Humor

Cómo (no) jugar al FIFA 24

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Por lo que fuera, Papá Noel decidió que era buena idea obsequiar a mi hijo Teo con el FIFA 24. El FIFA 24 ya no se llama FIFA 24, pero en esta casa se seguirá llamando para siempre FIFA al FIFA, por supuesto, que quede claro. En esta casa, por cierto, no entraba un FIFA desde el FIFA 09. No recordaba muy bien el motivo de esta sequía fifil, pero tardé poco tiempo en recordarlo.

Encendí la consola y mi cerebro quedó secuestrado de inmediato por el FIFA 24, tal y como me ocurrió en los días de pseudo juventud con el FIFA 09. En aquel caso no sé cómo logré escapar del atrapamiento, pero lo hice, y más o menos pude sacar adelante los deberes básicos de la vida adulta. Sin embargo, en Navidad apareció de repente el FIFA 24 y por un momento pensé que no llegaría a contarlo.

Porque mi productividad se vio seriamente amenazada por el FIFA 24. Primero jugué con mi hijo un rato, pero mi hijo se fue a dormir y me quedé a solas en el sofá, frente a la tele, con el FIFA 24 y un mando. Hice entonces lo único que se podía hacer: editar uno de los equipos del juego, convertirlo en el CD Castellón falso, y ajustar uno a uno los nombres, los atributos y los dorsales de cada uno de los futbolistas, que pasaban a ser reales en mi imaginario.
Además, al mismo tiempo que trataba de entender el funcionamiento del formato, fui jugando partidos y avanzando en el calendario. Resumiré el asunto con un par de frases que parecen epitafios: me fui a dormir a las siete de la mañana y me dolía el cuello y un brazo; y en la cama cerraba los ojos y veía jugadas del FIFA 24.
Por suerte, al día siguiente mi mujer se llevó al hijo pequeño a no sé dónde, a un evento familiar o algo. No por ello es menos grave que mis otros dos hijos quedaran desatendidos, rebuscando en las sobras de la cena para desayunar algo. Cuando desperté, volví a jugar con Teo y todo bien, hasta que empecé a notar que me miraba raro. Llegó un momento que dijo «No juego», y yo seguí jugando. Al rato volvió y dijo «Papá, no juegues más». Un niño de siete años diciendo «Papá, no juegues más». Bastante duro. Pensadlo.
Dejé de jugar y simulé estar interesado por la vida el resto del día hasta que llegó la noche y uno a uno, en casa, se fueron acostando. Retomé la Liga de la noche anterior, encadenando partidos como un enajenado. Ciertamente era pura adicción, porque ni siquiera me estaba divirtiendo. Jugar al FIFA 24 ya parecía un trabajo, tanto que me sentía sucio jugando.
Empecé a pensar en todo lo que debería haber hecho en la vida y no hice, en lo que debería haber estudiado. Me sentí culpable por perder el tiempo, pero el tiempo no se dio por perdido, sino por encontrado. De nuevo las siete de la mañana. De nuevo llegar a la cama dándome asco.
Al tercer día ya me levanté como un desecho humano. Ni siquiera preparé café. Ni siquiera hice el Wordle en el baño. Tenía asumida la derrota, y estaba dispuesto a dejarme caer por el barranco, pero entonces encendí la consola y ocurrió el milagro. Mis hijos se habían despertado antes y habían estado jugando al Mario Kart. De repente, me dio muchísima pereza levantarme, quitar el juego, buscar el otro y abrir la caja del FIFA 24. La pereza me salvó. Incluso fui después a trabajar, por la tarde. No he vuelto a jugarlo.
La pereza me salvó como tantas otras veces me había salvado. De no ser por la pereza habría intentado llevar a cabo alguna de mis ideas de negocio, o todas, hasta quedar arruinado. Lo del parque de atracciones sin acción. Lo del fútbol tronco. Lo de alquilar camiones para aparcarlos frente a los restaurantes de carretera. Lo del McAuto para barcos.
De no ser por la pereza mi relación de pareja habría fracasado, también, porque la base de nuestra convivencia es pensar en la pereza que nos daría conocer a otros suegros y a otros cuñados, y a otros amigos, y hacer todo el papeleo del divorcio, del padrón y de los bancos.
Doña Pereza. Una cosa te quiero decir: Gracias por tanto.

3 Comments

  1. Obra de arte, genio, mago, gracias.

  2. Alberto

    Bueniiiiisimo, casi me pasa!!!!!
    Santa Pereza , pero Santa Santa ….
    Papa Noel ha repartidor Fifa 24 por varias casas, a mi me salvo mi mujer que quería juagar al Mario Kart!!!

  3. Que dices,no lo puedo vender,por que no es físico, pero lo hubiese probado antes de canjear el código, sin duda alguna me habría desecho de semejante aberración

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