Atletismo

De los cinco mejores de todos los tiempos en los 100 metros lisos, solo uno no ha sido sancionado por dopaje

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Usain Bolt y, detrás, de izquierda a derecha: Justin Glatlin, Tyson Gay y Michael Rodgers -los tres dieron positivo antes o después- (Foto: Cordon Press)

Cuando echamos la vista atrás y vemos los rankings históricos de pruebas deportivas y lo que le deparaba el destino a sus protagonistas, no es difícil que nos venga a la mente una competición: El ciclismo. Da igual lo que mires de las clasificaciones de hace dos y tres décadas, si vas relacionando cada nombre con el dopaje más de la mitad del pelotón quedaría invalidado. El cuadro queda en cuadro. Y lo único que es cierto es que se cargan las tintas con el ciclismo, porque no es el único deporte donde se puede encontrar este fenómeno. Observen la fotografía que encabeza este artículo, los tres estadounidenses que quedan por detrás de Bolt han tenido casos de dopaje.

No nos lo ha recordado un periodista aguafiestas, sino Noah Lyles, velocista estadounidense medallista en los JJOO de Tokio y los mundiales de Doha, Eugene, Budapest y Glasgow. Ha declarado: «Todos menos una persona [en la lista de los cinco mejores de todos los tiempos en 100 metros] han sido sancionados. Es algo que apesta».

La entrevista se la realizó letsrun.com. Preguntado por si prefería un récord mundial o una medalla olímpica, respondió una obviedad, que las medallas duran para siempre, que por eso son preferibles, pero… Y ahí llegó el cortocircuito, cuando añadió él mismo «siempre y cuando no te las tengan que retirar».

Su padre ya había sido corredor durante los 90 y el periodista le contestó si tenía la sensación de que situación de casi barra libre de aquellos años seguía vigente: «No sé si ha empeorado o mejorado», dijo. Y añadió una obviedad: «Lo que pasa es que los que se dopan siempre estarán por delante de los controles antidoping. Por eso primero hay que encontrar a quien esté usando algo nuevo para poder crear un nuevo test, por eso no sé cómo es la situación ahora mismo. Yo siempre pienso que todos están limpios hasta que noto algo sospechoso».

Lyles no tiene más que mirar a la historia de la modalidad más famosa de su deporte, los 100 metros lisos, y analizar el caso de los cinco mejores. Con 9.58, Usain Bolt no ha recibido ninguna suspensión; con 9.69, Tyson Gay fue sancionado un año en 2013 por esteroides anabólicos; también con 9.69, Yohan Blake dio positivo de un estimulante; con 9.72, Asafa Powell, estuvo sancionado seis meses también en 2013 por oxilofrina; con 9.74, Justin Gatlin, dio positivo en 2001 por anfetaminas y en 2006 por testosterona, y con 9.76, el siguiente en la lista sería Cristian Coleman, que fue sancionado 18 meses por mentir sobre su ubicación. Por añadir al tercero de la imagen que encabeza este artíciulo, Michael Rodgers, en 2011 dio positivo por un estimulante en Italia.

Noah Lyles
Noah Lyles (Foto: Cordon Press)

Cuál es el problema con un panorama de estas características, que ahora el que sufre las acusaciones de dopaje es él mismo por la mejora que está experimentando su rendimiento. Sobre Usain Bolt, pone la mano en el fuego porque «están en su puerta todos los días y pueden volver a las muestras que le tomaron antiguamente». Otra cosa es que Lyles conozca todos estos casos a la perfección, porque su entrenador Lance Brauman también lo fue de Tyson Gay, citado positivo en 2013, aunque en ese periodo estaba a las órdenes de Jon Drummond, que recibió una sanción de ocho años.

Drummond fue medallista en los 90 y le costó retirarse, es famosa su protesta de más de una hora por una salida en falso en el Mundial de París de 2003. Salió de la pista llorando y del atletismo. En 2012 era el entrenador del equipo masculino de relevos de Estados Unidos, pero fue derrotado por los jamaicanos.

Ahí estaban Ryan Bailey, Trell Kimmons y los mencionados Justin Gatlin y Tyson Gay. El caso Gay tuvo especial relevancia, porque se habló de un cambio de política en las sanciones por dopaje, en el que se pretendía que los atletas sufrieran sanciones más leves y poder ir a por los entrenadores. Antidopaje quiso que los atletas se convirtieran en informantes y eso es lo que hizo Gay, que acusó a su entrenador de empujarle a administrarse las sustancias prohibidas.

Ha habido casos como Alex Schwazer o Katarina Johnson-Thompson, pero todavía no se puede hablar de que haya dado grandes resultados. Sigue vigente la opinión que expresa Lyles, que no es muy original, se conoce desde hace años y se fundamenta en que el dopaje va por delante de los controles porque los protocolos de los controles acaban en manos de los médicos que dopan. Por eso a Alberto Contador le sorprendieron cuando el laboratorio de Colonia hizo un análisis experimental que nadie se esperaba y dio con una sustancia que, en modo alguno, se podía generar de forma endógena.

4 Comentarios

  1. Un enfoque muy interesante pero un desarrollo muy corto. Me hubiera gustado seguir leyendo 20 minutos el desarrollo, que por algo yo leo jotdown y no el marca, pero, en fin, esperaré otro capítulo.

  2. Hará como 40 años leí un artículo que me dejó turulato. Afirmaba que el 90% de los anabolizantes del mundo se fabricaban y consumían ¡ en California ! (ni siquiera en todo usa, solo en California). Dada la elevada presencia de grandes campeones de atletismo en universidades californianas me sorprendía que los únicos positivos y sospechas de dopaje señalaran siempre al bloque del Este. Lo digo porque lo que más me ha llamado la atención de la foto es que hay tres atletas con el mismo uniforme.

  3. Si no puedes quitar lo que hay entre las comas y que la frase siga teniendo sentido, es que están mal puestas:

    «…y dio con una sustancia que, en modo alguno, se podía generar de forma endógena.»

    Ese «en modo alguno» sustituye a un «no», no hay que poner comas. Si quieres mantenerlo entre comas, por darle énfasis a la negación, rehaz la frase. P. ej.:

    «…y dio con una sustancia que no se podía generar, en modo alguno, de forma endógena.»

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