Según chess.com, la ajedrecista y campeona rusa Amina Abakarova ha sido suspendida por la Federación Rusa de Ajedrez y se enfrenta a cargos penales por presuntamente tratar de envenenar a su rival, Umayganat Osmanova.
El incidente ha tenido lugar en el Campenato de Ajedrez de Daguestán el pasado 2 de agosto y ha sido filtrado ahora por una cuenta de telegram. La prueba incriminatoria es un vídeo de las cámaras de seguridad del torneo que registraron como Abakarova se colaba en la habitación donde estaba el tablero de ajedrez en el que tenía que jugar Osmanova 20 minutos después. En las imágenes se ve cómo manipula las piezas y lo que ha trascendido es que las estaba impregnando con el mercurio extraído de un termómetro.
Según el testimonio de telegram, Osmanova se dio cuenta en el acto, el resto de jugadores se puso a gritar y un juez pudo recoger la prueba del envenenamiento en una bolsa. rtv1.com, además, señala que Osmanova se empezó a sentir mal, con náuseas y mareos, media hora después de estar en contacto con el tablero manipulado por su rival. Otra jugadora y un miembro de la organización también enfermaron. En declaraciones a medios rusos, manifestó: «Todavía me encuentro mal, los primeros minutos sentí que me faltaba el aire y un sabor a hierro en la boca. Tenía que haber estado cinco horas delante de ese tablero, no sé qué habría pasado si no me hubiese dado cuenta».
Parece que Abakarova había decidido vengarse por una ofensa que no ha quedado aún clara. Lo único que se puede demostrar es que se acababan de enfrentar en la final del torneo, en Makhachkala, obtuvieron la misma cantidad de puntos, pero la victoria fue para Osmanova por «indicadores adicionales».
Lo más llamativo es que las dos ajedrecistas se conocían desde niñas y siempre han sido competidoras a nivel regional. Abakarova es de Makhachkala y Osmanova de Kaspiysk, dos ciudades separadas por apenas un kilómetro. Los medios locales también citan que su intención no era matarla, sino darle un susto. Ahora se enfrenta a una posible pena de tres años de cárcel y a una prohibición de por vida para jugar al ajedrez. Abakarova, de 40 años, tiene un ranking de 1858 según el sistema de clasificación FIDE, lo que la sitúa en los niveles intermedio y avanzados, aunque todavía no en un nivel maestro, para lo que necesitaría un 2200.
Agresiones físicas en el ajedrez
El ajedrez, pese a la fama que le precede, es un juego que ha estado relacionado con ambientes turbios desde sus inicios. No todo han sido reyes, cortesanos y caballeros. De hecho, a veces esos mismos personajes han podido perder los estribos con una partida. Tal fue el caso Al-Walid, califa omeya que llevó exitosas campañas militares en las costas de la Península Ibérica, las Islas Baleares y Sicilia. Vivió entre 668 y 715 y también construyó hospitales y escuelas. Sin embargo, un día, jugando al ajedrez con uno de sus cortesanos que tenía más nivel que él, se dio cuenta de que le estaba dejando ganar. El historiador del ajedrez Bill Wall encontró un manuscrito árabe en el que viene reflejado que el califa le dijo: «Vil adulador, cómo se te ocurre jugar conmigo al ajedrez de forma tan estúpida» y cogió el firzan, equivalente a la reina, y le rompió la cabeza con él. Es lo mismo que hizo Carlomagno con un príncipe de Baviera, pero esta vez fue con la torre. Aquí no le dejaron ganar, sino que perdió repetidamente y por eso le golpeó en la cabeza con la pieza acabando con su vida en el acto.
En el siglo XIII, hay rastro de múltiples apuñalamientos en partidas de ajedrez en Inglaterra y sus correspondientes procesos judiciales. En la Edad Media, un asesinato derivado del ajedrez se consideraba un delito menor. Dice Wall que como pegar a la mujer o al perro. La propia URSS, en 1980, según este historiador, prohibió a sus cosmonautas jugar al ajedrez en el espacio –podían hacerlo con el personal de tierra- después de que se destara una pelea entre ellos por una partida. Estas polémicas ya venían de largo, en 1959, en una estación de investigación soviética en la Antártida, un científico mató a otro con un hacha tras una discusión por una partida. Las autoridades tuvieron que prohibir los tableros en sus bases.
Boxeo mental
Recordaba Leontxo García en las páginas de Jot Down que uno de sus amigos, Ricardo Calvo, decía que «El ajedrez es el deporte más violento que existe», porque «un futbolista puede desahogar la agresividad y la adrenalina que le produce el partido haciendo lo que es normal: corriendo, chutando, gritando a un compañero o protestando al árbitro. Pero un ajedrecista profesional no puede hacer nada de eso. Tiene que estar cuatro o cinco horas con toda esa adrenalina fluyendo en el cuerpo… pero conteniéndola. Y no sólo eso, sino que tiene que procurar tener la sangre fría, aunque en realidad es imposible. Pero tiene que intentar mantener la cabeza fría. Eso genera una agresividad acumulada y no desahogada que, si no sabes sobrellevarla, puede acabar incluso convirtiéndose en una enfermedad, en un caso extremo. Pero forma parte de lo que un jugador profesional tiene que aprender a soportar». Posteriormente, en la Cadena Ser, calificó este deporte como «boxeo mental».
Por eso no hace falta irse muy lejos para encontrar a jugadores que, como Abakarova, pierden los estribos en una partida. Hace escasamente un mes, en junio de 2024, en el Campeonato Regional por Equipos de Castilla-La Mancha, celebrado en Talavera de la Reina, un integrante del club Eborajedrez, saltó a la zona de juego y por la espalda agredió a un integrante del Club Ajedrez Bargas. Le dio un puñetazo que lo tiró al suelo y le dejó contusiones en la mandíbula, hueso occipital y dolor cervical. El agredido ya había sufrido insultos y amenazas los días previos al campeonato.
Cómo gestionar la ira en el ajedrez
No por casualidad, en los foros de chess.com se puede encontrar una guía para controlar las emociones cuando se juega una partida. El usuario que comparte los consejos reconoce que lleva veinte años sufriendo rabia cada vez que pierde y que a veces le cuesta controlarla. Después de pasar por el diván unos cuantos años, empezó a reconocer que tenía un problema. Decía: «Normalmente me enfado cuando pierdo (por supuesto). Cuando eso sucede, pierdo el control de mí mismo por completo. Tiendo a ponerme muy agresivo y esta agresión se dirige hacia mí mismo, no hacia los demás. Me golpeo en la cabeza, grito, golpeo la mesa o la pared. Ya me he hecho daño en la mano varias veces porque no he podido controlarme durante una crisis de ira».
Su post no venía de la nada, ya se habían publicado en el foro en múltiples ocasiones testimonios de jugadores con este problema. A veces, el problema no está tan relacionado con la violencia, pero sí que tiene efectos en el juego. Un usuario reconocía que se ponía de tan mal humor mientras jugaba que perdía el sentido de lo que estaba haciendo, se precipitaba y acababa perdiendo. Es interesante el consejo que le dan en ese mismo hilo. No se trata de ningún psicólogo ni filósofo célebre, sino, quizá, ambas cosas. Es una cita de John Lydon, cantante de Sex Pistols: «La ira es una energía», le dicen, «simplemente úsala a tu favor».