Supercopa

El Madrid humilla al Barça, le deja en coma y Laporta y Xavi ya no tienen a qué agarrarse

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El Real Madrid humilla al Barça.
Tchouameni (Foto: Cordon Press)

El Real Madrid humilló al Barça en la final de la Supercopa. Ganó por 4-1, pero la sensación fue de tal superioridad que deja al Barça tocadísimo, sumido en el coma, muerto en vida. Si en lugar de hacer tacones los blancos hubieran lucido colmillo, el destrozo habría sido histórico en lo que se refiere al marcador, pero quizás así haya sido todavía peor.

No marcaron más porque no era necesario, porque jugaron como les dio la gana y enfrente no tenían rival, porque mandaban, hacían y deshacían lo que querían, cómo querían y cuándo querían. Porque pa qué. Y el toque de Ancelotti al final a Vinicius y Bellingham por sus gestos le honra como entrenador y persona, porque sobraban.

Al Barça ya no le queda ni el Madrid de salvavidas. Empeñados, Laporta y Xavi, en un relato hiperbólico, surrealista, en el que en cualquier momento resucitarían, volverían los buenos tiempos, el fútbol espectáculo, la alegría, agarrados al estilo, el ADN, los valores y toda la retahíla de discurso grandilocuente, han quedado retratados, en pelotas, ante el archienemigo de toda la vida, al que habían elegido por enésima vez como punto de inflexión, como clic para seguir vendiendo el pollino. El error de cálculo ha sido monumental y el castigo está a la altura de su falta de humildad y ausencia de diagnóstico.

En los últimos seis partidos antes de viajar a Riad los culés habían encajado trece goles; cuatro ante el Girona, tres en Amberes, uno en Valencia, dos en Almería, otro en Las Palmas y los últimos dos frente al Barbastro. Ganaron a Osasuna en las semifinales y por primera vez desde septiembre lo consiguieron con más de un gol de diferencia. Laporta bailó, saltó. Xavi mentó, cómo no, a Cruyff en la previa y soltó: «Hemos jugado bien al fútbol esta temporada, mejor que la pasada. Una cosa es la que yo analizo y otra la que veis vosotros».

Estaban convencidos de que iban a ganar al Madrid y pimpán, todo solucionado. Su único argumento era la fe, porque ni por juego, ni por resultados, pintaba bien la cosa, pero sumergidos en la idea del magia potagia, fueron incapaces de dejar la mística y centrarse en la realidad.

A los diez minutos de partido Vinicius ya había marcado dos goles dejando en evidencia la estrategia del técnico, a Koundé, Christensen y un centro del campo transparente que iba a ser la torta porque volvían a juntarse De Jong, Gündogan y Pedri junto al esforzado Sergi Roberto. Al descanso, con 3-1, la final estaba perdida y al cuarto de hora de la segunda parte entraron Joao Felix, Fermín y Lamine Yamal tres minutos antes de que Rodrygo marcara el cuarto y siete después de la expulsión de Araujo.

Al acabar, el capitán Sergi Roberto afirmó: «Nos vamos jodidos, pero nos esperan otras competiciones». Xavi que no tuvieron el día, pero que el Barça, cómo no, volverá. Laporta no dijo ni pío. Y lo peor es que están a siete puntos en LaLiga, tendrán que visitar el Metropolitano, el Bernabéu, San Mamés, que la Champions es una utopía visto lo visto y que ganar al Unionistas de Salamanca el próximo jueves es una obligación, no un reto.

Lo que les espera ahora mismo parece el desierto del Gobi y vuelven no se sabe bien qué porque no sólo es que hayan perdido la Supercopa contra el Real Madrid, sino sobre todo cómo la han perdido: haciendo el ridículo. El entrenador sale herido de muerte de Arabia Saudí, el proyecto del presidente se tambalea y no quedan palancas, dinero ni soflamas que puedan tragarse los aficionados. Lo peor, en fin, es que no hay nada a lo que agarrarse.

8 Comentarios

  1. Hace un año el Barça demostró la misma superioridad sobre el Madrid que el Madrid demostró anoche sobre el Barça, y nadie habló de humillación, ni de dejar en coma a nadie ni de destrozo histórico. Hay que quitarse la bufanda un poco antes de escribir, aunque la euforia del post-partido esté a tope.

    • Por lo demás, partido de poca historia: el Madrid no tuvo que hacer nada reseñable porque el Barça le puso una alfombra roja y unas facilidades indignas, colectivas e individuales, indignas de un equipo top (que ahora mismo no es). Hace un año el Barça tuvo que demostrar y hacer un gran partido para ganar a un buen rival: no fue el caso anoche.

      á, é, í, ó, ú

    • ¿Cómo que el año pasado no se habló de destrozo, humillación, nueva era, etc.?

      Pero si el Barça vendió la supercopa del año pasado ante un Madrid que andaba KO físicamente como si fuese la Champions de Wembley.

    • Gemma Herrero, que se quite la bufanda (madridista, asumo). En serio. Lo ha dicho en serio.

  2. «Hacían lo que querían, CUÁNDO querían y CÓMO querían». Ese «cuando» y ese «como» no llevan tilde. Qué raro era ver alguna falta de ortografía en Jot Down y qué habitual es ahora.

  3. Lo peor, en mi opinión, es la falta de autocrítica. De todos: dirigentes, entrenador, jugadores y también aficionados. Pues que sigan.

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  5. No aparece la autocrítica, cierto. Dan un poco de pena, más cierto. Pero, hasta el rabo todo es toro.
    Lo digo por lo que sucederá en los próximos meses. Y no pienso en el Barça que bastante hará si se clasifica para la próxima Champion antes de convertirse en SAD.

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