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Dimitris Diamantidis: «No sigo la NBA casi nunca, muy raramente. No me gusta el estilo de juego, prefiero la Euroliga, la táctica»

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Dimitris Diamantidis (Foto: Cordon Press)
Dimitris Diamantidis (Foto: Cordon Press)

El mito del Panathinaikos, Dimitris Diamantidis, acaba de ser elegido por los aficionados mejor jugador de la historia de la Euroliga, por delante de Juan Carlos Navarro.  Sin duda, un brillante colofón para su carrera. Especialmente, por lo que comentaba recientemente en Low Post Media, que, en sus inicios, no le consideraban un buen baloncestista. Prácticamente, lo desechaban: «Cuando estaba en infantiles, no estaba tan preparado como otros niños que jugaban en la selección. Tardé mucho en llegar a la selección. No estuve ni en la infantil ni en la juvenil».

Tuvo que empezar desde una posición modesta, el Iraklis BC, e ir abriéndose paso poco a poco hasta fichar por el Panathinaikos cinco años después: «Fui al Iraklis y jugué, poco a poco me fueron viendo. No fui un jugador reconocido tempranamente, pero logré demostrar de lo que era capaz».

Eso sí, cuando empezó a ser considerado, todo cambió de la noche al día: «Al principio no te ven y, de repente, todos te quieren. Pero eso no me cambió la forma de trabajar». La enseñanza que extrajo de todo aquello es que es mejor empezar desde abajo: «Cuando empiezas en un equipo pequeño, tienes que ver las oportunidades en lugar de los obstáculos. Mi carrera ha sido una odisea, empecé desde la nada y llegué a la cima».

En la línea de lo declarado hace escasas semanas por Obradovic, el que fuera su pupilo también, en el baloncesto, apuesta más por el trabajo que por el talento. O dicho de otro modo, sin trabajo no hay talento que valga: «Yo no era el más talentoso, pero trabajaba mucho, eso me hizo destacar». En su caso, se dedicó expresamente a potenciar las cualidades que necesitaba: «Yo no era un buen tirador, pero pasé un verano trabajando con mi entrenador».

De hecho, considera que es fundamental mantener ese espíritu durante toda la carrera. Por muy veterano y con experiencia que sea un jugador, no dejar nunca de ser un aprendiz: «Cada día aprendes algo nuevo, el baloncesto está en constante evolución». En los peores momentos, su voluntad de trabajo fue la que le mantuvo a flote: «Mis entrenadores me dieron oportunidades porque vieron que nunca me rendía».

En el Panathinaikos todo fue cuesta arriba, pero sus sueños eran muy modestos antes de llegar ahí: «Nunca me había imaginado que iba a jugar en la Euroliga, pero el trabajo duro te lleva a lugares que no esperas. La Euroliga fue el escenario donde realmente pude mostrar mis habilidades».

Sobre sus gustos en el baloncesto, ha explicado que sigue siendo un amante de la estrategia: «Quiero que el baloncesto tenga dirección y táctica, no solo ir de un lado al otro». En ese sentido, se considera un discípulo de Obradovic: «Jugaba de acuerdo con las características de los jugadores y los rivales, no tenía un solo estilo fijo. Se adaptaba, te decía: salga ahí, yo ajustaré Giannakis, en cambio, según recuerdo, no prestaba tanta atención a los detalles como Obradovic, no te decía exactamente cómo proceder».

Diamantidis seguido de Ricky Rubio (Foto: Cordon Press)
Diamantidis seguido de Ricky Rubio (Foto: Cordon Press)

Sobre el baloncesto actual, considera que es más rápido y espectacular, pero ha perdido algunos elementos de la estrategia: «las reglas, como los 24 segundos, han cambiado la forma de jugar, los 14 segundos tras un rebote ofensivo hacen el juego aún más rápido». El perfil de los profesionales, incluso, ha cambiado, han de ser más completos: Hoy, los jugadores tienen que hacer de todo: tirar, pasar, correr. Los jugadores altos ahora deben jugar como bases. No es como antes».

Por eso considera que debería haber un equilibrio entre espectáculo y táctica, porque «El baloncesto se ha vuelto más rápido. Es más espectacular, pero ha perdido algunos elementos de la estrategia». Eso le lleva a seguir prefiriendo por encima de todo el basket del continente, no puede con el estadounidense: «No sigo la NBA casi nunca. Muy raramente. No me gusta mucho el estilo de juego de la NBA. Prefiero el baloncesto europeo. Entonces, Euroliga o NBA… Euroliga, sí. Prefiero ver Euroliga».

La prueba, para Diamantidis, es quiénes son ahora los mejores y los que triunfan en Estados Unidos: «¿Quiénes destacan en la NBA? ¿Quiénes son los mejores jugadores en la NBA en este momento? Europeos. Doncic, Jokic, cada vez que veo sus highlights me encanta como juegan».

Por el contrario, él nunca se planteó dar el salto a Estados Unidos ni siquiera fuera de Grecia. Se mantuvo siempre en el mismo club: «Nunca quise irme del Panathinaikos, me lo pasé increíblemente bien. No sé cómo habría sido si hubiese tomado otra decisión, pero los doce años que pasé fueron perfectos, no hay duda, fueron maravillosos».

Es una respuesta que no es la primera vez que la da. Hace unos años, también contestaba igual a unos chavales: «No fui a la NBA porque me lo estaba pasando muy bien en el Panathinaikos, era feliz con mi familia y mis amigos y no tenía ninguna propuesta seria que me hiciera cambiar de opinión».

Pau Gasol y Diamantidis en el Eurobaskete de 2007 (Foto: Cordon Press)
Pau Gasol y Diamantidis en el Eurobaskete de 2007 (Foto: Cordon Press)

Hablaba con niños porque Diamantidis siempre ha sido muy alérgico a las entrevistas con profesionales. Hay que remontarse a 2019 para encontrarle hablando de la final que perdieron contra España en el Mundial de Japón después de haber vencido a unos Estados Unidos que contaban con LeBron James, Carmelo Anthony y Chris Paul: «Los estadounidenses pensaban que tarde o temprano lo remontarían. Construimos una ventaja en la segunda mitad y quizás ahí fue cuando pensaron por primera vez que el partido podía torcerse para ellos».

Sin embargo, ahí empezaron a perder la final contra Pau Gasol y compañía: «Todo eso (la victoria contra los Estados Unidos) nos trajo una euforia, y fue como si perdiéramos un poco nuestro enfoque en la final. No me molestó tanto perder contra España; después de todo, jugábamos contra un equipo excelente. Lo que me molestó fue la forma en que sucedió, el hecho de que no pudimos gestionar la victoria sobre Estados Unidos. No pudimos comprender que estábamos en una final de la Copa del Mundo. Puede que algún otro compañero lo vea de manera diferente… pero sin duda, esta es la derrota que más me ha afectado. Aunque, a través de estas derrotas, también aprende».

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