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El Toluca de Santander setentero, cuando los cracks se retiraban en Tercera

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Foto: tolucasantander.org

Muchos equipos han intentado juntar la mayor constelación de estrellas posibles y fichar varios campeones de Europa de una tacada. Lo intentó el NY Cosmos en la difunta NASL, los potentes clubes del norte de Italia en los 80, el primer Madrid de Floren, el Chelsea de Abramovich, los infinitos petrodólares de City o PSG y quizá también sea el objetivo de algún club saudí en los próximos años. Al fin y al cabo con dinero casi todo es posible aunque carezca de cualquier tipo de épica.

Pero antes de todos esos intentos de reunir cracks por castigo hubo un caso en España que lo consiguió literalmente sin poner un duro. Corría el año 70 en aquella España tardofranquista que celebraba el cuarto puesto del Gwendolyne de Julio Iglesias en Eurovisión, que estrenaba la EGB y que el fracaso mundialista era ni jugarlo. Quedaban muchas cosas por pasar aún, como el proceso de Burgos.

Eran tiempos de reestructuración en el fútbol español y la Tercera categoría pasaría ese verano de 8 grupos a solo 4. Esa reducción evidentemente aumentaría los viajes y con ello los costos, por lo que el ascenso a Tercera estaba envenenado. Así fue que el Balmaseda pese a salir campeón de la Preferente Vizcaína decidió renunciar a la plaza.

La federación no pasó el premio al segundo clasificado, el CD Galdakao, si no que decidió el ascenso por medio de un sorteo entre las preferentes guipuzcoana, cántabra y oeste. La mano inocente sacó la bola del subcampeón de la regional montañesa: El Toluca. Aquel 9 de julio del 70 cogió por sorpresa a los directivos del humilde club santanderino que finalmente aceptaron la propuesta.

Pero…¿quién narices era el Toluca?

El CD Toluca se había fundado en 1952 bajo el nombre de San Celedonio, uno de los dos patrones de Santander junto a San Emeterio y con dicho nombre compitió hasta 1959. Las dudas se despejan rápido si alguien cree que dicho nombre no tiene ninguna relación con el club mexicano. Uno de los ideólogos del club fue Antonio Alonso «Taco», hermano de Marquitos. El central del Real Madrid había sido el mediador para que Taco entablase relación con un veterano jugador cántabro como Fernando García.

Pero…¿quién narices era García?

El de Astillero fue un centrocampista indiscutible del Racing anterior al golpe de estado del 36. Poco antes del estallido de la guerra acababa de fichar por el Barcelona. De hecho llegó a debutar con el conjunto culé el Campeonato Regional de Cataluña una vez iniciado el conflicto armado. Cuando el tema se recrudeció, el club se embarcó en una gira por Latinoamérica que le sirvió para que junto a otros compañeros decidiera quedarse en México. Y no era capricho.

Coloreado, Fernando García (foto: http://astillero-guarnizo.blogspot.com)

Allí jugó para el Club Asturias, primer campeón del fútbol mexicano, donde tuvo el siguiente contratiempo de su carrera. La guerra había cortado su progresión pero la política le jugaría una segunda mala pasada. Nando, como era conocido en su tierra, no ocultaba sus ideales republicanos. En un partido de dicha temporada recibió insultos del árbitro español De la Osa, que sabía de sobra cuáles eran sus preferencias políticas. García no tembló y noqueó al colegiado de un puñetazo. ¿Resultado? Sanción de un año.

Pese a ello el «Gavilán», como fue apodado en México, había sido el mejor jugador del campeonato y eso no se podía desaprovechar. El presidente del Atlante no era otro que el General Núñez, jefe del Estado Mayor. Él mismo le hizo llamar a Los Pinos, la residencia oficial del Presidente de México hasta 2018. Allí no solo estaba Núñez esperándolo, sino que nada más y nada menos que Lázaro Cárdenas, máxima autoridad del país desde 1934. La reunión secreta tenía un claro objetivo: que García fichase por el Atlante. El diario mexicano «El Sol de Toluca» tuvo acceso a la conversación entre Cárdenas y el cántabro.

«-¿Es usted Fernando García?
-Sí, señor.
-¿Republicano español?
-Si, señor presidente.
-¿Futbolista?
-También»

En ese momento el dirigente del PRI concedió la nacionalidad mexicana a García a cambio de que fichara por los Potros de Hierro. Cárdenas fue probablemente el dirigente internacional que más apoyó a la II República Española, recibiendo numerosos exiliados, dando protección a los que se refugiaron en otros países como Francia e intentando por todos los medios enviar armas al gobierno legítimo pese a la negativa estadounidense.

Nando regresó a España en 1946 y como su contrato seguía vigente con el FC Barcelona disputó 3 partidos con los culés en liga. Al poco decidió regresar a México donde haría carrera como entrenador, dirigiendo al Toluca entre 1953 y 1955.

Y ahora sí, volvemos a Santander. Uco y Cilio, los mandamases del San Celedonio recibieron regalos tales como banderines y pines del Toluca. El detalle era obra del Gavilán, lo que provocó que los dos amigos santanderinos decidieran cambiar en aquel año 59 el nombre del club a Toluca. De esta forma regresamos al verano del 70. El Toluca coge el guante y debuta en Tercera con una plantilla plagada de jóvenes estudiantes. Uno de ellos era Joselín, hermano menor de Marquitos, que fue un fijo en el equipo marcando 1 gol en 38 partidos.

Comenzaron la temporada jugando en El Sardinero, ya que el Racing les había cedido el terreno a cambio de tener una opción preferencial sobre todos los jugadores que destacasen en el Toluca. Por aquella época el club era una de las mejores canteras de Cantabria, siendo un asiduo al Campeonato de España Juvenil y ganando frecuentemente el Torneo de los Barrios. alevín. De hecho, en esos años salieron jugadores como Pedro Corral que jugaría en el Racing, Castellón o Real Madrid y Juan Carlos que pasó 7 años en el Barcelona y fue internacional.

Pedro Corral

Duró poco la alegría, tan solo dos jornadas, ya que el Racing acabaría por incumplir lo pactado. De tal forma que el Toluca tuvo que andar danzando de un campo a otro. La jornada 5 recibió al Lemos el Campo de Nueva Montaña y en la 7 al Barakaldo en el Campo de Adarzo. Para esas ya habían conseguido un fichaje de renombre con el fin de paliar la mala racha que llevaban. Se trataba de Enrique Mateos, campeón de Europa con el Madrid en 5 ocasiones. El madrileño ya había pasado dos años en la Gimnástica de Torrelavega antes de explorar mundo jugando una temporada con los Cleveland Strokes de la NASL y otra en Sudáfrica con el East London Celtic. Mateos debutó en la jornada 6 como suplente con una derrota por 5-1 en Candás. Acabaría disputando 9 partidos y marcando 1 gol.

El inicio de temporada era desastrosa en todos los ámbitos y la prensa dejaba constancia de la racha de 8 derrotas en 8 jornadas de liga: «Equipo de amigos sin muchas posibilidades de abandonar el último puesto». Pero esto pronto cambió. Marquitos toma cartas en el asunto y decide ayudar directamente a sus colegas. Tras unas rápidas negociaciones convence nada más y nada menos que a Pachín y a Atienza. El primero con 2 Copas de Europa en su bolsillo y el segundo con 5. Además se tramita la ficha del navarro Félix Ruiz que fue campeón con el Madrid Yé-Yé en el 66.

La expectación era tremenda en Barreda, donde el Toluca buscaba sus primeros puntos con esos 3 refuerzos de lujo. Pese a que son jugadores que rozan los 40 tacos, la aportación de nivel se nota desde el primer momento. Y todo ello pese a que el entrenador hace malabares para colocarlos en el once, como es el caso de Pachín que lo mismo empieza de medio que acaba de delantero en función del partido.

El estreno no salió del todo mal ya que el Toluca rascó un empate pese a empezar ganando con un golazo de Atienza II. El que tuvo retuvo. El compromiso de los veteranos no podía ser total, ya que la mayoría ya estaban retirados del fútbol. Marquitos quería que al menos pudieran disputar todos los partidos como local.

No olvidemos el grado de compromiso tal que eran jugadores totalmente amateurs, vaya que no cobraban un duro y que se desplazaban el día del partido en su coche particular desde Madrid. Algo impensable en la época actual.

Tras ser desplazados del Sardinero y rotar por Nueva Montaña y Adarzo, las gestiones del mítico defensa del Real Madrid les llevan a jugar como local en el Campo del Regimiento Valencia. El estadio se llenó hasta la bandera para el primer partido que jugaron como local tras el fichaje de los ex-madridistas. Aquella jornada 10 frente a la Ponfe fueron alineados únicamente Marquitos y Pachín. Este último jugó un total de 14 partidos en los que marcó 1 gol.

Los resultados iban mejorando, sobre todo cuando el Toluca contaba con los «internacionales». Así era como los llamaba la prensa de la época. En la jornada 12 debuta otro más. Enrique Vicedo, ex-jugador del Barcelona y del Racing, fue convencido por Marquitos para enfrentarse al Ensidesa. Duró poco la alegría ya que a los escasos minutos de empezar el partido sintió un tirón y no volvería a vestir más la camiseta del Toluca.

El primer triunfo no llegó hasta la jornada 14 frente al Lugo. Aquel día además de los ya citados Mateos, Pachín, Atienza y Marquitos, se estrenó otro más. Fue el caso del canario Manuel Quevedo «Pantaleón II», que había sido campeón de Europa con el Madrid en 1960. Con el 10 a la espalda fue el mejor del partido jugando en el centro de la defensa. El caso del ex de Las Palmas choca bastante con la realidad actual, ya que tenía tan solo 33 años y estaba jugando gratis en Tercera.

Arriba: Marquitos, Pachín y Pantaleón. Agachados: Atienza y Mateos.

Siguió aumentando su racha goleadora el bueno de Atienza, pese a que en Primera tan solo había hecho 4 goles con el Zaragoza. En aquel alocado Toluca, jugaba mucho más adelantado y así fue que hizo 8 tantos en los 13 partidos que jugó. El equipo fue poco a poco cogiendo ritmo y su mejor momento llegó después de Navidad con 6 triunfos en 10 jornadas. De hecho, se iba cumpliendo un patrón en casi todo ese tiempo. El Toluca ganaba en casa cuando contaba con los refuerzos de los internacionales, como eran conocidos en la prensa, y palmaba fuera de casa cuando el once estaba únicamente formado por estudiantes.

Para esas fechas el club ya iba contando con otros refuerzos de garantías como el lateral zurdo Pedro Casado, que fue campeón de Europa con el Madrid en dos ocasiones y disputó 4 partidos con el club. Además, en la jornada 25 por fin pudo debutar Félix Ruiz, para dar el triunfo al Toluca con un doblete. Lástima que no jugase ningún partido más.

En las rotativas de los periódicos locales se hacían eco cada fin de semana de la posibilidad de que las otras estrellas del Madrid visitaran la ciudad de turno. Como fue el caso de Avilés donde barajaron la opción ya que al día siguiente el Real Madrid jugaba en Gijón. Un 2×1 que no llegó a suceder.

Después de 27 jornadas disputadas el Toluca ya había abandonado la zona de descenso directo y se mantenía en puestos de fase de permanencia para no bajar a regional. La apuesta de Marquitos, pese a las muchas dudas que suscitó no estaba saliendo nada mal. El Toluca creaba expectación en sus partidos como local y estaba a solo 4 puntos de los puestos de salvación directa.

Todo saltó por los aires a falta de 8 jornadas. El Toluca recibía en el Regimiento a la Cultural Leonesa con Marquitos, Pachín y Pantaleón en el once. Además contaban con el reciente fichaje de Delfín Álvarez, que había jugado en Primera con el Granada, Murcia, Espanyol y Pontevedra. Comenzaba el segundo de tiempo con 0-1 en el marcador, tras un rechace del portero Moncaleán que el mítico Marianín no perdonó. A los 10 minutos se produce un lío entre los jugadores que el colegiado decide solucionar con la expulsión de Pachín y Marquitos, los dos buques insignia del equipo. Incluso fue necesaria la intervención de la benemérita para sacar a Marquitos del campo después de tal injusticia. En la prensa del día siguiente, se quejaron de que el colegiado les dijo: «Ya no sois los niños bonitos del Madrid, aquí mando yo».

La federación no titubeó y sancionó a Pachín con 6 partidos y a Marquitos con 13. Con esta sanción no pudo vestir más la camiseta del Toluca y su contribución quedó en 12 partidos jugados en toda la temporada. En los siguientes partidos el principal referente del equipo fue Pantaleón, que marcaría 1 gol en los 15 encuentros que jugó. También volvió Atienza para dar el triunfo en la jornada 32 con un doblete. La nota negativa fue su expulsión tras un partido bronco frente al Vetusta. Pese a todo, el Toluca seguía fuera del descenso directo en la jornada 35 después de 3 derrotas consecutivas.

A falta de dos jornadas logró vencer 2-0 al Bilbao Athletic con Pantaleón y Casado, sin poder contar aún con los sancionados de larga duración como Marquitos, Pachín y Atienza. Este resultado dejaba al Toluca dos puntos por encima del descenso a falta de 2 jornadas. La última salida era a Mieres para enfrentarse al Caudal. Por lo excepcional del partido si hubo «internacionales» en esta salida fuera de casa, como fueron Pantaleón y la vuelta de los sancionados Pachín y Atienza. El Toluca salvó un empate, pese a comenzar perdiendo 2-0, que le permitía depender de sí mismo en la última jornada.

El último baile tenía como invitado de lujo a un Ourense que se jugaba el campeonato y el ascenso directo con la Cultural. El Toluca tenía cierto margen ya que aunque perdiera debían ganar al menos dos de sus perseguidores: Barreda, Lemos y Vetusta. Sin olvidar que ganando o empatando se libraba directamente del descenso directo y jugaría la fase de permanencia. Para el encuentro contó con Pantaléon, Álvarez, Pachín y Atienza. A Marquitos aún le quedaban 5 partidos de sanción.

El Toluca no estuvo metido en ningún momento en el partido. Pese a ello aguantó el resultado hasta el minuto 37 cuando Tomé adelantó a los visitantes. Al poco de arrancar la segunda parte cayó el 0-2 definitivo. Los santanderinos fueron incapaces de remontar la situación, algo que era normal ya que se enfrentaban a uno de los gallitos de la liga. Y lo que no tenía que suceder sucedió. El Lemos goleó 3-0 al colista La Bañeza y sus vecinos del Barreda vencieron con comodidad a un Lugo que había hecho los deberes meses antes. El triple empate perjudicaba al Toluca con el peor golaverage de los tres. La falta de gol fue uno de los problemas principales del equipo. Atienza fue el máximo goleador del equipo con 8 goles, seguido de Román con 7. Pero después de ellos nadie pasó de 3 goles. Al fin y al cabo fue el equipo menos goleador del grupo y el más goleado. Poco pudo hacer un joven José Ramón Moncaleán que encajó 89 goles antes de ser fichado por el Granada.

Quizá ese fue el único «fallo» de Marquitos. El de no haber conseguido convencer a ningún veterano para el ataque más allá de Mateos que pudo jugar pocos partidos o el paso testimonial de Félix Ruiz. Yo que sé, un Pepillo de la vida o un interior con gol como Ramón Marsal, mismamente. Aún así queda el dato de que al menos en 18 partidos se alineó a un «Internacional», con un balance de 8 triunfos, 3 empates y 7 derrotas. De hecho, el Toluca tan solo ganó un partido sin los veteranos. Probablemente en un fútbol como el actual aquellas viejas glorias hubieran podido desplazarse a más partidos fuera de casa y no solo a Santander en sus coches particulares.

Moncaleán, Cobo, Marquitos, Echevarría, Joselín, Pachín y Lecuona. Agachados, Tino, Atienza, Mateos, Pantaleón y Castresana.

Queda para el recuerdo aquella casi hazaña del modesto Toluca, en el que un grupo de jugadores que lo habían ganado todo saltaban a los barrizales de la Tercera Española cada 15 días sin cobrar una sola peseta. Choca de pleno con el fútbol moderno en el que nos encontramos. Es imposible que un equipo pueda juntar a 7 campeones de Europa en su plantilla, que encima suman entre todos 17 copas. Y no cualquier cosa, titularísimos como Marquitos y Pachín o jugadores que hasta marcaron en finales como Mateos.

Por hacer un símil, ya sería extraño ver ni siquiera en el mismo equipo de Primera dentro de unos años a jugadores como Carvajal, Lucas Vázquez, Nacho y Asensio. Sí, los jugadores actuales aguantan físicamente mucho mejor que antes hasta bien entrada la treintena y tienen la posibilidad de cerrar su carrera con grandes contratos en otras ligas. Y no digo ya que se retiren todos juntos en el Toluca de turno, pero no estaría mal que lo hiciesen en el equipo de su tierra. En esta vida puede ser más gratificante retirarte con un ascenso a Segunda en el club de tus amores.

Ya lo decía Cristopher McCandless, que la felicidad solo es real si es compartida.

2 Comentarios

  1. Yo que pensé era un artículo de futbol, y el repaso político ha estado excelente. Para la zurdería.

  2. Jugué y debute en el Toluca de Tercera División en 1970 con sólo 16 años. Lo hice en la victoria más importante, en el campo del Ourense, gallito junto a la Leonesa, por 1-2. Una pena el descenso por el gol-average, pero aquella temporada fue muy divertida, viajando cientos de horas en aquellos autobuses de la época, que no pasaban de setenta por hora, por toda la cornisa cantábrica. Desde aquí quiero saludar a mis compañeros toluqueños que lo dieron todo por el Club de nuestros amores.

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