club, tienes capacidad para comunicar lo que hay que hacer…» Recuerdo que Florentino un día me citó en el hotel Eurobuilding y me comentó que el presidente tendría que ser un exministro o alguien de ese estilo.

Le dije que me había decidido a hacerlo, porque me habían convencido y cuando me preguntó que si tenía aval le respondí que sí, uno concedido por el Banco Popular. Pero, además de este aval, como sabía que me podían hacer una jugada ya tenía paralelamente otro del Banco Gallego.

Así, dos días antes me llamaron del Banco Popular diciéndome que habían rechazado concederme el aval. ¡Vaya, qué faena! (risas). Fíjate cuando llegué allí con el otro aval, las caras de todos los que estaban, y cómo lo miraban.

Entonces, ¿a ti Florentino Pérez te sugirió amistosamente que no te presentaras?

Sí, claro. Él no quería. Dijo que tenía que ser alguien… como un ex ministro. Bueno, y a lo mejor tenía razón dentro de su visión de cómo tenía que ser aquello. Primero, porque con Villar Mir iban todos los que habían estado con él, por lo que sabía que en cualquier momento él podía dar el cambio. Si veía que aquello no funcionaba, pues podría volver sin problemas.

Ramón Calderón

En aquellas elecciones tú te quejaste del voto por correo. ¿Qué pasó ahí?

Era un voto que no tenía ninguna garantía, que podía firmar cualquiera en nombre de otro, y que permitía fácilmente su falsificación. Era clarísimo, y tanto la juez como la Audiencia Provincial así lo entendieron. Yo sabía que con el voto por correo podía perder, y anulado el voto por correo, estaba en condiciones de ganar con el voto presencial. Y así fue.

Es verdad que muy cerca quedó Juan Palacios, que hubiera sido, seguro, otro buen presidente. Lorenzo Sanz y Baldasano quedaron muy descolgados. Desde ese momento y cuando la Junta Electoral no quiso proclamarme presidente, empecé a asumir que yo era un problema para muchos.

Te declaras tú.

Claro, yo aparezco en televisión diciendo que nuestra candidatura había ganado las elecciones porque todos los candidatos, excepto Villar Mir, me llamaron para darme la enhorabuena. Me dijeron que la junta electoral había llamado a Florentino, que estaba en una boda en París, para ver qué hacían. Me enfadé, y al día siguiente cuando fui a una entrevista para el diario Marca, lo dije.

Debieron llamar a Florentino porque, nada más salir me llamó él para decirme que no era cierto. Le dije que esas eran mis noticias, pero que tampoco quería darle mucha importancia. Fue en ese momento cuando pensé que era como ese pececillo que se mete a la piscina con unos tiburones y le van a devorar.

¿Pensaban que no ibas a ganar y tu victoria les pilló a pie cambiado?

Totalmente. El único que pensaba que iba a ganar era yo. No lo creían ni muchos de mis directivos, que dos días antes me dijeron que nos asociáramos con Juan Palacios. Yo lo tenía claro: nada de asociaciones. O te retiras o sigues.

A Juan lo valoro, le tengo mucho cariño y lo sigo viendo, pero habíamos decidido ir cada uno por nuestro lado. De hecho, cuando gané, le ofrecí que se viniera de vicepresidente conmigo, pero él lo rechazó. Yo entendía que esto era algo que a todos nos interesaba, que todos los candidatos teníamos la ilusión por dirigir el equipo y por ayudar, pero no por ello tenía que haber una guerra.

Sin embargo, la realidad es que viví un guerra casi diaria. ¿Por qué? Siempre digo que porque los poderosos del país -y yo no lo soy ni lo he sido- consideran que dominar el Real Madrid forma parte de su poder. A un Empresario no le recibe fácilmente un presidente de gobierno. Al presidente del Real Madrid sí.

Por otra parte, poder utilizar esa influencia es razonable; no es deshonesto. El presidente de Real Madrid no gana nada. No tiene retribución, no tiene salario. Y por lo tanto, el presidente tiene que seguir trabajando. A mí me costó mucho seguir aquí en mi despacho que tuve que prácticamente abandonar.

A tu llegada, ¿cómo era la relación con los medios?

La mayoría creo que fueron injustos con mi gestión. No me dejaron trabajar en paz. Recuerdo que el presidente de un importante medio de comunicación me llamó un día para ver qué me parecía un periodista, y si me gustaba, porque se lo había recomendado Florentino para un programa. «¡Y yo qué sé! ¿Me llamas para eso?», contesté.

Siempre lo tuve claro: no iba a mover los hilos de ningún medio de comunicación. Había llegado por un tiempo, pues no era mi trabajo. Yo tenía mi despacho, iba a estar cuatro años si me dejaban -que no me dejaron- y después volvería a mi trabajo, por lo que ¿a mí qué más me daba? Pero eso me hizo pensar: me llamaba el dueño de un medio para preguntarme si me parecía bien o mal… ¡uf!

Ya empecé a ver que aquello tenía un cariz complicado. Sabía que ser presidente era un cargo que me iba a traer problemas e iba a haber mucha presión, pero no tanta. Me acusaron de que mis hijos robaban pisos, que yo usaba la tarjeta de crédito para irme a clubs nocturnos y clases de golf… algo por lo que condenaron a dos periodistas. Todos los días, cuando me levantaba, pensaba a ver qué bomba me iba a estallar.

¿Te sentiste perseguido?

Pero, por favor, claro que sí. Por ejemplo, Villar Mir reconoció en un juzgado de Madrid que había contratado a unos detectives para seguirme a mí y a mis hijos y, al parecer, me dijeron que había gastado un millón de euros en ello.

Coincidí con él en la plaza de Las Ventas y se lo dije. Él me contestó que no era cierto, pero yo tenía su declaración en el Juzgado de Instrucción nº 47 de Madrid y tuve que ver, en dos números seguidos de la revista Interviú fotos mías, de mis hijos y de mi mujer en las calles de Madrid y de varias ciudades extranjeras.

Por otra parte, mi hija mayor empezó a recibir amenazas, porque ella es procuradora y llevó todo el tema del voto por correo… Te das cuenta que aquello se te va de las manos. Pensaba: «estás luchando con una pistola de agua contra gente que tiene tanques».

Y no tienes salida, al final te destruyen. Yo, lo que conseguí es salir con vida, y no porque me hubieran matado, sino por mi salud. Tenía 22 de tensión y un médico me preguntó: «¿Usted qué prefiere, seguir vivo o seguir siendo presidente del Real Madrid?».

Ramón Calderón

Parece una película de Martin Scorsese.

Pues en esa película el protagonista era yo. Y en esos momentos tienes sensación de haberte metido donde no debías, de que estás en un mundo en el que tú eres una pulga, o un pececillo. Te has metido en la piscina donde están los tiburones y ahí te comen, pero no te quieren solo comer, quieren que salga mucha sangre para que se vea bien y sea un aviso para navegantes. Por si a alguien se le ocurre cometer la insensatez de tratar de quitarles parte de su tarta.

Ya no era sólo mi problema, sino de toda la familia y al final te das cuenta de que si no eres frío, no eres calculador, te hacen sufrir mucho. Hay gente que cuando los ves reaccionar con frialdad, y no se alteran por nada, piensas que son unos afortunados.

No tienen ninguna sensación de angustia por nada. Yo sí. A mí reconozco que me ganaron por eso. Un hombre muy frío, un empresario importante de los que yo asesoré en mi despacho, tenía ese carácter y un día recuerdo que me dijo que tenía una gran ventaja sobre mí, pues no se llevaba grandes decepciones, pero reconocía que tenía una gran desventaja, tampoco se llevaba grandes alegrías.

Dijiste que si eras presidente llegarían Robben, Cesc y Kaká, pero sólo lo hizo el primero. ¿Qué pasó?

Sí, con (Arjen) Robben lo teníamos claro, aunque es verdad que Abramovic se resistió, porque también tenía una oferta del Bayern Múnich y creo que él quería ver si podía sacar más dinero. En cuanto a Cesc, hablé con él en su momento y no me dijo que no, por eso me hice ilusiones.

Sin embargo, luego ya me confesó que tenía una vinculación especial con el Barcelona y que para él ese club era lo más importante. Y con Kaká, pues también estuvimos a punto, pero Berlusconi creo que tuvo una duda de si aquello me iba a dar más fuerza de la que debía tener.

Pero es verdad que fue posible que vinieran los tres, aunque sólo lo hizo Robben. En su lugar lo hicieron otros grandes jugadores como Van Nistelrooy, Cannavaro, Pepe, Marcelo, y otros muchos. Hasta 14 creo recordar.

Me comentabas antes que Florentino Pérez no se dejaba aconsejar. ¿Y tú?

Yo nunca decidí por mí mismo en el aspecto deportivo. Tenía a mi lado a Pedja Mijatovic, un gran conocedor del mundo del fútbol en el que ha sido una estrella. Aceptaba, sin dudar, lo que él me sugería. Estuve hace unos meses en la Intercontinental, antiguo Mundialito de clubes, en Catar, y me encontré con Pepe, mi primer fichaje.

Antes de hacerlo, vino Pedja un día a mi despacho y me dijo: «Presidente, tengo al defensa central que necesitamos, un jugador que va a dar muchísimo a este club» No lo conocía. Me dijo que jugaba en el Oporto, pero que costaba 30 millones de euros. Tras esto llamé a Pinto da Costa, que era el presidente del Oporto, y le pregunté si era negociable. Eran 30 millones o nada.

Fue ahí cuando en una nueva reunión con Mijatovic le fui claro: «si esto no funciona, tendremos un problema». Pero él lo tenía muy claro, me transmitió que no había nada de lo que preocuparse y que ese era el central que necesitábamos. Y acertó. Al igual que lo hizo en diciembre fichando a Pipita Higuaín, Marcelo y Gago. Fue capaz de confeccionar una gran plantilla.

Me viene a la cabeza Capello, que vino desde la Juventus cuando el equipo bajó a la Serie B y se desmanteló. Nada más llegar, él quería a Buffon, y yo le respondí: «Mira Fabio, teniendo a Iker Casillas, que es nuestro, nada. Buffon es muy bueno, pero Casillas también».

Entonces, quiso a Trezeguet, pero Pedja le dijo que teniendo a Van Nistelrooy no había ninguna necesidad. Luego, otra muestra de su capacidad fue en verano de 2006, cuando me transmitió que Van Nistelrooy y Ronaldo no podían jugar juntos. En ese momento estuvimos a punto de vender al brasileño al Milan, que nos ofrecía 30 o 40 millones por él, pero Capello dijo que quería a los dos… y en diciembre cambió de opinión: «tenía razón Pedja, no pueden jugar juntos».

Y tuvimos que vender a Ronaldo por mucho menos. Es una pena que Pedja no haya vuelto al Real Madrid, seguramente habrá sido por mí y por su vinculación conmigo. Me da pena y me siento un poco culpable de que no esté ahí; y no porque haya tenido un pasado madridista de éxito, sino porque tiene un valor muy importante como director deportivo.

¿Cómo llegó Mijatovic? Se comentó que te lo presentó Alfredo Relaño.

Alguien me dijo, puede que fuera Relaño, que había una persona que creía que podía ser muy valiosa para el club si decidía presentarme a las elecciones porque conocía muy bien el mundo del fútbol. Le llamé, y vino a cenar a mi casa. El siempre recuerda que, en esa cena, le dije: «voy a ganar estas elecciones y me encantaría contar contigo».

Evidentemente, se sorprendió, porque sabía contra todo lo que tenía que pelear, pero creo que le hizo  gracia y empezamos a diseñar el proyecto. Lo primero que me dijo es que había que convencer a Fabio Capello para que viniera.

Él, por aquel entonces estaba en su casa de verano en Panteleria, hablamos con él y no se llegó a pronunciar públicamente, pues creo que me veía perdedor y no quiso dar el paso, pero estaba decidido que si ganaba él llegaría al día siguiente. Tras su llegada, empezamos a configurar la plantilla y creo que se hizo bastante bien.

También llegó Bucero, ahora en el Atlético de Madrid.

Sí, Carlos es otro gran profesional que trabajaba con Mijatovic e hicieron una gran labor juntos. Es un hombre muy trabajador, también muy conocedor del mundo del futbol y de sus protagonistas. Entre los dos hacían un buen equipo. El Atlético de Madrid ha tenido un gran acierto al contratarlo como director deportivo.

Para el baloncesto se apostó por Divac, que se presentó, habló, pero no duró mucho…

Venía como una figura relevante del baloncesto, que había sido una estrella en la NBA y que, con su experiencia podía ayudar a la plantilla. Iba a ser, además, una especie de embajador, pero no encajó en nuestros planes. Estuvo un año, y resolvimos el contrato.

Ramón Calderón

¿Te lo recomendó Mijatovic?

Creo que fue él, eran amigos y me dijo que creía que podría ayudarnos en la sección de baloncesto, pues era una persona muy respetada entre los jugadores, y les podía dar la oportunidad de transmitirles las experiencias que había vivido y cómo le habían ayudado a ser una figura en la competición más importante del mundo..

Venías de formar parte de una Junta Directiva que había apostado por los Galácticos, pero al llegar a la presidencia esta fórmula cambió.

Todos fuimos conscientes de que había que cambiar el modelo. Intentar seguir contratando, por supuesto, a los mejores jugadores, pero inculcando a todos la necesidad de centrarse en una buena preparación física y en la mentalización sobre la exigencia que supone jugar en el Real Madrid donde ganar es una obligación.

En vez de hacer giras en verano, se volvió a llevar a cabo una concentración en Austria. Siempre se dice que se juega como se entrena y que las pretemporadas son muy importantes para afrontar todas las competiciones. Era lo que parecía más razonable.

Quise también volver a darle al equipo un tono nacional, por lo que estuvimos en el trofeo Ramón de Carranza y en el Teresa Herrera. Se cambiaron catorce jugadores y se diseñó una plantilla muy competitiva. La prueba es que al final de la primera temporada ganamos la famosa liga del clavo ardiendo.

Fue muy emocionante, porque se remontaba, se remontaba. Parecía que era imposible y se volvía a remontar. Fue el año del Tamudazo en Barcelona y esa última jornada en la que perdíamos 0-1 en la última jornada ante el Mallorca a algo más de veinte minutos.

Aquella noche, mientras Tamudo marcaba al Barcelona, el Real Madrid lograba empatar ante el Zaragoza y tú bajaste al césped cuando acabó el partido. Hubo críticas.

Todo eso se malinterpretó. Bajé a aplaudir a la afición porque habían aguantado allí todo el partido pese a la lluvia. No estaban a cubierto, habían estado animando y yo bajé a aplaudirles y agradecerles el detalle de estar allí mojándose. Creía que la Liga estaba ganada, pero fíjate, ganamos de milagro. En la última jornada hay un mano a mano de un jugador del Mallorca para hacer el 0-2 y la sacó Iker con el pie…

Años más tarde, las despedidas del propio Iker o Raúl dejaron mal sabor de boca…

Fue muy triste. A mí me dio mucha pena cómo se fueron los dos. Fue muy injusto. Claro que después de escuchar lo que el presidente pensaba de ellos… Creo que el Schalke nos dio una lección con Raúl. Cuando decidió marcharse de allí dio una vuelta al campo con sus hijos, retiraron su camiseta durante un año… vamos, lo que hay que hacer con una figura. Pero mira, ahora ha vuelto aquí. Le pregunté y me dijo que el club es lo importante, que las personas pasamos. Pues tiene razón.

Volviendo a esa temporada, la última jornada la define un doblete de José Antonio Reyes.

Aquel día se lesionó Van Nistelrooy y luego David Beckham. Ya no nos quedaban goleadores y salió Reyes. Recuerdo que unos días antes del partido Capello nos comentó que era fundamental que Diarra, que estaba concentrado con la selección de Malí para un partido clasificatorio de la Copa de África, pudiera jugar contra el Mallorca.

Cuando nos lo pidió, llamé a alguien de la FIFA para decirle que a ver cómo se podía arreglar. Al final nos dijeron que no había problema siempre y cuando Kanouté también pudiera salir para jugar con el Sevilla, que también tenía opciones para ganar el título. Y fíjate que fue precisamente él el que hizo el 2-1 rematando un córner de cabeza.

¿Qué te pasó aquel día con Esperanza Aguirre en el palco?

En el palco hubo una explosión de júbilo al acabar el partido contra el Mallorca y haber conseguido el título de Liga. La di un abrazo al igual que a todos los que estaban a mi alrededor. Cuando la volví a ver me dijo que lo peor no había sido la intensidad del abrazo sino la forma en la que la había soltado y que le había hecho caerse.

Ramón Calderón

Fabio Capello dijo en verano que si fichabais a Emerson y Diarra el Real Madrid saldría campeón.

Sí, él fue quien lo decidió. Mijatovic valoraba positivamente a Diarra, pero pensaba que Emerson ya tenía una edad que no hacía muy aconsejable su contratación. Ahora ya ha pasado el tiempo y tengo que decir que Capello no era el mismo entrenador que había estado aquí años antes.

De hecho, en febrero o marzo, antes de jugar contra el Bayern, presentó la dimisión. ¡A mitad de temporada! Vino a mi casa y me dijo que el equipo que tenía era para quedar sextos, pero que el año siguiente las cosas ya serían diferentes. «Pero Fabio, ¿los sextos y te quieres quedar un año más? Si quedamos en esa posición nos tenemos que ir tú y yo a Australia» , le respondí.

Transmití a los capitanes lo que había dicho y reaccionaron muy bien: «Nosotros vamos a ganar esta Liga». Lo primero que pidieron fue que Beckham, que estaba viendo los partidos castigado por el entrenador en la grada, volviera al equipo. La remontada que nos lleva a esa Liga de 2006-2007 es gracias a los jugadores.

Ellos le echaron los redaños necesarios para conseguirlo porque se rebelaron contra lo que pensaba el entrenador. «¿Sextos? Tenemos una plantilla para ganar». Y lo hicieron. Por eso me siento tan orgulloso de aquella Liga, de lo que hicieron los jugadores con un entrenador que no confiaba en ellos.

Demostraron garra, capacidad y talento. Ellos se vieron espoleados por aquel comentario. A pesar de todo yo me porté muy bien con él cuando el presidente de la Federación Inglesa me dijo que querían ficharle y me preguntó por su paso por el Real Madrid. Todo lo que dije sobre él fueron comentarios elogiosos.

Un adiós un poco triste aunque lograra el título.

Su último partido, curiosamente, fue en Israel. En marzo, cuando empieza la remontada, el Barcelona nos sacaba seis o siete puntos y con uno de los mejores equipos de su historia: Messi, Xavi, Iniesta, Piqué….todos los grandes. Iban volando.

En esas fechas me llamó Shimon Peres para jugar el partido por la Paz aquí. Yo le dije que hacerlo en Madrid no iba a tener sentido porque no iba a ir mucho público, habría que invitar a los niños de los colegios y no iba a tener ninguna repercusión, por lo que la mejor opción sería jugar en Tel Aviv. «Hombre, eso sería maravilloso, ¿pero os vais a atrever?», me contestó. «¡Cómo no nos vamos a atrever!».

Cuando me preguntó por la fecha, con ese optimismo que siempre he tenido, le señalé que tenía que ser el 18 de junio, pues el 16 íbamos a ganar la Liga, el 17 teníamos que ir a la Comunidad, el Ayuntamiento y la Almudena y el 18 cogeríamos el avión a las 7 de la mañana. Y así fue. Fue un partido precioso con 40.000 personas viendo en el estadio aun conjunto formado por israelíes y palestinos contra el Real Madrid.

Lo único que hicimos mal es que ganamos 0-8. Guti marcó cinco goles. Pasé varias horas con Shimon Peres que me causó una gran impresión. Por aquel entonces el presidente creo que era Olmert. Le llamó para decirle que estaba con Bush y le pidió que nos diera las gracias de su parte por habernos desplazado allí. Todavía lo recuerdan con mucho cariño.

Ganaste dos Ligas. ¿Esa es tu favorita?

La primera fue emocionantísima. La segunda fue más sencilla. Con resultados muy contundentes: 0-5 en Villarreal, 1-5 en Valencia… el equipo estaba sobrado, llegamos al final con ocho puntos de ventaja, y ganamos aquí 4-1 al FC Barcelona dos partidos antes de terminar el campeonato.

El famoso pasillo.

Sí, fue un detallazo de los jugadores y de Laporta. Después creo que nosotros no lo hicimos, y no me pareció bien. El deporte transmite unos valores especiales como el respeto al contrario y el aceptar la derrota…. Lo dice nuestro himno: «cuando pierde da la mano». Otra forma de ganar es saber perder.

Ese pasillo fue con Bernd Schuster en el banquillo.

Nos parecía un entrenador que iba a encajar muy bien en nuestro equipo. De hecho, en su primera temporada el equipo ganó la Liga con mucha autoridad aunque en la segunda le pudo la presión, al menos así lo vi yo. También le tengo afecto, le veo de vez en cuando, y hemos jugado al pádel alguna vez en algunos torneos.

Tuviste una charla en una Universidad en la que dijiste que Guti iba a ser una eterna promesa, algo de Beckham y algunos futbolistas más que fue muy criticado.

Pues fue una mala interpretación y un error utilizar esa expresión. Estaba en una conversación informal y nunca quise infravalorar la valía de Guti, sino decir que, con su talento, todavía no había llegado al lugar en el que debía estar. De hecho, le renové el contrato.

Me parecía un jugador y una persona excepcional. Pero fue un error, sí. Decir «promesa» no fue afortunado, por eso le pedí perdón. En la vida es bueno hacerlo cuando te equivocas. Los reuní a todos y se lo expliqué. Y lo de Beckham fue algo a lo que él no concedió ninguna importancia.

Siempre lo he valorado mucho como persona y, como profesional, ha sido de los mejores que he visto en mi vida. Cuando el entrenador le mandó a la grada no protestó, ni se quejó. Y cuando volvió, se comprometió al máximo con el equipo y compitió como el mejor.

La siguiente temporada despedís a Schuster después de decir que es imposible ganar al Barcelona.

Todo el mundo pensó que no podíamos mantener a un entrenador en esas circunstancias e incluso los propios jugadores se sentían dolidos. Visto ahora, creo que fue un error destituirle en aquel momento. Son decisiones que no se pueden tomar en caliente y tal vez era mejor pensar que si había dicho eso podía ser una equivocación.

Ramón Calderón

En ese partido falló una ocasión clara Royston Drenthe, que no tuvo mucha suerte en el equipo. A los pocos días de llegar se pegó un golpazo con el coche.

Creo que los jugadores tienen muchísimo mérito, jóvenes que no tienen una vida sencilla, que tienen que renunciar a casi todo y algunas veces pueden cometer errores. Su vida no es fácil. Mas de doscientos días al año duermen fuera de casa, en los que están viviendo como en un colegio y, a veces, te puede ocurrir como le ocurrió a él.

En el lado contrario a Drenthe están los fichajes de Pepe, Higuaín, Marcelo, Van Nistelrooy o Cannavaro. ¿Con cuál estás más satisfecho?

Creo que Cristiano fue la culminación después de dos años peleando con el United. Soy amigo de David Gill, que por aquel entonces era director general del Manchester United, y él decía: «Ramón, que no, que no va a ir». Pero yo lo tenía muy claro: «Si él quiere…»

A mí me pasó con Robinho cuando me dijo que se quería ir. ¿Que puedes hacer? Tratar de sacar el mayor dinero posible y listo. Si un jugador quiere marcharse no puedes obligarle a estar en un club. Y Cristiano quería venir al Real Madrid. Creo que acertó. Fue una decisión que él había tomado.

Se comprometió conmigo, y en diciembre firmamos el contrato, el Manchester United lo asumió y lo depositamos en un notario. De hecho, también estaba incluido el contrato con ellos con el precio del traspaso. Eran 80 millones de libras, 94 millones de euros al cambio. Hicimos un seguro de cambio por si acaso había mucha diferencia en el momento del pago y se quedó todo terminado.

Creo que, si juzgamos por el resultado que dio, fue el mejor de los últimos tiempos. Nueve años ganándolo todo. Una pena que se fuera antes de tiempo porque, el parecer, su relación con Florentino no fue buena porque, según me dijeron, se planteó no cumplir el acuerdo firmado conmigo por el jugador.

Creo que alguien le hizo ver que sería un gran error. El jugador lo supo y me dijeron que incluso estuvo dispuesto a renunciar a la indemnización pactada de 30 millones de euros por si cualquiera de ambas partes no cumplía el contrato.

Aquella venta de Robinho al Manchester City cuando el mercado está a punto de cerrar en 2008.

A última hora vino Wagner Ribeiro, que era su representante, para avisarme de que el Manchester City iba a llamar para hablar de la contratación de Robinho. Nosotros habíamos fijado una cifra de 40 millones de euros y ellos estuvieron de acuerdo; además, también aceptaron el 2% del mecanismo de solidaridad, así que se firmó todo y se fue.

Le pudieron afectar todos los rumores sobre Cristiano Ronaldo.

Date cuenta de que, nada más llegar, los diarios deportivos estaban hablando de él como el nuevo Pelé. Pienso que cuando las expectativas son muy altas, la propia persona piensa que no ha respondido y que puede tener otra oportunidad fuera. También supongo que pensó que si venía Cristiano él no iba a tener el papel de protagonista que le habían pronosticado.

También se intentó el fichaje de Iniesta.

Lo cierto es que hubiese sido un gran fichaje, pero no queríamos ninguna guerra con el Barcelona, y lo más importante es que el jugador nunca manifestó su deseo de marcharse del Barcelona. Aun así, era una operación muy difícil económicamente hablando para cualquiera porque, por aquel entonces, era el jugador el que tenía que pagar la cláusula de rescisión si abandonaba un club, no el equipo.

¿Cómo fueron esas conversaciones con Cristiano para convencerle de que fuera a Madrid?

Eran fundamentalmente con Jorge Mendes. Él sabía que para Cristiano era una gran oportunidad, por ello no fue excesivamente exigente en el salario del jugador. La cantidad que establecimos fue muy razonable.

Tuvimos varias conversaciones y el acuerdo era que llegara en 2008, pero recuerdo que él me llamó a Bogotá en agosto de 2008 para decirme que lo sentía mucho, pero que se había he comprometido con Ferguson, que había sido como un padre para él, a seguir un año más en el Manchester, pero dejando todo firmado para el año siguiente. Se llegó a un acuerdo con el Manchester, a la vuelta del verano, y se firmó el 12 de diciembre de 2008.

Ramón Calderón

¿Cómo es ese momento en el que ya te das la mano con Jorge Mendes después de firmar y te sientas a tomar algo con él para celebrarlo?

Lo celebramos, recuerdo perfectamente, en mi despacho del Bernabéu con todos los implicados en la operación. Hablamos con Cristiano, que estaba en Mánchester y fue más o menos lo que ocurre cuando consigues un fichaje así. Además, te lo digo porque soy realista: es un fichaje que no hago yo, lo hace el Real Madrid.

Los presidentes estamos de paso y el que atrae a un jugador es el Real Madrid, que es quien le va a dar prestigio y le va a permitir ganar títulos individuales y colectivos. El presidente tiene que hacer lo que hubieras hecho tú o cualquiera que pasa por allí. Los fichajes son oportunidades que aprovechas.

¿En aquellas conversaciones con Mendes nunca te llegó a ofrecer a José Mourinho?

Pues es posible que en casa me lo comentara alguna vez, pero nosotros teníamos ya a otro entrenador contratado.

Muchos identifican el principio del fin de los galácticos con las salidas de Fernando Hierro y Vicente del Bosque.

Hierro, además de un hombre muy carismático, era un líder. Un referente dentro del vestuario como lo ha podido ser Sergio Ramos, jugadores que tienen un carácter que en un momento determinado pegan un puñetazo en la mesa y dicen «aquí estamos, esto es el Real Madrid».

Es verdad que la salida de los dos fue un poco traumática, pero sobre todo la de Del Bosque, que acababa de ganar la Liga. Además, había venido de ganar una Champions un poco antes. Carlo Ancelotti es muy de esa cuerda, son entrenadores que no son protagonistas, lo ceden a los jugadores, tácticamente son buenos y además son capaces de manejar situaciones a veces muy complicadas.

No sé si compartes la idea, pero contigo de presidente parecía que el Real Madrid vuelve a acercarse a la gente. Siempre se dice que el Madrid es de los socios, pero hay momentos en que no lo parece.

Por lo menos lo intenté. Por supuesto, fui a todas las peñas, algo agotador. Y además, sin ningún beneficio desde el punto de vista electoral, pues la mayoría de los peñistas no son socios. Pero a mí me parecía bonito de que el presidente se acercara a verlos y a compartir anécdotas con ellos.

Creo que, ahora, siempre van ex jugadores. Además, hice con los socios algo de lo que estoy muy orgulloso. En todos los partidos iban cincuenta socios al palco de honor. Es lo que tú comentas: a todos se nos llena la boca diciendo que el club es de sus socios, si es así, también lo son el estadio y el palco de honor que es el salón principal de esa casa.

Y allí iban todos los partidos de Champions, Copa y Liga. Por ahí pasarían dos mil, tres mil o los que fuera. Y eso, te digo, lo he vivido con mucha emoción, pues que socios mayores de setenta u ochenta años te digan casi con lágrimas en los ojos que para ellos es algo único, impresiona. «Yo ya me puedo morir después de haber visto esto», me dijo alguno. «¡No se me adelante!», les respondía yo (risas).

Ellos no pensaban que fuera posible llegar a acceder al palco de honor y encontrarse con gente importante, con Di Stéfano, con ministros… tomar una copa con ellos o poderse reunir hacía que se sintieran importantes en su casa.

El que sí que no entró al palco fue Maradona, que no le dejasteis pasar…

¡Es que vino con pantalón corto y una camiseta sin mangas! Hay un protocolo que todos deben cumplir. Lo de la corbata podía ser excesivo, pero sí que había que tener un mínimo de decoro.

Maradona ha sido alguien muy importante como jugador, pero el Real Madrid lo es también como club de futbol. Para resolverlo le colocamos en uno de los palcos pequeños que hay debajo del palco de honor.

Hubo un día que se coló por ahí uno que se hacía pasar por Nicolas Cage.

Sí, fue un partido en el que además, creo que nos eliminó la Roma en Champions. Yo, si te soy sincero, ni siquiera sabía quién era. La verdad es que me gusta el cine, pero no le conocía. ¿Qué viene Nicolas Cage? ¿Y quiere una foto? Pues que se haga la foto. Se hizo una foto y ahí acabó el tema.

Al día siguiente salió que no era Nicolas Cage sino un humorista y que los jugadores italianos se dieron cuenta porque bajó al vestuario. Una tontería que tampoco tiene mucha importancia.

Sneijder, Robben, Higuaín… cuando Florentino regresó acabó quitándose del medio muchos jugadores que habían llegado contigo. ¿Crees que no está cómodo con lo que habías dejado?

A él no le gustan las herencias que recibe, eso ha sido siempre así. Lo que sucede es que vuelvo a lo de antes: los resultados le dan la razón. Yo soy muy realista, y el problema que he tenido con él no impide que me dé cuenta de que con ese modelo suyo, ha ganado Champions y Ligas, el equipo está en una magnífica situación, y los aficionados muy contentos con su gestión. Eso es lo importante.

Ramón Calderón

¿Cuándo fue la última charla que tuviste con Florentino Pérez?

La FIFA me invitó al partido del Real Madrid de la Intercontinental, por lo que coincidimos en Catar y le felicité después de la victoria: «Enhorabuena, presidente». Él se quedó un poco sorprendido: «Muchas gracias», pero parecía que él no sabía qué significado tenía aquello.

Cuando estás ya en una edad como la mía empiezas a no querer enemigos. Yo no tengo inconveniente en saludar a cualquiera de los que me hizo daño. Aquello pasó y vosotros sabréis por qué. Hay una frase que a mí me gusta mucho: «Comprenderlo todo es perdonarlo todo».

Es así, tendrían sus intereses y su necesidad de hacer lo que hicieron en aquel momento. No lo sé, pero al final lo que sí sé es que el rencor no compensa, te produce insatisfacción y amargura. Yo ahora mismo podría mirar atrás y decir «me cago en…», pero eso ¿a qué te conduce? A nada.

Me amargué muchas veces pensando cómo era posible que me sucediesen ciertas cosas, pero recuerdo que un día hablando con el presidente de una Comunidad me comentó: «yo, hasta que comprendí que hiciera lo que hiciera había un 50% de la población que no iba a estar de acuerdo conmigo, no fui capaz de aceptarlo. Tú lo haces lo mejor que sabes y que puedes, pero hay un porcentaje de gente que no te ha votado y no va a estar de acuerdo contigo. Tú quieres convencerlos a todos, pero eso es imposible».

Fui un tonto que pensó que siendo bueno, al final la gente iba a responder, pero no es así. Hay que comprenderlo todo, pero a la vez hay que saber que hay mucha gente que va a actuar mal por verdadero placer. Cuando echo la vista atrás para recordar aquella época, trato de ver la parte buena, que hubo mucha. ¿Hubo gente que me hizo la vida imposible?

Sí, pero han pasado quince años, tratas de olvidarlo y es bonito verlo todo fuera del rencor. Los amigos siempre me comentaban que no tenía que haberme ido, pero había que estar en mi pellejo, saber lo que estaba pasando mi familia, cómo estaba sufriendo y eso a mí no me interesaba.

Estuve mal incluso físicamente, muchos días tenía que medicarme para superarlo. ¿Y esto para qué?, ¿esto compensa? Pues no compensa. Pero es que además yo ni quería tener poder, ni tenía obsesión por enriquecerme, que era todo lo contrario de lo que decía la gente. En este país hay un refrán tremendo que dice: Piensa mal y acertarás.

Un buen amigo siempre me dice que el Real Madrid es como un ministerio.

La realidad es que todo lo que ocurre a su alrededor tiene una tremenda repercusión. Yo he estado con doce o trece primeros ministros, he estado con un Papa, y además en situaciones que me sorprendían, como es hacerse una foto con una camiseta del Real Madrid con su nombre, en un país en el que ese equipo no juega.

Saben que la vinculación con el Real Madrid da una relevancia y una repercusión mundial importante. ¿Por qué? Como decía antes, y por eso me da pena que se pueda cambiar, porque es un club que no es de nadie. Eso encandila a mucha gente, es un club propiedad de 93.000 personas que cada cuatro años eligen a su presidente.

No es de una multinacional, no es de un oligarca, no es de un Estado, no es de una gran compañía; es de las personas que ha conseguido contribuir a construir ese mito. Y ojalá no se cambie.

FC Barcelona, Atlético de Madrid… ¿cómo era tu relación con los presidentes rivales?

Magnífica. Procuré que siempre fuera muy buena y tengo que reconocer que en el Camp Nou y en el Metropolitano me trataron siempre de maravilla. Y lo mismo sucedió cuando ellos venían aquí. A mí me parecía que era muy importante que hubiera buena relación entre directivas, porque años atrás hubo incluso algún directivo del Barcelona que llegó a decir que la única persona educada en el palco del Bernabéu era la señora que cuidaba los lavabos.

Siempre pensé que si nosotros no dábamos ejemplo cómo le íbamos a pedir a un aficionado que se comportara bien. Es importante demostrar que aunque seamos rivales no tenemos que ser enemigos. Con todos los presidentes mantuve una relación magnífica y, a día de hoy, los considero amigos.

Enrique Cerezo llegó a posar en una foto sosteniendo una camiseta del Real Madrid junto a ti y otros protagonistas como Ángel María Villar en el Asador Donostiarra.

Fue un detalle simpático y sin mayor importancia. A alguien se le ocurrió y no le dimos más trascendencia. Nosotros dos tenemos una relación magnífica, y la seguimos manteniendo. Nos hemos invitado a las bodas de nuestras hijas y tengo un gran concepto de él como persona.

Está haciendo una gran labor en el Atlético de Madrid junto con Miguel Ángel Gil. Una de las cosas buenas que he sacado del fútbol es tener relación con gente que no hubiera conocido si no hubiera pertenecido a él.

En enero de 2009, dimites. ¿Fue por todo lo que salió en Marca sobre la Asamblea o eso fue la gota que colmó el vaso?

Comprenderás que en una reunión de mil personas, que haya ocho que entren sin acreditación, no tiene ninguna trascendencia, pero era tal la batalla, tal la locura que incluso un periodista dijo que alguien de mi entorno le había amenazado con una pistola.

Fue la gota que colmó el vaso. Sé que no debía haberlo hecho, que fue el peor momento para tomar esa decisión, y debía haber tenido la cabeza más fría. Sin embargo, me ganaron: mentalmente me pudieron y lo asumo. Es como si estás en un ring, te dan un puñetazo y te noquean. Aunque lo hubiera intentado me hubiera resultado imposible levantarme.

Ramón Calderón

¿Te has arrepentido con el paso del tiempo de aquella salida?

Creo que no debí hacerlo, debería haber esperado a final de temporada y convocar elecciones, pero no me sentía capaz de seguir soportando otros seis meses más. Además, fíjate que además estaba Cristiano Ronaldo, la oportunidad de presentarlo, pero ni eso ya me compensaba. El nivel de hartazgo llegó a tal nivel que me di cuenta de que no compensaba.

¿Cómo es el día siguiente de anunciar que te vas, cuando te levantas por la mañana y desayunas con tu mujer y tus hijos?

Es que no acabó ahí, porque siguieron insistiendo. Ahí tuvo un detalle muy bonito (Ángel María) Villar, que es un hombre muy humano y me nombró presidente de la Comisión Organizadora del centenario de la Federación Española para darme un poco de compensación anímica.

Sin embargo, como te decía, siguieron atacándome: pleitos y más pleitos… Lo que querían era sentarme en el banquillo. Querían la foto en el banquillo, porque aunque me hubieran absuelto ellos ya hubieran ganado. Pero nunca lo consiguieron porque todas la querellas fueron archivadas sin celebración de juicio.

¿Por qué esta fijación de llevarte al banquillo?

Pienso que era un aviso a navegantes. Me enfadé con todos los que habían estado conmigo y con Florentino. Se lo dije: «Vosotros sabéis que esto es mentira». Pedían nueve millones de euros de indemnización por la asamblea y cinco años de cárcel, querían la ruina de mi familia.

Pensaba que no iba a acabar nunca, lo pasé muy mal y varios meses después seguían. Incluso mi junta directiva no me apoyó porque se asustaron.

¿Te llegó a decepcionar Florentino Pérez?

En la relación personal sí, la verdad. Hay detalles que han sido impropios en una persona de su talla y de su nivel. Contrató, y ahí siguen, dos periodistas condenados por Sentencia firme de la Audiencia provincial de Madrid, como delincuentes por calumniarme, llamados Carlos Carbajosa y Jesús Alcaide.

Ningún presidente de cualquier empresa contrataría, para el departamento de comunicación, a dos periodistas condenados por calumniar al presidente que le precedió en el cargo. Realmente sorprendente. La indemnización fue ridícula, pero eso no era lo importante. Lo fundamental para mí era que un Juez reconociera lo que habían hecho.

Si la contratación fue para pagar servicios prestados es algo de lo que yo no tengo constancia. Además, la sentencia, fue muy dura, porque especificaba que las informaciones falsas y calumniosas pretendían mancillar mi honor. Y esos dos periodistas, a los dos meses, son contratados por él, con retribuciones muy generosas que paga el Real Madrid. En fin, algo incomprensible porque yo le tenía afecto.

Yo le mandé una carta, diciéndole que suponía que sabía lo que había ocurrido y que me parecía incomprensible. Nunca me contestó. Una pena porque durante los años que estuve con él creo que tuve un comportamiento de amigo.

En su faceta de presidente, la primera etapa en la que yo estuve con él, terminó con unos tres años horribles, pero cuando ha vuelto, ha seguido el mismo sistema y ha funcionado. Entonces, ¿cómo le puedo decir que lo que ha hecho no está bien?

Si tú te guías por los resultados, pues tienes que reconocer que realmente su gestión ha sido muy buena. Y la nueva ciudad deportiva, la residencia de los jugadores, los campos, el mini estadio, creo que ese es un gran legado que además se ha hecho gracias al dinero que consiguió previamente gracias la a recalificación.

El nuevo estadio, tal y como se ha hecho y el dinero que ha costado, creo que no era necesario. Ten en cuenta que, en 2010, cuando yo conseguí que se jugara en él la final de la Champions, le declararon el mejor de Europa. Una remodelación razonable podría haber sido más o menos lógica, pero con lo que va a costar la remodelación podría haberse construido un estadio nuevo.

¿Qué significa ser presidente del Real Madrid?

Un orgullo. Una satisfacción muy grande que tiene un componente de vanidad pero también lleva una gran responsabilidad. Sabes que hay millones de personas que sufren, que padecen, que se alegran, que disfrutan con lo que haga el equipo.

Cuando estaba en el palco y ganábamos, por supuesto que sentía alegría, pero sobre todo alivio porque sabes que tenías tres o cuatro días en que no te iban a estar atacando por fichajes erróneos o no conseguidos. Este club ejerce una presión tremenda sobre todos: el presidente, los directivos, el entrenador, los jugadores… y por eso se ha construido la leyenda, porque el aficionado es muy exigente y esa exigencia hace que sea el club más laureado del mundo.

¿Y tanto se mueve en el palco como se dice?

Es verdad que ahí se reúne mucha gente con poder económico y político y muchos quieren estar allí, para codearse con ellos o entre ellos. Yo estaba encantado con que fueran los que tenían que ir, pues hay un protocolo obligado de invitar a autoridades y empresarios, y que vinieran los socios.

¿Cómo te gustaría que te recordaran los aficionados del Real Madrid?

Cada cual me recordará de forma diferente según su percepción de lo que hice, pero yo creo que fui una persona que intentó hacerlo lo mejor que pudo. Y eso, al final, es lo que más satisfacción te da. Como dice el refrán: «el que te da lo que tiene no está obligado a más».

Ramón Calderón

Ahora está de moda el tema de la Superliga.

Es un proyecto que nació muerto y, de hecho, duró cuarenta y ocho horas. Es evidente que la forma en que se anunció, de noche, con una nota en la página web de cada equipo participante, sin explicación ninguna convincente, la actuación de Florentino para defenderlo… y los ingleses inmediatamente marchándose de ahí.

Ahí nos dieron un ejemplo los aficionados ingleses, que valoran la meritocracia y creen que tú debes tener en la vida y en el deporte lo que te ganas… Además, el anuncio se hizo en el peor momento, con la pandemia y clubes luchando por sobrevivir. Era un proyecto egoísta donde desaparecía la solidaridad.

Ahora quieren cambiar el modelo, pero los ingleses ya no pueden estar casi por ley, los franceses no iban a estar, los alemanes tampoco… ¿quién va a jugar? ¿Madrid y Barcelona todos los días? Se ha quitado del medio hasta la Juventus.

Además, considero que el formato actual de la competición está muy bien diseñado, con más partidos y los clubes ingresando bastante más dinero que antes. Cuando yo entré en la comisión de clubes de la UEFA, como vicepresidente, el objetivo era obtener una mayor parte del pastel, de los derechos de televisión porque era muy injusta para los equipos, pero eso se ha mejorado mucho, y actualmente, los clubes están recibiendo lo que les corresponde, lo que merecen.

¿Te planteaste en algún momento crear un femenino?

El fútbol femenino está demostrando un gran nivel y hay partidos con mucho interés. Cada vez hay más audiencia y poco a poco va subiendo. Ganar el título de campeonas del mundo le ha dado un gran impulso. Dar al fútbol femenino la importancia que se merece es algo que había que hacer. Nosotros nos planteamos crear un equipo femenino, lo teníamos previsto, pero no nos dio tiempo.

¿Una fórmula similar a la que hizo el Real Madrid con el Tacón?

Sí. Nosotros lo íbamos a hacer con otro equipo de Madrid. Estuvimos hablando de ello con algún club y la idea era ponerlo en marcha cuanto antes porque el Real Madrid no podía estar fuera. Estaba el Atlético de Madrid, el Barcelona… ¿por qué iba a estar fuera el Real Madrid?

Y por último, el tema arbitral y todas estas polémicas por el tema Negreira. El Real Madrid ganó dos Ligas mientras eras presidente justo en ese periodo.

Hombre, no suena bien, pero yo tampoco tengo argumentos para opinar con conocimiento de causa, es un asunto que está en manos de los tribunales de justicia y hay que esperar a que lo resuelvan. Me parece imprudente aventurarse a juzgar antes que lo hagan los que son competentes para ello.

De cualquier modo, los árbitros pueden equivocarse, al igual que los jugadores, pero yo no viví nunca decisiones extrañas, si te refieres a eso. Personalmente, no tuve la sensación de que los árbitros nos perjudicaron y creo que ahora mismo tienen un gran nivel. Todos ellos tienen una muy buena preparación física, al igual que técnica y de conocimiento del reglamento.

Además, el VAR ayuda mucho a evitar decisiones injustas. Creo que es un error la campaña que está protagonizando el Real Madrid en este momento. Siempre recuerdo que Di Stéfano decía que los clubes grandes nunca pueden quejarse ni de las lesiones, ni de la mala suerte, ni de los árbitros. Y me parece muy acertado. Si eres el club más grande del mundo, solo puedes atacar a un árbitro si tienes certeza de que ha actuado con mala fe o con propósito deliberado de perjudicarte.

19 Comentarios

  1. Agustín Serrano

    Buena entrevista.

    A Florentino siempre le salvará la media docena de Champions ganadas, que junto a la de 2002 (también tres Euroligas de baloncesto) le convierte en el presidente con más Orejonas de la historia del club, superando a Bernabéu, cumpliendo su más antiguo y verdadero sueño. Contra eso es muy difícil luchar. Cometió el error de alejarse de Del Bosque, de aquel estilo, despojándose de gente futbolera en forma de director deportivo, como un rey sin valido, para rodearse de Ancelotti-Zidane, y aunque se juntó con Mourinho por el camino, el saldo final es positivo.
    Con lo del estadio pienso que se ha pasado un poco de frenada. Estéticamente está por debajo del Allianz, del Metropolitano y, quizá, del futuro Camp Nou. El reciente documental lo vende como Giza -siendo una obra colosal- pero no creo que sea más rentable en lo económico hoy que antes.

    Que Calderón, como antiguo presidente del club, no tenga asegurado un asiento gratuito en el estadio es de rencoroso y poco caballero. Aun así, incluso con el fichaje de Cristiano y el Clavo Ardiendo, será recordado con (positiva) indiferencia.

  2. El Madrid no le hizo el pasillo al Barsa en 2018 porque meses antes los culés no se lo habían hecho al primero después de que este ganase el mundialito con una excusa surrealista. El relato culé es tan fuerte que hasta hay madridistas que se lo tragan o Calderón conoce perfectamente la verdad?

  3. Buena entrevista.

    El caso de Calderón es el claro ejemplo de cómo un poder económico(florentino)puede utilizar todos los medios de comunicación para acabar con una persona.

    Le acusaron de todo tipo de tropelías y delitos y finalmente todas fueron archivadas y, sin embargo a ojos del ran público puede que quedase como el peor presidente cuando fue, sin duda uno de los mejores que tuvo el Real Madrid. Un hombre con mucha clase y que bien asesorado por mijatovic tuvo numerosos aciertos deportivamente.
    Una lástima porque se ha sido muy injusto con este hombre que no pertenecía a las grandes fortunas del país.

    • Juan Carlos Fernández Rodriguez

      Un caradura y un sinvergüenza. Nunca debió ser Presidente pues tramó desde el principio anular el voto por correo que le hubiera dado la victoria a Villar Mir. Y el colmo fue colar en una Asamblea a personas que no eran ni socios del Madrid para aprobar sus cuentas. Ni algunos podían llegar a tanto ni el Real Madrid a menos.
      Llevó al club a la mayor crisis institucional de su historia. Debería haber sido expulsado de socio.

      • Caballero, sabe lo que pasa? que por encima de su maledicencia, está el cuerpo de la entrevista que todos acabamos de leer, por lo que su comentario queda como lo que es: una salida de pata de banco propia de un auténtico cretino.

      • No a los trolls

        Cuando termine el mandato de Florentino veremos qué dices. Cretino.

  4. Pero si simplemente falseó el resultado de las votaciones de una Asamblea ordinaria, pobrecito. Él y su tropa habitual colaron a personas que no eran ni socios rasos para que votaran a favor de sus propuestas. Ni registro de socios compromisarios ni nada. Tanto por eso como en su trayectoria como Presidente del club, todo un aprendiz de Laporta.

    Ahh y por cierto siempre que tiene ocasión el angelito sale en los medios (sobre todo ingleses) para echar mierda a Florentino cuando hay alguna noticia que concierne al Real Madrid. Y veo que esta entrevista es una continuación de su política.

    Este personaje cuanto más lejos del Club, mejor.

    • Informate mejor, todo lo que dices es lo que salió en Los medios pagados por Florentino, pero no fue la realidad. De hecho salió asuelto de todo lo que le achacaron.
      Es el problema de quedarse en la superficie.

      Te recomiendo que busques en google «hay que ayudar al Madrid» aznar dixit a José Maria garcia.

      • Creo que yo estoy mejor informado que tú, al ser socio desde 1993 y recuerdo perfectamente la situación de esa asamblea y nuestro asombro e incredulidad ante lo que estaba pasando. No nos hacía falta leer artículos ni información externa.

        • La verdad es que no pierdes oportunidad, sea cual sea el artículo o entrevista en cuestión, de demostrar una idiocia coherente con tu trayectoria: lo cuál, ciertamente, tiene bastante mérito.

        • Tu tienes lo de socio del Madrid lo que Florentino de transparencia.

  5. “Lo hace con un tono reflexivo y totalmente despojado de ira y rencor.”
    Indecente entrevista & personajo.

    • Cómo indecente es tu impúdica indigencia intelectual, así, a vista de todos. Corre a ver su florentineza te da un carguito como a Carbajosa & Alcaide.

  6. Desconcertado

    Un presidente con luces y sombras en su corto período al lado del Real Madrid. En la entrevista quita importancia a las sombras, claramente (la extemporánea celebración en El Sadar, las palabras sobre Guti en público, etc).
    Y lo de que Beckham estaba viendo los partidos castigado por el entrenador en la grada… Fue el club quién le obligó a ello cuando se supo que a final de temporada el inglés se iba a jugar a Estados Unidos.
    En el descargo de Calderón se podría decir que tuvo que lidiar con el permanente acoso de los que le querían fuera y que regresara Florentino Pérez. Y que efectivamente las causas judiciales contra él se fueron archivando.

  7. Basándonos estrictamente en los deportivo Calderón tuvo 2 años buenos o muy buenos. Ganó 2 ligas con fichajes con muy buen ojo si ser tener mucho nombre y que dieron la mayoría un buenísimos rendimiento.

    La gente se suele olvidar de q los galácticos de la primera etapa del madrid no ganó absolutamente nada durante 3 años.

    Por otra parte en los comentarios habláis de los votos por correo anulados cuando precisamente un juez fue el que los anuló porque no representa seguridad alguna.
    Es increíble como la gente se queda con el titular y queda un hombre marcado para siempre. Lo mismo la asamblea que para nada sucedió como se espectacularizó en la prensa.

    Da pena ver lo manipulables que somos simplemente por mala información.

    • De esos 3 años no se olvida ni Florentino, que se fué porque vió que no estaba haciendo bien las cosas. Y en aquella infausta Asamblea de Calderón había de todo, desde no socios a ¡¡¡un socio del Atlético de Madrid!!!. Calderón falseó la acreditación de todos ellos para que pudieran votar en esa asamblea de socios compromisarios, cuya votación era a mano alzada.

      • Te has quesado connelntitular de prensa de hace 17 años. Profundiza un poco. Te recomiendo que veas en you tube la entrevista que le hicieron a calderon en Idolos hace 6 años y luego me cuentas.

      • El «socio» no sabe lo que pasó. Que pregunte en Marca por un tal Inda.

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