
Giacomo Naldi, ex fisioterapeuta de Jannik Sinner supuestamente culpable de haber contaminado al tenista con clostebol durante un masaje, trabajó en la Virtus de Bolonia precisamente evitando que los jugadores ingirieran accidentalmente sustancias dopantes, según ha revelado una investigación de Honest Sport.
Este medio, posiblemente la mejor publicación sobre dopaje en el deporte, ha encontrado que un baloncestista de este club estaba al tanto del caso de Riccardo Moraschini, suspendido en 2022, tras entrar en contacto con una pareja que usaba Trofodermin. El caso tuvo un gran revuelo, los jugadores lo comentaron incluso en sus redes sociales. Marco Ceron, por ejemplo, lo publicó en Instagram.
El Código Ético de la Virtus en 2023 decía expresamente:
-Prevenir el uso involuntario de sustancias dopantes por parte de los deportistas.
-Formarse y estar al tanto de los riesgos de dopaje indirecto.
-Como miembro del cuerpo médico, debe aplicar protocolos preventivos en el uso de medicamentos, incluso tópicos.
Después del positivo de Sinner, el preparador físico Umberto Ferrara, exmiembro del equipo del tenista, dijo en la Gazzeta dello Sport que había advertido claramente a Naldi sobre el Trofodermin. Cuando se lo entregó, revela que le dijo que ese medicamento del spray contenía una sustancia prohibida y que debía evitarse cualquier contacto con el tenista. Naldi, según este testimonio, estaba totalmente advertido de los riesgos del producto.
La defensa de Jannik Sinner y Naldi fue que no conocían que el spray pudiera ser dopante. Aunque es una advertencia que viene en la caja, el fisioterapeuta asegura que en el botiquín tenían el bote sin la caja y que, por eso, no pudieron leerlo.
Parece que todo le pilló de nuevas, pero resulta que el Clostebol tenía un largo recorrido en el baloncesto italiano, en donde había trabajado. En 1998, Mario Boni, con historial de dopaje ya por nandrolona en 1994, dio positivo por clostebol después de que el médico olímpico italiano, Andrea Billi, le «recetara» Trofodermin por una infección en el dedo gordo del pie.
Moraschini, sigue la pista Honest Sport, coincidió con el doctor Billi en la selección nacional italiana en 2014 y en los Juegos Olímpicos de Tokio. De ahí salió otro positivo, Christian Burns, compañero de Moraschini en el Olimpia Milano. El medio ha requerido a Naldi si conocía estos casos de dopaje por Clostebol en el máximo rival del club en el que trabajaba, pero se ha negado a contestar. Especialmente, después de averiguar que los jugadores de la Virtus, al menos uno de ellos, sí que estaba al tanto.
Lo que ha encontrado Honest Sport es que cuando Moraschini anunció en Instagram su suspensión y explicó, como Sinner, que había sido una «contaminación». Debajo del post, Ceron publicó tres emojis de corazón. Para colmo, el tenista Stefano Battaglino, que dio positivo de clostebol y fue suspendido por cuatro años, también era conocido de Sinner, habían coincidido en la Academia de tenis Piatti en 2018.
Estas averiguaciones ponen de manifiesto que es muy difícil, dadas las circunstancias, que ni Naldi ni Sinner no conocieran los riesgos del Clostebol. Es más, según la AMA, la mitad de los casos por Clostebol en todo el mundo, proceden de Italia. Y algunos fueron muy notorios. Aparte de los ejemplos citados, Fabio Lucioni, jugador del Benevento Calcio, saltó a los medios porque después de su positivo, amenazó de muerte a la agencia italiana antidopaje, NADO. Por otro lado, en este caso, la sanción recayó sobre Walter Giorgione, médico del club, por emplear sustancias procedentes de su botiquín personal.
En su última entrevista en la Rai, la televisión pública italiana, pese a ser preguntado por el Gian Marco Chiocci, director de los informativos, no se indagó en ninguno de estos detalles. Dijo el periodista sobre el positivo: «Aquel día, ¿qué sentiste, qué experimentaste? ¿Un sentimiento de miedo, de impotencia, de rabia?». Luego le preguntó sobre aceptar la sanción, Con el tiempo, ¿volverías a hacerlo? ¿Fue una decisión correcta o algo que aún te da rabia?». Y finalmente, «Teniendo en cuenta que algunos hablaron de trato desigual, ¿crees que las reglas del dopaje en el tenis deberían revisarse de alguna forma?». Es decir, nada.
Sinner es el nuevo héroe de Italia y la televisión pública del país, en su sección más sagrada, la de información, en lugar de echar luz sobre el caso, sobre lo reiterado de los positivos en Italia por esta sustancia, y sobre los agujeros de su testimonio, optaron por fingirse inocentes y sorprendidos por la situación. Es lo mismo que hizo Sinner, fingirse ignorante, y su fisioterapeuta, que ya podríamos decir que se fingió haber pasado los últimos años de su carrera aislado sin enterarse de lo que ocurría no ya en el deporte italiano, sino en su entorno más cercano.