
Su nombre sonaba para desafiar a Mathieu van der Poel y a Tadej Pogačar en la Milan-San Remo que se ha disputado este fin de semana. Venía de ganar una etapa al sprint en la París-Niza, donde había mostrado un nivel excepcional, especialmente en la montaña, pero no tuvo un papel excesivamente brillante en el monumento.
Los expertos consideran a Mads Pedersen un ciclista valiente, de fondo, al que quizá no le ha tocado pedalear en la época más propicia para sus características. Aun así, las exhibiciones escalando que dejó días atrás en Francia llamaron la atención y, en el podcast danés Lang Distance, confesó cuál era el secreto de su éxito.
«He empezado a usar Nomio», que es un suplemento. Según explica él mismo: «es brócoli. Brócoli comprimido, que te ayuda a reducir el lactato. Nomio combinado con bicarbonato y, luego, simplemente un Monster».
El Nomio es un suplemento diseñado especialmente para deportistas. Está orientado a mejorar la resistencia y acortar los plazos de recuperación. Está elaborado a partir de isotiocianatos de brócoli (la sustancia en la que se convierten los glucosinolatos de la planta cuando esta se rompe). Según la marca que lo comercializa, se escogen cepas silvestres de la planta, orgánicas, porque son las que más concentración tienen.
Son conocidas las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de los glucosinolatos, presentes no solo en el brócoli, también en las coles de Bruselas y el repollo. La marca asegura que en forma de suplemento logra reducir la acumulación de ácido láctico en un 12% si se consume dos o tres horas antes de realizar un ejercicio intenso. Lo que no está es sabroso, dijo: «Sabe realmente mal, pero otras cosas también saben mal. Las cetonas saben asquerosas y tampoco es que el bicarbonato sea muy agradable de masticar».
Hasta ahí, todo correcto. Es la sofisticación de la nutrición deportiva. Sin embargo, la segunda parte de la frase es la que ha dejado a la prensa europea con los ojos como platos.
«Todos los días durante la París-Niza, me bebí un Monster. Quiero decir, durante la carrera. Simplemente un ‘Monner’ en el bidón, faltando tres horas para el final. Me lo tragaba de golpe, sin más». Lo combinaba con los demás suplementos: «Si era una etapa para esprínteres, lo tomaba sin azúcar. Así es más fácil cuadrarlo con todos los demás productos energéticos. Y en los últimos días, simplemente me lancé a tope con la bebida energética con azúcar. Te puedo asegurar que eso te da una potencia brutal».

El nomio y el Monster, dice Pedersen, es la combinación perfecta, «te puedo asegurar que eso te da unas buenas piernas», le dice al periodista Jakob Eholm. De hecho, no hace falta que sea Monster, vale, según dijo «cualquier otra bebida energética con taurina o algo similar». La AMA no considera la taurina una sustancia dopante y, desde 2004, la cafeína, el otro ingrediente fundamental de esa bebida energética (junto a ginseng y guaraná) desde 2004 tampoco se considera dopante.
De esta manera, en la París-Niza ha tenido un papel reseñable. Aunque la táctica sigue siendo importante, sobre todo anticipar los movimientos de los rivales: «Sabíamos que habría un abanico después de la bajada, así que Skjelmose y yo nos colocamos bien delante del equipo Ineos».
De hecho, su capacidad para competir en sprints reducidos es uno de sus puntos fuertes, algo que ha quedado claro a lo largo de su carrera. «Leí en algún sitio que nunca he perdido un sprint cuando hemos sido menos de 10 en la final», le confiesa al periodista, junto con su principal objetivo cuando corre: «Si abro el sprint yo mismo, tengo una probabilidad muy alta de ganar».
Además de su potencia física, Pedersen destaca algo aparentemente trivial como la resistencia mental y la toma de decisiones en carrera: «Cuando neutralizan una etapa por el mal tiempo, hay una parte del pelotón que empieza a gritar y a quejarse, pero si te metes en esa dinámica, es muy difícil reiniciar el ritmo cuando se reanuda la carrera» explica. Mantener la concentración y la calma en esas situaciones le ha permitido sacar ventaja, revela.
En cuanto a la preparación, la medición de lactato le parece un recurso importante en sus entrenamientos. Método de inspiración noruega, consiste en controlar los niveles de lactato para ajustar la intensidad y carga de los entrenamientos y optimizar el rendimiento evitando sobrecargas. Pedersen no solo ha empezado a usar él este método, también lo hace con un grupo de ciclistas sub-23 a los que entrena.
Después de la Milán-San Remo, en la que oficialmente ha quedado séptimo, Pedersen tiene previsto participar en las principales clásicas del calendario ciclista: E3, Gante-Wevelgem, Tour de Flandes y París-Roubaix. Un calendario apretado, con carreras prácticamente cada semana: «A mediados de la próxima semana me voy a Berlín, y ya el viernes corremos la E3, el domingo Gante-Wevelgem, luego el miércoles A través de Flandes, el domingo Flandes, y después una semana hasta Roubaix».
Después, hará un parón para poder centrarse en el Giro de Italia: «Después de Roubaix, tomaré una pequeña pausa de tres o cuatro días, porque solo quedarán unas tres semanas y media para el Giro». Lo dice con humor: «No he estado en Dinamarca desde Navidad, así que volveré unos días, comeré un par de bollos y volveré a Mónaco para entrenar».

Además, Pedersen destaca que su equipo, Lidl-Trek, está atravesando un gran momento de forma, con varios de sus compañeros mostrando un nivel muy alto en las competiciones recientes. «Alexander ganó la primera carrera en Rodas, y ya se veía que estaba en un gran estado de forma durante el campo de entrenamiento». Al final, entre bromas, Eholm y él bromean sobre la dura vida sobre ruedas. «Mi chaqueta para la lluvia es una broma, realmente necesito comprar una nueva».
Esta entrevista coincide con el lanzamiento en Eurosport 2 y Max del documental Chasing Cobbles, Mads Pedersen, un testimonio de carácter intimista sobre el ex campeón del mundo producido por Eurosport Dinamarca. Son cuatro episodios de una hora en los que colaboran sus compañeros y familiares. Un contraste con lo que está emitiendo la televisión danesa al mismo tiempo, otra docu-serie sobre hijos de deportistas, en la que Bjarne Riis está confesando los niveles de exigencia que le imponía su padre y cómo llegaron a traumatizarlo. «Mi padre me decía que si no acababa las contrarrelojes con espuma en la boca, no había sido lo suficientemente rápido», llega a declarar en uno de los episodios más emotivos.
Un «Monster». Guiño, guiño. Y brócoli. Claro que sí, campeón.