
Treinta años de experiencia en el tenis profesional contemplan a Marco Panichi. Nacido en Roma en 1964, inició su carrera deportiva en el atletismo, llegó a ser dos veces campeón de Italia en salto de longitud. Posteriormente, estudió «Entrenamiento deportivo y psicología del deporte» en la Universidad NSU de Florida y eso le llevó, años después, a trabajar con tenistas como Novak Djokovic y Jannik Sinner.
En una entrevista con Virginia Gambardella ha repasado el bagaje que le ha dejado su carrera. El reto de los deportistas actuales, ha confesado, no es tanto la preparación física como la mental, sobre todo cuando tienen que aguantar partidos que se pueden alargar durante horas, una situación donde importa más la preparación emocional que otros factores.
En el caso de Rafa Nadal, no obstante, Panichi destaca su tenacidad a la hora de entrenar: «Es difícil decir que Nadal no tenía talento, pero cómo entrenaba, Nadal hasta el último día de su carrera era capaz de estar cuatro horas, cinco horas entrenando cada día si era necesario». Su ética de trabajo le parece impresionante más allá de su talento natural.
Años junto a Novak Djokovic
Sobre Novak Djokovic, destaca su evolución «cuando le vi de niño, con 13 o 14 años, jugaba bien, pero no era tan impresionante como otros niños que he visto», sin embargo, la tenacidad en su caso también fue fundamental: «El talento de Novak era también ese del que hablábamos antes, una obsesión sana por querer mejorar».

El serbio vivía obsesionado «era alguien que vivía el tenis durante 24 horas». No solo cuando entrenaba, sino también en su casa: «Si leía algo que consideraba que podía ser útil para su tenis, lo primero que hacía era investigarlo, o me llamaba ¿sabes cuántas veces me enviaba mensajes por la noche porque había visto algo y decía ‘Marco, revisa esto porque creo que puede servirnos’».
Además, es alguien que mejora si tiene rivales de calidad: «Nole hace de su capacidad de competir algo directamente proporcional al hecho de que necesita tener figurativamente un enemigo al que combatir». Es más, sus colaboradores trataban de motivarlo enfadándole, ponerlo de mal humor era el truco para que se levantara si estaba desmotivado: «Cuando lo veíamos demasiado plano a nivel emocional, nos ofrecíamos voluntariamente para hacerlo enfadar, así salía ese guerrero eslavo. Yo, por ejemplo, le decía: ‘¡Mueve esos pies que hoy pareces una abuela!’ Y él se volvía loco».
Djokovic se caracterizaba por controlarlo todo, desde las rutinas de sueño, tenía monitorizado su ritmo cardiaco, tenía tablas de ejercicios de estiramientos y respiración y, lo más conocido, el interés que ponía en la nutrición. «Lo que vemos en la pista es solo una pequeña parte», ha explicado.
Incluso se desvinculó rápido de la influencia familiar porque estaba mejor en manos de profesionales: «empecé a entrenar a Djokovic cuando su padre ya llevaba un par de años sin estar asiduamente con él. Sus padres venían, asistían a los partidos, daban un aporte emocional importante, pero ya no eran parte del equipo».
Llegó también a aprender él de su pupilo: «Hacía ejercicios de respiración para equilibrar el sistema simpático y parasimpático. Esto se lo hacemos hacer también a Jannik (Sinner) y a todos nuestros atletas. Forma parte del equipaje que debe tener un atleta de alto nivel. Tenemos personas que nos ayudan con eso. No están fijas en el equipo, pero colaboran. También tenemos médicos de referencia, nutricionistas, biólogos…».
Cuando dejaron de trabajar juntos, el serbio agradeció al italiano por su dedicación, logros compartidos y momentos cotidianos que fortalecieron su preparación física y mental.
A las órdenes de Jannik Sinner
En septiembre de 2024, meses después de su positivo por Clostebol, Jannik Sinner fichó a Panichi. Llegó junto al fisioterapeuta Ulises Badio. En esta entrevista, ha revelado que ya son uña y carne: «Sinceramente, sí. Ya se ha creado esta relación cerrada, sincera».

A diferencia de Djokovic, el italiano necesita tranquilidad para obtener sus triunfos, no funciona picarle: «Con él intentamos no echar más leña al fuego, sino mantenerlo tranquilo Sinner parece zen desde fuera». Lo que no quita que se trate de una forma autocontrol: «Las emociones no se pueden suprimir; las emociones vienen. Ahora, él las gestiona de esta manera».
Lo que sí que hacen es gamificarle las sesiones para que no sean aburridas: En los entrenamientos tenemos que introducir algún tipo de competición, porque él se divierte así. Los grandes campeones son todos así. Todos aquellos que tenemos la suerte de entrenar, o de cruzarnos en entrenamientos conjuntos, son personas que se divierten».
De hecho, es parco en palabras para expresar sus deseos: «Jannik se comunica muchísimo con nosotros. Es muy directo en lo que dice. Con dos o tres palabras te hace entender enseguida qué pasa, qué no va, qué querría».
Los secretos del tenis
El tenis de alta competición impone unas exigencias físicas y mentales únicas, ha explicado. La naturaleza imprevisible del juego, «un partido puede ser infinito», como se ha dicho obliga a los preparadores a entrenar a los atletas para cualquier escenario, desde un encuentro exprés hasta maratones como aquella célebre batalla de tres días en Wimbledon.
Panichi lo resume así: «Tenemos la certeza de que hay tiempos de recuperación, veinte o veinticinco segundos entre puntos, un minuto y medio en el cambio de lado, pero hay que entrenar también situaciones que pueden ser muy largas». En este deporte, añade, la clave está en mantener al jugador «rindiendo» en todos los frentes: velocidad, resistencia, explosividad y coordinación.
A diferencia de los deportes de equipo, donde la carga emocional puede distribuirse entre varios, el tenis funciona en una relación uno a uno entre jugador y entrenador, una convivencia de alta intensidad. «Nosotros pasamos diez meses al año, casi todo el día juntos», recuerda. La proximidad no es solo logística, sino profundamente emocional: «Estamos en los campos juntos, en los gimnasios juntos, largas esperas antes de un partido… hay que crear un vínculo». Esa dinámica genera una relación donde el preparador no es solo técnico, sino mentor, referente e incluso figura paterna.
Los sexos en el tenis
En su experiencia, Panichi ha detectado algunas tendencias diferenciadas en el circuito femenino. «Las chicas trabajan mucho más que los hombres, son mucho más dedicadas al trabajo», afirma. Esa entrega, sin embargo, viene acompañada de una fuerte necesidad de control: «Me ha pasado con algunas jugadoras que, si no hacíamos un ejercicio determinado durante un tiempo, enseguida surgía la duda en su cabeza: ‘ya no estoy entrenando ese tipo de movimiento, no estoy preparada si ocurre en la pista’». Panichi matiza que no pretende generalizar, pero admite que ha observado este patrón de forma recurrente.

Otra diferencia está en la dimensión social del circuito. Mientras que los hombres «suelen alternar fuera de la pista», entre las mujeres existe «un poco más de rivalidad», lo que hace más difícil que se generen vínculos extradeportivos. Por eso, el rol del equipo técnico es aún más determinante: «El equipo es todavía más importante en el caso de las mujeres». Aun así, Panichi cree que este panorama está evolucionando: «Hace quince años que no trabajo con mujeres, pero afortunadamente esto está cambiando».
Secreto de la longevidad
Durante años ha circulado la idea de que el tenis profesional genera cuerpos descompensados, sobre todo por el uso dominante de un solo brazo. Panichi desmonta ese mito con contundencia: «Eso es una leyenda».
Explica que el tipo de tenis que se juega hoy exige el uso mucho más simétrico del cuerpo, y que la preparación física está diseñada precisamente para equilibrar cadenas musculares y prevenir disfunciones: «Antes quizás el antebrazo derecho era mucho más grande que el izquierdo; ahora ya no es así». Según el preparador de Jannik Sinner, la clave está en entrenar la coordinación, la fluidez del movimiento y la compensación de cargas: «No se trata solo de golpear la pelota 300.000 veces al día».
Frente a deportes de contacto como el fútbol o el baloncesto, el tenis conlleva un riesgo menor de traumatismos directos. «En el tenis, aparte de alguna torcedura de tobillo, no hay traumatismos. Hay lesiones por sobreuso», apunta Panichi, refiriéndose a problemas tendinosos o articulares por carga repetitiva.
Pero insiste en que el verdadero factor diferencial está en el enfoque preventivo: «Si hay una preparación adecuada y un buen sistema de recuperación, no existe ese peligro”. Ejemplos no le faltan: «Djokovic con 38 años, Rafa con 39, Federer con 40… han dominado durante 20 años». La longevidad, concluye, ya no es una excepción, sino una consecuencia directa del enfoque integral que prima en el circuito actual.
EXCELENTE..explicación de este entrenador con tanta experiencia en el tenis…felicitaciones por su larga carrera como entrenador de este maravilloso deporte como lo es el 🎾 Tenis
Me alegra sobre manera que Jannik cuente con un preparador como Panichi el se lo merece por amar al tenis de la manera en que lo hace ,no se dejo corromper por los envidiosos ,por los egoístas que trataron de echarlo al fuego ,el pudo más y seguirá pudiendo más por su gran integridad y además porque cuenta con personas a su lado que realmente velan por él ,que tiene un equipo que no dejará jamás que esas sombras negras lo alcancen y siempre serán parte de sus grandes logros .Para mi Jannik es mi Federer de esta época tenistica, pase 25 años viendo a Federer ahora mi favorito es Jannik Sinner ,me encanta su juego y su determinación para ganar.
I live the way those tennis players and trainers share their experiences with ordinary people like us…is something really inspiring and very important for learning generally as a way of growing not only physically but emotionally. Thank’s for that.
Oohhh,tremenda explicación muy coherente, estudioso de las virtudes de cada atleta y el esfuerzo sobre humano qué tiene que poner cada Deportista para estar en el primer lugar.
El tenis da longevidad en amateurs…este hombre tiene experiencia…profesional ..no amateurs el tenis. Es como decía un entrenador en la película de las Willians…el deporte más difícil..necesitas coordinación total, pensar, un gran físico, resistencia una cabeza de ajedrecista,…etc etc…el fútbol es un juego de niños mental comparado con el tenis