Opinión

Operación Isco: o sale fatal o mandoble del Betis al Sevilla

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Isco Alarcón (Foto: Cordon Press)

En menos de un año, Isco Alarcón aterriza en Sevilla para oficializar un nuevo fichaje. Esta vez, en el máximo rival de su último equipo. El mediocampista malagueño, pentacampeón europeo con el Real Madrid y que rescindió con el Sevilla FC el pasado invierno, se suma a la disciplina del Real Betis Balompié en una operación relámpago. Antes de que el rumor de una posible incorporación corriese por las redes sociales como la pólvora, el Betis publica un vídeo en que se hace un exorcismo: «Vamos. Regresa y diviértete», reza el mismo; olvida esos meses de sufrimiento en Nervión y desata tu fútbol en Heliópolis. Ese es el mensaje. Mejor dicho, el desafío.

Para entender la dimensión de este fichaje en la capital andaluza, es menester hacer un curso intensivo de cómo se vive la rivalidad entre Betis y Sevilla a orillas del Guadalquivir. A sabiendas de que el fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes de los seres humanos, la tensión entre ambas aficiones divide familias enteras cuando se habla de balompié en una sobre mesa y esa misma defensa por tu equipo se lleva y se sufre cada día. De forma sana, a ser posible, pero cada día. Dan igual las copas que levante uno u otro en una temporada, por cuántos goles ganó el derbi a domicilio o de quién al más espectacular. Las fuerzas se renuevan cada mes de agosto, pase lo que pase. Cada año es una nueva oportunidad de pisar al de enfrente, un reto distinto. Contadores a cero.

Por dimensión e historia, es indudable que el Betis no llega a ser lo que ya ha conseguido el Sevilla. Forofismos aparte, no hay debate en esto. Pero yo me quedo con mi Betis porque es un sentimiento, dirá un aficionado, no me importa ganar. Muy bien, no estamos hablando de eso. Aquí se trata de estatus deportivo, de reconocimiento. Por eso llama la atención este fichaje, porque es la primera vez en la historia reciente que el Real Betis Balompié, como institución, le dice al Sevilla Fútbol Club que va a intentar toserle y estar a su altura. Isco fue el mayor fracaso de la última etapa de Monchi en el Sevilla y, ahora, su máximo rival lo compra a coste cero para intentar convertirlo en el mayor de sus éxitos del presente. Lo que tú no has podido hacer, yo voy a conseguirlo.

La dimensión del fichaje

El nombre, nivel y trayectoria de Isco Alarcón es prácticamente secundario. Al menos, hasta que el deportista no dé la primera patada al balón. En siete días, por cierto, se juega un derbi amistoso en México. Quizás ahí se pueda ver al primer fichaje de la historia reciente de la rivalidad Betis-Sevilla. La lista de jugadores que han pasado estos años por Barcelona y Espanyol, Madrid y Atlético, Valencia y Levante, Dépor y Celta o Athletic y Real es, por eliminación, más gruesa que la del Betis y Sevilla. La rivalidad entre dos clubes también se mide por el respeto –o pudor– que un futbolista tiene por cambiarse de orilla.

Primer entrenamiento de Isco con el Betis (Foto: Cordon Press)

Diego Rodríguez, José Carvajal, Juan Luis Redondo y José Mari, que dejó el Betis en 2008, son los cuatro futbolistas que ha jugado en Nervión y Heliópolis como profesionales y a color. El resto, otro cinco, son previos a los cincuenta. Quince años después, el Betis va a intentar coger a una súper estrella, escupida recientemente del Sevilla, para hacerla brillar en el cielo del Benito Villamarín. Si lo consigue, el mandoble que le daría un equipo a otro será importante. Si Isco sale del Betis como lo hizo del Sevilla, el responsable de su fichaje será el hazmerreír de la afición rojiblanca y sentenciado por los suyos.

Quien entienda bien la rivalidad entre ambos equipos me entiende, aquí no se está exagerando nada. El sevillista medio no estará resignado con su fichaje, el Sevilla consiguió levantar la séptima Europa League y esa hazaña ha salvado los muebles de la desastrosa temporada. Sin embargo, tiene la inquietud, la duda, de si verá en la acera de enfrente un jugador que se perdió hace un puñado de meses en su propia casa. Además, la semana pasada, Marca publicó una entrevista en que el propio Isco aseguraba que salió por la puerta de atrás de Nervión después de llegar a las manos con Monchi. O que el director deportivo le había pegado, siendo escrupulosos con la cita. El jugador defendía su imagen, se desvinculaba por completo del Sevilla como institución y días después recala en su rival acérrimo. ¿Y si no destacó aquí porque con este clima es imposible?, retumba en la cabeza del sevillista. La posibilidad de confirmar con esta operación que su club es un estercolero, porque así lleva oliendo temporada y media, existe ahora más que nunca. Si aún le faltan razones para darse cuenta, esta puede ser la guinda.

El Betis asume un fichaje arriesgado. El día después de anunciar que hará una ampliación de capital multimillonaria, síntoma de la dudosa gestión económica del club, oficializa un fichaje que, ya vemos, está cargado de simbología y mensajes. No es un fichaje cualquiera, nadie en su sano juicio puede decir lo contrario. Es como levantarse de la mesa en mitad de la cena, harto de sufrir las collejas de tu hermano mayor, agarrarlo por la solapa y, delante de tus padres, decirle: «Voy a intenta ser mejor que tú». El desafío es mayúsculo, más aún cuando tu hermano está atravesando un momento especialmente delicado. Hay muchos jugadores que no atraviesan por su mejor momento para sustituir a Sergio Canales, con un fútbol de ensueño como el que demostró Isco en el Málaga y en el Madrid. Pero el Betis lo elige a él. No digo que esté hecho con saña, a conciencia, ni muchísimo menos. Como se dice en esta ciudad, devota y religiosa, los designios del Señor son insondables e inescrutables sus caminos. ¡Pero en qué momento llega!

Condenado a estar bajo la lupa

Por los motivos expuestos anteriormente, Isco pasa a ser desde hoy Truman Burbank en The Truman Show. Todo el mundo en Sevilla querrá tener una cámara puesta en él, saber cómo está, si tiene motivación o si puede jugar ya. Unos, por la satisfacción de verle triunfar con su camiseta; sus rivales, por lo contrario. Que Luis Figo iba a ser un jugador de época en el Real Madrid no era un misterio, solo con ver sus actuaciones en el Barcelona se podía intuir. Este caso es bien distinto.

El centrocampista, en términos futbolísticos, lleva más de medio año sin competir. Sus números defendiendo el escudo del Sevilla fueron discretos y la afición apenas le ha echado en falta. Lopetegui no consiguió recuperarlo, Sampaoli ni siquiera hizo por entenderlo y en la filosofía de Mendilibar, que no llegó a verlo, se hubiera diluido. Isco no era el problema del Sevilla, la duda está en contrastar que el Sevilla sí era el problema de Isco. Y quién sabe si de muchos otros. Ahora lo coge Pellegrini, el técnico que lo empanó de polvos mágicos para hacer un fútbol de violines y partitura. Si lo vuelve a conseguir, la cosa está para irse al Villamarín para verlo con Guido Rodríguez, Marc Roca o William Carvalho. Puede ser un escándalo.

Isco, con la camiseta del Sevilla FC, en un partido contra el Atlético de Madrid (Foto: Cordon Press)

Aunque no aterriza para ser protagonista y debería entenderse que necesitará más adaptación que sus compañeros para coger ritmo, el beticismo no va a esperar. La afición se impacientará por verlo gustarse en el mediocampo, rendir a un nivel exquisito y aporrear, puerta por puerta, a los sevillistas que lo repudiaron en su día. Entonces sí, podrán decir que el Betis es ya un lugar mejor que el Sevilla para relanzar tu carrera. En los últimos años, del Betis y su cantera sacan tantos o más jugadores revalorizados que los de Nervión. Esa fama, de semillero de talento, la tenían los rojiblancos. Ese runrún empieza a sonar.

Isco jugará en el Villamarín con la misma presión que no soportó en el Sánchez-Pizjuán. El malagueño es el recambio de Canales, y el cántabro es un año mayor que él, por lo que el tema de la edad no es una excusa. El centrocampista, ahora en Monterrey, se vio exigido en las cinco temporadas que defendió la elástica del Betis. A pesar de ser una leyenda verdiblanca, no estuvo exento de críticas cuando bajó su nivel en la última temporada. Si nadie disculpó el bajón de Canales cuando rebajó un poco su rendimiento, aun teniendo el respeto unánime de la afición, ¿qué no le pedirán a Isco si por él pasa la mejor oportunidad de oro de darle un manotazo a mano abierta a sus máximos rivales? Pocos van a empatizar con sus circunstancias.

Habrá prisa

El éxito de la operación no está en duda. Isco ha demostrado ser un jugador que practica un fútbol al alcance de muy pocos seres humanos. Además, por sus problemas con Monchi, estará deseando comerse por los pies al Sevilla. No por problemas con el vestuario o la afición, a quien ya declaró respeto en su comentada entrevista, sino por amor propio; por decirle al Sánchez-Pizjuán entero que el problema no era él.

Su anuncio, además, llega con el otro equipo de la ciudad con verdaderos síntomas de k.o. El Sevilla, a pesar de la copa europea de mayo, atraviesa por su peor momento en los últimos años. Los aficionados lo saben. Víctor Orta, sustituto de Monchi, está verdaderamente atascado con la operación salida, no ha hecho ningún fichaje y Mendilibar empieza a enseñar la patita diciendo que hay «algunos cedidos» –descartes– que le gustan. Todo huele que echa para atrás.

Cuando ruede la pelota será o seró, pero los verdiblancos están haciendo mucho mejor mercado que los sevillistas en lo que va de verano. A los fichajes de Ayoze Pérez, Marc Roca, Marc Bartra y Héctor Bellerín, se suma Isco. Volviendo a insistir en que la dimensión de ambos clubes no está en duda, pues el Betis debe llenar sus vitrinas de trofeos mucho todavía, esta temporada puede ser la tercera en que hagan mejor año colectivo que el Sevilla. Al menos, al mismo nivel. ¿Supondría un cambio de ciclo en la ciudad? Depende de cómo se mire. Por eso, este es el primer fichaje de la historia reciente del Betis; del año en que ya se ven con la altura –merecida– de darle una colleja a su hermano mayor y decirle: «Voy a hacer lo que tú no has podido».

Acabará en acierto o fracaso, pero todo mayúsculo. Sin grises. Como lo es esta ciudad.

3 Comments

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  3. Isco no lleva meses sin competir, lleva años, cosa que no se menciona en el artículo, quizás por no cuestionar su actitud en el Real Madrid. Puede que Pellegrini consiga sacar mucho provecho de él, aunque en el fútbol actual es difícil que cuaje el tipo de juego de este jugador, de técnica exquisita pero escasa velocidad y sacrificio. Por cierto, al Sevilla también llegó a coste cero y con la única intención de ilusionar a una afición que no veía llegar los fichajes necesarios, al igual que ha hecho el Betis. Pocas bofetadas va dar al sevillismo.

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