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El Mundial de Clubes que nunca se jugó

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El Mundial de Clubes siempre ha sido un proyecto ambicioso, pero discutido como el que más. Los debates en torno al torneo de este año no han dejado a nadie con una postura imparcial. Se discute quiénes deberían jugarlo, el número de equipos, las fechas, la importancia real del torneo, etc. Y es algo lógico.

La Intercontinental empezó a perder algo de fuelle a finales de los 90, ya sea por la fecha, el hecho de que se celebrase en Japón o que la Ley Bosman había agrandado mucho la brecha entre los equipos sudamericanos y los europeos. Todo eso hizo mover ficha a la FIFA que concretó un Mundial de Clubes para las navidades del año 2000 en Brasil.

Aunque con nostalgia lo veamos como algo «icónico», deportivamente fue bastante fiasco. Los equipos europeos, Madrid y United, se lo tomaron como un trofeo benéfico y se quedaron en fase de grupos. Si bien es cierto que el hecho de que no hubiese ni semifinales quitaba bastante emoción al asunto. Al final fue un espectáculo internacional para regocijo de los clubes brasileños. Corinthians y Vasco da Gama se jugaron el título en Maracaná.

Era el Vasco campeón de la Libertadores en 1998, que tenía a Helton en puerta, Gilberto en la izquierda, Juninho Pernambucano en la media y una delantera de ensueño con Romario y Edmundo, que habían bailado el United en la primera ronda.

Aun así, el título se lo llevó el Corinthians, que jugaba como anfitrión tras ganar el Brasileirao de 1998. Era otro equipazo con Dida en portería e infinita calidad de medio campo para adelante: Vampeta, Freddy Rincón, Ricardinho, Marcelinho Carioca, Edilson y Luizao.

Bassir y Sampaio Sorteo Mundial Clubes 2001
Bassir y Sampaio en el sorteo del Mundial Clubes 2001

La FIFA no desistió y tras no llegar a un acuerdo con los sponsors de la Intercontinental, decidió seguir con ello y en agosto de ese año 2000 eligieron España como la sede del siguiente Mundial de Clubes.

No fue ni mucho menos un proyecto escrito sobre una barra de hielo. La FIFA aumentó el número de participantes de 8 a 12. Esta vez sí habría semifinales, ya que se organizaría el torneo en 3 grupos de 4 equipos, donde pasarían ronda los campeones de grupo y el mejor segundo. Incluso había fechas y estadios. Comenzaría el 28 de julio y terminaría el 12 de agosto de 2001. El Mundial se disputaría en dos provincias, Madrid y La Coruña. Los primeros pondrían el Bernabéu y el Calderón y los segundos Riazor y el Multiusos de San Lázaro en Santiago de Compostela.

Tan solo quedaba elegir los 12 participantes. Oceanía mantenía una plaza, que iba al campeón de la OFC Club Championship, antecesora de la OFC Champions League. Ese mismo año 2001 había salido campeón el Wollongong Wolves de la región australiana de Illawarra. Por aquel entonces el fútbol no estaba demasiado profesionalizado en Australia. De hecho la A-League no se creó hasta 2004.

La mayoría de la plantilla ni siquiera eran internacionales y los que lo fueron prácticamente ni se asentaron. Exceptuando a su estrella, Scott Chipperfield, que al poco fichó por el Basilea y llegó a jugar dos mundiales.

Cuando se creó la A-League el Wollongong no formó parte y se quedó desde entonces en la National Premier Leagues NSW. Es decir, en el segundo escalafón de la pirámide de las ligas cerradas del fútbol australiano.

A Asia se le otorgaron dos plazas, que se repartieron entre los dos últimos campeones de la Supercopa de Asia. Este torneo enfrentaba al campeón de la Asian Club Championship y de la Recopa. Podían habérsela dado a los dos campeones de esas últimas competiciones en el año 2000, ya. Pero la decisión fue dársela al campeón de la Supercopa de 1999 y al del 2000. Si bien es cierto que ambos habían sido los campeones de la «Champions» asiática.

Supongo que hicieron ésto ya que Jubilo Iwata, campeón de la Supercopa de 1999, había sido el subcampeón de Champions en el año 2000 frente a Al-Hilal. Sí, el supercampeón en ese mismo año.  Vamos al grano. En los japoneses, que tenían una plantilla prácticamente llena de jugadores nacionales, destacaban sus dos delanteros. Uno era el veterano «Gon» Nakayama, que le había hecho un gol a Jamaica en Francia 98 y otro el joven Naohiro Takahara, que pocos meses después ficharía por Boca Juniors.

Al-Hilal también tenía un equipo plagado de saudíes, con el mítico Mohamed Al-Deayea en la puerta. Para el Mundial ya habían perdido al goleador brasileño Sergio Ricardo y también al recién fichado Cristopher Wreh, el primo de Weah, que había vuelto rápidamente a Inglaterra. Sin olvidar que Sami Al-Jaber había jugado la segunda vuelta con el Wolverhampton. Pero para el Mundial estaba listo.

Los africanos también tenían dos plazas. Pero a diferencia de los asiáticos, decidieron dárselas al reciente campeón de la Champions y de la Recopa. La Champions se la había llevado el Hearts of Oak después de una final repleta de polémica contra los tunecinos del Espérance Sportive. En el minuto 75 del partido de vuelta en Ghana, el mítico portero tunecino Chokri El Ouaer fingió una agresión del público para buscar una suspensión del encuentro y revertir el 1-2 de la ida. La cosa le salió mal y tras la interrupción del partido, los ghaneses marcaron 3 goles más. Para el Mundial mantendrían el grueso principal de la plantilla. Por supuesto, jugadores nacionales.

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Hearts of Oak, campeones de África en el año 2000

Destacaba el portero Sammy Adjei, que fue el portero titular de la selección hasta el Mundial 2006. También estaban otros futuros mundialistas como el defensa Dan Quaye y el centrocampista Laryea Kingston. Los goles corrían a cargo de Ishmael Addo, hizo 19 el año anterior y otros 22 en 2001. Había sido recientemente máximo goleador del Mundial Sub-17, pero su mayor logro acabó siendo jugar la Champions unos años después con el Maccabi Tel-Aviv.

La Recopa fue cosa del Zamalek egipcio. El equipo de El Cairo había ganado además la liga por delante de sus vecinos de Al Ahly e iniciaba una fase de dominio del fútbol local. Había tenido dos bajas importantes, tras el traspaso del prometedor Ahmed Hossan «Mido» al Gante y de Soumaila Coulibaly al Friburgo. Aun así mantenía piezas importantes de la selección como Tarek El-Said y sobre todo el delantero Hossan Hassan, que había pasado la mayor parte de su carrera en el eterno rival.

En la CONCACAF lo tuvieron más sencillo para decidir las dos plazas que se le habían otorgado, ya que tan solo tenía una competición continental: La Champions’ Cup. La Recopa había tenido poco recorrido, ya que se creó en 1991 y en 1998 murió tras tres ediciones seguidas inacabadas. Los campeones habían sido los Galaxy, que además fueron subcampeones de la MLS.

Continuaban en la plantilla las principales estrellas del club. Lideraba la defensa Alexi Lalas, junto a jóvenes por aquel entonces como Greg Vanney o el recién fichado Danny Califf. Sin olvidar por supuesto a Ezra Hendrickson, Paul Caligiuri o Simon Elliott. Aunque sin duda la estrella era Cobi Jones, que llevaba en el club desde el 96. Además contaba con un refuerzo de lujo tras el regreso del goleador mexicano Luis Hernández.

El subcampeón fue el Olimpia de Tegucigalpa. Los Albos tenían depositada todo el gol en Wilmer Velásquez, que jugaba asistido por el crack argentino Danilo Tosello. Destacaban los jóvenes Samuel Caballero, que fue fichado a final de temporada por Udinese y Julio de León que puso rumbo al Reggina. Ya nos vamos acercando a lo importante.

Otras dos plazas para CONMEBOL que repartiría para sus dos últimos campeones de la Libertadores (1999 y 2000). Boca era el vigente campeón tras vencer a Palmeiras en penaltis. Los de Bianchi habían sufrido bajas importantes tras la marcha de Arruabarrena, Palermo y Diego Cagna al Villarreal, Walter Samuel a la Roma o Pepe Basualdo a Extremadura. Era uno de los mejores Boca de la historia, en el que seguían Óscar Córdoba, el Pato Abbondanzieri, Burdisso, Ibarra, Clemente, Battaglia, Chico Serna, Guillermo Barros Schelotto y la gran estrella Juan Román Riquelme. Además a mitad de la temporada anterior habían reforzado el ataque con el Chelo Delgado desde Racing. Un puto equipazo, vaya.

Curiosamente, el finalista de la Libertadores de 2000 había sido el campeón de la del 99 y por tanto el otro representante de la CONMEBOL. En Palmeiras ya no estaba alguno de los campeones de aquel año como Junior Baiano, Roque Junior, Cesar Sampaio, Alex de Souza, Junior o Evair.  Al Mundial no llegaban en su mejor momento, más lastrados aún tras la marcha de Scolari a Cruzeiro. Seguía el incombustible Marcos en la portería, campeón del mundo con Brasil un año después. Ese mal momento se certificó en 2002 con el descenso de Palmeiras a Serie B.

La UEFA tendría otras dos plazas, además del anfitrión. Una de ellas sería para el campeón de la Champions de la 99-00 y otra para el de la UEFA. Y ahí estaba el Madrid, que además era el vigente campeón de liga y contaba ya con Luis Figo en sus filas.

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Masashi «Gon» Nakayama, delantero icónico de Japón y del Júbilo Iwata da la mano a Sami Al-Jaber, leyenda del fútbol saudí y de Al-Hilal.

El campeón de UEFA era el Galatasaray, que en la Champions previa al Mundial estuvo a punto de cargarse al Madrid en cuartos. Ya no estaba Hakan Sukur, traspasado al Inter, pero habían fichado a un Jardel que se le caían los goles. Junto a él, los de siempre.

Taffarel en puerta, Popescu en el eje de la zaga y Hagi dirigiendo la orquesta. Como guarnición media selección turca que un año después llegó a semis del Mundial: Fatih Akyel, Bulent, Hakan Unsal, Emre Asik, Umit Davala, Okan Buruk, Emre Belozoglu y el inolvidable Hasan Sas desbordando una y otra vez. Equipo de culto.

Y para terminar el anfitrión: El Deportivo de la Coruña, campeón de liga en el 2000 y que había caído en cuartos de la Champions contra el Leeds de Viduka, Kewell, Alan Smith y compañía. Encima esa campaña ya habían fichado a Tristán del Mallorca para juntarlo con Roy Makaay en una delantera de época.

Hasta aquí todo de color de rosa. El premio para el campeón había subido hasta los 40 millones de euros. Además había descanso suficiente desde que terminase la Copa Confederaciones en junio. Digamos que ese Mundial, a diferencia del de este año, coincidía con la pretemporada normal de cualquier club.

Pero esto acabó siendo un problema para muchos equipos, ya que le restaba mucho ritmo de competición. En resumen, pintaba que los clubes europeos podrían tomárselo como una pachanga veraniega. Ojo, tampoco convencía a otros equipos con ligas anuales ya que coincidía en plena competición liguera. Quizá la elección de España como sede tampoco ayudó. Me explico: Este tipo de torneos son más atractivos donde no están acostumbrados a partidos de nivel internacional. Un Hearts of Oak-Jubilo Iwata en el Bernabéu, congregaría a muy pocos aficionados.

Joseph Blatter (Foto: Cordon Press)
Joseph Blatter (Foto: Cordon Press)

Todos estos problemas fueron restando atractivo al Mundial y con ello lastrando la capacidad de lograr patrocinadores para sufragar el torneo. La alarma saltó cuando la agencia brasileña Traffic Sports Marketing, que poseía los derechos de comercialización del campeonato, evidenció esas dificultades para obtener fondos. Traffic gestionó deportivamente equipos como Estoril, Ituano, Fort Lauderdale Strikers o Desportivo Brasil. Pero la gota que colmó el vaso fue la quiebra en 2001 de International Sport and Leisure (ISL), la empresa suiza de marketing deportivo que trabajaba conjuntamente con la FIFA.

Colapsó con un pufo de 153 millones de libras y en los años posteriores se levantaron innumerables investigaciones que acabaron en los tribunales. ISL había pagado sobornos a dirigentes de FIFA y federaciones continentales durante casi 20 años. Era la peor forma de terminar con el proyecto del Mundial de Clubes. Ni siquiera pudo salvar la situación el intento de compra de ISL por parte del Grupo Vivendi, que acabó fracasando en mayo de ese mismo año.

Y así fue, el 18 de mayo de 2001 la FIFA canceló la competición, indemnizando con 750.000 euros a cada club. Además acordó posponerlo hasta 2003. Blatter, que también estaba manchado por el escándalo de ISL, alegó que los problemas principales eran el calendario y las crisis económicas que sufrían los países de algunos clubes participantes, restando importancia a la falta de patrocinadores. Y si, la incapacidad de Traffic para obtener sponsors fue la causa principal.

Fue un palo para muchos clubes, sobre todo los de confederaciones menores, que habían organizado toda su temporada en torno al Mundial, las primas que recibirían por jugarlo y el hecho de poder enfrentarse a clubes como el Real Madrid. Esto presagiaba la muerte inmediata de una competición que llevaba proyectándose desde 1993.

Pero no, tan solo 4 años después el Mundial de Clubes se celebraría en Japón con los seis campeones de cada uno de las confederaciones. Ni los juicios por las mordidas de ISL, ni el constante problema con el calendario ni la sede rotatoria del Mundial fueron inconvenientes.

Cancelacion Mundial Clubes 2001
Cancelación del Mundial de Clubes en Mundo Deportivo

El hecho de que la Copa Intercontinental ya no enganchaba mucho en Europa fue otro empujón a la organización del Mundial. De hecho, en 2004 se celebraría la última Intercontinental que ganaría el Oporto en penalti a Once Caldas en Yokohama.

Lo que pudo ser y no fue. Aquel Boca Juniors – Wollongong Wolves en el Multiusos de San Lázaro que nos robaron. «No te lo perdonaré jamás, Sepp Blatter. Jamás».

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