Ciclismo

¿Por qué hay menos ciclistas colombianos en la élite?

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Esteban Chaves (Foto: Cordon Press)

Hace unos meses, el periodista Raúl Banqueri publicaba en Twitter un gráfico que evidenciaba la paulatina caída del número de ciclistas colombianos en equipos del circuito World Tour y del circuito Pro Team, respectivamente la primera y segunda división del ciclismo mundial.

En los años 10 el país cafetero vivió su etapa dorada gracias a victorias y podios en Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España con corredores de la talla de Nairo Quintana, Egan Bernal, Rigoberto Uran, Superman López o Esteban Chaves. Su éxito fue tan importante que abrió puertas a decenas de compatriotas, llegando a sumar más de 40 corredores en equipos World Tour o Pro Team durante un par de temporadas.

Ahora, sin embargo, la realidad es bien diferente y después de varios años de caída solo hay 18 pedalistas colombianos alistados en escuadras de las dos divisiones profesionales, la cifra más baja desde 2010 (únicamente 6 corredores). Traemos algunas respuestas que explican este fenómeno.

Un modelo perdido

«Los números están descendiendo y no es casual. Hay varios elementos que están provocando esto». Luis Fernando Saldarriaga es una voz autorizada para abordar esta problemática. Durante años ha formado parte de varios equipos colombianos, llegando a ser director deportivo en el desaparecido Manzana Postobón, y ahora es comentarista televisivo y head coach. Señala la desaparición de proyectos formativos. «Colombia venía de un proceso muy bueno con el que no se quiso continuar. Nosotros ya no participamos como proceso en carreras que sirvan para establecer en qué estándar de excelencia estamos», lamenta recordando cuando dirigía a jóvenes compatriotas en pruebas sub-23 europeas como el Tour del Porvenir, el Giro del Valle de Aosta, la Ronde d’Isard…

Los resultados de sus muchachos en estas competiciones, donde participaban como selección contra los mejores rivales de su generación, les permitían saber «dónde estábamos, qué nos faltaba, qué criterios tácticos teníamos que trabajar…» El análisis no excluía la parte mental, creando «un perfil psicológico de cada uno de los corredores para ver qué reto tenía cada uno de los corredores, qué niveles de ansiedad tenían frente a ese reto, si sabían o no trabajar en equipo… Pero ese modelo se perdió». Fue una apuesta que dio sus frutos, ya que al repasar el palmarés de esas tres pruebas -u otras similares- aparecen los nombres de Quintana, Bernal, Superman…

Para Saldarriaga no solo se ha perdido el modelo, sino también «vigencia a nivel de Europa. Ya no tenemos un corredor sub-23 entre los 50-60 primeros del ranking mundial de la UCI. El año pasado no hubo ningún stagiaire colombiano en equipos World Tour».

Impaciencia en un ciclismo que cambió

«Pienso que la adaptación (a la élite) les está costando» a los nuevos valores del ciclismo cafetero, opina el periodista de El Colombiano Jheyner Durango. Y es comprensible. Hace unos años las promesas se repartían entre el modelo descrito por Saldarriaga o al amparo de grandes equipos. «Tenían a Bernal, a Daniel Martínez, a Sergio Higuita, Miguel Ángel López… Ciclistas que tenían mucha calidad, pero hicieron su proceso», ilustra Edgar Montoya, periodista en Ciclismo en Grande y Directv. «Ellos no llegaron a un equipo World Tour de una. Tuvieron que cumplir un proceso», recalca para constatar que ahora la realidad es más impaciente.

Rigoberto Uran (Foto: Cordon Press)

«Se enloquecieron los equipos World Tour y Pro Team creyendo que podrían conseguir los ciclistas como Bernal o Higuita yendo a por ellos a Colombia inmediatamente. Y claro, se trajeron una cantidad de ciclistas buenos, pero sin proceso», una jugada que no terminó de funcionar. «¿Qué hicieron? Devolverlos. Porque los ciclistas colombianos son muy buenos, pero necesitan un proceso. Mientras que no se hagan los procesos debidos, los equipos World Tour y Pro Team se van a equivocar en venir por ciclistas que no tienen fundamentación».

Esta urgencia de resultados a corredores no del todo formados está relacionada con los fulgurantes éxitos conseguidos recientemente por ciclistas a los que les empieza a salir la barba. Tadej Pogacar tiene 24 años y es doble campeón del Tour de Francia. Remco Evenepoel acaba de cumplir 23 y ya tiene una Vuelta a España y un campeonato del mundo en ruta. El propio Bernal ganó su Grande Boucle con nada más que 22 primaveras. Lo habitual era que esas carreras se ganaran a una edad más cercana a los 30 que a los 20.

«El ciclismo mundial ha cambiado demasiado, va muy rápido en todos los aspectos, ya urge de resultados positivos. Hay mucha presión para que los ciclistas consigan sí o sí resultados», dibuja el periodista Jheyner Durango. «Es muy intenso para estos jóvenes que llegan a Europa y pienso que la adaptación les cuesta más por esa presión que les están imponiendo de conseguir sí o sí resultados».

Según el periodista, lo ideal sería que los pedalistas «se puedan formar bien acá, que lleguen con buenas bases a Europa, con buena técnica, con buen dominio de la bicicleta, de acuerdo a las realidades del ciclismo europeo, para que su adaptación no sea tan compleja».

Sin representación en el Pro Team

Hasta ahora tenemos dos factores que explican esta caída de colombianos en las dos primeras divisiones. A la pérdida del modelo que fogueaba a sus diamantes en bruto se ha unido que el ciclismo pide una precocidad que frustra la adaptación y permanencia de los cafeteros que desembarcan en Europa. Hay una tercera explicación, relacionada con la primera: la falta de un equipo colombiano en el circuito Pro Team.

Durante los años 2011 y 2019, con la excepción de 2016, en esta categoría estuvieron inscritas alternativamente las formaciones Café de Colombia-Colombia Es Pasión (luego denominado Manzana Postobón) y Colombia-Coldeportes, que contaban en sus filas con más de una decena de ciclistas del país, tanto veteranos como noveles.

Desde que en 2019 desapareció el Manzana Postobón por los casos de dopaje de Juan José Amador y Wilmar Paredes, Colombia no ha vuelto a tener un equipo en las dos primeras divisiones. Otro escalón previo a la élite que ya no existe en la actualidad. Aunque eso no significa que, por debajo, la máquina esté detenida.

Egan Bernal (Foto: Cordon Press)

En 2023 participarán en el circuito Continental (la tercera categoría) dos conjuntos, uno de ellos el Team Medellín que fichó a Superman López. Parece que los recursos siguen estando ahí, pero se emplean de manera diferente. Antes «había menos patrocinadores» que en la actualidad, desvela Luis Fernando Saldarriaga. «La diferencia es que ahora hay muchos patrocinadores, pero tienen un aspecto más individual, no de país», desarrolla. «Ahora hay equipos más pequeños apoyando a más jóvenes, pero no tienen la visión de colocar a Colombia hacia adelante».

De todas maneras, el covid-19 también ha jugado su papel. No lo olvida Jheyner Durango. «La pandemia trajo consigo una crisis financiera a los diferentes equipos y en Colombia no fue la excepción. De una u otra forma esa crisis pudo afectar a algunas estructuras». Por ejemplo, en Italia, «el equipo Androni se juntó con el GW Shimano. La gente está haciendo alianzas para seguir en el pelotón. No ha sido tan fácil para los equipos de acá ni para los de allá. La pandemia dejó muy mal parado al ciclismo», describe.

A pesar de todo, la materia prima, esos adolescentes que tienen el sueño de ser ciclistas profesionales, no para de fluir. En la Vuelta de la Juventud, la Vuelta Nacional del Futuro o la Vuelta del Porvenir (pruebas organizadas por la Federación Colombiana de Ciclismo para corredores prejuveniles, juveniles y sub-23) «siempre hay récord de participantes. Uno se asusta, ¡pero de dónde salen tantos ciclistas! Esa ilusión de ser grandes como sus ídolos se sigue viendo», valora Durango.

Y por ahí viene el último reproche que verbaliza Edgar Montoya: las ganas de los chavales no se recompensan con un adecuado número de competiciones. «La Federación Colombiana de Ciclismo se preocupa solamente por seis carreras. Los otros organizadores propios no van a querer ver a esos muchachos en diferentes carreras, sino que quieren élites o sub-23. ¿Y entonces las oportunidades para los muchachos dónde están?», se pregunta. «Resulta que aquí hay unos extraordinarios ciclistas. No tienen oportunidades. Y como la gran mayoría son campesinos, su padre les dice ‘el ciclismo no, ven aquí a ayudar que hay que sembrar las patatas’», ejemplifica el comunicador, antes de zanjar: «Los organizadores de carreras no hacen las carreras suficientes para esta clase de muchachos».

Un comentario

  1. Sería mejor decir «El falso caso de dopaje de Juan José Amador …»

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