Hablemos del cagómetro

Lo último que pensaba encontrar tras teclear en el navegador la asombrosa palabra «cagómetro» es que Google me sugiriera la búsqueda «Cagómetro Bolsonaro». En realidad lo último no, porque la dupla no chirría, precisamente, pero desde luego esperaba hallar sólo referencias al artefacto que mide e intenta acelerar el temblor barcelonista ante el acecho blanco, no una exhaustiva web dedicada a recopilar las meteduras de pata del expresidente de Brasil.

El cagómetro que hoy nos ocupa, el genuino, llegó a nuestras vidas hace ya dos décadas. Se puede decir que, junto con a retirada de José María García y la digitalización, es uno de los acontecimientos que marcan el salto del periodismo deportivo del siglo XX al del siglo XXI. La morfología del término encierra escaso misterio; tampoco es necesario que venga Álex Grijelmo a diseccionarlo. En el capítulo etimológico, en cambio, tenemos más dudas. De forma errónea, se suele atribuir su autoría a Tomás Guasch, sin duda quien más ha hecho por popularizarlo, especialmente durante su etapa como subdirector de As. Hace unos días, en El golazo de Gol, Sique Rodríguez otorgó la patente al compañero de Guasch en la delegación barcelonesa de ese diario, Fabián Ortiz. Se trata del periodista que, antes de un Barcelona-Chelsea de Champions League, preguntó a José Mourinho si cuando llegó a Cataluña como traductor de Bobby Robson se había imaginado llegar tan lejos, y al que Mou respondió: «La gente progresa y evoluciona. Tú estás donde estabas hace diez años».

Mourinho no tenía tazón. Ortiz ya no se dedica al periodismo deportivo, lo que al menos para mí supone una mejora sideral. Le felicitamos por ello pero no por la invención del cagómetro, pues en esta expedición arqueológica en la hemeroteca hemos descubierto un artículo en el que el propio Ortiz citaba como padre del aparato, agárrense, al Loco Gatti. Por aquellos años, el exportero argentino era columnista estrella en el diario. Una vez llegó a escribir que, si el Real Madrid no ganaba aquella Liga, se pegaba un tiro en medio del Bernabéu. El alirón lo cantó el Barça y Gatti, como habrán deducido, aún no ha cumplido su promesa, 18 años después. Ojalá que, cuando se cumplan los 20 del cagómetro, As nos deleite, al menos, con un cuadernillo especial. Hasta tal punto hizo fortuna en las plumas de Guasch, Ortiz o Tomás Roncero que Marca, con Eduardo Inda al frente, tuvo que ingeniárselas para acuñar un vocablo similar. Escribir «cagómetro» en la portada de Marca habría sido como ver circular el batmóvil por el Universo Marvel, así que Inda recurrió a una alternativa: «Canguelo». Cuanto más la empleaba en vísperas de un partido del Barça, mejor le iba al equipo de Guardiola. Aun así, Inda se pasó un par de temporadas apretando, o intentándolo al menos. Ni el sextuplete azulgrana de 2009 le desanimó.

La semana pasada, tras las dos derrotas seguidas del Barça ante Manchester United y Almería, y en vísperas del primer clásico de Copa, el cagómetro reapareció de súbito. «Me voy a mi casa orgullosísima, hoy no entro por la puerta, porque le he enseñado a Ancelotti una nueva palabra», bromeó María Morán en El golazo de Gol. En la rueda de prensa previa al partido del Bernabéu, había preguntado al entrenador del Real Madrid: «¿Cree que en Barcelona ya está activado el cagómetro?». Como para no henchirse.

A la otra trinchera el revival le vino de perlas. De inmediato, la ocurrencia de una sola periodista —aficionada del Sporting, por cierto— se convirtió en el comportamiento del madridismo en bloque. A David Bernabeu, de Sport, le faltó tiempo para irle con el chisme a Xavi minutos después: «Le ha faltado [sic] al madridismo una derrota para sacar a pasear lo que llamamos cagómetro. ¿Cuál es el mensaje del entrenador del Barça a los barcelonistas que ven cómo el madridismo saca el cagómetro y dice que a partir de ahora el Barça puede empezar a perder partidos?» En apenas unos minutos, una reportera de Gol se había convertido en «el madridismo». Si alguien explotó a fondo las virtudes del cagómetro fue, sin duda, Bernabeu, que en su vídeo de ese día para Sport, insistió: «‘¿Cagómetro ¿Qué es el cagómetro?’, ha dicho Xavi. Es un mensaje claro al madridismo, que cada vez que el Barça pierde saca el cagómetro a pasear». Pero el que más lo sacó a pasear la semana pasada fue él mismo, porque tras la victoria del Barça (0-1) en el Bernabéu —con tilde, en este caso—, volvió a la carga: «Gran victoria. Lo primero que se me ocurre: el cagómetro, de momento, al limbo». Y tras un breve comentario del partido, remató: «Quien busque el cagómetro, hoy no lo va a encontrar». Salvo que lea Mundo Deportivo, pues estos días también encontramos numerosas referencias al artefacto en textos de Sergi Soler, Marçal Lorente, Santi Nolla, Gabriel Sans… Hay más gente hablando de los que hablan del cagómetro que gente hablando del cagómetro. Con todo el contenido que están indexando los diarios barcelonistas estos días, lo va a tener dificil el de Bolsonaro para mantener el primer puesto en los resultados de Google.