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¿Tiene Camavinga nivel para triunfar en el Real Madrid?

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Talento futbolístico genuino y una seguridad en sí mismo impropia del conferenciante novato que todavía es, unidas a la política de fichajes reciente del Real Madrid, son las circunstancias que permiten a Eduardo Camavinga ser parte del club más ganador de la historia.

«Me ha sorprendido su personalidad, de verdad», dijo, al verlo jugar para su equipo, un Ancelotti que a día de hoy sentencia: «Es una satisfacción e ilusión tener a un jugador así. A su edad, con esa calidad, no hay muchos en Europa».

Con solo 20 años, el centrocampista originario de Angola ha sido campeón de Liga y Champions con el Madrid, así como subcampeón del mundo con la selección francesa. Para llegar hasta ahí, como indica el técnico italiano, solo un demente cuestionaría su calidad. «Cada vez que sale pasa algo», aseguró Deschamps, al convocarlo para el Mundial de Qatar. La afirmación del seleccionador es grata pero también revela que el papel de Camavinga todavía es secundario.

Partiendo desde el banquillo, Camavinga suele desconcertar a los rivales. Sin embargo, perdurar en los mejores equipos del panorama demanda unas capacidades de las que el francés aún carece, y que ni el más sabio futbolero puede garantizar que alcance. Es el incierto camino que va del buen futbolista hacia el gran futbolista que tantas promesas con potencial no consiguen recorrer.

«Tenemos que ser pacientes con él para que progrese», dice y repite Ancelotti. La madurez futbolística necesita tiempo, no hay mayor verdad. Aunque la realidad indica que si el objetivo es ser titular en el Real Madrid, máxime en una zona tan importante como su centro del campo, cualquier desvío o simple retraso puede significar el olvido. No será necesario preguntar, sobre este particular, a buenos futbolistas como Llorente, Illarramendi, James, Odegaard, Kovacic, Brahim

Ingresar en un centro del campo élite

Dirigido por Ancelotti o por su pupilo Zidane, el Madrid ha ganado más títulos que ningún otro cluben los últimos años. El éxito se debe a ser un grupo que aúna nivel y complementariedad en grado de perfección. Sobre cómo se ha de hilar un equipo, Ancelotti contó en su libro Liderazgo tranquilo una anécdota esclarecedora. Resulta que, un buen día, Bale estuvo disconforme y se quejó a Florentino, quien, entonces, pidió razones al entrenador. «Decía el presidente que Bale no estaba contento donde jugaba. Quería jugar más en el centro. El presidente me preguntó qué íbamos a hacer y yo le dije: ‘Nada’. Era imposible cambiarlo de posición a aquellas alturas de la temporada porque entonces tendría que cambiar todo el sistema de juego y mover a muchos más jugadores». Esto escribió Ancelotti, quien asimismo habla de la labor que previamente había desarrollado para facilitar que Bale y Cristiano Ronaldo se beneficiasen mutuamente sobre el campo.

Un equipo se conforma mediante complementariedades muy sutiles y de todo tipo: cualitativas, zonales, emocionales… Y dentro de la actual estructura madridista, ha sido precisamente el centro del campo la zona más sincrética. Las entidad y las características de Modric, Kroos y Casemiro han posibilitado que el juego madridista se impusiera al de cualquier oponente. Tanto las jugadas ofensivas como las defensivas han partido del buen hacer individual y combinado de ellos.

Gracias a su medio campo, elequipo se permitió desprenderse de Cristiano y, con Vinicius en su lugar, no dejó de ganar los más exigentes trofeos. Al amparo de su funcionamiento el joven Valverde pudo crecer hasta ser titular en la media, prescindiéndose de un gran atacante como fue Bale. De las ocho temporadas seguidas del Triángulo de las Bermudas, como los llamó Ancelotti, resultaron cuatro campeonatos de Europa.

En uno de los mejores Real Madrid que se recuerda, Casemiro ha sido el mediocentro, Kroos el volante izquierdo y Modric el interior derecho. A cada cual le ha correspondido una función prioritaria, como no puede ser de otra manera en un juego de equipo, siempre acorde a sus dones. El propio Camavinga, al estudiarse, sintetiza bien las prestaciones de sus compañeros: «Casemiro gana muchos duelos defensivos. Kroos es importante para nuestro juego, con su increíble calidad de pase. Modric es capaz de ganar duelos defensivos y ofensivos, tiene visión de juego y dominio del exterior del pie. Yo puedo jugar en varias posiciones, así que me inspiro en varios jugadores».

Ante todo, la importancia de los tres en el juego ha ido pareja a su categoría futbolística, por lo que la ausencia de cada uno de ellos no se cubrecon la misma facilidad. En el antedicho libro, Ancelotti refleja este extremo cuando escribe que, en cierto momento, «nos afectaron en particular las lesiones de Modric y Benzema, porque para sustituirlos no teníamos a nadie con su talento que además desempeñara el papel concreto que hacían ellos». Es aquí donde Camavinga sale perjudicado respecto a sus otros compañeros jóvenes, puesto que el devenir de los acontecimientos apunta a que su destino es suceder a Modric, el mejor de los tres.

Camavinga como mediocentro del actual Madrid

Hasta la presente temporada, Casemiro fue el especialista defensivo, jugando como mediocentro. Sin carecer de criterio con balón, el fichaje del United se valió de su inteligencia para interpretar el juego como los mejores, que en un equipo de la dimensión del Madrid se traduce en permitir que las estrellas tengan más peso ofensivo que el resto. Casemiro potenció labores táctico-defensivas en las que es sobresaliente, pero apenas formó parte de la iniciación del juego, dedicándose a aclarar espacios para que principalmente Kroos se encargase de ello. A base de títulos el equipo se acostumbró.

Camavinga ante Messi en la final del Mundial de Qatar

En el engranaje del Madrid, que a juzgar por sus movimientos Ancelotti pretende dilatar en el tiempo, el juego no suele partir desde zonas centrales. No es el pivote quien lo inicia, como ha sucedido en tantos equipos a lo largo de la historia. Sin ir más lejos, en el AC Milan que dirigió Ancelotti magistralmente, Pirlo organizaba desde la base de un simbólico rombo. Pero todo planteamiento depende de los mejores futbolistas disponibles, de sus interacciones, y no es lo mismo contar con Pirlo, Gattuso, Seedorf o Kaká que con Tchouaméni, Kroos, Modric, Valverde o Camavinga.

A día de hoy, además de valorar las cualidades de sus mediocampistas, Ancelotti tampoco parece despreciar las ventajas conceptuales de utilizar los carriles intermedios para generar el juego, puesto que permiten mayores alternativas ante estructuras rivales presionantes. A causa de ello, la posición de mediocentro en su actual equipo no precisa creatividad, sino aplomo, y es solo una vía accesoria para atacar en fase de posesión.

En este paradigma, al sucesor de Casemiro se le demandan cualidades relacionadas con la seguridad, el posicionamiento y la técnica defensiva. El fútbol de Camavinga es, ante todo, inventivo y riesgoso. Como observó el técnico, «cuando empieza el partido, puede tener un problema posicional. (…) Tiene que mejorar el aspecto defensivo. Lo va a hacer».

Es el del Madrid, a grandes rasgos, un centro del campo móvil que se entiende en función del balón, no de las posiciones, por eso ficharon a Camavinga. Sin embargo, tácticamente al pivote se le exige mayor celo posicional que al resto de mediocampistas. En fase defensiva, el zurdo se impone en la mayoría de duelos, pero su deficiente sentido posicional le hace llegar a menos disputas de las que suele pedir el partido. Mientras que, en fase ofensiva, la posicionalidad, aunque la mejorase, limitaría sus atributos.

A diferencia de un Camavinga al que su carácter le pide aventura, todas esas exigencias sí parecen formar parte de la naturaleza de Tchouaméni, de ahí que lo contrataran, quien además costó alrededor de 80 millones y difícilmente pueda ser aprovechado en otras labores.

Desde que el fútbol es fútbol, el arte defensivo es menos complicado de desarrollar que el ofensivo. Con ese aspecto favorable, la ausencia del veterano Casemiro ha sido bien cubierta esta temporada por Tchouaméni, de 22 años. Como a Camavinga, a su compatriota le falta madurar, pero consigue ejecutar una labor semejante a la de su predecesor debido a que dispone de características parecidas. Una función secundaria respecto a la del resto de centrocampistas, más accesible, pero igualmente importante. El ex del Monaco ha cogido el testigo de la especialización y de momento es suficiente.

Por su parte, como él mismo asegura, Camavinga es polivalente. Así lo cree también Ancelotti, quien en una rueda de prensa, en relación a las posibilidades de su futbolista, razonó que «no siempre juega Kroos, no siempre juega Tchouaméni, no siempre juega Modric…» Hasta de lateral izquierdo ha actuado recientemente, con mediocre desempeño en la Copa del Mundo y buen hacer en el partido de cuartos copero frente al Atleti, cuando calló lesionado Mendy, y en el último de Liga ante la Real, haciéndolo desde el inicio. Pero este texto no ahondará en la posibilidad de que Camavinga acabe por asentarse como defensor, puesto que aspira a ser un documento serio. Sobre ello, sirva con apuntar que desde el lateral mezcló mejor con Vinicius que cuando parte desde el interior izquierda, aspecto sobre el que sí se incidirá en líneas posteriores.

Durante su carrera, Camavinga ha jugado en todos los puestos interiores del centro del campo y con diferentes funciones. Así lo afirma quien lo dirigiese entre 2019 y 2021, en declaraciones para Marca: «Conmigo jugó de ‘5’ y de ‘8’. Empezó de pivote pero después cambió porque tiene la capacidad de hacer las dos cosas». Un Stéphan que apunta que «Camavinga no es un producto terminado. Decidió irse al mejor club del mundo con solo 18 años y no es fácil. Tiene que competir con los mejores, con Kroos y Modric, y con ellos dos es difícil jugar. Es con Tchouaméni con quien creo que puede competir más».

Racionalmente, su antiguo entrenador imagina a Camavinga rivalizando con el compañero más débil. Beneficiándose del contexto, Tchouaméni lo ha adelantado y ya se asentó en la alineación. Además del perfil, poder manejarse con soltura midiendo un metro ochenta y siete le da ventaja, ya que los lanzamientos aéreos de rivales con modelo de juego directo suelen buscar la cabeza de espigados delanteros que propicien la jugada de gol.

Las reiteradas titularidades de Tchouaméni le hacen mejorar la lectura del juego madridista a un ritmo adecuado. Se espera que siga en el once, pero se lesionó en el partido de Liga contra el Villarreal del siete de enero y aún no ha regresado. Desde entonces el equipo es irregular, lo que conllevó variantes en la medular. Una de ellas ha sido precisamente la de Camavinga, quien no parece dispuesto a rendirse en una ubicación que para él es preferencial.

Camavinga prefiere jugar de ‘6’

Camavinga asegura que su «posición preferida es la de ‘6’, por delante de la defensa. Pero hay que adaptarse». Sabe que desde ahí tiene la posibilidad de participar con visión frontal y dispone de mayor radio de acción para transitar, circunstancias adecuadas a sus condiciones técnicas. No obstante, un Camavinga siempre abierto al crecimiento, en concordancia con las palabras de Ancelotti, admitió que para dominar la zona debe «ser más estable defensivamente y dispersarme menos».

Al respecto de todo ello, Camavinga habló sobre uno de sus referentes cercanos: «Deschamps fue un campeón del mundo que jugó en grandes clubes. Jugamos en la misma posición –pivote- y sus consejos tienen mucho peso. A menudo me corrige en mi orientación corporal, porque tengo el pequeño defecto de colocarme de espaldas al juego». Precisamente ese error cometió contra el Barça, en la final de la Supercopa, cuando fue a recibir de cara un temerario pase de Rüdiger y la presión intensiva del jugador culé supuso su pérdida del balón en una zona comprometida; a continuación, el gol.

Conceptualmente, cabe destacar que el de mediocentro es un puesto de especial importancia táctica en cualquier equipo que lo use, al ser el más próximo y frontal a su portería de todos los del centro del campo. Las pérdidas de balón ahí suelen acabar en drama. A juzgar por el uso que ha hecho de Camavinga durante una temporada y media, Ancelotti no lo ve como mediocentro. Sin embargo, el italiano hace por respetar las preferencias de sus futbolistas, sabedor de que el rendimiento suele ir paralelo al estado anímico. Por ello, como dijo, lo ha «forzado un poco a jugar de pivote porque creo que lo puede hacer. Tiene calidad y energía».

Es el caso del reciente partido contra el Villarreal, en los octavos de Copa, para el que Tchouaméniseguía lesionado. El Madrid empezó con Kroos en su labor habitual desde el volante izquierdo y Camavinga de mediocentro. Conocedor de la naturaleza del francés, y fiel defensor de no contaminar a los futbolistas a través de la libreta, Ancelotti dejó que Camavinga volase desde su posición y pretendió que Kroos, de lectura táctica refinada, le guardara la espalda. El juego blanco fue un despropósito. Preocupado de la táctica defensiva, Kroos no pudo adelantarse cuando el juego se lo pedía y tampoco llegó a todas las permutas defensivas de la zona central. Una y otra vez, el Villarreal encontró espacios en una zona, la de aceleración central, tan sensible para el equipo defensor. El Madrid marchó al descanso 2-0 abajo.

Camavinga (izquierda) y Kroos (derecha) contra el Villarreal

En la segunda parte, el ingreso de Ceballos por el alemán volteó el resultado. El sevillano se ubicó como interior izquierdo, se mostró inspirado y Vinicius, metros adelante, se benefició de ello. A diferencia de Kroos, el fútbol de Ceballos respira en la mitad de campo rival, análogo al de Modric, salvando las distancias. Algo menos disperso en el pivote, Camavinga mejoró con su nuevo acompañante y el equipo completó la remontada.

La fórmula se repitió en el siguiente partido, con resultado igualmente favorable. Ante el Athletic en La Catedral, Kroos fue suplente e iniciaron Ceballos y Camavinga. Con la guarda posicional ya referida, desde el mediocentro Camavinga apenas cruzó su mitad de campo y estuvo preciso en los pases. Ganó la mitad de sus duelos, solo perdió ocho posesiones y se le vio templado. La contrapartida fue que se mostró, conveniente pero resignadamente, poco ingenioso.

Ceballos (izquierda) y Camavinga (derecha) contra el Athletic

Aunque algo maniatado, Camavinga jugó bien y con él el equipo, mostrando su candidatura al puesto de Tchouaméni. No obstante, no se ha de obviar lo sucedido en la primera mitad ante el Villarreal, porque la participación de Kroos es innegociable y porque el impulso está en la genética de Camavinga. Nunca dejará de estarlo, ni conviene anulárselo. Así el conjunto de cosas, no se prevé que la estabilidad de Camavinga en el Real Madrid pase por actuar de mediocentro.

Camavinga como iniciador de juego del actual Madrid

Encargado de iniciar el juego, Kroos es el volante izquierdo titular del Madrid. El estilo del teutón se explica de frente y con el balón, rodeado de jugadores a los que asistir, no esperando recibirlo entre las líneas, donde se desenvuelve con dificultad. De ese modo expresa todo el «peso técnico que le permite adueñarse de los partidos», en términos de Valdano. Ni que decir tiene que Ancelotti conoce el fútbol de Kroos mejor que nadie, sabe de su nivel y facilita las relaciones en el campo que le permitan ser.

Fuera de la selección por decisión personal y con 32 años, el ex del Bayern se mantendrá en sus labores a no ser que finalmente decida retirarse al concluir la temporada, como cierto día manifestó y pocos creen que suceda. ¡Kroos se queda, Kroos se queda!, coreó el Bernabéu en la última jornada de Liga.

Además de por su entereza, que le hace decidir bien en cada momento y fase del juego, Kroos ejerce como volante izquierdo para que, en la iniciación, el Madrid aproveche su mejor virtud técnica: el pase. Dada la confección del equipo, desde esa zona es donde más rédito obtiene.

Parece claro que Vinicius es el crack del futuro blanco. Es el único delantero que se limita zonalmente en el equipo, puesto que es el hábitat que le favorece, y su relevancia es capital. Por sus características, el brasileño conviene ser activado a ras de hierba, de manera constante, tanto en posesión como de contragolpe, desde su ubicación y sin necesidad de que se encuentre libre de marca, puesto que es un regateador de primer nivel. La mayoría de ataques del equipo pasa por sus botas. Por ello un experto pasador como Kroos, a veces asistido por el tacto de Modric o Benzema en zonas intermedias, es ideal para que el flujo no se interrumpa en el sector izquierdo.

La generosidad de Kroos se centra en el pase, una cualidad relacional, y la de Camavinga está más dispersa, en ocasiones enfocada hacia sí mismo. «Camavinga es menos posicional que Kroos y no tiene su lectura, evidentemente. Pero cada uno tiene sus características», dice Ancelotti. La eficacia de una acción para que nazca la jugada ganadora puede depender de un segundo, por lo que la sola vacilación ya sobra. Vinicius necesita certezas próximas y se las dan Kroos detrás y Benzema en paralelo. Por las características de Camavinga, la cuota de balón de Vinicius mengua con él cerca. Esto no interesa al equipo.

Por otro lado, la banda derecha del Madrid, a menudo desprovista de extremo, precisa activarse mediante la llegada del lateral, que suele ser Carvajal. Dada la naturaleza del puesto, principalmente defensiva, cualquier lateral que juegue -salvo excepciones- tendrá limitaciones en ataque. Esto indica la pertinencia de recibir el balón de manera sorpresiva y libre de marca. El pase largo, tenso y preciso de Kroos con el rival basculado es lo que posibilita la efectividad de ese costado, sobre todo en fase de posesión.

Camavinga es buen pasador en corto, medio y largo, pero necesitaría diez vidas para alcanzar el nivel de Kroos. Como prácticamente cualquier centrocampista, por otra parte. Además, la principal virtud de Camavinga no es el pase. El resorte del francés al recibir el balón es lanzarse con él hacia delante, aunque tenga que girar sobre sí mismo y superar a un marcador. «Suelo usar mucho la suela de la bota, me resulta más fácil. La ruleta es algo que hago desde siempre, con ambos pies y en ambos sentidos, la aprendí de Zidane», dijo sobre un de sus actos predilectos.

Pasar, también. Pero salir, conducir, y en la conducción combinar o resolver, en eso esresolutivo como pocos.Con Camavinga en ese rol,iniciador o conector, desde el volante izquierdo salen perjudicados ambos costados del ataque. Ancelotti lo ha probado mucho en dicha zona, pero rara vez ha funcionado.

Por ejemplo, con Tchouaméni como pareja en el pivote, Camavinga se encargó de ello en la victoria ante el Cacereño; perdió diecinueve balones y el equipo no rodó. Tras un partido contra Dinamarca, Deschamps mostró su enfadó porque «Camavinga llegó a perder siete balones en el primer tiempo y eso no se puede permitir». Asimismo, en la derrota frente al Barça, esta vez con Kroos en el mediocentro compartiendo labores, Camavinga perdió once en media parte, por los seis de su homólogo rival, De Jong, en todo el partido. Los datos arrojan que Vinicius recibió ese día menos balones de lo habitual y fue el madridista peor valorado.

Camavinga contra el Barça

Como se ha dicho, de todos los jóvenes disponibles en el Madrid, Vinicius es el mejor futbolista. Lo indican los partidos de cada una de sus temporadas en el club de la capital. A partir de él se recompondrá el equipo cuando falten los tres cracks ofensivos: Benzema, Modric y Kroos. Desgraciadamente, esto sucederá más pronto que tarde.

Fútbol no es matemáticas y todo puede suceder. Pero dadas las circunstancias expuestas, con Vinicius, Kroos, Tchouaméni, Valverde, Rodrygo, incluso ahora Ceballos rindiendo en la plantilla, la conjeturar más sensata es que Camavinga habrá de jugar escorado a la derecha, interiormente, relacionado algo con la generación pero más con la aceleración de las jugadas, para que su titularidad se certifique.

Desde allí dispondrá del espacio para explotar sus virtudes, como el manejo interior con su buena zurda, sin necesidad de que ningún entrenador lo pervierta. Y con ello también tendrá la necesaria área de influencia Vinicius, sin menoscabo de que se asocien durante el partido, como tantas veces sucede entre Modric y ex del Flamengo.

Intuida su mejor ubicación en el equipo, ahora, el inconveniente para Camavinga es que el interior derecho del Madrid que venga será reiteradamente comparado con el Balón de Oro croata. Algo tan injusto como indubitado, por lo que procédase con resignación a hacerlo.

Camavinga como heredero de Modric

Antes de nada, es preciso significar que el futuro de Camavinga en el sector derecho no pasa por ser el centrocampista más ofensivo del Madrid, habida cuenta de las cualidades y el rendimiento de Valverde para colonizar un territorio que, por otra parte, no concierne a los atributos del galo.

A base de llegar al área desde segunda línea, sobre todo atacando los espacios, como mediocampista ofensivoel uruguayo ha explotado su capacidad física, convirtiéndose en la tercera amenaza goleadora que todo equipo necesita si pretende guardar cierta lógica competitiva. Gracias a Valverde el sistema se desliza del 4-3-1-2 al 4-3-3 a demanda de la situación, sin que su equipo lo perciba ni el rival lo espere.

Ancelotti le habló de su potente y certero chut, toda vez que le instó a que enfocase más el marco. Valverde atendió los consejos del técnico y el resultado es que en la actual temporada sus cifras han aumentado hasta los ocho tantos, solo superados por Benzema y Vinicius. Mientras, Camavinga ha conseguido cuatro goles en sus seis años de trayectoria.

Además, Ancelotti aprovecha la capacidad pulmonar y disciplina táctica del charrúa, superior a la de Camavinga, para que sea el quinto defensor en caso de que se precise replegar en bloque bajo ante equipos poderoso que ataquen con extremos, generando así la pertinente superioridad numérica en su zaga.

Por contra, Valverde ha funcionado peor como tercer hombre interior, debido a que con el balón dominado no ofrece la clarividencia necesaria para determinar jugadas, del tipo que sean, en un conjunto de las aspiraciones del Madrid.

A Camavinga le tocará, pues, bailar con la más fea. En 2018, Modricfue galardonado con el Balón de Oro principalmente porque es el mejor de todos los futbolistas que integran el mejor equipo del mundo. E incluso hoy día sigue siéndolo, con permiso del también premiado Benzema.

En la dinámica del Madrid, la función primordial del croata es la de crear juego en la mitad de campo rival. Ahí se complica el fútbol, al verse a menudo de costado o de espalda y bajo tremendo acoso. Esto no es sencillo para la mayoría y Camavinga no es una excepción. Como apuntó Álvaro Benito en sus comentarios del Clásico, «en posiciones interiores a Camavinga le cuesta ubicarse y su manera de perfilarse dificulta que los compañeros le encuentren en fase de posesión»

La apreciación de Álvaro dio en la diana. No obstante, ese aspecto es susceptible de mejora, además de no ser imprescindible la permanencia entre líneas en un modelo de juego funcional como el propuesto por Ancelotti, que facilita al futbolista llegar con la propia evolución de la jugada, en lugar de tener que posicionarse de tal modo que el balón pueda encontrarlo en su zona.

Modric, por supuesto, lo hace de cualquier modo. Esel epicentro del juego porque todo lo mejora. Lo acelera o lo calma según el juego mismo pida. Desde la mitad ofensiva se ubica, se ofrece, combina, libera presiones, aclara, asiste e incluso marca goles. Atesora una media de cinco tantos a lo largo de su carrera, cuando marcar nunca ha sido su prioridad. Desde su punto de partida en la derecha, Modric ha sido y es el socio de cada futbolista del equipo. Se ofrece para recibir pases cortos del lateral de su sector yde mediocentros con creación limitada, como Casemiro o Tchouaméni, así como pases medios o largos de cualquier futbolista alejado con condiciones para ello, como Alaba o Kroos.

Todo ello sin prejuicio de relevar a Kroos como volante izquierdo cuando este falta o de retrasarse para iniciar las jugadas, activando así desde su movilidad una segunda vía sobre la previsión defensiva rival. De esta última faceta ha de tomar buena nota Camavinga: ser un fantasma adelantado para corporeizarse en la primera línea de volantes, desde donde recibir o aguardar, atento, moverse y escalar, dándose facilidades prismáticas y provocando, a un tiempo, la sorpresa entre las líneas rivales. Siempre con el foco puesto sobre el balón.

Y es el propio Modric quien le muestra el sentido: «Aprendo mucho de él. Me dice que juegue con sencillez, que me controle y que, cuando vea la oportunidad, vaya adelante con el balón. Me ayuda a mantener la calma. Cada día con él intento demostrar que soy un buen jugador». Aun así, no será sencillo. Pero Modric ya tiene 37 años, por lo que el tiempo de Camavinga ha de ser ahora.

La posibilidad de cambiar el esquema

Huelga decir que para el Madrid la marcha de Modric no podrá ser un «jugador por jugador». Sin él y sin Benzema, quien cuenta 35 años, el juego habrá de repartirse aún más equitativamente. Desde Valverde hasta Kroos, pasando por Rodrygo o cualquier fichaje que pueda llegar para esa zona, precisarán dar lo mejor de sí en la mitad rival para alcanzar el nivel grupal exigible a las aspiraciones de tamaño club. El propio Camavinga habrá de multiplicarse, espacial y cualitativamente. E incluso puede que necesite reinventarse para así reinventar el centro del campo. Y, si llega a ser, lo será a la manera indicada dos párrafos atrás.

En declaraciones para Marca, Le Scornet, asistente del Rennes, dijo creer «que un doble pivote con Tchouaméni y Camavinga va a ser el mejor de Europa porque se van a complementar muy bien, Eduardo como box to box. Aunque también puede jugar de pivote o más arriba».

En los equipos de Ancelotti las capacidades de los futbolistas hacen todo lo referente a la táctica. Recientemente aseveró que «en el Real Madrid insisto en el 4-3-3 porque creo que es el sistema al que los jugadores pueden adaptarse mejor». En el club capitalino nunca es descartable la llegada de jugadores talentosos, como algún enganche central de primer orden, que posibiliten un cambio de sistema en busca de las mejores sinergias. Pero ni Valverde ni Rodrygo ni Camavinga, quien entre otras cosas no posee la visión para dar el pase definitivo que se espera de un enganche, se asemejan a lo que en otro tiempo, para Ancelotti, fuesen Isco o Rui Costa. De momento, con el hálito de Benzema, la resolución de Vinicius, el liderazgo de Kroos y las características del resto eso no sucederá.

En cualquier caso, Camavinga tiene condiciones superlativas para ser un gran centrocampista. Lo dicen sus entrenadores y compañeros. Más allá del modo, el solo hecho de mirar a los ojos de la titularidad del Madrid exige sumar interpretación, templanza, estabilidad. Según Le Scornet, «tiene que ganar regularidad y entender el juego más elaborado y calmado del Madrid, pero sin que se duerma el fútbol y el juego sea plano».

De momento Camavinga es aplaudido por el Bernabéu en las citas que le toca ingresar, con el oponente cansado. Su actividad y genio le permiten influir ante estructuras desgastadas por el paso de los minutos. Ancelotti asegura que «cuando entra con el partido un poco roto, su energía nos ayuda mucho (…) Cuando el encuentro está más abierto se encuentra mejor. Pero es un problema solo de la edad. Necesita acumular experiencia y conocer el entorno. Conseguirá mejoraru. Nada menos que PSG, Chelsea y City, principales aspirantes a la Champions 2022 que acabaron en la lona, pueden atestiguarlo.

Pasar del buen futbolista que es a ser un gran futbolista supone su reto. Se trata de ganar serenidad sin que su diferencial dinamismo quede afectado. Cada carencia ha de desaparecer para conseguirlo. Se mira a Modric y parece que a Camavingaaún le queda un mundo y medio.

Ancelotti confía en él yen Camavinga existen aptitudes y voluntad. «Hay que darse cuenta de que hay mucha gente por delante de mí. Tengo que aprender de ellos y luego llegará mi momento. Simplemente, llegará con actuaciones en el campo que me lleven a ser titular», dice, esperanzado y cauto.

Puede que dependa de Camavinga o puede que no, puesto que todo temperamento no es posible de condicionar. ¿Llegará su momento? Todos lo creen, pero quién diablos podría saberlo.

6 Comentarios

  1. Gran artículo.

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