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Mundial de Clubes o Trofeo de la Galleta

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En un medio como Jot Down Sport, en el que triunfan las entrevistas a Eugenio Prieto, Rafa Vecina u Oscar Schmidt Bezerra —como dice Piti Hurtado, es imposible decir sólo «Oscar Schmidt», sin el «Bezerra»—, apuesto a que muchos lectores recordarán la llegada de las televisiones privadas a España con mayor nitidez incluso que la película que vieron el pasado fin de semana. Primero llegó Antena 3 —entonces Antena 3 TV— con las corbatas de Carrascal, la Teletienda, La ruleta de la fortuna… Un par de meses después se sumó Tele 5 —lo de Telecinco vino años después—, que debutó un sábado por la noche emitiendo En busca del arca perdida y el domingo ya nos sorprendió con un extraño circo integrado por señores en ropa interior que, caracterizados como mamarrachos, protagonizaban presuntas peleas encima de un ring.

Muchos años antes de que laSexta comprara el Mundial de Alemania 2006 para antenizarnos a todos, Tele 5 apostó fuerte por las mamachicho pero también reunió un modesto catálogo deportivo para sus primeras emisiones: boxeo —emitieron el inesperado K.O. de Mike Tyson ante James Buster Douglas—, amistosos de fútbol —nunca una Copa Fiorucci lució tanto— y la mencionada lucha libre, también conocida como wrestling o catch. Como contenedor deportivo, se inventaron una cabecera genérica: Pressing. Así, las emisiones de boxeo eran Pressing Boxeo, las de fútbol eran Pressing Fútbol… y las de catch, efectivamente, eran Pressing Catch. Como aquello nunca se había visto en España, y alcanzó una popularidad inesperada, el grueso de la población pensó que aquel teatrillo testosterónico se llamaba así, pressing catch, como podía leerse al principio. Y hasta hoy.

No disponemos de una traza etimológica similar para explicar por qué la Copa Mundial de Clubes de la FIFA acabó degenerando en «el Mundialito», como lo llama todo el mundo en España. Si hasta algunos de los periodistas especializados que viajan para cubrirlo ignoran su denominación oficial, imagínense el aficionado medio al que en teoría nutren. «La FIFA ni siquiera le llama Mundial sino Mundialito, la propia FIFA lo desprestigia», argumentaba en 2017 —erróneamente— Manolo Lama, al tiempo que aprovechaba para calificarlo como «una mentira» y «una bacalá». Algo parecido pensaba su antiguo socio en Los Manolos, Manu Carreño, que en aquella misma edición nos dio su opinión sobre el torneo aprovechando que los derechos de emisión pertenecían a Televisión Española: «Dicen que esto es el Campeonato del Mundo de Clubes, que no se lo creen ni ellos, pero [a los de la FIFA] dos semanas en hoteles de lujo en Abu Dabi no se los quita nadie», dijo en la Ser. «Este campeonato que no entiende casi nadie es cualquier cosa menos Mundial de Clubes. […] Me parece una castaña. Quitando la televisión que compra los derechos y que da los dos partidos del equipo español, la atención mediática es cero patatero. Pero, dicho lo dicho, si el año que viene lo damos… pues mira qué bien».

No fue al año siguiente. Ha sido este año. Ante el micrófono de Telecinco —antes Tele 5— Carreño ha vuelto a fingir que esta competición merece nuestra toda nuestra atención. Por supuesto, antes de los partidos del Real Madrid ante el Al-Ahly y el Al-Hilal no nos previno de que iban a emitir una castaña. Tampoco se le ocurrió preguntar a Kiko o Camacho, entre mención y mención a Operación Camarón, si ellos se creían que eso era un torneo serio. En este caso, quizá hasta sea de agradecer que el giro editorial se deba a estrictas razones económicas y no a las forofadas habituales.

Todos los años leemos que la Supercopa es un torneo de verano, aunque ahora se dispute en invierno, o que la Copa no pasa de un chupito. Siempre es así. Lo único que cambia es quién lo dice, según quién gane. Este año, el Mundial de Clubes es el Trofeo de la Galleta para el diario Sport, por ejemplo, que se volcaba con él cuando era el Barça quien se coronaba. «Un título es un título, pero hay títulos, titulitos, titulillos y luego ya viene el Mundial de Clubs», se desahogaba en este diario Iván San Antonio. Leyéndole, da la impresión de que hasta lo de Mundialito resulta demasiado solemne. Él lo califica como «pachanga», «sinsentido», «estafa al fútbol», «insulto a la inteligencia y al buen gusto futbolístico»… «Este torneo ni siquiera debería sumarse al palmarés en la página web blanca», recomienda. Hasta que escriba algo similar tras una victoria del Barça, le concederemos la misma credibilidad que a las galletas entre Hulk Hogan y El último guerrero.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2 Comentarios

  1. Miguel, no sé si lees esto, pero para tu información, Pressing Catch no era la primera vez en que se emitía ese ¿deporte? en España. Los que ya tenemos una edad, recordamos que en el año 79 se estrenó en la primera cadena de TVE un programa que se emitía los domingos por la tarde y que presentaba José María Iñigo, llamado «Fantástico» y que volvió a emitirse por segunda y última temporada el año siguiente rebautizado como «Fantástico 80». Dentro de «Fantástico», que era un programa contenedor que duraba toda la tarde, había un segmento llamado «Xondo», que eran combates de catch. La gente, que creía que los combates serían reales, al ver lo que pasaba lo rebautizó como «Xongo» (por lo de «tongo»)

  2. la audiencia de la champions en Tve tuvo un promedio de 7.716.000 espectadores y 52,8% de cuota de pantalla y en movistar logró 643.000 espectadores y 4,4% de cuota de pantalla.
    El mundialito en T5 fue seguido por 3.364.000 espectadores, el 25.6% de la audiencia.
    Que tengan que cebar su producto (osea equipo) es entendible, que es mas torneo de la galleta que lo otro las audiencias en españa así me lo hacen pensar.

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