Opinión

Hacerse el tonto ya no cuela: las futbolistas también están retratando a sus colegas masculinos

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Dani Carvajal (Foto: Cordon Press)

Volvió LaLiga después del parón de selecciones. Cayó el Atlético en Valencia y Lemar se rompió el tendón de Aquiles, goleó el Barça al Betis en un partido redondo en el que brillaron «los Joaos» Cancelo y Felix, volvió Sergio Ramos a jugar en el Sánchez Pizjuán y el Real Madrid remontó en el Bernabéu el gol tempranero de Barrenetxea y sigue líder. Volvieron ellas también, las futbolistas, después de desconvocar la huelga en la que pedían condiciones dignas: 23. 500 euros anuales de salario mínimo. Y lo hicieron constatando que lo que les pase o deje de pasar no les interesa a sus colegas masculinos. No es nuevo, nunca las han apoyado en sus reivindicaciones, pero ahora se nota mucho más porque estamos más atentos y quedan retratados -insisto una vez más- como lo que son: privilegiados encantados de serlo.

Lo sucedido desde que las jugadoras ganaron el Mundial en Sidney ha estado a la vista de todo el mundo excepto las coacciones que sufrió Jenni Hermoso y su familia en el vuelo de vuelta a España. Lo demás ha sido con luz y taquígrafos, con imágenes incluso: el beso sin consentimiento, el tocamiento de huevos, las disculpas en las que se justificaba, la Asamblea en la que aplaudieron un discurso misógino, los comunicados dejando a Hermoso como mentirosa e inventándose declaraciones suyas, la filtración de un vídeo para desacreditarla… todo bien a la vista, descaradamente, igual que la reticencia del fútbol masculino en general, cuando no el silencio, para condenarlo y ponerse del lado de sus compañeras.

Mientras ellas están señalando un sistema, una estructura patriarcal y machista que las lleva atosigando desde hace tres décadas, ellos a lo suyo. El único jugador que públicamente anunció que no volvería a la selección española mientras no cambiaran las cosas fue Borja Iglesias y su entrenador en el Betis, Manuel Pellegrini, no sólo se lo afeó sino que le recomendó que se lo pensara dos veces. Después llegaron los capitanes de la selección, 15 días después, para leer un comunicado en el que no aparecía ni el nombre de Jenni Hermoso y pedían, básicamente, que les dejaran en paz que ellos tenían dos partidos muy importantes en los que debían centrarse.

No hay que olvidar tampoco las declaraciones de Dani Carvajal, el capitán del Real Madrid, en las que recalcaba que Rubiales había sido un presidente de la RFEF excelente, que también lo debía estar pasando mal y que para calificar a Jenni Hermoso como víctima había que esperar a que denunciara, cosa que la internacional hizo dos días después. ¿Más? Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, ya con Rubiales dimitido, soltó: «Yo no estoy en el cuerpo de Jenni Hermoso ni en el cuerpo de Rubiales, por lo que no sé quién le tiene que pedir perdón a quién». Y el último ha sido Xavi Hernández, que el pasado viernes con el comunicado de las futbolistas recién salido del horno exponiendo sus peticiones en diversos puntos concretos, afirmó: «Las jugadoras deberían hablar claro, no dejar pie a la confusión y decir claro lo que ha pasado». Porque él, vaya usted a saber por qué, se está liando a pesar de lo que ha visto y ha podido leer y escuchar. Vaya a usted a saber también qué más tienen que hacer, decir y hacer las jugadoras, qué más tiene que pasar en la Federación, para que ellos dejen de estar embarullados mentalmente.

Las jugadoras no sólo han iniciado una rebelión, una revolución, sino que les han puesto delante de un espejo en el que lucen feísimos y están muy incómodos. Y ahí andan, perdidos y desubicados en el mejor de los casos, mientras que otros se muestran como lo que son, como lo que siempre han sido: señores disfrutando de sus privilegios y a callar, que estáis más guapas. Ha pasado un mes; tiempo más que suficiente como para ponerse las pilas y dejar de mirarse el ombligo. Los que no se enteran es porque no les da la gana de enterarse. Y los que callan son cómplices de un sistema que sus compañeras están señalando por injusto, tóxico, controlador, desigual y abusivo. Hacerse el tonto ya no cuela, aunque sigan creyendo, pobretes, que sí. Retratados están quedando para la posteridad. Con lo que a ellos les preocupa su imagen y legado. Retrataditos.

10 Comments

  1. reo que los futbolistas de primera división española masculina anden perdidos y estén incómodos. Simplemente les da igual, como tantas otras cosas.

    Cuando amasas decenas de millones de euros de una manera relativamente fácil el resto del mundo, en el 99% de los casos, no es que no te importe es que ni sabes que existe. Y ellos ni se plantean que su federación es la misma que la del fútbol femenina basicamente porque les da igual quien mande en la federación. Lo que les importa es su contrato con el club y jugar las fases finales con las selecciones.

  2. Querer que está gente se posicione frente a alguna injusticia es de locos. El mundo donde viven no les afecta nada, no les interesa nada salvo der denny crein.

  3. …cri cri… cri cri….
    Comentarios a favor, poquitos. Y tiempo ha habido.

    Comentarios en contra, ninguno. A ver a quien se le ocurre exponerse al chaparron.
    Este tsunami ficticio va por olas.
    La primera ola afecto al responsable directo.
    La segunda ola afecto a los que le aplaudieron (bueno, a tod@s no).
    La tercera ola pretende afectar a los jugadores hombres que pasan del tema.
    La cuarta te afectara a ti lector, que lees esto y no sales a la calle a defender a las jugadoras.

    De hecho, no se que haces que no dejas todo y te pones a gritarlo a los cuatro vientos, que esto es una super revolucion.

    Menos mal que esto ya no lo lee ni el grillo..

    cri cri… cri cri…

  4. No grillo. No es una revolución. Es un pataleo de quien aún no se ha dado cuenta de que son esos futbolistas los que te están pagando la nómina que tú no generas. Los que permiten que haya campos de entrenamiento, fisios, médicos, y terrenos de juego que sin ellos no dispondría el fútbol femenino y seguiría siendo amateur.

    Así que más humildad, menos creerse luchadoras porque NO LO SON. Son ventajistas, y muy poco valientes: en cuanto han tenido algo que perder han bajado la cabeza. Las luchadoras asumen las consecuencias. Ellas no: saben que a pesar de todo, viven en una burbuja incoherente para su relevancia deportiva, social y económica real. Una moda de verano que dejarán caer los políticos en cuanto ya no interese usar la pancarta para desviar la atención de otras cosas.

    • Ya llegó el condescendiente tenista a poner las gónadas sobre la mesa: menos mal que siempre nos quedas tú y tu testosterona para aclarar este asunto, esto es, hombres posibilitando que las mujeres existan, como viene pasando toda la vida.

      • Puede ser que los que les pase a los futbolistas españoles sea que las futbolistas españolas han conseguido ganar un Mundial en poco tiempo y ellos han tardado más de un siglo? No sé, tal vez el tema también vaya por ahí.
        El machismo que hay en el fútbol hace que yo no apoye este deporte.

      • No hay ningún hombre permitiendo que las futbolistas femeninas existan pero hay que aceptar que el nivel de relevancia y de sus sueldos depende en gran medida de esos hombres.

        Guste o no, el fútbol femenino le importa a poca gente: ahí están las audiencias y, sobretodo la cantidad de abonados y de asistentes a los partidos de la liga femenina. Pero es que aún hay más. Para conseguir un mínimo de visibilidad el fútbol femenino ha tenido que parasitar las estructuras masculinas. Es decir, en baloncesto, balonmano o cualquier otro deporte los clubes femeninos son diferentes de los masculinos en el 99% de los casos. En fútbol lo intentaron y el resultado fue el que fue. Pero es que llevan seis o siete años usando la imagen de los clubes masculinos y el interés de su liga no aumenta. Algo está pasando y no todo es culpa de los futbolistas de primera división.

        Las futbolistas se creen que son un hermoso unicornio de colores pero más bien parecen un caballo con un cuerno pegado en la frente.

    • Blunsburibarton

      Echo de menos tus comentarios tenísticos (y también de otro tipo). La sensación de que esta revista se precipita hacia la mediocridad es inevitable.
      Te mando un saludo afectuoso.

      • Yo a quién echo de menos es a Guillermo Ortiz, y comparto que desde la pérdida de su fundadora, la revista vive evidentes turbulencias (por otro lado, nos hemos ahorrado los comentarios «testosterónicos» de determinados lumbreras).

  5. Pues todo el mundo está pidiendo claridad y esta señora, Gemma Herrero quejándose de que ya deberíamos saberlo.

    Señora si tan evidente es la situación, y tanto empeño en conocerla quiere usted que tengamos, expliquela. Porque no conozco una sola persona que no haya hablado del tema, y tampoco conozco dos que verbalizando los hechos de forma independiente, la narrativa sea parecida.
    Así que ahorrese su condescendencia intelectual y hablen clar

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