
Últimamente, se le están poniendo muchos micrófonos por delante a Romario porque no está dando puntada sin hilo. La selección brasileña se encuentra en una crisis profunda, se especula con la llegada de un técnico europeo, Carlo Ancelotti, y nadie mejor que él para hablar de rescatar a una canarinha que llevaba años de sequía.
En una entrevista con Duda Garbi, ha pegado un repaso a los jugadores de la selección que no ha estado precisamente exento de sinceridad. Sobre Neymar, ha dejado claro que el equipo tiene que girar en torno a él: «En el 70 jugaron para Pelé y Brasil ganó, en el 94 jugaron para mí y ganamos, en 2002 jugaron para Ronaldo y ganamos. Y el próximo año, si Neymar está al cien por cien en lo psicológico, técnico y físico, hay que jugar para Neymar. Porque Neymar sigue siendo el mejor jugador brasileño».
Claro que todo estará supeditado a cómo se tome él ese liderazgo: «Eso depende de que él entienda que tiene la condición de cargar con ese peso. Calidad técnica y ganas, yo creo que las tiene. Pero tiene que estar bien. Le vi y estaba animadísimo. Creo que debe estar un poco frustrado por haber tenido otra lesión justo cuando empezaba a tomar ritmo. Pero aún hay tiempo, hay mucho por pasar».
Pero el problema no está en un solo jugador, para Romario es la generación la que tiene que ser consciente del peso de la historia: «Tenemos a Raphinha, tenemos a Vinícius Júnior, que son jugadores que realmente pueden ayudar a Brasil, en mi opinión. Vinícius Júnior, por ejemplo, es el mejor actualmente. Es el mejor jugador del mundo».
También confía en otros nombres, como Pedro, delantero del Flamengo: «Mi 9 de la selección es Pedro, del Flamengo. Está casi un año fuera, pero tiene la edad justa para recuperarse bien. Espero que vuelva y se ponga la camiseta de la selección».
En cuanto a los más jóvenes, Romario destaca el entusiasmo y la madurez con la que enfrentan el reto. Sobre las nuevas promesas, dice: «Endrick me parece un chico con muchas ganas de vestir la camiseta de Brasil. Sabe la responsabilidad que tiene y está luchando por ser nuestro delantero».
El problema que le diagnostica a la selección es el que tuvo que soportar él en 1994. Como ya comentó en otra entrevista reciente, cuando acudió al Mundial de Estados Unidos, todavía tenía presente la frustración de la Brasil de los años ochenta. Hoy pasa igual: «Es difícil para estos chicos porque siempre los comparan con generaciones anteriores: la del 2002, con Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho, o la nuestra con Bebeto y yo». Sin embargo, para Romario, las comparaciones deberían ser un incentivo, no un obstáculo: «Pero eso no puede afectarlos. Al contrario, si me comparan con Ronaldo o conmigo, yo haría todo para acercarme o hasta ser mejor. ¡Es un honor!»
No obstante, cree que los jugadores ya tienen una edad y un prestigio y tendrían que estar a la altura de las circunstancias: «Ahora es el momento de los chicos. Tienen que asumir la responsabilidad. Es difícil, pero ganan millones, no pueden sentirse mal porque los comparan con los grandes. ¡Eso es lo que hay!»

Más allá de nombres y generaciones, Romario critica con amargura la pérdida de alegría y creatividad en el juego del Brasil actual. Ya no hay gambetas, ni rabonas, ni el jogo bonito que caracterizó a su generación. Solo Neymar y Vinícius son la excepción: «Hoy el juego es muy físico, muy rápido. Ya no se pisa la pelota, no se hace una lambreta, no hay rabona, ni gambetas. Antes veíamos goles bonitos, uno contra uno. Hoy eso es muy raro».
Frente al declive futbolístico, la elección del próximo seleccionador nacional es una cuestión urgente. Romário reconoce que su postura ha evolucionado: «Antes no creía que Brasil pudiera tener un técnico extranjero. Hoy ya he cambiado de opinión». Aunque se atreve a dar nombres, no entra en el que está en los medios, sino que da otro: «El ideal sería Guardiola».
Además, en una ocasión reciente, empleó la expresión porrada neles (pateárlos) que no fue entendida, dice, y ha tenido que matizarla: «La frase ‘¡porrada neles! fue malinterpretada. Para mí eso significa llegar y marcar goles, ganar dentro de la cancha. Pero algunos entendieron otra cosa».
Su reacción estaba justificada, explica, por partidos como el de Argentina, en el que Brasil perdió por 4 goles a 1: «Brasil jugó muy mal. Si hubiera sido un partido parejo como otros, ok, pero no. Y Argentina jugó lo que hay que jugar. Por eso dolió más».
Recuerdos del Barça
Sobre su carrera, Romário no duda en señalar que su paso por el FC Barcelona fue la cumbre de su carrera: «Fue en el gran momento de mi vida, donde jugué en el equipo más grande del planeta, que es el Barcelona». El club estaba asentado cuando llegó y por eso creyó que no sería fácil ser uno más: «Pensaba que me costaría un poco integrarme a un grupo que ya estaba formado. Y que yo iba a jugar. Entonces alguien iba a quedar fuera, alguien iba a hacer mala cara, alguien se iba a ir».
Sin embargo, contra lo que podría esperarse, su adaptación fue más rápida de lo previsto, gracias en gran parte a una figura inesperada: Hristo Stoichkov. El delantero búlgaro, con quien muchos anticipaban malos rollos, se convirtió en su principal apoyo: «Stoichkov, que en principio uno pensaría que competiríamos por la misma posición, fue el que más me acogió, el que más me abrazó. Fue un hermano que gané en el fútbol».

La conexión con Stoichkov trascendió los límites del campo de juego. Durante el nacimiento de su hijo Romarinho, cuando Romario estaba concentrado con la selección brasileña, fue la familia del búlgaro quien se encargó de acompañar a su mujer en el hospital: «Ayudó mucho a Mônica durante el embarazo, sobre todo cuando yo tenía que salir del Barcelona, especialmente cuando nació Romarinho. La familia de Stoichkov estuvo en ese momento en el hospital para ayudarnos con Romarinho, porque yo estaba aquí, en aquel partido entre Brasil y Uruguay».
Problemas de salud
Sobre sus problemas de glucosa, ha revelado que le preocuparon seriamente cuando estaba perdiendo el deseo sexual: «Mi glucosa llegó a 480. Ya tenía problemas para ver… el líbido también estaba medio raro, y ahí ya es complicado. Pero gracias a Dios hoy tengo la glucosa entre 90 y 100, ya no soy diabético, veo bien y tengo un tesón del carajo».
Prohibido olvidar que Hernández Hernández, árbitro del Clásico, se reunió con el Real Madrid y con Tebas antes del partido. Ya lo decía Leo Messi: cada Liga ganada contra esta mafia tendría que contar por diez. Honor al Barça de Flick: contra todo y contra todos. FCBarcelona
LO MEJOR NO ES GANAR AL MADRID
LO MEJOR NO ES GANAR LA LIGA
LO MEJOR ES Q TODO EL MUNDO HA VISTO Q LO DE NEGREIRA ES UNA MENTIRA CREADA PARA TAPAR LOS ROBOS DESDE TODOS LOS TIEMPOS DL MADRID.
CONTRA TODO Y CONTRA TODOS!!!!
El aura de este FC Barcelona es insuperable.
Que este Barça no sea campeón de Europa es de las mayores injusticias del fútbol.
Lamine Yamal con 17 años enseñando a jugar al fútbol al Madrid de Mbappé, a Vinicius Luther King ya ni lo nombro 🤣
Mi ética no me lo permitiría !!
Ganar como lo suele hacer la mayoría de las veces el Real Madrid , ni mi ética, ni mi conciencia me lo permitiría. No, no sería del Real Madrid nunca.
¿Negreira?
Nunca existió, un bulo de época creado para borrar que el presidente de LaLiga y de la RFEF son madridistas, que la Yoli Parga (mujer del delegado del madrid) está tiene un buen cargo en la federación, para olvidar a Aznar, Ley Mbappé, José Plaza, los audios del presidente. Ni con 500 negreiras se consigue igualdad. Es casi imposible ganar.
Florentino Pérez y Javier Tebas, antesdeayer hicieron una reunión con el CTA y Hernández Hernández con el fin de adulterar el partido de hoy. El colegiado ha hecho todo lo que ha podido cumpliendo con lo pactado, robando sin piedad a un Barça indefenso ante esta Mafia.
¿Me lo parece a mí o Jot Down se ha empeñado en blanquear la figura del impresentable y mediocre jugador brasileño? porque ya van unos cuantos artículos con su nombre en el titular. Gracias a todos los que de verdad entienden este deporte que no se le diese un reconocimiento como el Balón de Oro que hubiese sido a todas luces inmerecido y que también hubiese manchado el premio. Los pandilleros con déficit psíquico no deberían entrar en esas quinielas.
El fascismo se cura leyendo, el nacionalismo viajando y el barcelonismo… bueno, ese complejo de inferioridad no es fácil erradicar, es como la conciencia de clase, te acompaña hasta la sepultura.