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Richard Gasquet: «Si Rafa Nadal jugara hoy Roland Garros con el nivel que tenía en 2007, lo ganaría también»

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Richard Gasquet (Nothing Major Show)
Richard Gasquet (Nothing Major Show)

Fue uno de los mejores tenistas franceses de su generación, pero lejos de dar una satisfacción a la necesitada afición de su país, coincidió con el dominio de Djokovic, Federer y Nadal. De hecho, Richard Gasquet debutó el mismo año que el español, en 2002, pero nunca logró vencerle en un partido oficial ATP, algo que sí hizo con Federer, en Montecarlo, por ejemplo, el mismo lugar donde consiguió doblegar también a Djokovic.

Pero Nadal fue su pesadilla. Logró 600 victorias en el circuito ATP, es el tenista francés con más triunfos de la historia. Llegó a ser número 7 del mundo, se llevó 16 títulos, fue bronce en los JJOO de Londres y ganó un Roland Garros en dobles mixtos con Tatiana Golovin. Fueron 23 años peloteando hasta este 2025, que se ha retirado tras recibir un homenaje en Roland Garros. Sin embargo, como ha recordado en Nothing Major Show, Nadal le sigue obsesionando.

Lo primero, porque considera que él no pudo vencerlo, pero los de ahora, tampoco: «Tengo que decirlo, si Rafa jugara ahora en Roland Garros con el nivel que tenía en 2006, creo que ganaría hoy. Y eso fue hace 20 años».

Richard Gasquet (Foto: Cordon Press)
Richard Gasquet (Foto: Cordon Press)

Cuando habla del español, se le pone un tono melancólico. Coincidir con él fue un martirio: «Yo nunca le gané a Rafa, tío… es un poco duro, ¿sabes? Cuando eres… cuando la gente en Francia… todo el mundo me conoce en Francia. Con Rafa teníamos una rivalidad cuando éramos jóvenes, con 15 años, Rafa y yo estábamos al mismo nivel. Y luego yo hice tres semifinales en Grand Slam y él ganó 24, 22, 24 Grand Slams. Puede doler un poco. Es… se entiende, ¿sabes? A veces estás hablando con la gente y te dicen: ‘Sí, tú empezaste con Rafa, ¿no? Pero él ganó 14 veces Roland Garros y tú hiciste solo unos cuartos de final’. Así que… no es lo mismo. No, no es lo mismo».

Richard Gasquet masacrado por Nadal

Al final, pese a su alto nivel técnico, siempre se estrelló contra él. Todavía recuerda cómo el mallorquín era capaz de destrozar su punto fuerte, el revés a una mano: «Para mí fue Nadal el más complicado, seguro. Nadal fue muy difícil porque jugaba con su derecha, con tanto efecto topspin sobre mi revés, muy alto. Yo era mucho mejor jugando a la altura de la cintura, no tan arriba. Cuando es alto sobre un revés a una mano, es muy complicado. Y él jugaba con su derecha muy liftada a mi revés, así que era muy duro».

Gasquet añade otro detalle que completa el diagnóstico táctico: «Y luego con su revés, que era muy plano, iba a mi derecha… y yo no soy muy bueno cuando me juegan plano a la derecha, no era el mejor en eso». Ya fuera con su revés, prodigio de técnica y estética, o de cualquier otra manera, los puntos siempre se resolvían a favor de Nadal, porque sabía explotar de forma sistemática sus debilidades.

Pero más allá del plano técnico, la barrera también fue mental. «Perdí la fe. Perdí completamente la creencia de que podía ganarle. Mentalmente, hacia el final de mi carrera, jugar contra él era un desastre». No solo hay admiración por el campeón de 22 grandes en sus palabras, sino la resignación de alguien que, por más que se preparara, sabía que no bastaba. Frente a Nadal, Gasquet no solo perdía partidos: perdía la esperanza.

Richard Gasquet (Foto: Cordon Press)
Richard Gasquet (Foto: Cordon Press)

Pese a su bestia negra, Gasquet construyó una carrera basada en la regularidad, la técnica refinada y un revés a una mano considerado de los más bonitos y eficaces del circuito. «Estar en el top 10 durante cinco años fue un gran logro para mí… Solo poder jugar al tenis, tenemos suerte de disputar todos estos grandes torneos». Reconoce con sinceridad que no siempre tuvo las armas necesarias para vencer en los grandes escenarios, pero nunca dejó de intentarlo: «Cuando estuve en semifinales intenté llegar a la final, intenté ganar, pero fue demasiado difícil para mí alcanzar otro nivel».

Al final le quedó la sensación agridulce de haber coincidido con tamaños astros. «Perdí muchas veces contra estos jugadores, quizá 60 veces: 20 veces contra Roger, 20 veces contra Novak… Duele, ya sabes, cuando estás perdiendo, entrenando, y al día siguiente sales a la calle y la gente te dice: ‘¿Has perdido otra vez?’». Sin embargo, afirma sentirse satisfecho con lo que logró. «Si al principio me hubieran ofrecido firmar para tener esta carrera, creo que habríamos firmado. Lo hicimos lo mejor que pudimos y tenemos la suerte de haber tenido una carrera en el tenis».

Lo que sí tiene claro es que, sin ellos, podría haber llegado a lo más alto. «En otra época, podría haberlo conseguido… Es otro nivel ganar una final, es algo grande», afirma. Aunque en su palmarés figuran tres semifinales en majors, nunca pudo dar el salto definitivo: «Creo que habría llegado a una final, seguro. Muchos otros lo hicieron. Yo no pude. Si esos tipos no hubieran estado, habría tenido más oportunidades y habría sido mejor, seguro. Pero ganar un Grand Slam… no estoy seguro».

Entre generaciones

A la hora de comparar con el resto de generaciones, en su opinión, el circuito actual ofrece más oportunidades a los jugadores para alcanzar las rondas finales, en contraste con la impenetrabilidad que caracterizó a la década de los 2000 y 2010. «Antes, para ganar un Grand Slam, era muy muy difícil… Tenías que vencer a Murray, tenías que ganar a Djokovic, a Federer y a Nadal», recuerda. La simple imagen de ese vestuario en una semifinal, con los tres gigantes sentados cerca, aún le resulta intimidante. «Me acuerdo de mi primera semifinal, estaba en el vestuario con mi entrenador, y al lado estaban Djokovic, Federer y Nadal. Le dije: ‘Joder, no es fácil’».

Richard Gasquet (Foto: Cordon Press)
Richard Gasquet (Foto: Cordon Press)

Gasquet observa con interés el panorama más abierto de los últimos años, aunque advierte que el dominio del pasado podría repetirse si jóvenes como Jannik Sinner y Carlos Alcaraz siguen evolucionando. «Ahora es más fácil ganar. Ganó Medvedev, ganó Ruud, ganó Draper en Indian Wells. Está todo más abierto», sostiene. Sin embargo, no cree que esa tendencia se mantenga necesariamente: «Sinner y Alcaraz tienen solo 21 o 22 años. Tienen la capacidad de llegar al nivel de Nadal y Djokovic. Quizá no ganen 24 Grand Slams, pero pueden ser muy grandes en el futuro».

Una vida sin polémicas

A lo largo de su carrera, Richard Gasquet mantuvo una reputación de jugador respetuoso y reservado, alejado de polémicas extradeportivas. Él mismo lo reconoce: no tuvo grandes conflictos personales en el circuito. Sin embargo, al repasar algunas de sus experiencias, no duda en señalar a ciertos rivales que le generaban incomodidad, ya sea por su actitud o por su comportamiento en la pista. «A mi edad, era Berdych», comenta con cierta cautela, aludiendo a una relación distante con el checo Tomáš Berdych. «A veces no era muy amistoso conmigo… Lo conocía bien cuando empezamos, pero diría que no fue muy cálido».

Más directa es su opinión sobre otros dos jugadores: «A veces Radek Stepanek en la pista… un desastre. Mentalmente era muy, muy duro para mí». También Tommy Robredo aparece en su lista de adversarios complicados: «En la pista era muy insistente, muy pesado». Pero quizás el juicio más tajante lo reserva para el gigante croata: «No me gusta Karlovic. Simplemente no lo soporto».

Rituales y supersticiones

También fue, como Nadal, un jugador maniático con sus rituales. Uno de los más visibles y comentados es su costumbre de cambiar el grip de la raqueta en cada cambio de lado. «Realmente sudo muchísimo, quizá soy el que más suda del circuito», explica. Esa necesidad fisiológica se tradujo en una rutina ineludible: «Tenía que cambiarlo, no podía jugar de otra manera». Para Gasquet, más que una excentricidad, era una necesidad técnica y mental para mantener el control sobre su juego en condiciones extremas.

Richard Gasquet (Foto: Cordon Press)
Richard Gasquet (Foto: Cordon Press)

Uno de los momentos más recordados de su carrera no tiene que ver con un punto brillante, sino con un episodio en el US Open, en plena ola de calor y humedad. «Las condiciones eran un desastre», recuerda entre risas. «Sudaba tanto que me asustaba desde el día anterior… Me bebía diez botellas de agua por miedo». En medio de un cambio de lado, con la ropa completamente empapada, decidió lanzar sus calcetines al suelo de la pista, una imagen que quedó grabada en la memoria del torneo y que simboliza, en parte, la crudeza de competir bajo condiciones extremas en Nueva York. «Sí, fui yo. Puse los calcetines en la pista», confirma entre sonrisas.

A esa escena casi surrealista se suma otro detalle peculiar de su carrera: el tamaño desproporcionado del butt cap, la base del mango de su raqueta, notoriamente más grande que la habitual. Gasquet no intenta justificarlo, simplemente lo acepta con cierto asombro: «Mentalmente, no sé cómo llegué a jugar con eso. A veces, cuando me voy a la cama y veo la raqueta, me digo: ‘Estás loco, estás completamente loco’».

Superficies

Richard Gasquet nunca ocultó su predilección por el césped, una superficie que supo interpretar y dominar con naturalidad. «En hierba puedes jugar con slice, puedes ir a la red, puedes hacer dejadas, puedes jugar lento… puedes hacerlo todo», explica con entusiasmo. Para un jugador con talento técnico y sensibilidad en la mano, ese abanico de opciones representaba su hábitat ideal. Frente a la rigidez estratégica que imponen otras superficies, en el césped Gasquet sentía que su tenis tenía más espacio para expresarse en plenitud.

Richard Gasquet (Foto: Cordon Press)
Richard Gasquet (Foto: Cordon Press)

Además del componente táctico, el francés señala un aspecto físico que jugó a su favor. «Físicamente, aunque sea un partido largo, no terminas tan destruido. Puedes jugar cinco sets y no estás destrozado después». Esa menor exigencia corporal le permitía rendir mejor en torneos prolongados, sin el lastre que podía implicar la humedad o la pesadez de una pista lenta. En su carrera, eso se tradujo en actuaciones especialmente destacadas en Wimbledon, donde su estilo encontraba terreno fértil para brillar.

Gasquet encontraba en el césped el lugar donde su talento se sentía más libre. «Era mi lugar. Yo tenía talento para jugar lento, con slice, dejadas, subir a la red, devolver… hacer un poco de todo». Frente a la tierra batida o a las condiciones de humedad del US Open, que definió como «una pesadilla», la hierba le ofrecía control, creatividad y una mejor conexión con su juego. Era, en sus palabras, el entorno donde más disfrutaba competir.

3 Comentarios

  1. Extraordinarias explicaciones sobre sus rivales y sobre sí mismo. Un grande del tenis. Con mucha personalidad y estilo.

  2. José Matas

    Verlo jugar una maravilla,que buen análisis.

  3. Pingback: Richard Gasquet reflexiona sobre su carrera y la rivalidad con Rafa Nadal - Hemeroteca KillBait

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