Opinión

Madrid y Barça, ensimismados; mientras, Simeone deja el fútbol rácano y le va de maravilla

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Madrid y Barça no demuestran un gran juego mientras Simeone está al acecho.
Vinicius, Ancelotti y Xavi (Foto: Cordon Press)

Es muy difícil, prácticamente imposible, que después de un fin de semana en el que se juega un Clásico se hable de otra cosa que no sea el excepcional momento de forma de Bellingham, del gesto de Vinicius al ser sustituido, de las críticas de Gündogan después del partido y de si fue justa la victoria del Madrid después de una primera parte deplorable en Montjuïc. Barça y Real Madrid se retroalimentan y también tienden a ensimismarse mirándose el uno al otro, sirviéndose de referencia y también de parapeto ante cualquier adversidad, pero LaLiga no es cosa de dos por el momento.

Ahí está el Girona, colíder con el conjunto blanco después de 11 jornadas mostrando un buen fútbol y con su técnico, el madrileño Michel, demostrando también que se puede ir de humilde sin que parezca una pose y repitiendo que el objetivo es sumar cuanto antes los puntos necesarios para garantizar la permanencia y mejorar después el décimo puesto de la temporada anterior. La sospecha es que por muy bien que hayan empezado les resultará difícil mantener el excelente nivel de juego y resultados, que lo de ahora no es que sea un espejismo, pero sí un bonito sueño del que se despertarán tarde o temprano.

El Atlético, en cambio, sí que tiene plantilla, historia y pedigrí como para aguantar el ritmo hasta el final y hay una mirada condescendiente que no está atendiendo a los números y las sensaciones de los del Cholo. Suma un punto más que el Barça con un partido menos, el aplazado ante el Sevilla, y está a tres del Madrid y el Girona. Entre Griezmann y Morata suman 13 goles en la competición, 18 en total sumando la Champions -nueve cada uno- y los rojiblancos han encajado sólo un gol más que los de Ancelotti- nueve- y es el más goleador con 25 empatado con el Girona.

Simeone se ha decidido, por fin, a dejar de apostar por el fútbol rácano y le está funcionando de maravilla. Ganó al Real Madrid con solvencia en el derbi hace un mes y dentro de otro, con parón de por medio, visitará Montjuïc. Ayer ganó al Alavés con suspense por el tanto en el descuento de Guevara, tras perdonar demasiado y con goles de Riquelme y Morata que está firmando el mejor arranque de temporada de su carrera con seis goles en Liga y tres en Europa en el mes de octubre cuando en toda la pasada, por ejemplo, anotó 15. Está el Atlético como para tomárselo en serio aunque los dos grandes sigan a su bola, ellos verán, pero después del nivel que mostraron el sábado tampoco está ninguno como para tirar cohetes.

El Barça perdió el partido en una mala media hora final en la que Bellingham pudo quitarse de encima a Gavi que le tenía frito, anulado, y remontó en el 91’. Antes, Ancelotti había sacado al campo a Modric, al que se empeña en sentar en el banquillo porque está mayor sin tener en cuenta que no hay nadie actualmente que le supere en rendimiento. Salir el croata y mejorar el juego fue todo uno. Lo de Bellingham es estratosférico, con él se explica nada menos que una victoria en casa del eterno rival, pero el Madrid da la sensación de estar aún crudo, a medio hacer y absolutamente a merced de la inspiración del inglés y de Vinicius, que continua dando síntomas de necesitar un buen amigo que le aconseje que bailar a un rival en Braga o salir de Barcelona arrastrado por su entrenador es una enorme equivocación suya, sólo suya y de nadie más.

El Barça, mientras, debate en la resaca sobre las palabras de Gündogan, que fue crítico con sus compañeros. «Vengo del vestuario y después de perder un partido tan importante me habría gustado ver más frustración, enfado y decepción. Y eso forma parte del problema», afirmó. Y viniendo de él, el capitán del Manchester City del triplete, nadie discute que algo raro ha visto como para dar semejante toque de atención. Con el madridismo sociológico no se puede explicar todo, aunque las bajas por lesión sigan sirviendo como justificante. Sólo Rapinha y Lewandowski disputaron unos minutos y el polaco demostró que no estaba en condiciones.

El próximo sábado visitan Anoeta, una salida complicada con un rival que está justo por debajo suyo en la tabla y en la que esperan recuperar efectivos; De Jong y Pedri podrían reaparecer. La baja del holandés ha supuesto un cráter para Xavi en el centro del campo y el canario sigue sin cumplir los plazos marcados por los médicos. Se suponía que iba a jugar algo contra el Shakthar y su ausencia una semana más tarde levanta algunos rumores que el tiempo confirmará o desmentirá. Es sentarse y esperar.

Ni los culés ni los madridistas, en fin, pueden estar tranquilos, pero están la mar de entretenidos mirándose entre ellos. El Girona superando sus propias expectativas y el Atlético a la chita callando les esperan tranquilamente.

2 Comments

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  2. Al Atlético de Madrid le bailó el Feyeenord en su estadio (que la victoria fuera para el equipo que jugaba como local es la enésima muestra de la imprevisibilidad de este juego) y el Celtic en Glasgow (que el partido acabara en empate confirma que el equipo, eso sí, tiene más «pegada» que otros años). Si acaso, mereció la victoria contra el Lacio en Roma y fue curiosamente el partido en el que encajó gol in extremis en una subida a la desesperada del portero rival.
    Me imagino que después de más de una década de fútbol industrial donde el talento siempre está bajo sospecha, que el inicio haya sido bueno en goles, resultados y puntos abona la teoría de que el Cholo Simeone ha dejado atrás su etapa rácana… pero para cualquiera que haya visto los partidos sabrá que el mayor mérito del aficionado es no caer en el sopor.
    Supongo que Michel o Imanol se estarán partiendo la caja al leer las caricias por el lomo que le dedican el Sr. Relaño o la Sra. Herrero al ínclito entrenador colchonero.

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