
Merino le ha tomado el gusto a lo de golear y De la Fuente lo sabe, pero sin dejarse engañar. Aunque Arteta le recuperó para el Arsenal una faceta de punta que ya cumpliera en Osasuna Promesas hace una década, De la Fuente ha dicho al respecto que a él no le van los inventos. Sin embargo, “Arteta es un genio”, se ha leído ya en algún diario de gran tirada, a propósito del gol de Merino ante Países Bajos. Es porque amamos el relato y porque el relato es tan guardiolista -ese maestro táctico, hijo de Cruyff, de generosa descendencia- como anti delafuentista -ese señor católico y taurino-, pero no se ajusta a la realidad.
Lo real es que Merino es centrocampista y que genios sólo hay dentro del rectángulo de juego. Así, desde su naturaleza y talento, como volante en rol llegador donde lo entiende De la Fuente, dio el pase a semis en la Eurocopa y empató en tierras neerlandesas un partido que se había torcido desde la defensa.
Emparejar a Gakpo con Porro tiene consecuencias lógicas
Aun con ausencias tan sensibles como la de Gravenberch, Países Bajos consiguió meter mano a una Selección española con debilidades. Resulta que ya no es la inmaculada campeona de Europa porque las ausencias de Rodri y Carvajal no hay quien las supla. La primera clave del partido se dio, esta vez, en la figura del lateral.
Sabedor del problema español en ese costado, Koeman estableció un sector izquierdo con sus mejores hombres. De Jong iniciaba el juego desde la movilidad y, metros adelante, el habilidoso Kluivert se emparejaba con el rígido Le Normand para tenerlo entretenido. Todo ello favoreció el duelo entre el mejor atacante neerlandés, Gakpo, y el peor jugador español, Porro. Era el objetivo y dio resultado.

Del Gakpo vs Porro salió el empate a uno, chut que este no bloqueó porque tarda más en saltar que el del Liverpool en armar la pierna. Y en la segunda parte casi llega el que los hubiera alejado en el marcador, cuando Porro no se atrevió a encimar a Gakpo y entonces este tuvo tiempo para sacar su determinante zancada fuera-dentro que pudo detener Unai. Pero todos los problemas de la zaga no vinieron desde el lateral.
Debut de Huijsen con sabor agridulce
La semana estuvo movida en lo referente a cubrir la ausencia de los mejores centrales españoles, Laporte y Vivian. ¿Quién sería el acompañante de Le Normand?
Primero fue seleccionado Asencio del Madrid, así como Cubarsí e Íñigo del Barça. Luego Asencio acabó descartado y la parroquia madridista se ofendió porque en España juegan más los dos grandes clubes que la Selección incluso cuando el partido compete a esta. Para colmo, Cubarsí fue titular. Su lesión en la primera mitad supuso el ingreso de Huijsen, que había entrado en convocatoria por la caída de Íñigo pero adelantó a Asencio en la lista final. Entiéndalo usted. Pese a que tuvo que aguantar los silbidos de un De Kuip que no perdona su origen holandés, Huijsen hizo un buen partido. Pero un gol aconteció por su costado y no de casualidad.
La pareja Le Normand-Huijsen en esta alineación demuestra que acompasar las cualidades de once futbolistas es tarea de orfebres. Dado el carácter de sus jugadores ofensivos, la actual España es un equipo dispuesto para la presión intensiva. Esto no conviene cambiarlo porque con el tiempo se ha demostrado garantía de éxito.
De tal modo, en el país que impactó al mundo en los setenta con un fútbol total cuya arma defensiva fue el llamado pressing football, los de De la Fuente se adelantaron en el marcador debido a que Lamine robó un balón a Hato en la salida. Corría el minuto 8 cuando Nico hizo el gol. En ese momento el partido apuntaba a que, vestidos de amarillo, el Limón mecánico pasaría por encima de los de Koeman. Pero Gakpo tenía sus propios planes, toda vez que el ingreso de Huijsen evidenció otra realidad: no todos los centrales son adecuados para defender agresivamente hacia delante.
Le Normand y Huijsen son buenos con balón y dominantes en el juega aéreo. El primero roza el metro noventa y el segundo los dos metros; ganarles un cuerpeo no parece sencillo. El del Atleti salió airoso en diez ocasiones de las trece que disputó, mientras Huijsen hizo casi pleno. Sin embargo, como grúas que son, cierta lentitud les es connatural.
El 2-1 llegó porque Cucurella saltó a la presión sobre el veloz Frimpong hacia la mitad del campo y no consiguió interceptar el balón. La pared holandesa supuso que Frimpong le ganara la espalda hacia el espacio mal ocupado por Huijsen. Donde Cubarsí hubiera mostrado finura táctica y más velocidad al corte, Huijsen estuvo retrasado y centrado por encima de lo que pedían tanto la jugada como su naturaleza. Entonces Frimpong pudo entrar en el área, hundir así a los defensores y asistir atrás a Reijnders, otro llegador al estilo Merino, que no perdonó.
También desde la base se dificultó el juego español en posesión. Fue debido al buen hacer del bloque medio naranja, aunque impulsado por algunas decisiones del técnico riojano. Pedri y Lamine llegaron al partido rindiendo en el Barça como mejor centrocampista y mejor delantero del mundo, respectivamente. Pero no hay que desatender que fútbol es, además de nivel, una complementariedad que se establece desde las distancias de interacción, puesto que tiene carácter social. La alineación falló en lo relacional entre barcelonistas y el juego se resintió.

En el Barça Pedri juega como volante desde la base de la jugada, entonces el balón sale claro gracias a su virtud. Pedri se mueve, recibe, gira, toca, rebasa e interpreta como nadie. Y también defiende. Lo hace allí desde el sector izquierdo, estableciendo una sintonía de alejados con Lamine, quien actúa, como en España, de extremo derecho.
Por su parte, en una Selección de igual espectro posicional, De la Fuente usó a Pedri como enganche derecho. Esto supuso tanto alejarlo de la gestación como meterle tráfico interior a una zona donde el autosuficiente Lamine necesita aclarados. De ahí que, durante la Eurocopa, el ingreso de Olmo por el lesionado Pedri mejorara el equipo sin que aquel sea mejor jugador que este. Eso es complementariedad.
En lo referente a Lamine, en el Barça se activa a menudo desde el pase medio de Cubarsí como central derecho. Cubarsí es el mejor central del mundo con el balón en su diestra, pero De la Fuente lo ubicó en la izquierda y entonces Lamine estuvo desconectado. Le Normand y Porro no fueron capaces de activarlo, mientras Zubimendi es un buen pivote pero está a años luz de Rodri en todos los sentidos, entonces tampoco dio luz al asunto.
Así las cosas, el partido deja claro que las ausencias de Laporte, Carvajal y Rodri exigen variaciones no sólo nominales, sino también espaciales, no sirve el manido hombre por hombre. Dice Luis Enrique que es sencillo ver las cosas a posteriori. Pues será verdad. De la Fuente no lo supo ver antes y España casi pierde, pero está de enhorabuena: aún queda el partido de vuelta.
«Costado», «bloque medio» y «encimar». La neo lengua deportiva en todo su esplendor.
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