Dopaje Ciclismo

¿Hay una sustancia dopante desconocida en la cabeza del pelotón?

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Suplemeneto hormonal (Foto: Cordon Press)

Sport1.de es una cabecera deportiva alemana propiedad de la empresa suiza Highlight Communications AG, propiedad del también suizo Berhard Burgener. A finales de julio, publicaron una entrevista con Fritz Sörgel, director del Instituto de Ciencias Biomédicas y Farmacéuticas de Nuremberg. Ha publicado desde hace décadas numerosos estudios sobre sustancias bioactivas y su detección. Es bastante frecuente verle opinando en los medios sobre el problema del dopaje.

En esta ocasión, la pregunta era sobre las dudas que ha despertado la última edición del Tour de Francia, donde Tadej Pogačar ha mostrado un nivel, como dice sport1.de, «que es inspirador para algunos, enfadas a otros y a algunos les despierta dudas». El esloveno ha batido récords, como la ascensión de Pla D’Adet, que tenían Tony Rominger, quien estuvo bajo la tutela del doctor Ferrari, y Zenon Jaskula, seguidos de Miguel Indurain y Lance Armstrong. Y poco después, en Plateau de Beille, donde superó a Marco Pantani.

En el caso de Sörgel, su opinión es que las sustancias dopantes no tienen por qué estar detrás de su dominio. Los nuevos métodos de entrenamiento, basados en los estudios de la bioquímica y fisiología del cuerpo, la metabolómica, han alcanzado tal nivel que pueden perfectamente estar detrás de sus logros. Sin embargo, añadió: «Lo que más me ha sorprendido han sido las declaraciones de otros entrenadores y ciclistas que han dicho que conocen ese tipo de entrenamiento».

Tácticas y conocimientos que no son fáciles de transferir. Según explica: «No es tan fácil transferir una forma complicada de entrenamiento de un equipo a otro. Esto requiere mucho trabajo con los deportistas, mucho entrenamiento y mucha ciencia. Lo que explica por qué surgen diferencias tan enormes entre los equipos». Ahora basta con un entrenamiento inteligente que combine suplementos nutricionales y vitaminas. Puede ser proteínas en polvo, consumidas en grandes cantidades por los futbolistas, o creatina.

Sin embargo, Alban Lorenzini, entrenador y preparador físico del Team U Nantes-Atlantique, opinó en Ouest France que «todavía no estamos tratando con extraterrestres». Sobre Pogačar y Vingegarrd considera que «cuando no es uno, es otro, ambos utilizan algo que los demás no utilizan». En cuanto a la tecnología: «Los neumáticos que absorben mejor las irregularidades de la carretera, la fricción de la cadena y la calidad de los lubricantes, pueden suponer una pequeña ganancia de 30 o 40 segundos como máximo en una subida al Plateau de Beille en comparación con lo que hizo Pantani, por ejemplo». Y lo peor es la estética, dice Lorenzini: «No muestran rasgos de dolor, se ríen como si nada hubiera pasado».

Para sentenciar que tiene que haber algo: «Después del covid, en 2020 y 2021 intenté justificarlo con la nutrición, entrenamiento, etc… Desde 2023, hemos superado lo que vimos en la era Sky ¿cómo explicar su progreso y que logren ser más fuertes que los mejores de la era EPO? Hacen algo o usan algo que otros no tienen. Los métodos y equipos de entrenamiento son argumentos para tener la conciencia tranquila. A mis ojos no es más que un circo. Yo no me reconozco en este deporte».

La cuestión es que Sörgel considera que ya no hay mucho margen de maniobra en lo que respecta a sustancias químicas: «Más EPO no es posible, más hormona del crecimiento no es posible, más esteroides anabólicos no son posibles. Hemos llegado a nuestros límites en lo que respecta al dopaje con sustancias químicas, por ahora».

A la hora de sembrar dudas, ha destacado una entrevista de Stéphane Heulot, director del equipo Lotto-Dstny, en L’Equipe, donde dijo que no se atrevía a acusar sin pruebas, pero considera que todos tienen que permanecer alerta por todo lo que ocurrió «en el pasado».

Sobre los nuevos entrenamientos, Heulot explicó que su equipo trabaja con la Universidad de Gante y con tres nutricionistas. Se analizan los biomarcadores y se mide con IA el gasto calórico. La alimentación ha cambiado completamente en comparación con solo diez años atrás. Sin embargo, los récords que van perdiendo las conflictivas estrellas del pasado no le preocupan tanto como la brecha que se ha abierto en el pelotón entre los diez primeros y el resto, «porque no hay tantas diferencias en cuanto a material, aerodinámica, equipamiento…»

Eso le obliga a ser escéptico: «Siempre hay que dudar, la historia nos lo ha enseñado. Se repiten las explicaciones que nos dan. Cierto pasado nos ha marcado. El progreso técnico afecta a los 150 corredores en carrera, por lo que no se puede tener en cuenta, excepto con los resultados de Pantani y Armstrong, porque ha habido novedades. Pero esas diferencias me asustan. Quizá se pueda explicar por la genética porque son fenómenos, no surgen de la nada». No obstante, no sería la primera vez que Mauro Gianetti, director del UAE, tiene casos de dopaje entre sus ciclistas.

Todas estas dudas lo que ponen de manifiesto es que en el ciclismo no se tolera ya lo excepcional. Las sombras del pasado siguen siendo demasiado alargadas y su precio muy elevado. Unas actuaciones que deberían vivirse como unas de las páginas más brillantes de la historia del ciclismo, para lo que más han servido es para despertar recelos. El año anterior ocurrió exactamente lo mismo con Vingegaard cuando él dejó atrás a Pogačar.

De hecho, en el diario francés Le Telégramme se ha publicado que ese tipo de recelos son el tema de conversación favorito entre los propios ciclistas del pelotón. El diario citaba a profesionales que querían guardar el anonimato, pero decían «esto es lo que sucede inevitablemente cuando ves actuaciones tan extraordinarias, especialmente porque ya lo hemos llevado todo al extremo y no podemos entrenar más». Un director deportivo que tampoco dio su nombre, dijo: «Algunas personas hacen algo diferente en las etapas en altura. No sé qué es, pero hay algo».

Si las nuevas bicicletas, los nuevos entrenamientos y los protocolos de detección de sustancias dopantes no permitirían ir a más, la única duda que quedan son los motores. Solo con una pequeña pieza de 20 o 30 vatios se puede conseguir una potencia adicional suficiente para ganar una carrera. En el ciclismo amateur son una plaga, en el profesional se confirmó su aparición en 2016, un control con un magnetómetro encontró uno en la bicicleta de Femke Van den Driessche. Actualmente, sistemas como el de HPS emplean motores de 30 milímetros de diámetro, el mismo diseño del que lleva el Perseverance de la NASA en Marte. Quizá no estén compitiendo extraterrestres, pero la tecnología sí puede ser del espacio.

5 Comentarios

  1. En el último tour, mientras dormitaba en el sofá, Perico y Carlos charlaban de cualquier cosa, y el pelotón pedaleaba plácidamente, de repente, vi algo que me dejó turulato. Un ciclista anónimo salió como una flecha de mitad del grupo, adelantando fácilmente a todo el mundo, claramente ¡SIN! pedalear. Se alejó del grupo, el helicóptero apuntó a otra parte y… no pasó nada. Era una de las primeras etapas (¿3ª?), llana y quedaba más de una hora para el final. No puedo comprobarlo, pero ahí lo dejo.

  2. Pingback: ¿Dopaje o suicidio? Qué dice la ciencia de la inhalación de monóxido de carbono de Pogačar y Vingegaard

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