Champions League

Una zaga parcheada, una defensa a ultranza y la seguridad de Lunin que faltó en la ida

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Pep Guardiola (Foto: Cordon Press)

Jugaban los dos mejores equipos del mundo, City y Madrid, lideres de Premier y Liga, últimos campeones de la Champions, empataron tanto en la ida como en la vuelta y finalmente los cuartos se los llevó el Madrid, desde el punto de penalti.

En un enfrentamiento recurrente, todos dan favorito al City de Guardiola año tras año. Es el aura compartida de la figura de Guardiola y el fútbol de toque. Pero ya es la segunda vez que los de Ancelotti se llevan el gato al agua. Destacaron Rodrygo, Vinicius, Rudiger, Bernardo Silva, Walker o el inesperado Doku, pero fue una eliminatoria de identidades y niveles. De equipos en su máxima expresión, como dijo Lunin.

El City al completo, el Madrid sin Courtois

En el Etihad, Ancelotti siguió sin contar con los lesionados Alaba y Courtois y un Militao sin tono tras una larga inactividad. Sin sus estandartes defensivos, hubo de parchear la zaga. Ante la ausencia de Tchouameni, sancionado, Nacho fue titular junto a Rudiger.

Durante el partido se escuchó a Guardiola gritar a Haaland desde la zona técnica que se alejara de Rudiger y fuese sobre Nacho. Detalles de los grandes entrenadores, los tienen a miles. Ya eran demasiadas veces las que el alemán había anulado a Haaland.

En descargo del 9 hay que decir que, en la obsesión de Guardiola por el estilo, impedirle atacar espacios amplios lo limita, facilitándole la labor a defensores tan imponentes en lo físico como Rudiger. Con todo, Haaland cabeceó al larguero en el minuto 18, cuando el City perdía 0-1, y la tuvo en el 94, lo que hubiera sido la victoria. Pero aportó poco más en ataque. Rudiger, además de tiranizar el área, pondría la puntilla a la clasificación en la tanda de penaltis.

 

Por parte del City, Guardiola recuperó a todos y alineó a Ederson en la portería, a Walker para atender a Vinicius y a De Bruyne en lugar de Kovacic. Jugar con Walker y De Bruyne hizo que el equipo fuera lógicamente mejor, porque el fútbol engaña lo justo. En el Bernabéu la pareja compuesta por Vinicius y Rodrygo se había juntado imprevisiblemente en la izquierda y Akanji, posicionado como lateral, sufrió las consecuencias. Desde la bota de Kroos, mejor aliado de ambos, el sensible dúo conectó hasta crear más ocasiones que el City al completo. Y los goles se desenlazaron o finalizaron en ellos.

Con Walker se vive mejor

En la previa de la vuelta, Ancelotti dijo que Guardiola no debía temer, ya que él no haría magia. Esto se tradujo en que no hubo nuevos inventos: Kroos y los brasileños volvieron a juntarse en el sector izquierdo. Previéndolo, Guardiola alineó a la mejor pareja posible, la compuesta por los veloces Walker y Akanji, y consiguió controlarlos.

No obstante, el portento Walker midió bien a Rodrygo pero no pudo cerrar el pase desde la derecha que supuso el primero gol, en el minuto 12. Fue del propio Rodrygo, el jugador más determinante de la eliminatoria.

Decía Clemente que la diferencia entre un balonazo y un contragolpe es que el delantero se desmarque. Carvajal lanzó un balón largo ante la presión del City y mientras Bellingham lo recibía en zona de enganche, Vinicius le trazaba un desmarque de ruptura de izquierda a derecha sorprendiendo a Akanji y haciendo de un despeje una fenomenal jugada de ataque.

Por su velocidad, el belga había sido elegido por Guardiola como central derecho antes que Stones, pero el vivo Vinicius se libró de él saliendo de zona antes de asistir a Rodrygo, pase que Días no supo bloquear acaso por falta de fe. Después de ese ligero error, Walker se erigió como mejor defensor del City, anulando las carreras de Vinicius hasta la prórroga.

Vinicius y Bellingham (Foto: Cordon Press)

La influencia de Bellingham en el gol no tapa que, como Rodri, hayan sido los futbolistas más criticados en la eliminatoria. Llegaban como destacados en la temporada, se leyó que eran los mejores de Europa en la actualidad, y no lo fueron en la eliminatoria. Lo cierto es que la posición de pivote de Rodri y la de enganche del inglés eran ideales para que se controlasen mutuamente, y por eso se limitó la incidencia de ambos en el juego.

El City se recupera desde su mejor fútbol

Tras el primer gol, un partido que empezó contemplativo se aceleró. Las urgencias de jugar en casa e ir perdiendo ayudan al cambio de ritmo y la categoría de los futbolistas que jugaron permitió que fuese válido. Akanji tomó la zona de volantes en fase de posesión de manera agresiva y el City asumió más riesgos en la salida.

Riesgos es un decir, puesto que todos los centrales que firma y actualmente tiene Guardiola la sacan a lo Beckenbauer. Consiguió asentarse en campo de un Madrid que, por planteamiento, siempre espero alternando el bloque medio y bajo. No se trata de defenderse a ultranza, sino de que Ancelotti sabe lo que beneficia a sus delanteros y explota el asunto ante equipos de inequívoco planteamiento de ataque.

En este City, el juego acaba por salir siempre y, una vez sucede, adelantando a un central desde el 4-3-3 es como Guardiola trata de buscar la superioridad numérica en el centro del campo que permita una circulación favorable. Sin embargo, ante el 4-4-2 replegado del Madrid no es suficiente, por eso Bernardo Silva, a diferencia de en el Bernabéu, jugó la vuelta por dentro: para sumar el talento, la clarividencia que hace buena la igualdad en espacios reducidos.

De Bruyne (Foto: Cordon Press)

Foden partió desde el extremo derecho, alternándose con un De Bruyne que pretendía tomarle la espalda a Kroos, el más lento de los volantes. El intercambio posicional es algo propio de la escuela neerlandesa mamada por Guardiola, y de ahí que lo fomente, pero el técnico no dudó en corregir a Foden cuando el joven trató de viajar hacia zonas centrales sin que nadie ocupara su costado. En cualquier caso, entre ellos generaron peligro por el sector derecho, bien defendido por Mendy, como el mencionado remate de Haaland. Pero al descanso llegaron sin marcar.

El Madrid soporta en su área

La reanudación mantuvo futbolistas, tónica e intensidad. El City llegaba a través de pases cortos y por los costados, donde Grealish y ahora Bernardo encaraban a su par. Con un delantero centro de referencia como Haaland, esta acción de los extremos permitió en la ida hundir la retaguardia y que en la frontal apareciesen jugadores retrasados que chutaran, produciéndose los goles de Foden y Gvardiol. El Madrid pareció haber aprendido la lección, manteniéndose Camavinga pendiente de esos pases atrás y forzando al City a centra a un área bien defendida.

Aún así, al cuarto de hora de la segunda mitad, con Bernardo ya decididamente posicionado como extremo y Foden como interior izquierda, la jugada del gol conseguido por el inglés en el Bernabéu estuvo cerca de repetirse. Guardiola alternó a ambos precisamente para aprovechar el chut de Foden y el desborde de Bernardo, en previsión de que el cansancio haría mella en los madridistas y no sería necesaria una circulación tan precisa por dentro para que el balón acabase en los costados en condiciones ventajosas. Fue la primera gran decisión sobre la marcha de la noche.

El Madrid, a lo suyo, defendía y contragolpeaba desde muy abajo con balones largos. «Hemos retrasado mucho el bloque pero hemos defendido muy, muy bien», aseguró Ancelotti en el post partido. Sin ser una exhibición, Lunin dio la seguridad que le faltó en la ida, donde regaló dos goles. Gracias a ello, el Madrid lloró a Courtois con un solo ojo. Y la tanda de penaltis recompensaría el partido del ucraniano.

Pero el equipo que persigue el balón se cansa más. Y los suplentes son peores futbolistas que los titulares, por lo que hay que tratar de mantener la alineación el máximo tiempo posible. Por momentos llegaron a estar los once blancos -que en esta ocasión vestían de oscuro- detrás de la pelota, con difícil posibilidad de contragolpe.

Bernardo se mueve y Doku aparece, para servir la prórroga

Con el Madrid llegando tarde a las basculaciones, el City tuvo numerosos acercamientos. Si en la idea habían acabado con ocasiones parejas, en el Etihad el City triplicó al Madrid, con más de treinta, casi un tercio de disparos entre palos. Grealish sacó uno peligroso de su mano a mano ante Carvajal antes de ser sustituido en el minuto 71 por el hábil Doku. Un nuevo acierto de Guardiola.

Lunin
Lunin (Foto: Cordon Press)

Doku tiene capacidad de desborde suficiente para destrozar a cualquier lateral, sobre todo si este está cansado. El primer duelo lo ganó Carvajal, que más que un buen lateral derecho puede considerarse el mejor de la historia del Madrid, y estos jugadores notan menos el cansancio. A Grealish le encimaba y ante Doku se replegaba, adecuándose a las virtudes regateadoras de cada uno de ellos.

Pero en el minuto 75 a quien encaró Doku fue a Valverde, que no es defensor y no lo pudo frenar en el área. Su pase a la pequeña lo despejó Rudiger y lo acabó por rematar a gol De Bruyne, que como crack que es tenía que aparecer. Minutos después, el interior tuvo otro pase de la muerte desde el costado izquierdo que pudo voltear el partido, pero mandó alto el balón, incomprensiblemente.

Llegar a la prórroga hizo justicia a la eliminatoria

Tras el empate, a falta de diez minutos Ancelotti ingresó a Modric. Sigue siendo un Balón de Oro pero para menos minutos. Salió Kroos porque Ancelotti no confía en juntar a ambos veteranos durante partidos de tanta exigencia física, según él mismo dijo. Luego ingresó a Brahim por Rodrygo: había que reactivar el contraataque como fuera.

Rodri fue amonestado por cortar una transición del internacional marroquí, cuando se cumplía el tiempo reglamentario. «Eliminatoria épica», sentenciaba Maldini en los comentarios de Movistar, cuando el partido llegaba a la prórroga. Haaland tuvo el gol de cabeza en el 94`, pero lo falló bajo palos y fue sustituido por Julián Álvarez.

A Lunin y Rudiger no les tiembla el pulso y el Madrid pasa a semifinales

En la prórroga sucedieron varios cambios más, pero el ataque del City lo siguió acaparando Bernardo por un costado, y Doku del opuesto. Jugar por los extremos, seña de identidad de los equipos de Guardiola, herencia de los de Cruyff.

Rudiger (Foto: Cordon Press)

El Madrid hizo un sincero ejercicio de resistencia. Carvajal estuvo sublime hasta que se retiró tocado, ingresando Militao. El City dio sensación constante de peligro y el Madrid tuvo la clara, de Rudiger, pero el marcador no se movió.

El partido llegó a la tanda de penaltis, donde fue recompensada la temporada de Lunin y la exhibición de Rudiger ante el mejor ataque europeo. El portero detuvo los lanzamientos de Bernardo y Kovacic, mientras Rudiger materializó el definitivo para el Madrid. El MVP, por su parte, se lo llevó Valverde, la futbolista imponderable. «Vaya exhibición de partidos», resumió, distanciado de los colores, el comentarista Álvaro Benito.

 

12 Comentarios

  1. Resumen espectacular del partido/eliminatoria.

  2. Madridista de La Guindalera

    El Madrid ganó de chorra. Todo lo demás es especulativo. Muchísima suerte. Ya sé que me diréis, no es la primera, que la suerte hay que buscarla, etc. Ayer no, ayer fue suerte. Esperemos que Con M´bappe sumemos en categoría. Y sobre todo con Xabi.

  3. Honestamente creo que no es cierto que Lunin regalase dos goles en el partido de ida. El despiste de la falta tiene mucho mas que ver con que Vini se mueve de la barrera, generando un espacio que Bernardo aprovecha. Los otros dos goles son tiros ajustados desde la frontal donde nada puede hacer.

  4. Muchos apuntes interesantes en la crónica. Yo la clave la vi en que el Madrid tuvo una laguna importante en la ida con los disparos desde fuera del área. Es cierto que si salían a cubrir esa zona, dejaban franca la asistencia para Haaland, pero los dos goles del MC en la ida no es que fuesen genialidades, es que tuvieron tiempo de apuntar, porque llegaron tras dos avisos de que por ahí iban a entrar. En la vuelta, lo que se ha visto es que el RM ha renunciado a un 10% más de posibilidades sobre un 10% de armar una contra para no dejar absolutamente ningún hueco. Ha sido claramente la aceptación de que o te meten el pase entre líneas o te fusilan desde fuera, si quieres impedir ambas, te quedas sin posibilidades de atacar. ¿Cuánto ha tirado a puerta el Madrid? ¿Dos veces? ¿Tres como mucho?

    Ahora todo es resistencia, aguantar, épica, la defensa también es bella, pero de haber caído dudo mucho que no se afilaran los cuchillos contra Acenlotti por haber dado esa imagen. Un equipo que renuncia a todo y solo aspira a que suceda un milagro mientras pasen los minutos, que eso todos sabemos que es inexorable.

    La verdad es que los dos partidos que se han visto, la ida y la vuelta, han sido de las expresiones futbolísticas más hermosas que puede dar este deporte. Un entrenador que es todo método y lógica, que ha logrado configurar una plantilla de modo que su equipo sea un 10 en todo, frente a un bloque se mueve más por corazón y que, ante la importancia de los sistemas y los automatismos combinativos, apuesta por el uno contra uno, el truco más viejo para desmantelar cualquier sistema que se ponga por delante.

  5. Gerardo Cunha do Rei

    El Madrid ha pasado de ronda mal. El Madrid no sabe pasar eliminatorias.

  6. Que sí, que sí, que el Madrid ganó de chorra. Pero conviene recordar que de los 210 minutos de juego (partido de ida más partido de vuelta más prórroga), el Manchester City solo estuvo clasificado, es decir, solo estuvo por delante en el marcador, 19 minutos, mientras que el Madrid fue ganando durante 116 minutos. Y que, por ejemplo, en Manchester, donde el Madrid se pasó defendiendo la mayor parte del partido, el City hizo más faltas que el Madrid (casi un 50% más), y se llevó más tarjetas.
    Y, sobre todo, que el Real Madrid metió tantos goles como el City en la eliminatoria. Y un penalti más. Y tirando mucho menos. Así que Guardiola a lo mejor ha configurado un equipo que es un 10 en todo, pero en ese caso el Real Madrid en este examen ha sacado también un 10 en defensa y matrícula de honor en meter goles y en efectividad. Que es lo que cuenta, aunque a muchos se les olvide. Y eso, siendo un equipo del que se decía a principios de temporada que a dónde iba sin delantero, y al que le faltan dos defensas titulares y el que era el mejor portero del mundo.
    Así que lo único que puedo decir es: la chorra, para el que la trabaja. Y para Ancelotti, que sabe perfectamente que en un plano el camino más corto entre dos puntos es la línea recta. Aunque haya a quien le gusten más las geometrías no euclidianas.

    • Madridista de La Guindalera

      Prefiero a Xabi, pero para ti la linea recta. Y que no venga M´bappe. Para qué, si así ganamos todo. Tenemos 12 semifinales de las 14 últimas champions. Que mejor prueba de las geometrías no euclidianas. Estoy convencido de que eres un madridista de fuera. El Madrid siempre ha dado la mejor imagen. Siempre. Para mi la imagen es lo primero.

      • ¿Qué coño será un madridista de fuera? A ver si va a ser que hay madridistas de primera y de segunda… A ver si hay que ser madridista como a ti te parezca. En el Real Madrid caben todas las opiniones, siempre con respeto. El pensamiento único, para otros.
        Dicho lo cual, a mí me puede gustar el Real Madrid jugando de otra manera, pero si tengo que elegir entre ganar así y perder de otra manera, elijo ganar así. Para que la imagen se pueda ver, hay que salir en la foto. Y en la foto sale el campeón.
        Es mi opinión. Tú tienes la tuya. Y ya está.

    • Si el Madrid hubiera perdido en los penaltis, todo el mundo estaría diciendo que jugaron como un equipo pequeño, a defender y les estarían cayendo golpes de todos los lados. Como quiera que la mala puntería citizen y la lotería de los penaltis les fueron propicios, pues a decir que todo es maravilloso, de color de rosa, y que qué partidazo del Madrid, cuando en realidad fue sometido totalmente por el City, como los dos últimos años. Como siempre, ninguna autocrítica. No sé, eso debe ser también ADN madridista.

      • Yo no habría dicho eso si el Real Madrid hubiera perdido, ni habría dado ningún golpe. Yo habría valorado el esfuerzo. De equipo pequeño, insignificante, fue lo del año pasado, que entonces el Madrid ni apareció. Lo de este año fue totalmente distinto. Puede gustar más o menos, pero fue tremendamente meritorio.
        Y autocrítica sí, pero rasgarse las vestiduras no. Porque si el Madrid, según tú, lleva con esta tres temporadas siendo sometido totalmente por el City, y en dos de ellas resulta que lo elimina, no sé yo quien debería hacer más autocrítica.
        Al final, depende de lo que uno busque en el fútbol. Se puede pensar como Luis Aragonés (que no era del Real Madrid, mira tú): “Y ganar, y ganar, y ganar, y volver a ganar… eso es el fútbol”. O estar de acuerdo con Guardiola cuando dice: “qué manera más cojonuda de perder” (aunque yo dudo que realmente piense eso). Allá cada cual con sus gustos, yo no veo nada cojonudo en perder.
        Luego, eso sí, hay equipos que pierden jugando como un equipo pequeño, que eso es mucho peor. A ver la autocrítica que hacen esos.

  7. Bienvenidas/os a primero de relato. Lección 1. Todo lo que hace el RMCF, incluso ganar, está mal. En cambio, todo lo que hace el FCB, incluso perder, está bien.

  8. Pues fíjense ustedes que yo, al final del partido, en las imágenes que ofrecía la televisión, a los que veía alegres, exultantes, eufóricos incluso, era a los aficionados del Madrid. De los jugadores del Real Madrid, ya ni te digo cómo estaban. En cambio, los jugadores y aficionados del Manchester City tenían pinta de estar bastante jodidos.
    Al final de la eliminatoria del año pasado no vi esas caras en los aficionados y jugadores del City. Y no creo que se pueda decir que este año jugaron peor, así que por la diferencia de juego no fue. ¡Anda, a ver si la diferencia va a ser porque la temporada pasada ganaron y esta perdieron! ¡A ver si va a ser que lo que de verdad les importa, de verdad de la buena, no de la que se dice con la boquita pequeña, también es el resultado! ¡A ver si va a ser que ni el dominio, ni la posesión, ni la superioridad manifiesta, ni los tiros a puerta, ni los córners, ni el jugar como un «equipo grande», ni el «en otro deporte por estadística se hubiera ganado» (¡Ay, Guardiola!), ni el “qué manera más cojonuda de perder”(¡Ayayay, Guardiola!), nada de eso les compensa de la derrota. ¡Qué raros son esos ingleses!
    Tampoco he visto nunca a la afición de ningún equipo salir a la calle a celebrar una derrota porque su equipo jugó mejor que el contrario. Las aficiones celebran las victorias y los títulos y, como dice el refrán, «en la rula no preguntan, apuntan».
    Porque no pasa nada, que el mismísimo City de Guardiola, esencia sublimada del fútbol ideal y perfecto, el 13 de abril de 2022, en la vuelta de cuartos de la Champions en el Metropolitano contra el Atlético de Madrid, se pasó la segunda parte apretando el culo con todo el equipo metido atrás y cometiendo pérdidas descaradas de tiempo defendiendo un 0-0 que les valía para clasificarse. Que lo importante era ganar, no mear colonia.
    Al final, cuando Guardiola dice lo de “qué manera más cojonuda de perder”, se le queda cara de zorra de Esopo, que decía que las uvas estaban verdes porque no las alcanzaba, pero eso no le quitaba el hambre.
    Que sí, que a nadie le gusta que su equipo juegue «mal» y pierda, y que todos queremos que nuestro equipo juegue «bien» y gane (obviando el hecho ineludible de que no existe una definición única y absoluta de qué es ese «bien» y ese «mal»). Pero entre jugar «bien» y perder o jugar «mal» y ganar, a mí dame la segunda opción todas las veces que quieras. Luego ya veremos cómo se mejora. Pero desde la victoria.
    Así que si algunos se quieren hacer trampas al solitario e intentar consolarse con el «jugamos como nunca y perdimos como siempre» o con el «no vencimos, pero convencimos» o con con el «prefiero no ganar la Champions que ganarla jugando así» (¡Joder Pinocho, que la nariz ya te mide un kilómetro de longitud y creciendo!), pues enhorabuena para ellos. Pero en las semifinales de la Champions de este año solo habrá un equipo español, y el Manchester City no las va a jugar.

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