
Una entrevista para uno de sus patrocinadores ha servido para conocer qué piensa el ex número uno del mundo, Daniil Medvedev sobre sus grandes rivales. Entre ellos, Carlos Alcaraz, del que ha dicho que no le ha visto llegar muy bien en los últimos compases del año pasado: «Carlos ha tenido una gran temporada, pero estoy seguro de que tiene algunas dudas. No ha llegado a semifinales en las finales, quizás no ha jugado como quería al final de la temporada».
Para Medvedev, no vale con saldar buenos números al final del año, las sensaciones van por dentro y pueden ser diferentes: «Lo digo porque esa duda que siempre está presente puede causar algunos problemas. Y creo que todos los tenistas tenemos esta duda, en diferentes aspectos. A menos que hagas una temporada increíble como la de Jannik Sinner, que fue muy buena, siempre vas a tener dudas».
Respecto a Novak Djokovic, ha dicho que está orgulloso de haberlo derrotado en el US Open de 2021: «Tengo muchas buenas victorias, pero si me preguntas, diría que esta es la mejor porque es un Grand Slam. Es mi único Grand Slam y fue contra Novak. Sentí muchas cosas increíbles». Y sobre el cuestionado número uno del mundo por su positivo, Jannik Sinner, dice que es implacable: «Contra Sinner habré perdido ¿Qué? ¿ocho veces? ¿siete de las últimas ocho? Algo así. Pero antes era al revés». Su objetivo ahora es revertir esta situación otra vez: «Sí, eso es en lo que quiero trabajar. Y no estoy seguro de si podré lograrlo, pero eso es lo que me motiva, lo que me da satisfacción».
Otro momento relevante de la temporada que comenta es su paso por el Torneo de Turín, que dejó uno de los momentos más complicados del año. En su primer partido contra Taylor Fritz, Medvedev sintió que no tenía fuerzas para dar la talla al nivel de la elite: «Y luego, en Turín, simplemente ya no tenía la energía para luchar contra ello. Así que casi me rendí en el primer partido, me rendí mentalmente para pelear, para tener, ya sabes, esa capacidad de hacer algo». Tras esa derrota, decidió cambiar por completo su mentalidad y hacer un enfoque diferente: «Así que después de esto, pensé: OK, ahora siento que, en estos términos, en lo que respecta al espíritu de lucha, la temporada ha terminado. Ya no soy capaz de hacerlo. Así que es mejor tomárselo con calma ahora. Simplemente salgo, juego, veo qué pasa y hago dos buenos partidos».

Después de ese frustrante debut en el torneo, Medvedev escribió en la cámara «Block the noise» (Bloquea el ruido). Sobre esa salida de tono, ha explicado que no solo se refería al ruido del público, sino a todas las distracciones que afectaban su rendimiento: «Era más bien todo lo que te llega. Después del primer partido, que fue, ya sabes, horrible, tal vez el peor partido de la temporada, con dobles faltas en el primer set, en el segundo set… Lo perdí cuando me hicieron un golpe desviado en la línea en un punto de break, eso fue difícil de digerir. Y sí, lo perdí».
Por eso, entró en una espiral en la que recibía negatividad por muchas fuentes, incluido él mismo: «Por supuesto, hubo muchos comentarios negativos de todos, lo cual es normal, e incluso de mí hacia mí mismo, simplemente mucha negatividad, muchas derrotas en primera ronda este año, etc».
Y la única solución que ha visto al alcance a ese problema es cambiar el chip: «Necesito dejar de preocuparme, pero de una manera positiva, porque, bueno, si realmente dejas de preocuparte, sales y pierdes 6-0, 6-0. Tampoco se trata de eso. Pero necesito dejar de preocuparme tanto por cosas sin importancia».
Australia también dejó un sabor amargo a Medvedev, que cayó en tercera ronda ante Sebastian Korda. El tenista admite que su rival no es malo, pero caer tan pronto fue demasiado para él: «Y luego, en el Abierto de Australia, perdí en tercera ronda contra Korda, que puede jugar muy bien. Pero la tercera ronda es baja para mis estándares». Ahí ya sí que se vio afectada seriamente su autoestima y empezó a pensar en cambiar de equipamiento: «Como había perdido la confianza, al volver a entrenar, no podía meter una sola bola. Llegó un momento en el que empecé a preguntarme si había tomado la decisión correcta al cambiar a Razor Soft desde Razor Code».
Los viejos buenos tiempos de Daniil Medvedev
En sus inicios en el circuito, Daniil Medvedev y Alexander Bublik compartieron experiencias en torneos Futures, el escalón más bajo del tenis profesional. Medvedev recuerda en este encuentro cómo en esa época parecía casi imposible llegar a estar entre los 300 mejores del mundo: «Era un torneo Futures. Si no me equivoco, yo estaría en algo así como el puesto 600 del mundo y él en el 1200». No se creía ni por lo más remoto que lograría ir escalando posiciones: «Me sentaba allí y pensaba: ‘¿Cómo demonios se convierte alguien en el número 300 del mundo o en el 350?’».

El ruso explica que, en el circuito profesional, cada nivel de ascenso es un desafío en sí mismo: «Si eres el número 20 del mundo, te dices: ‘Guau, es muy difícil entrar en el Top 10. Básicamente necesitas hacer semifinales en un Masters 1000 y tal vez cuartos de final en un Grand Slam dos o tres veces. Y te preguntas, ¿cómo lo hago?’ Pero luego lo logras. Pero ocurre exactamente lo mismo cuando comienzas en los Futures y quieres llegar al circuito Challenger».
Con el tiempo, tanto él como Bublik lograron ir ascendiendo y consolidarse en el circuito ATP. Medvedev, que incluso llegó a ser número uno del mundo, tiene su pequeña teoría sobre cómo se alcanza ese hito: «No recuerdo qué me respondió Bublik en aquel momento, pero él todavía recuerda esa historia. Ahora, ya sabes, estamos arriba en el ranking. Yo logré ser número uno del mundo. Y sí, el truco es que simplemente sigues adelante, continúas, luchas».
Un buen ejemplo reciente de superación y lucha fue el ATP de Róterdam de 2023. Ahí Medvedev tuvo un debut muy complicado contra Alejandro Davidovich Fokina. Perdió el primer set y su enfado se dirigió a su propio equipo: «Recuerdo el partido muy bien. Sí, recuerdo el torneo muy bien. Realmente bien», ha reiterado dando a entender que estaba muy frustrado. Durante el encuentro, Medvedev realizó algunos gestos hacia su banquillo, lo gracioso del tema es que ahora ni siquiera es capaz de decir qué quería decir: «Hasta el día de hoy, lo siento, todavía no sé qué significa lo que hice».
Al final, pese a las dificultades iniciales, logró remontar el partido en tres sets. Medvedev aclaró que el resultado no tuvo que ver ni con su equipo ni con su material, sino con ser capaz de cambiar de mentalidad sobre la marcha: «Era algo con mi equipo, nada que ver con la raqueta ni con las cuerdas». Finalmente, tras aquella victoria, terminó ganando el torneo y la temporada ya tomó mucha mejor pinta.
Consejos para los que están empezando
Para Daniil Medvedev, lo más importante para un joven que quiere ser profesional es ser capaz de disfrutar del tenis, que no es tan fácil cuando hay presión, y tener claro que realmente le gusta competir: «Asegúrate de que lo disfrutas, porque habrá días en los que… imagina que tienes 10 años y tus padres vienen y te dicen que necesitas hacerlo mejor, y tú piensas: ‘Oh, Dios mío, ya no me gusta el tenis.’ Esta es la presión, etcétera… Pero la verdadera pregunta es: ¿te gusta el tenis y lo disfrutas de verdad? Porque yo siempre lo hice. Por eso continué».

Y el problema es que, en caso contrario, de no ser así, la carrera tener un reverso tenebroso fácilmente: «Si no lo disfrutas, entonces puede ser complicado. Puede volverse complicado rendir bien, en primer lugar. Y luego, aunque lo logres, te puede ser difícil ser feliz en la vida».
Además, destaca que la mentalidad competitiva es clave para el éxito. Medvedev confiesa lo que a él le motiva para continuar y mejorar: «Siempre me ha motivado el querer mejorar, el querer ganar. Siempre me ha gustado ganar y odio perder. Son dos cosas que van juntas, la sensación cuando pierdes es absolutamente desastrosa. Y por eso lo odio».
Manías
Para Daniil Medvedev, seguir una rutina antes de los partidos es fundamental para mantener la concentración y el rendimiento físico. «Diría que sí, porque las rutinas te mantienen en un buen estado, no solo de ánimo, sino también en el sentido de que sabes qué harás y qué tienes que hacer». Desde su punto de vista, el tenis es un deporte con horarios muy cambiantes y eso obliga a los jugadores a planificar bien su día: «La gran diferencia con otros deportes es que en el tenis puedes jugar, digamos, el lunes a las 11 de la mañana y el martes a las 10 de la noche. Eso supone una rutina completamente diferente».
Medvedev describe cómo ha ajustado su planificación con los años para encontrar el equilibrio ideal entre descanso y preparación: «Tengo mis rutinas, como cuando juego a las 11, a qué hora me despierto, a qué hora desayuno. Porque después de muchos años en el circuito, intento entender cómo se siente mejor mi cuerpo según lo que como antes del partido. ¿Digiero bien? ¿Qué es lo que mejor digiero?». Destaca que estas rutinas son clave para llegar a los partidos con la energía necesaria: «Así que, cuando llegas a jugar a las 10 de la noche, sabes que no vas a estar somnoliento o que a las 11, después del primer set, no vas a pensar: ‘Oh, siento que necesito comer ahora’».
Respecto a supersticiones, Medvedev comenta que aunque sigue algunas costumbres, no cree que sean determinantes para su rendimiento: «Es algo que hago conscientemente. Y esto no lo llamaría superstición porque a veces lo cambio, pero es una especie de superstición-rutina». Explica que hay jugadores que evitan pisar las líneas de la pista, y él tiene sus propias manías: «No creo que si piso la línea o si la corto, voy a perder el partido. Pero al mismo tiempo, si no lo hago, mejor».

Finalmente, Medvedev destaca una particularidad en su forma de jugar: a diferencia de la mayoría de los tenistas, puede usar la misma raqueta durante un partido completo, sin necesidad de cambiarla. «Probablemente soy el único jugador de tenis en el mundo que puede jugar un partido completo de cuatro sets con la misma raqueta». Mientras, otros jugadores prefieren cambiar de raqueta con frecuencia, él siente que es más fácil adaptarse a las condiciones del partido si mantiene la misma herramienta en sus manos.