Ajedrez

La generación de los smartphones, la que ha aprendido a decidir a velocidad acelerada, toma al asalto el ajedrez profesional

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“Cual la generación de las hojas, así la de los hombres”

(Homero, siglo VIII antes de Cristo)

Que las nuevas generaciones habrán de superar y terminar por suplantar a las anteriores es, por el implacable paso del tiempo, una verdad de Perogrullo. Con todo, habrá un tiempo de convivencia intergeneracional, periodo que se dará con mayor o menor armonía, predominando en principio los valores de la anterior cohorte para, al cabo de los años, ser los de la sucesora los que inevitablemente se impongan.

El ajedrez está lejos de ser una excepción a este estado de cosas. Más aún, como se trata de una actividad predominantemente intelectual, podríamos creer que este proceso es aún más esperable.

Es que, por un lado, se evidencia un deterioro cognitivo y de capacidad de memoria de los mayores y, por el otro, los más jóvenes, cual esponjas, aprenden a velocidad creciente de todo lo que los rodea. Por lo que siempre en el ajedrez ha habido estrellas precoces que interpelaran a los consagrados.

Este fenómeno, el de quienes piden abrirse paso, se ve favorecido ahora en el contexto de una Era de la Información que es altamente estimulante y en la que todo pareciera estar, para quienes tienen asegurado su acceso (y la equidad global sigue siendo una asignatura pendiente de la Humanidad), una vía expedita para el crecimiento en todo campo en donde la conectividad favorezca las cosas. Y, si eso ya venía siendo así, qué decir ahora desde que la inteligencia artificial está cada vez más al alcance de las manos.

Es en este contexto en el que, los integrantes de la generación Z (la de los centennials), es decir la de aquellos que nacieron desde 1995 (fecha algo arbitraria que deriva del momento en que se fue generalizando en los hogares el uso de la internet) hasta el 2010, tienen todas las de ganar en cuanto a su preeminencia próxima en el campo del ajedrez.

Magnus Carlsen, el mejor ajedrecista de todos, pero ya no el campeón del mundo, el último gran exponente de los millennials (o generación Y, compuesta por los nacidos entre 1981 y 1994, que vivieron los comienzos de la digitalización), se había propuesto que solo iba a ser parte del match por el título si su rival hubiera sido el joven Alireza Firouzja. Pero, como este tuvo un flojo rendimiento en el Torneo de Candidatos disputado en Madrid el año pasado, quedó fuera de carrera, por lo que el nórdico concretó su amenaza y se retiró de la lucha principal.

Ello decantó en que Liren Ding llegue a lo más alto, convirtiéndose en ese acto, en el primer ajedrecista chino en acceder a la máxima cumbre.

¿Y quién es Firouzja, el rival deseado de Carlsen, ese que no pudo ser?

Alireza Firouzja se enfrenta a Wang Hao L en Moscú en 2019

De hecho, por su actuación en el Superbet Chess Classic, torneo disputado en mayo, Firouzja ya ha ascendido al segundo lugar del ranquin mundial en la medición en vivo, detrás de un Carlsen que solo por ahora parece inalcanzable, superando a Ding y al ruso Yan Nepómniashchi, los protagonistas de la última batalla por la corona, esa que se definió en el cuarto cotejo del desempate.

Alireza nació el 18 de abril de 2003 en Babol, una ciudad poco poblada de Irán, tierra que mucho tuvo que ver con el ajedrez y que en los últimos tiempos viene ofreciendo nuevos valores.

En efecto, el juego en una versión protohistórica ingresó desde la India al imperio persa por la ciudad de Ctesifonte, en los tiempos de dominio sasánida en el siglo VI, para transformarse luego con la cercana Bagdad en el punto neurálgico desde el cual se irradió el vector de transmisión que lo llevaría, primero por Europa (por intercesión también de la cultura musulmana), y luego por el mundo entero.

Firouzja, que en su ciclo vital personal parece seguir el mandato de aquel recorrido, aprendió a jugar al ajedrez a los ocho años, siendo campeón de su país con apenas doce. Ya con catorce alcanza el título de Gran Maestro y a  los dieciséis supera los 2.700 puntos ELO, el segundo más joven en hacerlo, un logro en el que solo fue superado por el chino Wei Yi.

La barrera siguiente, una aún más exigente, la de sobrepasar el puntaje de 2.800, también la superó en diciembre de 2021 (para entonces era referente galo), por lo que no solo es uno de los pocos en la historia de haber tenido tal clase de logro, sino que, y eso es aún más impactante, fue el más joven en hacerlo, superando el récord anterior que estaba en poder de Carlsen.

Desde fines de 2019, dejó de competir bajo bandera iraní, siendo el motivo principal para adoptar esa decisión extrema el hecho de que se sentía limitado, particularmente por deber retirarse de competencias cuando hacían acto de presencia en ellas ajedrecistas israelíes. Estos debían ser boicoteados por mandato de las autoridades de su país natal y eso a Firouzja, como es lógico, le generaba inconvenientes para la normal prosecución de sus actividades.

Parham Maghsoodloo compitiendo en Alemania en 2022 (Foto: Cordon Press)

Firouzja, quien en el último ranquin de la FIDE a 1 de mayo estaba cuarto, acaba de dar el salto para escoltar a Carlsen. El ahora galo, y lo es desde inicios del 2020, por otra parte viene liderando el ranquin juvenil mundial desde enero de ese año.

Está, asimismo, incursionando en el mundo de la moda (¿eligió Francia por esa afición o fue Francia la que le impuso uno de sus emblemas al galo?) evidenciando, en cualquier caso, que el campo de sus intereses no se concentra solo sobre los tableros. Ahí puede haber cierta explicación a su desaparición del campo de las competencias entre fines del año pasado y comienzos del presente aunque, ahora, reapareció con toda la fuerza de su poderío.

Dentro del top 25 del ranquin mundial, además del prodigioso Firouzja, hay otros centennials, como el indio Dommaraju Gukesh, el uzbeko Norbidek Abdusattórov y el también iraní Parham Maghsoodloo, quienes están en el escalafónde la FIDE en vivo al 22 de mayo en las posiciones 18, 20 y 24, respectivamente.

India, la probable cuna del juego, en tiempos modernos se ha transformado en cosa seria, en particular desde la aparición del cinco veces campeón mundial Vishy Anand. De la nueva generación, la más relumbrante figura de esa cantera inagotable de talentos es Dommaraju Gukesh, alguien nacido el 29 de mayo de 2006 en la misma Chennai (o Madrás como muchos la siguen denominando) de la que es el hijo pródigo Anand.

Gukesh lideró un equipo alternativo de India (el B) que en la última Olimpíada en su Chennai en 2022 tuvo medalla de bronce colectiva quedando a un paso de la de oro. Los otros jugadores de ese elenco, con serias aspiraciones a futuro, son los también centennials Arjun Erigaisi, Rameshbabu Praggnanandhaa y Nihal Sarin (39, 46 y 63 del mundo, de diecinueve, diecisiete y dieciocho años, respectivamente).

Quien fuera el primer tablero de ese conjunto fue GM con doce años, siete meses y diecisiete días y, a los dieciséis años, cuatro meses y veinte días (en estos casos se imponen las milimétricas precisiones), es decir hace bien poco pues, se dio el gusto de vencer a Carlsen decantando en el jugador más joven en batir a un campeón del mundo.

En las últimas Olimpíadas obtuvo la presea de oro en lo individual, y ello pese a que cayó en su rendimiento al final tras una histórica actuación inicial en la que cosechó ocho triunfos consecutivos (seis ante GM, incluido uno ante el exsubcampeón del mundo, el norteamericano Fabiano Caruana). Gukesh, con sus flamantes diecisiete años, por sus antecedentes ya luce como un veterano de los tableros. Nada nos sorprenderá si también logra como Anand, quien tal vez por muchos motivos le sirve de modelo, transformarse en el segundo campeón mundial que diera la India.

En la mencionada última competencia olímpica, en la que los jóvenes tallaron como nunca, se llevó el oro, bastante sorprendentemente, una Uzbekistán liderada por un ajedrecista nacido en el 2004.

Se trata de Abdusattórov, que fue medalla de plata en Chennai a nivel individual en el tan competitivo primer tablero quien,al ganarle el encuentro personal a Gukesh marcó quizás el destino definitivo de la competencia a favor de su país y en detrimento de la segunda escuadra local.

El uzbeko es otra de las estrellas que asoman en el firmamento del juego-ciencia; y ya antes de esa consagración olímpica venía de ganar el campeonato mundial de partidas rápidas 2021, convirtiéndose en el más joven de la historia en triunfar en esa especialidad.

Rameshbabu Praggnanandhaa -con mascarilla- habla con un compañero de equipo (Foto: Cordon Press)

Maghsoodloo, por su parte, nació en el 2000 y, con dieciséis años, se convirtió en campeón mundial juvenil, habiendo sido tres veces campeón de su país. Su carrera está creciendo a paso irrefrenable, por lo que su techo de cristal está lejos de estar a la vista.

Con toda la potencia del terceto presentado, sin embargo,hay que registrar los nombres de otros ajedrecistas de esa franja etaria, lade los centennials que, como aquellos, también tienen hambre de gloria.

Es el caso del ahora rumano Richárd Rapport nacido en Hungría en 1996,  ocupando el número 10 (siempre en el ranquin Fide en vivo), quien acaba de asistir a Ding en su consagración mundial; el polaco Jan-Krystof Duda (1998; 21); el mencionado Yi (1999; 26); los rusos Daniil Dubov (1996; 28), Vladímir Artemiev (1998;36) y Kirill Alekseenko (1997; 49); los norteamericanos Hans Niemann (2003; 35), un gran jugador más allá de la polémica que le provocó la acusación de Carlsen sobre el hecho de que habría hecho trampas en un enfrentamiento entre ambos (una suposición que está lejos de haber sido demostrada) y Jeffery Xiong (2000; 42); el rumano Bogdan-Daniel Deac (2001;40); el neerlandés Jorden Van Foreest (1999; 47); el alemán Vincent Keymer (2004; 48), y el ahora serbio (de origen ruso) Alexei Sarana (2000; 50).

Entre las mujeres, hay varias centennials en el top25 del ranquin mundial, y desde las mismas posiciones más destacadas. La primera de ellas es la rusa Aleksandra Goryachkyna, nacida en 1998, escolta a la china Yifan Hou que, habiendo nacido en 1994, bien podría ser también contemplada en la categoría analizada.

Los años de los lindes de las taxonomías son de por sí difusos, por lo que permiten extender las fronteras de los casos a incluir sin posibilidad de error. Está claro que Hou es una hija de los tiempos digitales.

Siendo así, habría que decir que las centennials ya han venido dominando el panorama mundial desde que la china (una de las mejores ajedrecistas de todos los tiempos) llegó a lo más alto. Y eso ocurrió desde marzo de 2015 en que arribó al tope de las posiciones entre las mujeres.

De China vienen también otras notables que integran la generación Z, la actual desafiante por la corona Tingjie Lei (1997; 6, en el ranquin en vivo al 22 de mayo de 2023) y Zhu Jiner, quien ya es GM con veinte años (2002; 12). Completan el panoramalas kazajas Zhansaya Abdumalik (2000; 14), como las otras citadas también GM y Bibisara Assaubayeva (2004; 23), número 1 juvenil femenina desde comienzos de año y campeona mundial de las mujeres para todas las edades en la modalidad blitz en forma consecutiva en 2021 y 2022; la iraní Sarasadat Khademalsharieh (1997; 15); la rusa Polina Shuvalova (2001; 16) y la azerí Gunav Mammadzada (2000; 24).

Lei Tingjie (Foto: Cordon Press)

Otra forma de apreciar el fenómeno de los centennials en el ajedrez es poner el foco ya no en figuras individuales sino en el aspecto colectivo. Jugadores cada vez más jóvenesde la nueva generación acceden al título de Gran Maestro, un fenómeno que se está dando con mucha mayor frecuencia que en el pasado.

Antes, la idea de niño prodigio era excepcional, con un José Raúl Capablanca que fue campeón de Cuba a los trece  años, con un polaco –ya para entonces radicado en los EE. UU.- Samuel Reshevsky dando simultáneas enfrentando a diez rivales con ocho años, o con un Arturo Pomar que en España a los once años ya era subcampeón provincial. En tiempos más recientes, fue más bien un adolescente (y no un niño) prodigio el estadounidense Robert Bobby Fischer, campeón de su país a los catorce años y GM precoz.

Cada vez más niños llegan a esas alturas en forma temprana. El ruso (por entonces ucraniano) Serguéi Kariakin (nació en 1990 por lo que lo de centennial en su caso no aplica) lo fue a los doce años y siete meses; los ya mencionados Gukesh y Praggnanandhaa y el uzbeko Javokhir Sindarov (nacido en 2005), que sí entran dentro de esta categoría, lo fueron también con poco más de doce años.

Además del millennial Carlsen, quien por su genio y capacidad de adaptación y reinvención hace que siga comandando el ajedrez universal nutriéndose de las nuevas tecnologías como pocos, que accedió al título de GM con poco más de trece años, también lo hicieron varios de quienes conforman la generación Z: los mencionados Yi y Abdusattórov y el norteamericano Samuel Sevian (2000; 51) y el indio Raunak Sadhwani (nacido en 2005 y algo curiosamente fuera del top100).

El GM que ostenta el récord de ser el más joven en obtenerlo es un norteamericano de familia india, Abhimanyu Mishra, que lo es desde el mes de junio de 2021, cuando contabacon doce años, cuatro meses y veinticinco días. Hoy día, con promisorios catorce años, tiene todo aún por dar.

El millennial Magnus Carlsen espera un sucesor de la Generación Z (Foto: Cordon Press)

Centennials que han llegado a ser GM, entonces, ya tenemos varios (y el listado que dimos está lejos de ser taxativo), en particular procedentes de las potencias emergentes, en el marco deuna renovación geopolítica del ajedrez que parece querer virar desde Europa y Occidente a Asia y al Oriente. India y China, en ese contexto, son las naciones que más lucen. Aunque también Irán y Uzbekistán vienen ofreciendo ajedrecistas muy promisorios.

Se ha afirmado una y otra vez que los centennials nacieron con un smartphone en las manos, teniendo a las redes sociales como una forma de vida y, en definitiva, nunca están desconectados. Ante el estímulo de tanta información de la que disponen, en el contexto de la sobrecarga sensorial que los (nos) rodea, han debido tomar la práctica de procesar todo con rapidez y, en definitiva, aprender a decidir a velocidad acelerada.

El ajedrez, ya sabemos, exige decisiones en todo momento, jugada tras jugada. En eso observamos una posible asociación de los valores de los nuevos tiempos con los que siempre fueron idiosincrásicos del milenario juego.

Los centennials del ajedrez, entonces, hallan un campo propicio en esta simbiosis del universo real con el virtual, sin desconectarse de las redes, de las que se nutren, permitiendo aprender y practicar un juego que se transforma en pasión, disfrute y forma de vida.

Conectados, los miembros de la generación Z viven y consumen. Nativos digitales que, cual centauros (¿prototipos de cyborgs quizás sin saberlo?), con un pie en la «realidad real» (valga el pleonasmo) y otro en la «realidad virtual» (valga la aparente contradicción), discurren en el contexto de su progreso en el juego y en la vida frente a pantallas que ya son parte de su ser. Las imágenes, por ende, se generan sin solución de continuidad, brindando información y estímulo visual permanente e inevitable para los ciudadanos de un mundo que ya no es ni será lo que ha sido.

Esto, en lo que respecta a los ajedrecistas, conecta perfectamente con una habilidad que requiere el juego: las imágenes ofrecidas sin cesar desde las pantallas son una suerte de sinécdoque de las imágenes mentales de un juego que se vale de la determinación de lo espacial para generar un pensamiento abstracto.

Esto vale, tanto para poder apreciar una partida en un momento determinado, en lo que concierne a la configuración de una posición dada, cuanto para a partir de ello, imaginar futuros escenarios que se darán conforme se elija una variante, u otra, de las que en cada momento ofrece una partida del noble juego. Una abstracción que, en ese contexto, requiere de las mejores y más rápidas decisiones para proyectarse al futuro. Tomar decisiones rápidas, un valor esencial para los estimulados integrantes de la generación Z.

En esta sucesión irrefrenable, que como nos sugiere Homero hace aparecer a una generación tras otra tal como sucede con las hojas que caen de los árboles en otoño para dar paso a otras que florecen en primavera, ya se habla de la existencia de una nueva cohorte, la Generación Alfa, constituida por los nacidos desde el 2010, cuyos integrantes solo conocieron un mundo absolutamente digital.

En este conjunto, asoman algunos nombres para tener muy en cuenta. El turco Yagiz Erdogmus, que habiendo nacido en el 2011 ya es Maestro Internacional (superando actualmente los 2.400 puntos ELO), y el argentino Faustino Oro, nacido en 2013, que tiene el récord mundial de ser el ajedrecista más joven en haber superado los 2.300 puntos ELO, son los nombres más rutilantes. Ambos, actualmente, lideran los ránquines mundiales para menores de doce y diez años, respectivamente, procediendo de geografías que solo en una mirada desprevenida pueden resultar exóticas para el universo del ajedrez.

Por lo pronto, y poniendo en la mira un futuro que inevitablemente se viene, y en forma cada vez más acelerada, digamos para concluir que, cuando Carlsen deje de ser no solo campeón del mundo, sino el mejor de todos los ajedrecistas del planeta (para pasar a la categoría indudable de mito), habrá que darle la bienvenida a un integrante de la cohorte de los centennials que tomará, sin dudas, su antorcha. Y, al hacerlo, encarnará los valores culturales vigentes, como siempre ha sucedido con un ajedrez que ha sabido quedar en cada tiempo asociado con los respectivos climas de época.

 

12 Comments

  1. EXCELENTE ANALISIS DE LA REALIDAD CAMBIANTE (YA DEJÓ DE SER ACTUAL) EN EL AJEDREZ . IMPRESIONANTE, COMO SIEMPRE SERGIO NEGRI!!!

  2. Leonardo Szloss

    Descripción muy precisa de la realidad ajedrecistica actual.Sergio Negri como es ya habitual ,nos da algo mas que un pantallazo.Todo viene acompañado de datos,nombres de cada jugador,fechas. Excelente aporte.Gracias

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  11. José Llorca

    Todo el comentario muy acertado. Nada más agregar que la India y China son los países más poblados del mundo, lo cual les daría una cierta ventaja en esta feroz competencia. Un saludo cordial desde 🇨🇷Costa Rica

    • Muchas gracias José por el aporte. De todos modos es de hacer notar que China e India son países superpoblados desde hace bastante tiempo pero solo recientemente en tiempos modernos se vienen destacando en el ámbito del ajedrez. Saludo cordial

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