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Mbappé en Madrid, Ancelotti en Ipanema

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Carlo Ancelotti (Foto: Cordon Press)
Carlo Ancelotti (Foto: Cordon Press)

El Real Madrid no sabe si podrá fichar a Kylian Mbappé, así que imagínense qué van a saber los periodistas. Aun así, en estos primeros días del año, que nuestros medios deportivos dedican a anticipar lo que puede traernos 2024, no faltan las tertulias dedicadas al que sería, sin duda, el notición del siglo. Todas comienzan de forma similar, con una especie de disclaimer: «Sí, ya estamos otra vez con la turra de Mbappé»; «Esto les va a sonar a ‘déjà vu’»… Preliminares que no engañan a nadie, ni siquiera a los que se tragaron que Rubiales fulminó a Lopetegui por una cuestión de valores.

Hay poca variedad, insisto: comparecen unos cuantos periodistas y el presentador de turno les va preguntando si ellos creen que esta vez Florentino Pérez obrará el milagro. Se desgranan las mismas claves que todos conocemos ya de memoria, se repite la cháchara de cada año, sin el menor valor informativo. Los más afectos al presidente responden que sí, que el pobre Mbappé podrá al fin cumplir su sueño, y el resto, lo que se les ocurra en ese momento; no tienen ni idea, así que… ¿qué más da? Alguno, en el mejor de los casos, tendrá alguna brizna de información que poder estirar como exigen las modernas parrillas de radio y televisión.

El resto tirará de imaginación y, en cuestión de segundos, la ocurrencia pasará de su cabeza a nuestros oídos. Puede sonar a estafa, pero muchos profesionales de la información creen estar legitimados para esta especie de práctica onanista: se sienten avalados por su amplio bagaje, creen que el sedimento acumulado tras tantos años de bendita profesión les permite dibujar el futuro. Como si estuvieran programados para generar análisis por inteligencia artificial pero más bien basados en estulticia natural.

En los próximos días nos seguirá azotando ese inagotable brainstorming, esperemos que con las grandes estrellas de nuestro periodismo ya reincorporadas tras sus muy merecidas vacaciones navideñas. Se les ha echado de menos estos días —es un decir— después de que el seleccionador brasileño, Carlo Ancelotti, renovara por el Real Madrid, hasta 2026. Ningún medio podría pagarme lo suficiente para hacer una recopilación exhaustiva de todo cuanto se ha dicho en los últimos meses acerca del entrenador italiano y su inminente salida.

Él, en todas sus ruedas de prensa, había dejado claro que su prioridad era seguir en Madrid, pero… ¿qué importaba eso? Lo que digan los protagonistas está bien para avivar debates, pero poco más. No es más que la guarnición; el solomillo es lo que digan los periodistas. Ellos se encargarán de poner la realidad sobre la mesa: «¿Puede el Madrid permitirse tener un entrenador con fecha de caducidad? ¿Qué autoridad va a tener Carletto en el vestuario? ¿Cómo va a preparar los partidos si en realidad estará pensando en la Copa América 2024?»

Tras varios meses rellenando debates con estas y otras cuestiones parecidas, hace ya algunas semanas varios medios comenzaron a apartarse de ese fuego y a avisar de que el Real Madrid había ofrecido a Ancelotti la renovación. Otros periodistas, en cambio, manejaban una información distinta, y de lo más fiable. A estas alturas, todos sabemos que el mercado inmobiliario es una fuente ineludible. Gracias a ella, por ejemplo, Pipi Estrada adelantó en su día que Mbappé cuenta ya con dos casas en Madrid: una en La Moraleja y otra en La Finca. Lo contó en dos exclusivas distintas con meses de diferencia, que la información hay que amortizarla.

Justo un mes antes de la renovación, José Álvarez, reportero de El chiringuito de jugones, nos avisó —en exclusiva, por supuesto— de que Ancelotti estaba «dando pasos hacia la selección de Brasil». El técnico andaba «mirando casas» en Brasil y, qué casualidad, le había ido a gustar una que Vinícius Junior posee —presuntamente— en Sao Paulo. Tanto decir que la única duda sobre el futuro de Carletto era si plantar la toalla en Ipanema o en Copacabana y al final, vaya giro, va y elige instalarse a casi 500 kilómetros de la sede de la CBF en Río. La tradicional máxima periodística «Sigue el rastro del dinero» ha mutado en «Créate una alerta en Idealista». Feliz año a todos.

4 Comentarios

  1. Entiendo que el señor que dice que Ancelotti ya está mirando casas en Brasil se lo ha inventado, y se lo inventa porque sabe que los implicados no van a perder el tiempo en desmentirle, y que cuando se sepa que no es verdad, nadie le rendirá cuentas y él seguirá inventándose historias sin repercusión negativa ninguna.

    • El periodismo deportivo, como la política, está por los suelos. Nadie reconoce errores, promesas incumplidas y aunque hagas mal tu trabajo y te inventes historias no te echan ni con agua caliente.

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  3. Pingback: Las cuatro casas (o más) de Mbappé en Madrid

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