Ciclismo

Peter Sagan: «Oleg Tinkov me dijo: ‘No, tú eres corredor de etapas, ya tenemos a Alberto Contador para líder’»

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Peter Sagan (Foto: Cordon Press)
Peter Sagan (Foto: Cordon Press)

En uno de los últimos episodios de Cyclist, Peter Sagan ha dado una entrevista en la que ha repasado toda su carrera, pero sin un ápice de nostalgia, muy satisfecho por haberlo dejado y contento con su legado. Uno de los momentos más destacados ha sido cuando ha explicado cómo le pusieron en su sitio nada más llegar a Tinkoff, donde coincidió con Alberto Contador: «Después, cuando fui a Tinkoff, él [refiriéndose a Oleg Tinkov] era muy buen mánager y podía ver al ciclista, y me dijo: ‘No, no. Tú eres un corredor para clásicas y para victorias de etapa y cosas así. Tenemos líderes en el equipo’. En ese momento estaba Alberto Contador en el equipo, y para otras carreras también Rafał Majka y otros ciclistas. Entonces no tuve ninguna presión real sobre mí para que hiciera la general o algo así. Me dijeron: ‘Solo sigue con lo que estás haciendo, estar en forma, hacer lo que ya hiciste hasta ahora, y vamos a lograr grandes cosas’». Quizá perdió protagonismo, pero señala que también gracias a ese rol pudo disfrutar más su carrera e incluso alargarla.

Siguiendo el repaso a grandes de su tiempo, Sagan dedica palabras especialmente cálidas a Mark Cavendish, uno de los grandes velocistas de todos los tiempos. En la entrevista, recuerda con orgullo haber compartido pelotón con él y lo incluye entre las figuras legendarias con las que tuvo la fortuna de coincidir en su carrera. Para Sagan, haber formado parte de la misma generación que Cavendish fue un privilegio: «Es un gran honor haber sido también parte del grupo cuando Mark estaba en él, aunque todavía sigue».

De hecho, confiesa que celebró la histórica victoria de Cavendish en el Tour de Francia de 2024, con la que rompió el récord absoluto de etapas ganadas. «Ahora puede retirarse en paz consigo mismo», ha dicho, «fue algo muy bonito de ver, que un ciclista de la vieja escuela todavía puede ganar en el Tour de Francia después de todos los momentos difíciles o años que tuvo durante su carrera». También menciona a Fabian Cancellara como uno de los grandes «que era mucho mayor que yo».

Peter Sagan (Foto: Cordon Press)
Peter Sagan (Foto: Cordon Press)

Sobre el mejor en al actualidad, Tadej Pogačar, lo considera una verdadera excepción en el ciclismo moderno: «Es fuerte en todas partes: en la montaña, en las clásicas…». Pogačar encarna una nueva generación de ciclistas que desafía los moldes tradicionales del pelotón. Revela que le ha hecho creer que «»es posible ser como Eddy Merckx», en referencia al legendario ciclista belga conocido por su dominio total del calendario. Con la victoria de Pogačar en el Tour de Francia y su triunfo en monumentos como el Tour de Flandes, Sagan considera que se ha abierto una puerta que parecía cerrada en el ciclismo contemporáneo, donde la especialización extrema había limitado las hazañas de este tipo.

El eslovaco evita caer en comparaciones directas entre su generación y la actual, pero confiesa estar fascinado con los líderes actuales, a los que llama los  «personajes fuertes del pelotón». Ahí incluye a Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel, «ya son como chicos de la vieja escuela», dice, «es muy bonito verles, son fuertes y saben lo que quieren».

El retiro del ciclismo de Peter Sagan

Peter Sagan anunció su retiro del ciclismo de carretera en 2022, aunque su despedida definitiva de la competición llegó tras disputar el campeonato nacional de mountain bike en Eslovaquia en 2024. Consciente de que ya no tenía la misma motivación ni ambición que le habían llevado a competir durante más de una década, decidió aparcar la bicicleta y centrarse en su vida personal: «Después de 14 años, estaba cansado. Era difícil encontrarme a mí mismo».

Echaba de menos vivir una vida no tan monopolizada por la bicicleta y la competición, con todas las exigencias que supone: «En cierto punto pensé: ‘Tengo que cambiar algo. Estoy cansado del ciclismo. Hice lo que hice y quiero enfocarme en otras cosas’». En su último Tour, se sintió satisfecho con el resultado y vio que era el momento de plegar velas: «Cuando terminé mi último Tour de Francia, vi que era feliz. Me dije: ‘Finalmente se acabó’».

No estaba acabado, todavía había equipos detrás de él, «tenía ofertas. Podía continuar en el ciclismo, pero ya no lo sentía», confiesa. Y lo de meterse a mountain bike tampoco tuvo un significado profesional, en realidad, solo quería poner el punto y final en casa: «Fue más bien una manera de terminar mi carrera en Eslovaquia».

Aunque sigue vinculado a la bicicleta a través de eventos benéficos. Uno de los más llamativos fue el cruce en bici acuática desde Córcega hasta Mónaco, como parte de una iniciativa de la Fundación de la Princesa Charlene. También participa en pruebas como el Titan Desert, donde el objetivo ya no es ganar, sino pedalear con otras personas, compartir vivencias y disfrutar del deporte de una manera más humana y cercana. El resto del tiempo, se dedica a actividades como el senderismo, deportes acuáticos, gimnasio…

Cuidado de la salud

También avisa de que a él ya se le aparecieron las red flags. Durante una carrera de mountain bike en España, sufrió una arritmia grave que disparó su frecuencia cardíaca por encima de las 220 pulsaciones por minuto: «Primero pasó en un entrenamiento, pero con mi entrenador no le dimos importancia… dijimos que podría ser una interferencia o un error. Después, para la carrera, dije que no iba a llevar la banda de frecuencia cardíaca… pero el fisio me dijo: ‘Después de lo del entrenamiento, es mejor que la uses. Tras 20 minutos de carrera, vi en mi ordenador que estaba a 225 [pulsaciones]. Empecé a sentirme mal, perdí toda mi fuerza, no podía respirar, sentía que no oxigenaba mi cuerpo. Empecé a perder posiciones, me adelantaban todos. Después me caí, y creo que fue como si el cuerpo se reiniciara».

Peter Sagan (Foto: Cordon Press)
Peter Sagan (Foto: Cordon Press)

Y lo escalofriante es que no se retiró: Empecé a sentirme normal otra vez, remonté posiciones… pero luego rompí la cadena y no pude terminar la carrera». Le salvó la vida la tecnología: al final fue bueno haber llevado esa banda, porque gracias a eso vimos que estuve más de 220 pulsaciones durante unos 18 minutos. Cuando analizamos los datos, dijimos: ‘¿Esto fue real? ¿O un error?’». Y era real, tan real como que tuvo que operarse.

Ahora lleva consigo un sensor que transmite en tiempo real los datos de su corazón al hospital, y cada entrenamiento es monitoreado con atención. Desde la intervención no ha tenido ninguna recaída, lo que le permite volver a montar en bicicleta con seguridad y sin miedo.

Lo más duro fue aceptarlo, le costó bastante: «Le pregunté al doctor ‘¿Por qué me ha pasado esto si soy deportista, siempre he comido bien, siempre he entrenado bien?’ Y me contestó: ‘A veces no hay explicación. Tal vez naciste con esto y simplemente ha pasado ahora’. Cosas así pasan, hay que aceptarlo, todo lo malo viene por algo bueno. Es la vida».

La presión mediática

En la parte negativa de su carrera, habla con notable sinceridad sobre el impacto mental que tuvo estar catorce años al máximo nivel. Sufrió un desgaste considerable: «Desde el principio todo es bonito, estás ganando, todo parece fácil… Pero después es muy duro mantenerse en la cima. Sentía que era demasiada presión sobre mí, tal vez era solo yo pensándolo así, pero era como demasiada gente, demasiadas entrevistas, lo mismo una y otra vez. Y ya eran 14 años así. Después tuve a mi hijo, ya tiene casi siete años, y no pasaba tiempo con él. Entonces pensé: ‘Tengo que cambiar algo. Estoy cansado del ciclismo. Hice lo que hice y quiero enfocarme en otras cosas’».

A lo largo de su carrera, hubo muchas voces que sugerían que tenía el potencial para luchar por grandes vueltas y convertirse en corredor de clasificación general. Sin embargo, él nunca compartió ese deseo: «Nunca lo sentí en mi cabeza ni en mi corazón. Yo nunca fui ese tipo de persona que quería ir por la general. Siempre dije: ‘No, quiero mantener los pies en la tierra. La general no es para mí.’ Quería ser el tipo de corredor que va a por victorias de etapa o por las clásicas».

En su reflexión sobre la carrera que lo convirtió en una figura icónica del ciclismo moderno, Peter Sagan evita cuidadosamente las comparaciones directas con corredores actuales como Tadej Pogačar o Jonas Vingegaard, y mucho menos con leyendas como Eddy Merckx: «Si vamos a comparar el ciclismo de hace 5, 10 o 15 años con el de ahora, podemos hablar de eso… pero nunca vamos a saber la verdad. No puedes comparar, porque ellos no estaban corriendo en mi tiempo. Y yo no estoy corriendo con ellos ahora. Es una historia sin final. Nunca vamos a llegar a ninguna conclusión. Lo que yo hice, ya está hecho. Lo que ellos van a lograr, eso es el futuro. Cada ciclista tiene su momento».

Peter Sagan (Foto: Cordon Press)
Peter Sagan (Foto: Cordon Press)

Y en su recuerdo, no solo se refiere a los campeones, sino también a los gregarios, los «trabajadores del pelotón» que, aunque invisibles para el gran público, fueron fundamentales para su éxito y su experiencia como ciclista profesional: «Pasé muy buenos 14 años como ciclista profesional. Conocí a mucha gente increíble, buenos corredores… incluso si eran solo trabajadores, gregarios, ayudantes del líder. Conocí a muchos buenos chicos, y eso es lo que tengo en mi corazón. Fue un gran honor haber corrido con ellos».

Los caballitos

Uno de los aspectos más recordados Sagan y que le hicieron un ciclista muy carismático fueron sus pequeñas idas de olla, como hacer caballitos en plena etapa o cruzar la meta con celebraciones poco convencionales, además de sus respuestas humor en entrevistas: «Nunca planeé nada especial en las entrevistas. Todo lo que hacía era lo que sentía. Ese era yo. Cuando tienes un buen momento, después de la carrera, y todo está terminado, puedes relajarte. A mí estas cosas me venían de dentro, no estaba actuando. Eso es lo importante en la vida, ¿sabes?, tener tu personalidad. No se trata tanto de resultados, como de ser tú mismo y encontrarte a ti mismo». Su magnetismo queda reflejado en la entrevista, cuando los presentadores recuerdan cómo Tom Boonen, otro grande de las clásicas, confesó en una ocasión que soñaba con hacer caballitos como Sagan.

Ese fue su gran legado. En tiempos en que la presión por los resultados puede aplastar la dimensión lúdica del deporte, Sagan supo conservar el «jugar» como parte de su forma de correr. Con esa actitud, mezcla de talento, humor y salidas de tono divertidas, no provocativas, logró el favor del público y, por lo que parece, la paz consigo mismo.

 

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