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Javier Ortiz: «He intentado darle un toque español a mi libro sobre Shai»

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Javier Ortiz con el libro
Javier Ortiz

Esto no sé si va a ser una genialidad o algo grotesco que me cancele para siempre, pero he decidido (y me lo han permitido, que también tendrán su culpa) promocionar mi último libro, Shai: El milagro de Oklahoma City Thunder (Ediciones JC) de un modo original y arriesgado en uno de los medios en los que colaboro con sumo placer: Jot Down Sport. ¿Cómo? En lugar de hacer un ‘copia y pega’ de la nota de prensa que he pasado a otros sitios, he decidido autoentrevistarme hablando sobre la obra. Vamos allá.

Javier Ortiz: ¿Qué tal? ¿Nervioso?

Javier Ortiz también: No, en absoluto. Estoy cumpliendo el sueño de todo entrevistado que está haciendo promoción: controlo las preguntas y las respuestas, cómo se va a titular, qué mensaje hay que destacar, qué hay que obviar.

J. O.: Pues venga, que tiene usted la cocina patas arriba. ¿Qué le impulsa a publicar un libro sobre Shai Gilgeous-Alexander?

J. O. T.: Me puedes tutear, hombre. Te he visto desnudo muchas veces. Incluso demasiadas.

J. O.: No te enrolles, que ni hemos venido a esto ni eres Charles Bukowski, mal que te pese.

J. O. T.: Vale, me centro. Pues lo del libro fue un poco inesperado, la verdad. Yo no era fan de Shai, ni todo lo contrario. Pero a finales de enero me llamó Juan Carlos Rentero, el dueño de Ediciones JC, que ha publicado muchísimos libros sobre baloncesto, quizás unos 40, ni idea. Y va el tío, que tiene mucho olfato para esto, me dice que si me interesa hacer uno sobre Shai, que va a ganar el MVP y que sus Thunder van como un tiro. “Puede ser un buen lanzamiento para la Feria del Libro, entre finales de mayo y principios de junio. Eso sí, para que llegue a tiempo la edición y todo lo demás, me lo tienes que entregar el 1 de abril. ¿Te atreves?”.

J. O.: ¿Y?

J. O. T.: Pues en principio dudé un poco porque me parecía que Shai no era un jugador especialmente conocido para el gran público, ni siquiera para el que sigue el baloncesto, pero por eso mismo me interesa ahondar en su figura, hacer un poco de pedagogía, porque, la verdad, sobre Jordan o LeBron ya está todo dicho. AsÍ es que acepté y me puse a ello.

J. O.: ¿Solo por eso?

J. O. T.: Qué bien me conoces, macho. A mí “sí” hay que añadirle dos cositas: el subidón de ego que te da la sensación el hecho de que sea mi quinto libro y bueno, en fin, el adelanto económico. Como bien sabes, soy un mercenario.

J. O.: Esto no va a quedar bien para la promo, listillo.

J. O. T.: Da igual. No creo que nadie siga leyendo ya a estas alturas. Sigue.

J. O.: ¿Le fue difícil hacer el libro en tan poco tiempo, apenas dos meses?

J. O. T.: No demasiado, la verdad. Y que quede claro, antes de que lo preguntes, que no es un libro de “copia y pega” de Wikipedia ni hecho por la puñetera IA. Todo viejo estilo, tecleando, como estoy tecleando ahora mismo. Es obvio que no he tenido acceso a Shai, que está a sus cosas, pero sí que hay mucha info sobre él y sobre todo quería darle un toque propio.

J. O.: ¿Un toque propio un tío que escribe desde Cáceres sobre otro que está en Oklahoma City al que no conoce directamente?

J. O. T.: Qué bobo eres, de verdad. Como si para escribir sobre Hitler hubiese habido que tomarse unas cañas con él.

J. O.: Pues explica lo del “toque propio”, anda, que estás quedando de maravilla.

J. O. T.: Se trataba de ponerle un toque español al tema, que el lector se sintiese identificado con la historia. Así es que he puesto mucho el foco en momentos como las dos veces que Shai ha eliminado a España en campeonatos internacionales (el Mundial de 2023 y los Juegos Olímpicos de 2024) y he recopilado varios testimonios “de aquí” como los de Sergio Scariolo, Santi Aldama y compatriotas suyos que juegan en España como Melvin Ejim (Unicaja), Phillip Scrubb (Leyma Coruña) y Josip Vrankic (Gipuzkoa Basket). Además, me detengo en sus dos visitas: una a Granada, en la que obviamente se fotografió en La Alhambra, y otra a Madrid para ver a su amigo Vinicius. ¡Ah! También creció viendo a los Raptors en los que el base era… José Manuel Calderón.

J. O.: Ah, pues suena bien.

J. O. T.: Tú qué vas a decir…

J. O.: ¿Qué conclusión has sacado sobre él tras estudiarle tan minuciosamente?

J. O. T.: Te agradezco que me hagas esta pregunta. Que una clave fundamental suya es que proviene de una cultura ligeramente diferente a la estadounidense como es la de Canadá. No es un tío que se haya criado en el ghetto, aunque sí tiene valores sociales muy profundos. Nunca se ha metido en líos, siempre ha sido muy centrado y currante. Fíjate que no era ni siquiera el mejor de su generación en su país cuando era un adolescente, que le descartaron del equipo de ‘high school’, un poco a lo Jordan y que tanto en la universidad, Kentucky, como en su primer equipo en la NBA, los Clippers, empezó siendo suplente.

J. O.: Es cierto. Y solo fue el 11 del ‘draft’ de 2018…

J. O. T.: Veo que te has preparado la entrevista, sí. Aquí Jordan se vuelve a cruzar en su camino, ya que quienes lo escogieron fueron los Charlotte Hornets, de los que entonces era dueño, pero le traspasaron enseguida a cambio de Mikal Bridges, ahora en los Knicks, que no está mal, pero vamos… Una operación terrible.

Portada

J. O.: No tanto como la que llevó a Oklahoma.

J. O. T.: Sí, va a acabar siendo el traspaso más desastroso de la historia de la NBA: en verano de 2019 los Clippers, a instancias de Kawhi Leonard, se empeñaron en fichar a Paul George, que jugaba entonces en los Thunder, y admitieron enviar a Shai, a Danilo Gallinari y un porrón de rondas de ‘draft’ a cambio. Con el tiempo, no solo es que Shai haya sido MVP, sino que Oklahoma ha conseguido gracias a ello a su segundo mejor jugador, un All Star como Jalen Williams, entre otros puntazos que se ha anotado su general manager, Sam Presti.

J. O.: Si sé que lo que Dios no da, Salamanca no…

J. O. T.: ¿Siempre te tienes que hacer el gracioso?

J. O.: Perdón.

J. O. T.: Bueno, está bien traído para decir que el libro no solo habla de Shai, sino de todo ese proceso en el que en OKC puedan pasar en apenas cuatro años de ser el peor equipo de la NBA al nuevo campeón. Por cierto que ahí también meto la cuña con el hecho de que tanto Ricky Rubio como Usman Garuba pudieron formar parte de su increíble historia, pero fueron traspasados antes de debutar.

J. O.: Vaya. Bueno, tenemos que ir terminando. ¿Algo más?

J. O. T.: Nada más, que el libro está ya en todas las librerías de barrio, y si no, te lo piden y en dos días te lo tienen, que tampoco hay tanta prisa por leerlo.

J. O.: La última. ¿Habrá sexto libro? ¿Algún proyecto?

J. O. T.: A ti te lo voy a contar…

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