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Sáhara occidental, el país que busca recuperar su tierra y su fútbol

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Selección local participante en la liga entre wilayas en los años 80.

«Hacer todo lo posible por garantizar que todos aquellos que quieran practicar este deporte lo hagan en las mejores condiciones, independientemente del género o la edad». Así describe la FIFA uno de sus objetivos en las disposiciones generales de sus estatutos.

Desgraciadamente, esto no es así. En algunos casos, por motivos externos alejados del margen de maniobra que pueda tener la propia organización. Ya sea una guerra que paralice un campeonato, ya sea un desastre natural que asole un país durante un tiempo determinado o ya sea casos concretos donde por algún motivo religioso haya algún tipo de segregación como en el Emirato Islámico de Afganistán. Al fin y al cabo, todas estas desgracias no dejan de ser temporales y tarde o temprano se acaba retomando cierta normalidad, aunque el poderío talibán ya se haya convertido en algo cíclico. Pero bueno, eso es otro tema.

La cuestión hoy es quer hay países en este mundo que directamente no pueden tener una liga y ese es el caso del protagonista de este artículo: la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Para ponernos un poco en contexto, es conveniente explicar qué es la RASD, qué territorios controla y cuales reclama, entre otras cosas porque le pertenecen. Algo que deja bien claro el activista Taleb Alisalem a Jot Down Sport, ya que no es ningún capricho ni delirio imperialista

El pueblo saharaui demanda lo que es conocido como el Sáhara Occidental que coincide con las fronteras de la época colonial del Sáhara Español. La RASD pertenece a la Unión Africana y allí se decidió que las fronteras africanas coincidieran con el reparto que se hizo siglos atrás por las metrópolis europeas. En teoría, todo parece de color de rosa y que no hay nada que impida que en su territorio se pueda celebrar una competición como en el resto de países de la zona, pero esto es algo que pasa siempre y cuando tu país no esté ocupado por nadie. Porque como todos sabéis el Sáhara Occidental fue ocupado por Marruecos en 1975, primero con la Marcha Verde y seguido de una invasión militar que sustentó esa apropiación del territorio saharaui. Por aquel entonces, el Sáhara aún era una colonia española en las postrimerías de la dictadura franquista con el Caudillo agonizando en el Hospital de La Paz. Y España no hizo nada. Ni en 1975, ni posteriormente. Ahí comenzó una guerra que se perpetúa en el tiempo y que provoca entre otras muchas cosas que la RASD no pueda tener su propia liga de fútbol.

Partido de fútbol en los campamentos de refugiados de Tinduf.

Por un lado tenemos el Sáhara ocupado y «anexionado» a Marruecos, donde aún hay mucha población saharaui. Aquí sí hay fútbol, además del 70% de las reservas mundiales de fosfato. Nadie invade por invadir. Esta zona, que además tiene muchos kilómetros de costa ricos en sardina y pulpo saharaui, está controlada por el régimen marroquí en todos los niveles. Los equipos de fútbol están integrados en la estructura del fútbol marroquí. Aquí vemos el primer caso de colonialismo total y de la importancia que tiene el fútbol para cualquier causa.

Una vez construido el muro que divide el Sahara ocupado del Sahara Liberado, los marroquíes usaron también el fútbol como demostración de su poderío en lo que ellos llaman las Provincias del Sur. De este modo en los años 90 se trasladó allí el Équipe des Forces Auxiliaires de Ben Slimane, de la región marroquí de Chauía-Uardiga. El club cambió de nombre a Jeunesse Sportive Massira y se asentó en El Aaiún, capital del Sáhara Occidental. Podríamos hacer un símil con el Qarabag y su traslado a Bakú, con su dosis de provocación.

El JS Massira compite en la Botola 2, la segunda categoría del país. En esta zona próspera, entre otras cosas por los múltiples recursos naturales con los que cuenta, todos los equipos de fútbol están controlados por la Federación Marroquí. Los jugadores saharauis no pueden jugar con la selección de la RASD, por lo que a todos los efectos constan como futbolistas marroquíes.

Por otro lado, el Sáhara Liberado son todos aquellos territorios al este del muro que ha ido recuperando el Frente Polisario, principal movimiento por la independencia del Sáhara Occidental, desde el comienzo de la guerra en 1975. A pesar de la imagen que podamos tener en España y de que históricamente siempre se ha relacionado con partidos de izquierda o con estados socialistas, el Polisario no es un partido político con ninguna ideología marcada. Es al igual que la OLP en Palestina, el medio para lograr la independencia y convocar unas elecciones democráticas multipartidistas.

En esta zona es imposible que se juegue al fútbol. En primer lugar, porque no hay poblaciones, en gran parte porque tras la invasión Marruecos bombardeó todos los asentamientos que se fueron produciendo por exiliados saharauis al más puro estilo «desbandá». En segundo lugar, porque es un territorio que lleva en combate desde los años 70, con el Polisario practicando una guerra de desgaste frente al ejército marroquí.

¿Y entonces dónde coño juegan al fútbol los saharauis?

Los que no se quedaron en el Sáhara ocupado ni murieron por el camino, se asentaron en torno a la localidad argelina de Tinduf. Allí la población se distribuye en wilayas, organización administrativa del mundo árabe. Cada wilaya lleva el nombre de una ciudad del Sáhara Occidental, aunque no dejan de ser campos de refugiados donde las condiciones de vida son infrahumanas. La población se divide en 5 wilayas: El Aaiún, Dajla, Esmara, Auserd y Bojador y estas a su vez en dairas, que son una especie de municipios.

Equipo participante en la Copa RASD en los campamentos de Tinduf con camisetas donadas por el Barakaldo.

En los campamentos, donde viven cerca de 200.000 personas, hubo un campeonato de fútbol hasta bien entrados los años 90. Primero había una competición en cada wilaya que terminaba con una final entre los cinco representantes de cada una. No olvidemos que hay distancia entre los campamentos, siendo el de Dajla el más lejano de todos. El objetivo de la dispersión de los campamentos fue evitar concentrar a toda la población ante un futurible ataque aéreo marroquí. Esto hace que una liga al uso sea siempre difícil de organizar, más aún cuando los terrenos de juego no son más que unos rectángulos pintados en medio del desierto.

Con esta «pequeña» introducción podemos ver todas las dificultades que ha tenido el pueblo saharaui para jugar al deporte rey y más aún para hacer una selección competitiva. Ya en los años 80 se creó una selección que realizó una gira por Francia y posteriormente, en los años 90, por Italia. Incluso en Cuba, donde la RASD tiene su embajada desde 1980, ha habido combinados de estudiantes saharauis que han participado en torneos locales.

Pintaban los años 90 muy optimistas para los saharauis. El apoyo internacional a su causa era bastante numeroso y Marruecos accedía a desocupar el Sáhara Occidental y celebrar un referéndum. España apoyaba dicho referéndum, además estaba su papel como administradora y responsable del territorio del Sáhara Occidental. Entre otras cosas, porque éramos el país colonizador y en dicho territorio no tenían ningún derecho de soberanía ni Marruecos ni Mauritana, interesados en repartirse el pastel. En ese momento, la RASD estaba cerca de salir de la lista de territorios no autónomos de la ONU. Aunque no olvidemos que esto no sería problema para tener tu selección de fútbol, ya que el 99% de ellos la tienen: Gibraltar, Bermuda, Nueva Caledonia, Islas Caimán, Guam etc…La propia UEFA deja bien claro que está formada por federaciones y no por estados, de ahí que compitan selecciones como Kosovo.

En el Sáhara nunca le dieron la importancia suficiente al fútbol como vehículo indispensable para dar visibilidad a su causa. Es evidente que había otras preocupaciones tales como la mera supervivencia y el mantenimiento de los territorios que había ido recuperando poco a poco el Frente Polisario. Quizá rozaron con los dedos el ansiado referéndum programado para 1992 y con la consiguiente recuperación de todo el territorio del Sáhara Occidental sería mucho más sencillo organizar una estructura futbolística a la altura. El hecho es que tras la negativa marroquí a la celebración del referéndum a principios del Siglo XXI, todo cambió y el fútbol pasó a segundo lugar.

La RASD ha tenido donaciones de clubes españoles desde siempre. En la imagen, un equipo con camisetas cedidas por el Telde.

Desde entonces, las competiciones futbolísticas en los campamentos de Tinduf se reducen a dos fechas: El 27 de febrero se juega la Copa RASD en conmemoración a la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática en 1976 y el 20 de mayo en honor a la fundación del Ejército Popular de Liberación Saharaui y el consiguiente inicio de la lucha armada en 1973. No todos los años se pueden celebrar con exactitud y depende mucho de la situación y de los recursos de los que dispongan.

Casualmente en el año 2001 coincidiendo con el 25 aniversario de la RASD se disputó en Tinduf un amistoso entre la selección nacional y la selección de veteranos de Euskadi. El partido se tuvo que detener a falta de 15 minutos, a las 9:30 horas de la mañana, porque el termómetro marcaba 38 grados de temperatura. Más de 4.000 personas presenciaron aquel 2-2 en el que Euskadi contó con muchos jugadores con pasado en Primera como Roberto López Ufarte, Santiago Bakero, Tomás Orbegozo, Andoni Imaz, José Luis Urrecho, Ricardo Mendiguren, Jokin Uría o Salvador Iriarte, quién hizo las labores también de entrenador.

A partir de ese momento, comenzó a ser mucho más importante el hecho de que el Sáhara tuviera una selección de fútbol. El proceso de descolonización estaba totalmente parado y los distintos gobiernos españoles se ponían de lado una vez más dando toda la potestad a una dictadura alauita que siempre contó con el respaldo de EEUU.

Unos años después se creó la asociación NF-Board, antecesora de Conifa, para dar cabida a territorios cuya soberanía no está reconocida de forma unánime en el panorama internacional. En 2012 por fin pudo llegar el debut saharaui con la quinta edición de la Viva World Cup que se celebró en el Kurdistán Iraquí. Hubo presiones marroquíes para que no pudieran desplegar su bandera saharaui antes de los partidos, metiendo en problemas al gobierno regional kurdo con el gobierno central iraquí. La selección de la RASD cayó en la primera fase de grupos frente al propio Kurdistán y a la región francesa de Occitania (con territorios en Italia y España). Aún así logró el quinto puesto, de 9 participantes, tras vencer 5-1 a Darfur (zona occidental de Sudán con un conflicto étnico desde 2003) y 3-0 a Raetia (histórica provincia romana localizada principalmente en el cantón suizo de los Grisones).

Los medios económicos en el caso saharaui les han impedido durante muchos años participar en todos los torneos internacionales. En primer lugar, porque el dinero suele ir destinado tanto a tema militar como a tema sanitario y alimenticio para mejorar la vida en los campamentos. No se puede comparar al resto de selecciones Conifa que no suelen estar en conflictos armados actualmente. Y en segundo lugar porque es muy difícil movilizar a todos los jugadores disponibles. Por un lado están los de la diáspora, por otro los de los campamentos de Tinduf y finalmente los que viven en el Sáhara ocupado y a los cuales Marruecos no deja competir con otra selección que no sea la marroquí.

Aún así, en 2013 participaron en el Torneo Internacional de los Pueblos, Culturas y Tribus, que se celebró en Marsella tras ser nombrada ciudad europea de la Cultura. Allí se enfrentaron al UGA Ardziv (club de la diáspora armenia en Francia), a Kurdistán y al Tíbet. Completaron la participación Provenza y Quebec, pese a las bajas de última hora de las regiones indias de Nagaland y Ladakh Mientras tanto seguían disputando amistosos, la mayoría de ellos en España. También compitió en 2015 en la Zamenhof Cup, frente a la selección Esperanto. Si, cada día 15 de diciembre se celebra una competición deportiva para conmemorar el día del nacimiento de Ludwik Lejzer Zamenhof, fundador del lenguaje esperanto.

El autobús de la concentración de la selección saharaui en Valencia. Agosto de 2018.

A partir de ese momento, la RASD entendió que el fútbol era algo vital para fortalecer la causa saharaui. De esta manera en 2020 se oficializó la creación de la Federación Saharaui de Deportes en colaboración con el ministerio de Territorios ocupados y diáspora y con el de Juventud y Deportes de la RASD. La diáspora saharaui no se reduce a España si no que también hay una comunidad importante en Francia. Allí vive Ahmed Baba, presidente de la FSD, que le insiste a Jot Down Sport sobre la importancia que tiene el fútbol para dar visibilidad internacional a la causa saharaui. La mayoría de la población saharaui en Francia llegó desde España, sobre todo tras la crisis del 2008.

De hecho, en Francia ha jugado la selección dos de sus últimos partidos frente al Gournay y al Gronfeville. Al frente del equipo está el técnico de 33 años Mohandi Abdelay Mulay criado en España y con experiencia en el Cabecense, Camas o Coria. Han ido elaborando poco a poco una lista de todos los jugadores seleccionables que están federados y ya alcanza cerca de los 250. Uno de ellos es Ali Radjel, actual jugador del Palencia Cristo Atlético de 2ªRFEF y que en la temporada 2019-2020 disputó 3 partidos en Segunda con el Numancia. Este trabajo de base es el que más echaba en falta el propio Mohandi, quien preguntado por Jot Down Sport ha remarcado que es la parte más importante para que la selección tenga éxito real en los próximos años.

Otra labor es la de organizar la Copa de la RASD entre distintos equipos de la diáspora saharaui en Europa que va cambiando de sede cada año y se celebra desde 2011. En 2022, por ejemplo, tuvo lugar en las localidades sevillanas de Ginés y Bollullos de la Mitación. Los 6 participantes de la última edición fueron el Sevitoria (diáspora de Sevilla y Vitoria), Itihad Tifariti (Barcelona), FC Sahraoui (Bélgica y Francia), Baleares FC Sahraoui (Baleares), Mahfud Walad (Euskadi) y Andalucía RASD (Andalucía, mayoritariamente Sevilla y Jerez).

También participa en torneos con categorías inferiores como por ejemplo en 2016 en la COTIF Promeses. En dicha edición la selección la formaban niños saharauis de 10 y 11 años que habían venido en el verano a España aprovechando el famoso programa Vacaciones por la Paz. Dicho programa lleva vigente muchos años en nuestro país, con la acogida durante el periodo estival de jóvenes saharauis por familias españolas. En este torneo, la selección marroquí, que también estaba invitada, decidió no competir.

Once inicial de la selección de la RASD que ganó 1-2 al FC Gournay Juvenil en Le Havre. Agosto de 2022.

Desde la creación de la FSD, la selección saharaui ya tiene una imagen corporativa más profesionalizada que incluye una indumentaria oficial. Se van incrementando las convocatorias con la totalidad de la plantilla compuesta por jugadores federados y la creación también de categorías inferiores como la Sub-21. Con todo ello resultaría sencillo que la federación saharaui tuviera su plaza en la CAF, aunque carezca de liga.

Pero como el fútbol ha sido siempre algo secundario en la RASD, Marruecos movió ficha en 2018 para que solo pudieran pertenecer a la CAF selecciones de países reconocidos por la ONU. De esta manera el acceso del Sáhara estaría completamente vetado. A diferencia por ejemplo de lo que pasa en la UEFA en la que participan federaciones y no países, lo que permite la competición de selecciones como Gibraltar o Kosovo.

El último conflicto futbolístico entre ambos países ha tenido lugar en el Campeonato Africano de Naciones que se está disputando ahora mismo en Argelia. No confundir con la Copa de África, el Campeonato Africano de Naciones es solo para jugadores que militan en clubes de su país y se celebra cada dos años. En la ceremonia de inauguración, Mandla Mandela, nieto del histórico líder del Congreso Nacional Africano, definió al Sáhara Occidental como la última colonia africana y Marruecos, además, acusó a Argelia, la anfitriona, de no autorizar el vuelo en el que llegarían los jugadores marroquíes. Con todo ello, la federación marroquí decidió retirarse de la competición.

Las relaciones de Argelia y Marruecos nunca han sido buenas, sobre todo por el apoyo que siempre han dado los primeros a la causa saharaui. Ahí también entra el componente geopolítico ya que los sueños expansionistas de Marruecos afectarían a territorio argelino. El «Gran Marruecos» incluye la totalidad de Mauritania, Sáhara Occidental, Ceuta, Melilla y territorios de Argelia y Mali.

La realidad del Sáhara Occidental hace muy difícil el fútbol por muchos motivos. No solo por no tener soberanía actualmente sobre su propio territorio, sino que además los campamentos de Tinduf no facilitan tampoco la situación para que la selección pudiera jugar allí sus partidos como local. Por un lado, seguirá habiendo saharauis en territorio ocupado a los que no se les permitiría jamás jugar con su selección y, por otro, aquellos que viven en los campamentos de refugiados y que antes que un balón tendrán que empuñar un arma para mantener aún el control sobre los territorios liberados. Más aún desde 2020, con la escalada de la guerra y la invasión marroquí a Guerguerat, el último reducto del Sáhara Occidental con salida al mar que mantenía el Frente Polisario bajo su control.

Equipo de la diáspora saharaui en Andalucía que ganó la Copa RASD en 2019 en París.

Con estos antecedentes, el desarrollo del fútbol en el Sáhara Occidental ha sido tortuoso y lleno de inconvenientes. También es cierto que la ayuda ha sido nula y tuvo que ser la diáspora en Europa la que se organizó para intentar tener una selección de fútbol desde cero. Sin olvidar que literalmente no cuenta con las infraestructuras necesarias para ello.

Pese a ello, uno de los objetivos de la Federación Saharaui de Deportes es seguir visibilizando la causa y lograr cerrar amistosos de la selección también en Latinoamérica. En Argentina han logrado ya tener los primeros contactos con algún club para abrir vías de cooperación deportiva, pero sin cerrar aún nada de forma oficial.

Ojalá más pronto que tarde veamos a la selección de la República Árabe Saharaui Democrática jugando como local un partido de fase de clasificación para un Mundial en El Aaiún. No será un simple partido, sino que significaría que toda la lucha mereció la pena y que por fin ya no quedan colonias en África. El Sáhara Occidental estaría completamente desocupado y el pueblo saharaui sería libre y soberano después de tantos años. Desgraciadamente todo esto es ficción. El colonialismo sigue vigente en pleno Siglo XXI y el imperialismo sigue siendo el principal sueño de dirigentes y súbditos de medio mundo.

La mejor forma de terminar esto sería con un «continuará», porque la causa saharaui siempre continuará.

4 Comentarios

  1. – Se vería favorecida la RASD si juega amistosos contra Estados que no pertenecen a FIFA (ej.: Mónaco y Tuvalu) y/o Naciones (ej.: Groenlandia, etc)?

    – Cuál sería la posibilidad de que la RASD participe de la Copa Árabe? (aunque sea en calidad de invitada)

    – Y en la Copa de Regiones de la UEFA? (no olvidar que la ONU considera que aún pertenece a España, mientras que Ceuta y Melilla, si, participan de la misma)

    Gracias

    • Buenas.
      -Sí, aunque la falta de medios muchas veces les han dejado sin poder participar en mundiales de Conifa.
      También hay que entender que alguno de esos países que citas igual no quieren enfrentarse al Sáhara para no tener problemas con Marruecos.

      -Cero posibilidades ya que una de las participantes es Marruecos, que vetaría cualquier invitación.

      -Ídem, porque la UE siempre se ha posicionado del lado marroquí. Por tanto UEFA y también España no barajarían nunca esa oportunidad.

      Desgraciadamente tienen demasiados obstáculos. Quizá ser un asiduo a los mundiales de Conifa sería la mejor opción de las 3.

      Un saludo !

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