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En el Joventut de Badalona no están locos, saben lo que quieren

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Yannick Kraag, del Joventut (Foto: Cordon Press)
Yannick Kraag (Foto: Cordon Press)

 

«Perdona la expresión, pero a mí lo que me pone es ver que se juega con gente de la casa. Incluso lo que decimos siempre, extranjeros o no extranjeros, catalanes o no catalanes, pero gente formada aquí». Me comentaba el otro día un icono de la Penya y Joventut de Badalona, Tomi Jofresa.

Me he encontrado a dos tipos de amantes de la Penya: los que se cagan en todo porque el club no se alza con un título desde hace muchos años, tantos como 15, y aquellos que se rinden al ver a un equipo repleto de canteranos que se parten la cara, se desarrollan y derrochan talento.

«No es fácil jugar con ocho jugadores de la casa y dos americanos, como si fueran los años ochenta, con gente muy joven. Creo que hemos hecho un gran partido» explicaba Pau Ribas justo después de, si no la victoria más épica (80-76) que se haya vivido en el Olímpic de Badalona, una de las más meritorias. Era la jornada 8 y se medían a un Valencia Basket que no sólo está siendo la sensación de la liga Endesa, también lo está siendo de la Euroleague.

Los verdinegros venían de perder sus últimos tres partidos en la liga por una media de más de 20 puntos. Tenían que competir sin tres de sus titulares. Todos andan lesionados por esguinces en sus tobillos izquierdos. Sí, lo que leéis: Tomic, Brodziansky y Feliz. Más madera… sin Onuaku, su otro pívot, ya dado de baja, y sin el recién fichado Kenny Chery, por temas de pasaporte. El acta mostraba una situación totalmente inusual en la actual y no tan actual máxima categoría española de baloncesto y hacía temer lo peor.

Ni en las cábalas del más optimista de los penyeros entraba que a su equipo no le cayera un nuevo correctivo al estilo del de la última jornada en Zaragoza. Allí fue doblegado por 30 puntos ante el entonces último clasificado. Así lo debieron suponer en Valencia tras dejar en casa a Brando Davies para que descansara después de tanta batalla a caballo de las dos mejores competiciones de Europa. Carles Duran y su equipo técnico sólo inscribían a diez jugadores.

Pep Busquets, del Joventut (Foto: Cordon Press)
Pep Busquets (Foto: Cordon Press)

Dos de ellos eran los estadounidenses Deshaun Thomas y Andrew Andrews, el resto canteranos, como los veteranos Pau Ribas (36) y Guillem Vives (30). Le seguían, por orden de edad: Pep Busquets (24), Yannik Kragg (21), Miguel Allen (20), Jordi Rodríguez (19), Rubén Prey (18) y un Iker Garmendia que, con 17 retoños, se quedó sin jugar y sin debutar. Tiempo al tiempo. Los de Badalona siguen sin haber conseguido una victoria desde entonces, pero ayer en la Eurocup tuvieron entre las cuerdas a todo un París Basketball, ante el que sólo sucumbieron en la prórroga, para la desesperación de los franceses.

El equipo de Toumas Isalo marcha invicto con 7 victorias y en la liga francesa es segundo por encima del equipo de Euroliga USVEL con dos victorias más. Tan sólo andan a un triunfo de un Mónaco líder, que en la máxima competición europea es cuarto.

Es cierto que los hitos son hitos porque rara vez se repiten y así se ha visto en los siguientes partidos, aunque los chavales cada vez juegan con más confianza o que Michael Ruzic, como apuntó el periodista badalonés Xavi Ballesteros, se haya convertido en el sexto jugador más joven en debutar en la ACB con 17 años y 38 días tras Ricky Rubio, (14 años y 359 días), Joan Tomàs (16 años y 174 días), Albert Homs (16 años y 203 días), Josep Franch (16 años y 266 días) y Marc Rubio (16 años y 357 días).

Dicho sea de paso, de todos ellos, tan sólo Ricky triunfó en Badalona. Por ahora Ruzic se marcó  21 créditos para ser el más valorado de su equipo contra los parisinos. El  campeón del mundo sub20, Jordi Rodríguez, también realizó un gran choque: dos triplazos, descaro, 10 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias en 16 minutos. Sin embargo, por ahora, de todos los jovencísimos canteranos y con el permiso del chaval croata, quién me está sorprendiendo especialmente es Rubén Prey.

Deshaun Thomas y Guillem Vives, del Joventut
Deshaun Thomas y Guillem Vives (Foto: Cordon Press)

Tiene 18 años, pero el imberbe pívot portugués está demostrando que su nivel defensivo, a pesar de que sus 2.08 dan solo para algo más de 90 kilos, es más que óptimo en profesionales, como demuestran sus 2 robos y 1.3 tapones en los 22 minutos de media que está en pista en la liga doméstica. Sin contar las veces que toca balones o tapa líneas de pase. Intuición, atleticismo, intensidad… cierra bien el aro. En la Eurocup, ante un equipo con buen físico como los London Towers colocó 3 tapones en 21 minutos de juego.

En ACB, en ataque suma 7 puntos con un 53.3% en tiros de campo, metiéndola para abajo casi una vez por choque. Contra el París firmó 8 puntos y 6 rebotes en menos de 20 minutos. Sin duda, está aprovechando la oportunidad. Supongo que la Penya sigue inmersa en la búsqueda de un pívot (no puede ser extracomunitario) y en la recuperación de los lesionados, a los que se ha añadido Miguel Allen y ojo, si se sigue cargando de minutada a los veteranos. Pau Ribas ya no jugó ni un minuto en ese último partido. Aunque tampoco participó en el partido, Karim López, alero mejicano de 16 años, fue convocado.

Antes de la otra explosión, la de Ruzic, y antes de que se anunciara el fichaje de Tyler Cook, si por mí fuera, y por poner un ejemplo, había pensado que, si estuviera en el pellejo de los que mueven hilos en la Penya, negociaría con el Obradoiro Monbus. Tienen 3 cincos, yo me hubiera hecho con Rubén Guerrero que es quién menos está contando para su técnico, Moncho Fernández. Y que repartiera el resto de minutos que no juegue Tomic con Prey.

Ahora pienso que me lo jugaría todo también con Ruzic y no ficharía a ningún pívot más. Bien, hoy he tenido que retocar el artículo que tienen delante por, como apunté, el fichaje de Cook, que es un pívot. Sin embargo, este tiene condición de extracomunitario ¿qué significa esto? Que en la Eurocup el Joventut podrá jugar con sus tres norteamericanos, pero en ACB tendrá que elegir entre dos de los tres cada vez que jueguen un partido, porque sólo se permite jugar con 2 extracomunitarios.

Está claro que el rendimiento de las dos joyas de Badalona ha dado qué pensar en el seno del club y, aunque con otra fórmula, también están apostando por los dos jovencísimos interiores.

Volviendo a aquello de los dos americanos, la temporada 91-92 cerró una huelga de jugadores por el aviso de que en la siguiente, se procedería a la inclusión de un tercer jugador extranjero. Hasta entonces sólo se permitían dos y el resto eran nacionales o nacionalizados.

Siempre solían ser interiores. De poco o nada sirvió aquella protesta de jugadores de baloncesto españoles que se realizó durante aquel verano de los JJ.OO.de Barcelona, en los que sí fue relevante aquel conflicto para que la selección española tuviera un mal rendimiento. Después llegó la ley Bosman y hasta ahora.

Andrew Andrews (Foto: Cordon Press)

El milagro del domingo 5 de noviembre de 2023, bajo mi punto de vista, se reduce a tres razones: excesiva confianza del rival, pero… también formación, talento, jeta, química y hambre de los verdinegros. Igual que Andrews y Thomas fueron la fuente anotadora del equipo con sus 18 y 29 puntos, el resto puso la comunión y el deseo por ganar.

Estos jóvenes jugadores conviven entre ellos muchas horas del día, más allá del baloncesto. La sensible pérdida esta temporada de Albert Ventura y Joel Parra, ambos toda su vida en Badalona, y Simon Birgander que llevaba en allí desde 2017, no sólo fue un golpe por fuga de talento y liderazgo, también tuvo que ver con un lazo emocional.

Eran amigos, y por extraño que suene, eso entra dentro de los parámetros que afectan al rendimiento de un equipo en la salvaje competitividad del profesionalismo. Además, me consta que Kyle Guy, a pesar de jugar sólo un año, era un tipo genial y se adaptó como un guante. Lo contrario que Onuaku. Me decía Judit Borrull, jefa de prensa de la Penya durante un entrenamiento de la pasada temporada que estuve viendo, que «Kyle es un amor. Es buenísimo y, en cambio, es super humilde, algo nada habitual».

Ribas sabe de lo que habla cuando hizo el símil de la plantilla con la que compitió ante el Valencia y la de los años ochenta. Su padre Jordi había sido jugador del Joventut durante 5 o 6 cursos, la mayoría en los 70. Seguro que le explicó lo que aquello significaba.

Era el  Joventut en su máxima esencia con un par de extranjeros que arropaban a un puñado de canteranos de mucha calidad que, además de ser muy técnicos, como siempre bien talla un club de formación, eran verdaderos animales competitivos. Fundamentalmente se fichaban pívots. Joe Galvin, Greg Stewart, Reggie Johnson, Lemon Lampley, Corny Thompson… son algunos nombres que asaltan mi nostálgica memoria.

Kenny Chery, del Joventut (Foto: Cordon Press)
Kenny Chery (Foto: Cordon Press)

Están habiendo muchas críticas hacia presidente, directivos, director deportivo y al propio Carles Duran porque el equipo está perdiendo muchas opciones de estar en la Copa del Rey y se está descolgando de las posiciones privilegiadas de la Eurocup.

Ellos, lógicamente resultadistas, algo habitual en el deporte de élite y no élite, les tachan de inmovilistas, de estar perdidos. Para mí, se merecen todos mis respetos. Están siendo muy valientes y consecuentes.

Si no hay una ganga en el mercado me la juego con los chavales, esos que un día valorarán esa oportunidad, esos que despiertan la magia y la locura en el Olímpic de Badalona, esos que un día serán jugadorazos, esos que harán que muchos de los mejores talentos de Europa se sigan incorporando a la cantera del Joventut de Badalona. Allí, realmente, sí les van a dar una oportunidad de testear su talento en el baloncesto profesional. Como cantaba Ketama: «no estamos locos, que sabemos lo que queremos».

4 Comments

  1. Gracias por el artículo! Hay un par de erratas en el texto: no es USVEL, es ASVEL. Y no es Jordi Fernández, es Jordi Rodríguez. Existe un “Jordi Fernández” de “Badalona” también vinculado al baloncesto. Es entrenador asistente en Sacramento Kings actualmente, y ha sido medalla de bronce con Canadá en el último Campeonato del Mundo (Filipinas’23). Pero el del artículo es Jordi Rodríguez.

  2. Carlos Jiménez

    Gracias por las anotaciones, las cambiaremos. Paz, amor y Basket.

  3. Quim Estarlí

    Perdón por fastidiarla, pero al final del artículo, le falta poner: «…y un día, más pronto que tarde, ficharan por un equipo acb que juegue euroliga y que tenga mucho màs dinero, venga éste de dónde venga. O también: «… y si aún no han demostrado casi nada pero, lógicamente, quieren «mejorar» pues iran al banquillo de algún «grande» y a ver…» Viva el fair play!

  4. Tofa la razón,se forman jugadores a costa de no ganar títulos para que vengan los grandes y se los lleven,la federación se lo tiene que hacer mirar,mirar donde está estudiantes,luego se quejaran que no hay jugadores para la selección

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