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Polémicas al nivel de la pelusa

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Vinicius y Bellingham (Foto: Cordon Press)

Un cuarto de siglo después, Luis Enrique demostró que sus días como discípulo de Louis van Gaal no fueron en balde. «¡Siempre vas a lo negativo!», le escupió a Alexander Ruiz, periodista francés que, tras la victoria 1-3 del PSG ante el Rennes, quiso saber, entre otras cosas, si había algo que no le hubiera gustado de su equipo. Es de agradecer que Luis Enrique recordara más a Van Gaal que a otro excompañero suyo en aquel Barça de finales de los noventa, Abelardo, que fue un poco más crudo: «Siempre vais a lo puto negativo. Tú y tu puto periódico».

Los personajes del fútbol no son los únicos con problemas para aceptar que los periodistas no están sólo para contar lo buenos que son ni para elegir el titular que les gusta a ellos. A los propios periodistas también les cuesta, créanme. En este cruce de caminos es muy fácil desorientarse, confundir la crítica razonable con la polémica artificial. Quizá porque muchos programas subsisten a base de hacer pasar lo segundo por lo primero.

«Dicen que hay pelusilla entre Vinícius y Bellingham. O mejor dicho, que hay pelusilla del brasileño al inglés», nos explicó Manolo Lama hace unos días en El golazo de Gol. Las fuentes citadas por el veterano periodista no pueden ser más explícitas: «Dicen». «Porque dicen que el inglés le está quitando el foco al brasileño. Porque dicen que el inglés está siendo la estrella del Madrid y que la gente se olvida muy pronto de lo bueno que fue Vinícius la pasada temporada».

Pero no crean que Lama y el otro copresentador del programa, Carlos Pozuelo, no se molestaron en dar solidez a la tesis. No pusieron un ejemplo, sino dos, y ambos palmarios. Resulta que Vinícius nunca había saludado a todos los miembros del banquillo blanco al ser cambiado, pero desde que lo hace Bellingham ha decidido imitarlo. ¡Ajá! Y el segundo, aún más esclarecedor: al poco de llegar, Bellingham estuvo diez minutos firmando autógrafos en la célebre rotonda de Valdebebas, cosa que Vinícius hizo sólo cinco días después. Ahí, sin duda, reventó el pelusómetro.

Una imagen del partido contra el Nápoles, el más reciente, echaba por tierra la teoría: Vinícius, de rodillas en el césped ante Bellingham, simulaba que tomaba una foto del héroe de la noche. A Lama hasta le vino bien, pues se limitó a hacer eso que hace siempre y que convierte El golazo en un programa perverso: esconder la mano después de estrellar la piedra. «Dice la gente que Vini se arrodilla ante la nueva estrella. ¡Por favor, hombre! Que haya celos, que haya pelusa… No sé, pero vamos… lo mismo se nos ha ido a la cabeza también con esto».

Acto seguido, la voz en off de un reportaje venía a admitir también que lo de la pelusa no deja de ser una percepción, una especie de apuesta: «Es un asunto tan irritante como humano. Irritante para el que directamente lo considera un disparate o una invención -son muchos- y humano para el que se limita a observar -con más, con menos o sin ningún acierto- el efecto que el aterrizaje salvaje de Bellingham en el Real Madrid pueda o pudiera estar causando en Vinícius». Con más, con menos o sin ningún acierto. Pueda o pudiera.

Tras el vídeo, Pozuelo preguntó a los tres opinadores del día: «¿Quién es la estrella del Real Madrid, Vinícius o Bellingham?» Y exigió que respondieran con una sola palabra, nada de matices que pudieran desradicalizar el debate. Hubo pleno para Bellingham. «Joder, qué malos sois los tres», subrayó con cinismo Lama, al tiempo que Pozuelo lanzaba una nueva pregunta: «Antonio, ¿hay pelusilla? ¿Tiene un poquito de celos Vinícius de ese nuevo estrellato de Bellingham?» Antonio era Antonio Ruiz, redactor que cubre la información del Atlético de Madrid en la Cope y que sobre la relación entre dos jugadores del Real Madrid puede saber más o menos lo mismo que usted o yo. Y qué decir cuando opinó Joan Poquí, de Mundo Deportivo, desde los estudios de Gol en Barcelona.

Ni siquiera fue original El golazo en plantear de forma preventiva esta cuestión de los celos. Unas noches antes, en El chiringuito (Mega), Álex Silvestre ya había avanzado que el ego de Vinícius podría resentirse. El sector blanco del programa se indignó pero Cristina Cubero vio el apunte con mejores ojos: «Álex es periodista. El periodista tiene que anticiparse a lo que va a pasar, no sólo es cronista de la realidad sino que por su experiencia también tiene argumentos para saber qué pasará. Lo que ha dicho tiene mucha coherencia. Vinícius viene de ser los últimos años el crack y además cuando no juega bien, le afecta. Aquí en esta fotografía ha actuado muy bien. Vamos a ver qué pasa a partir de ahora».

En esencia, Cubero nos estaba hablando del llamado olfato periodístico, otra de esas cuestiones que pueden llevar a engaño. Una cosa es que la experiencia pueda encaminar al periodista en determinadas cuestiones y otra es la creencia, muy extendida en la profesión, de que cualquier sujeto que trabaja en un medio de comunicación pueda expresar lo primero que se le pase por la cabeza y dar a la ocurrencia tratamiento de posibilidad real. Como aquella vez que Emilio Pérez de Rozas anunció que el Barça iba a hacer dos fichajes antes del cierre de mercado y, tras el fiasco, confesó que lo había dicho por «una corazonada».

En el caso de El golazo, el propio Lama dio la clave sólo unos minutos más tarde, en mitad de un nuevo debate tóxico. La pregunta esta vez era: «¿Es Gavi el nuevo Casemiro?» Lama, cómo no, volvió a lavarse las manos y a echar la culpa a otro: «Pozuelo hace tertulias pa’ encabronar».

3 Comentarios

  1. Manolo Lama, Cristina Cubero, Pozuelo, De Rozas…ya hace tiempo que dejaron de ser periodistas, si alguna vez lo fueron. Ahora son fanáticos que simplemente sirven a uno u otro interes.
    Vende más la crispación que cualquier otra noticia.

  2. La solución la tenemos nosotros, y es dejar de ver/escuchar/leer semejante inmundicia. Y los protagonistas también tienen su responsabilidad, que es ignorar completamente a cualquier medio que se haga eco de semejante contendido. Jugadores y clubes. Si les denegasen la entrada a todos estos, dejando solamente a medios como JotDown, EUMD, el antiguo Ecos… igual cambiaba la cosa un poco.

  3. Pingback: Querido narrador, seguramente no eres gracioso

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