Opinión

El césped, el sol y el Real Madrid: las excusas del Barça empiezan a parecer ridículas porque lo son

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Lewandowski (Foto: Cordon Press)

El Barça ha llegado a un punto en el que nunca, jamás, tiene la culpa de nada. Ni en los despachos, ni en el terreno de juego. Las excusas están a la orden del día y, lo que es peor, son tan habituales que ya no les da ni pudor utilizarlas. Después de empatar en el campo del Getafe, el segundo a cero consecutivo después del Girona en casa, Xavi Hernández salió a quejarse del césped y de jugar a las cuatro de la tarde con sol. Tal cual. Él mismo era consciente de lo que estaba diciendo y acompañaba sus quejas con la coletilla de «no es excusa», pero ahí lo dejó. Que el césped estaba seco y que están acostumbrados a jugar de noche y, claro, todo cuenta. Ter Stegen, por cierto, también se abonó a la teoría e incluso se revolvió medio ofendido cuando el periodista de Dazn a pie de campo le preguntó si se notaba tanto que la hierba estaba alta: «¿Tú no has jugado nunca al fútbol, ¿no?», le soltó.

La única ocasión clara que tuvo el Barça en todo el partido fue una doble consecutiva de Rapinha y Balde en el minuto 25’ que dio en el palo. Un equipo insípido, sin fútbol ni pasión, sin chicha ni limoná, sin ritmo ni desequilibrio y el entrenador y uno de sus capitanes hablan del césped para justificarlo. Si Borja Mayoral hubiera marcado la que tuvo al final del encuentro ante un rival apático, que va descontando jornadas en lugar de disfrutar de su posición privilegiada como líder de la competición y sin presión… ¿qué hubieran dicho? Jamás lo sabremos.

Hace ya demasiado tiempo que los de Xavi no juegan bien y se cuelgan de las excusas: las bajas, el rival que también cuenta, la falta de precisión, el entorno que no les valora lo suficiente, el empedrado, el sol y la luna. Tan cierto es que tiene un gran mérito ganar LaLiga y que a falta de nueve jornadas cuentan con 11 puntos de diferencia porque ellos han hecho los deberes y el resto no, como señalar que el nivel futbolístico dista mucho de lo que nos habían vendido. El famoso cómo por encima del qué. El estilo, el ADN Barça, la manera. De tanto elevarse para así poder distinguirse como algo excepcional se niegan a aceptar cuando planean a ras del suelo, con el listón tan bajo que se da por bueno empatar a cero porque han sumado un punto en el estadio del Getafe que no riega lo suficiente según sus estándares. La imagen de Laporta, su vicepresidente deportivo Rafa Yuste, su mano derecha Enric Masip junto a Jordi Cruyff y Mateu Alemany paseando por el campo una vez terminado el partido con Yuste haciendo una carrerita y agachándose a tocar el césped como si fuera experto en jardinería, dio vergüenza ajena por ridícula. El vídeo, por cierto, está colgado en el perfil de twitter del programa de Catalunya Ràdio La TDT, por si alguien quiere comprobar su tolerancia al esperpento.

Es de esperar que los mismos protagonistas estén sentados hoy en las primeras filas del auditorio donde Joan Laporta dará, por fin, explicaciones al caso Negreira. En un encuentro con peñistas en Getafe el presidente azulgrana ofreció un aperitivo. «A nosotros no nos gusta ganar con favoritismo arbitral. Hay otro club que se ha presentado en el juicio este que históricamente ha sido favorecido», dijo. Está por ver cómo explica para qué, en concepto de qué exactamente, pagó él en su primer mandato al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros y cómo no cayó en que éticamente era reprobable.

Con la excusa también de no perjudicar al equipo en su marcha triunfal hacia el título de Liga en estos dos meses desde que explotó el asunto Negreira no ha habido ni una sola pancarta en el Camp Nou pidiendo explicaciones a Laporta, uno de los presidentes que durante 17 años pagó más de siete millones de euros y lo disimuló en las cuentas para que los socios no se enteraran.

El Real Madrid, el césped, el sol y nos tienen manía como argumento de todo y para todo no cuela. No debería, pero desde lo alto de los despachos hasta abajo en los banquillos se están acostumbrando a que así sea mientras la afición asiste muda al espectáculo en el mejor de los casos y los fanáticos insultan y acosan en las redes sociales a quien se atreve a cuestionar, informar o criticar. El Barça de los valores, definitivamente, no es lo que era.

2 Comentarios

  1. Cuando ni se puede,ni se sabe y además ni se tiene,ocurre lo que pasa que no puedes argumentar y explicar algo razonable y se hace el mayor ridículo que he visto en mi vida. Vergüenza ajena es lo que siento,que pena.

  2. DONDE VAS BARRABAS

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