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Luis Milla: «Jugué 400 partidos y en la selección, pero apareció un tal Guardiola»

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Luis Milla

A los 57 años se conserva extraordinariamente. Mantiene el mismo peso que su época de futbolista. Lucha por renovarse cada día en el deporte, en clases de inglés o como padre de un hijo que se llama como él y que es futbolista profesional en el Getate. La diferencia es que Luis Milla (Teruel, 1966) jugó en tres equipos grandes: Barcelona, Madrid y Valencia. Hoy es un entrenador que desde 2017 probó en otros mundos (Emiratos Árabes, Indonesia…) donde reconoce que, actualmente, está su mercado. «Es muy difícil que me llamen en España».

Johan Cruyff…

Sí. Yo estaba en el Barcelona B con 20 años y viene él, que había sido uno de mis ídolos de la infancia. Los canteranos nos ilusionamos porque hablaban  maravillas de él y Cruyff viene a vernos en los últimos partidos nuestros en Segunda división. Luego, fuimos a un torneo a Guayaquil con el primer equipo. Pero sabes que subir es muy difícil. No te atreves ni a pensarlo.

Y, de repente, te hace titular en el Barça…

Recuerdo cuando venimos de hacer la pretemporada en Holanda. Me coge en el aeropuerto y me dice: «vas a ser jugador de la primera plantilla, vamos a hacerte un contrato profesional». Eso no se me olvidará nunca. Y, a partir de ahí, llega todo. Recuerdo que mi primer partido de titular lo jugué ante el Espanyol en casa y lo ganamos 2-0.

Y el que ordena el tráfico en medio campo eres tú.

Cuando viene Cruyff propone una forma de jugar con tres defensores, cuatro mediocampistas y tres delanteros que en España no existía. Y los jugadores debíamos manejar muy bien la posición. Y es verdad que ahí aparezco yo. Y lo primero que me dice él es que juegue simple, que no me complique la vida.

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Recuerdo a Cruyff como un tipo extraño, sorprendente…

Lo que tenía era mucha personalidad, la idea demasiado clara. Pero lo que pedía era diferente en el Barcelona y costó. De hecho, hasta el tercer año con él no se gana la Liga. Es verdad que se consigue la Recopa y la Copa del Rey, pero la Liga se resiste. La diferencia está en que él insiste y luego vienen las cuatro Ligas seguidas del Barça.

Cruyff decía: «Es mejor caer con nuestro punto de vista que con el de otra persona».

¿Qué jugador que no ha estado con él no heredó cosas de Johan? Pero también te digo que yo soy muy de Ranieri al que le tuve dos años en el Valencia y que tenía una forma diferente de entender el fútbol. Cruyff era el juego de ataque. Quería jugar en campo contrario, quería ser protagonista. Ranieri era otra cosa, pero también me convenció.

Ranieri decía: «Si dejan la meta a cero, les invito a una pizza».

Sí, sí, ya te digo que yo también soy ranierista.

¿Y cómo entrenador no te han faltado futbolistas para marcar diferencias?

Los entrenadores estamos donde nos merecemos estar. Yo no tuve suerte en el fútbol profesional en España. Pero hay que aceptarlo. No pasa nada. Mi última etapa fue en el Zaragoza en diciembre de 2016. La decepción fue total. Me había preparado mucho. Por eso, cuando en enero me ofrecen ser seleccionador de Indonesia, me digo, «vamos para allá» precisamente para curar esa decepción. Desde entonces, ahí está mi mercado.

¿Y te realizas allí?

Me ha ido bien, sí. Uno se adapta a los futbolistas que tiene. Hay cosas que te gustan y tus futbolistas no te las pueden dar. Pero yo no me voy a quejar de como me ha ido en Indonesia, en Bandung…

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Segurola te definió como «un futbolista que nunca ganaba partidos, pero tampoco los perdía».

Sí, está bien definido. Hay futbolistas para todo. Más o menos, yo era así. Un centrocampista organizador que no brillaba. El foco no estaba sobre mí. Pero para la gente que entendía de fútbol yo era un jugador importante.

¿Cuántos goles marcaste?

No recuerdo, pero pocos, no sé si llegarían a diez y eso que jugué más de 400 partidos.

Un muy buen currículum.

Llegué a jugar en la selección, incluso. Pero entonces apareció un tal Guardiola, que era un gran jugador en ese puesto. Pero aun así estoy agradecido porque en todos sitios se portaron bien conmigo: el Barcelona me formó como futbolista y como persona desde que me fui de casa con 17 años. Luego, siete temporadas de profesional en el Madrid, cuatro en el Valencia…

¿Y por qué te fuiste del Barcelona al Madrid?

La carrera de un futbolista es corta. Debes buscar tu interés. En ese momento tuve un problema con el club y entendí que lo mejor era marchar. Fue así de simple. Ya no hay que darle más vueltas. Además, no iba a un equipo menor. Nada menos que al Real Madrid. Aquí, fui muy feliz. Tuve a mis hijos y ahora he vuelto a Madrid.

Has fijado aquí tu residencia.

Estuve viviendo un tiempo en Valencia. Pero se me dio la posibilidad de trabajar con Michael Laudrup en el Getafe y no lo pensé. Vine un año y traje a la familia de Valencia. Desde entonces, Madrid es mi campamento base. A partir de aquí me he movido. He ido a Lugo, Zaragoza, Emiratos Árabes, Indonesia… Si salen proyectos que valen la pena, adelante, no tengo problemas para marchar.

¿Y por qué ya no salen en España?

Cuando uno está fuera del mercado es difícil volver. Yo me marché en 2016 tras seis meses en Zaragoza y…

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En Lugo sí te había ido bien.

Pero tuve un problema con el presidente. Mi historia con los presidentes… El entrenador es el entrenador. Debe manejar una serie de cosas en las que el presidente no se debe meter. En Lugo estábamos haciendo una gran temporada y tomé la decisión de marcharme. Soy muy profesional. Hay parcelas en las que el directivo no debe entrar y por ahí no paso. No entro en esa dinámica de trapichear con nadie. Y por eso dejé el Lugo.

¿Y en este nuevo mundo, en el que trabajas últimamente, los presidentes no se meten?

Me ha sorprendido. En Asia te puedo decir que me han respetado, porque, para mí, eso es fundamental. Mira, yo estoy en una situación que otros entrenadores a lo mejor no pueden permitirse y deben aguantar presiones. Pero yo no tengo por qué tragar eso, porque tengo la vida muy bien organizada desde que dejé el fútbol.  No tengo el agobio de tener que trabajar sí o sí.

De Lugo te fuiste en unos meses. Quique Setién había aguantado años en ese mismo banquillo.

Pero no con el mismo presidente. Quique, con el que yo estuve y que todavía sigue, no hubiese aguantado. Eso te lo garantizo. Pero por suerte eso ya pasó y quién sabe lo que pasará mañana. Yo estoy listo. Si mañana surge un proyecto en una ciudad interesante estoy abierto a trabajar, ¿cómo no voy a estarlo?

Ahora vamos a hablar de tu hijo, que es otra historia.

Mi hijo es una historia maravillosa. Para mí, es una forma de seguir ligado al fútbol profesional ahora que he vuelto a España. Vine porque mi mujer montó una empresa y no podía venir a visitarme. Estuvimos seis meses sin vernos. Tuvimos un pequeño problema de salud en la familia y eso también influyó. Pero es lo que digo. Tener un hijo y poder verle en cualquier campo. Tener un hijo futbolista, en definitiva, no tiene precio. Y más como lo ha conseguido Luis.

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¿Y cómo lo ha conseguido?

Bueno, él siempre tuvo mucha pasión. Con 5 años ya estaba en la escuela del Valencia y te pedía jugar al fútbol. Pero luego vino el siguiente paso en las academias donde no entiendo que se conceda más importancia a competir a corto plazo que al talento. Y mi hijo hasta los 18 años ha tenido un retroceso, porque físicamente iba con dos años de retraso y no le aguantó el talento. Y es lo que no entiendo que en una escuela de máximo nivel no se sepa esperar al talento. Pero esto ocurrió, ocurrió con Luis.

Pero se solucionó.

Sí, sí, a partir de los 19 tuvo un preparador físico personal. Y, al final, se ha demostrado que en el fútbol lo que importa más es la cabeza y tener unos buenos pies y, sobre todo, la inteligencia.

¿Qué te decía Cruyff?

Ya te lo dije antes. Cuanto más sencillo, mejor. Johan siempre nos decía eso. Pero no solo a mí, sino a todos. Y en mi caso, que era un puesto tan especifico, lo supe hacer.  En mi época en el Barça iba a todas partes pensando en lo que me había dicho Cruyff.

¿Y cómo lo ejecutabas?

Yo pensaba un segundo antes de recibir el balón. Tenía esa visión periférica de Xavi o Guardiola. Pero es que eso lo tienes o no lo tienes. A partir de ahí, Johan lo que pedía era hacerlo todo muy sencillo. Y tú debías tener la inteligencia para entender lo que toca en cada momento. Y, ojo, ese trabajo sin balón no tiene por qué ser a nivel físico, sino mental, de ayudas, de inteligencia. Si en vez de chocar puedes anticiparte a la jugada, mejor. Pero te insisto: eso está en la cabeza.

¿Y un futbolista así no puede jugar hasta los 45 o 50 años?

No, no….

Pero físicamente tampoco te exprimes mucho.

Pero la intensidad es muy fuerte y, al final, la edad llega un momento que te marca… Sí, es verdad que hay jugadores que pueden estar entre los 35 y 40 años a buen nivel… De hecho, ahora hay herramientas para alargar la carrera como la nutrición o la prevención de lesiones. Eso es algo que en mi época no conocíamos.

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¿Qué tal comías en tu época?

Comíamos mal. Nadie te decía que la comida era importante. Yo podía comer pizzas, cenar un bocadillo… Eso sí, cuando estuve en la residencia de La Masía comíamos bien, pero no eres consciente de su importancia y, a los 19 años, cuando salgo y me voy a un piso, no teníamos esa cultura de la importancia de la comida. No se podía practicar porque no la teníamos. Pero ahora ya es distinto.  Ahora, desde el principio, va en el pack que se le inculca al joven.

¿Y eso tu hijo lo tiene asumido?

Totalmente, porque ahora el nivel de exigencia, si no te cuidas el descanso y la alimentación, es imposible. Luis tiene un preparador físico de una empresa que trabaja con 10 o 12 futbolistas profesionales. Su trabajo se adapta al calendario de cada semana. Y eso no se estilaba en mi época por muy moderno que fuese el entrenador.

Valdano fue un entrenador moderno en el Madrid.

Sí, Jorge era un adelantado de las ideas. Pero en esas cosas, que hoy nos hemos dado cuenta de que perfeccionan al jugador, no se hablaba apenas. Al menos, yo no lo recuerdo.

Cuando llegas al Madrid es para jugarte el puesto con Fernando Redondo. Pero el que acabas jugando eres tú. Incluso los dos juntos.

Pero poco. A Valdano le gustaba hacer un rombo en medio campo. Probó con los dos y no le gustó. Pero aquel año Redondo tuvo dos lesiones importantes. Y, aunque no es un plato de buen gusto la lesión de un compañero, aproveché y el equipo apenas notó su baja. Ganamos la Liga y yo jugué cerca de 30 partidos. Recuerdo el 5-0 al Barcelona. Recuerdo grandes cosas aquel año con Valdano.

¿A qué futbolista de hoy te compararías?

Al final, yo me comparo con Nacho el futbolista del Madrid. Lleva diez o doce años. Sabe que no será titular. Pero siempre hace sus 25 o 30 partidos y yo era igual. En mis siete temporadas en el Madrid, me rompí el cruzado el primer año. Fue una piedra en el camino. Tuve la suerte de quedar bien. Luego, vino Prosinecki, Redondo, Seedorf… Pero yo siempre estaba preparado para competir el puesto.

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El jugador número 12

Correcto, y no tengo problema en reconocerlo. Un jugador de mi perfil no era un lastre, sino para ayudar. Una temporada tiene tres competiciones. Estaba preparado para jugar mis 30 minutos y en eso se basa el funcionamiento de un equipo grande.

¿Quién sería Luis Milla en el fútbol de hoy? ¿Tu hijo?

Creo que mi hijo es más moderno que yo. Tiene tiro, tiene llegada, tiene condiciones muy buenas. Le ha faltado jugar en un equipo grande porque creo que tiene condiciones. Pero aún no se ha dado y la realidad es que en el Getafe está muy bien…

¿Hablas con Bordalas?

He coincidido un par de veces estando yo en el Lugo y él en el Alavés y he coincidido en un par de entrenos y es un hombre cordial, un hombre de fútbol, pero no te puedo decir más…. Y luego lo que me decías de un jugador que se pudiese parecer a mí es Ruiz de Galarreta, el del Athletic, el mediocampista, un jugador de 1,74 con un físico parecido que quizá tenga un tren inferior más fuerte. Pero es ese tipo de físico con esa claridad a la hora de elegir, de anticipar y de ser inteligente. Y es el primero que me viene a la cabeza.

Cruyff, que fue tu ídolo, era otra historia.

Cruyff era definitivo en los últimos metros. Tenía un cambio de ritmo brutal. Pero no todo podemos ser Cruyff. Yo no podía. Yo no tenía ese cambio de ritmo. Yo era más diésel. Pero tenía la inteligencia natural para jugar rápido, para ver lo que pasaba a mi alrededor, pero no para jugar cerca del área y cambiar de ritmo. Esa no era mi función.

Busquets, Xabi Alonso, tú mismo …, son puestos cómodos.

Bueno, pero es una labor más sorda que también es importante.

¿Y no es perder un jugador de ataque?

No, porque necesitas esa conexión entre los defensores y los atacantes. Necesitas un jugador creativo o más destructor, depende el entrenador: Pero otros quieren que sea creativo para jugar en campo contrario. Necesitas a alguien así como Xabi o Guardiola, que piensan rápido.

¿Quién fue el futbolista que más te impresionó en un vestuario?

Fernando Hierro. Somos amigos. Le vi crecer porque tenía un año menos que yo. Y fue un líder en el vestuario. He tenido compañeros en el Valencia y en el Barcelona que también tenían esos galones. Pero me quedo con Fernando porque somos amigos. Hemos trabajado juntos. Sé que ahora está trabajando en México y me alegró mucho por él.

Hierro llegó a hacer un año casi 20 goles. 

Jugando conmigo en medio campo los dos. Con Antic. Luego, él siempre ha jugado de central. Pero aquel año estábamos los dos. Él se soltaba y yo me quedaba en la posición. Él tenía balón parado, juego aéreo, muchísima llegada desde segunda línea. Fue casi Pichichi.

También tenía fama de leñero.

Tenía que mostrarse duro para jugar donde jugaba. Pero luego era un chico muy correcto y fueron los años en los que fue capitán en el Madrid. Y luego fue director general de la Federación. Y ahora es un hombre de fútbol que lleva su camino.

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Los espectadores vemos lo que pasa en el césped, pero no sabemos lo que pasa en el vestuario.

Ahí dentro, uno de los principios claves es no sacar nada. Eso se tiene que quedar en casa. El vestuario es privado. Tienes alegrías, tristezas, desencanto, porque piensas una cosa de un compañero y luego aparece por otro lado. El vestuario es como la cocina de un restaurante. Se gestionan las emociones, los grupos. Ahí es donde aparecen las buenas personas.

¿Es imprescindible que el futbolista sea buena persona?

No es imprescindible. Pero sí es importante para que un grupo funcione bien. Si tienes cinco ovejas negras es complicado que las cosas funciones. Siempre habrá jugadores más complicados. Ahí es una gestión del entrenador y de los tres o cuatro capitanes que se supone que son responsables. No puedes pensar que todos sean buenas personas. Pero sí debes intentar traerlos hacia tu lado.

No fuiste un líder.

Eso de dar un golpe en la mesa no era para mí. Además, era difícil ser capitán en los equipos en los que estuve: Barcelona, Madrid, Valencia….

Valencia es una plaza muy difícil.

Pero yo tenía 31 años cuando llegué. Llevaba muchos kilómetros recorridos y me adapté bien. Estuve cuatro años con muchas satisfacciones. Ganamos una Copa del Rey después de más de 20 años. Jugamos dos finales de Champions, la que perdemos en París frente al Madrid y luego en Milan frente al Bayern Münich.

El entrenador era Héctor Cúper.

Era un entrenador que sacaba beneficio de los jugadores. A mí no era de los estilos que me gustaba. Él se aprovechó del trabajo de Ranieri y, sin ser un equipo atractivo, supo llegar lejos. Era un equipo muy práctico con Piojo López, Mendieta, Ayala, Farinos, Kili González…, gente que estaba en la mejor época de su vida y eso es lo que nos permite contar lo que estamos contando: las finales de Champions….

¿Y cómo era Cúper?

Era un hombre muy cerrado. No se acercaba mucho al futbolista. Pero sabía como sacar provecho al equipo porque era muy exigente. Si te digo la verdad, a mí me gustaba más Ranieri. Y mira que Cúper era muy italianizado, de querer mandar menos en los partidos, de ser más directo, de transiciones… Pero el día a día con Ranieri no tenía nada que ver.

¿Por qué te retiras?

Tenía 35 años. Luego me di cuenta de que podía haber seguido dos años más. Pero ya llevaba quince años. Estuve cerca de firmar por el Atlético en Segunda división. No me hubiese retirado. Con Luis Aragonés de entrenador. Pero no se dio. Y lo que me salió era irme a Córdoba o Jerez en Segunda división. Tenía mi vida hecha en Valencia. Era la ciudad donde hice raíces. Mis hijos tenían unos años y quise quedarme ahí.

Luis Milla

¿Y qué hiciste?

Me puse a comentar y luego a entrenar.

A entrenar y a entrenarte porque veo que te conservas bien.

Me gusta moverme, sí, hacer deporte. Juego mucho al pádel. Hago mi trabajo de fuerza que es imprescindible con mi edad. Un día a la semana juego al fútbol y bicicleta. Tengo 57 años. Voy con mi pulsometro. No creo que supere las 160 pulsaciones. No me gusta calentarme. Tengo que controlarme, porque hay que tener en cuenta que yo he sido un animal competitivo.

¿Y ya no lo eres?

Pues no lo sé, pero sí te puedo decir que ahora, hablando con mi hijo, ya le he dicho que tengo que ir a jugar al golf con él que le gusta mucho. Y a ver si me animo y doy clases.

Vas a clases de inglés.

Porque me fui a Emiratos Árabes y luego a Indonesia y tenía un problema con el idioma. Tenía que llevar al traductor. Y cuando terminé mi etapa como seleccionador en Indonesia comencé con clases on line. Es un inglés muy básico, sí. Pero el último año fui capaz de dar mis charlas en inglés, mis arengas. Para mí, tiene valor. Comencé con casi 50 años y ahora me defiendo.

¿Te hubieses imaginado a Cruyff de seleccionador en Indonesia?

Te puedo decir que Holanda está muy vinculada con Indonesia porque fue el país que lo colonizó.

¿Y un seleccionador en Indonesia es una personalidad?

Sí, lo es, sí. La diferencia es que no conocemos demasiado y ellos van a la velocidad que van. Indonesia es el quinto país más poblado del mundo. Tiene 250 millones de habitantes. El fútbol va detrás del badminton y las motos. Pero hay partidos que llegan a los 50 mil espectadores. Mi equipo era el top 3 y te puedo decir que hay una seguridad brutal, porque la gente se vuelve loca con sus equipos.

¿Y la prensa es como aquí?

Yo creo que no. Además, ahí hay poquita base de fútbol.

O sea que, si fuese Luis Enrique, no se podría enfadar con los periodistas.

Son demasiado pausados, demasiado tranquilos

Luis Enrique estaba en aquel Real Madrid 5; Barcelona 0.

Correcto. Luis era un joven como es ahora. Recuerdo que tenía mucho carácter, muy pasional. El carácter de una persona se ve en el campo, ese nervio, esa pasión dice como eres.

Luis Milla

¿Y tú, que eres tan tranquilo, cómo le pasabas la pelota?

Era muy fácil, porque Luis podía jugar en cualquier posición. Fue un jugador moderno. En aquella época no había tantos como ahora que fuesen tan polivalentes. Sin embargo, Luis llegó a jugar de lateral derecho e izquierdo en el Madrid. Hasta de delantero. ¿Qué no hizo Luis Enrique? Lo que pasa es que luego tomó la decisión de marchar al Barcelona.

¿Eres nostálgico?

Soy nostálgico hasta cierto punto. No se puede volver al pasado. Pero claro que me gusta recordar, contar cosas interesantes. Pero veo que entonces no me puedo quejar de nada. Estoy contento con la carrera que tuve. Ahora, sigo vinculado al fútbol, que es mi vida. Estoy atento a las nuevas tendencias de como se mueven los equipos. Tengo a mi hijo. Puedo ir a ver a mi hijo a cualquier campo.

Solo hemos hablado de tu hijo, ¿y tu hija?

Se llama Paula y es colega tuya. Ha hecho la carrera de periodismo, ya sabes que hay mucha competencia. Pero si queréis una periodista que vale la pena ahí está. Yo la vendo bien. Esta haciendo un Master en Madrid. Trabajó para Televisión 8. Hizo prácticas y allí.

El fútbol y el periodismo son hermanos.

Tienen que ir de la mano, sí. Y mira que el fútbol no tiene por qué venderse. Lo que tenemos es que hacerlo bueno todos porque es uno de los motores de este país. Y eso le corresponde al periodismo. Yo, que he estado en Emiratos y en Indonesia, te puedo decir que a España ya no solo se la conoce por el sol y los toros, sino también por el futbol que, además, es cultura.

¿Y cómo era el trato con los periodistas en tu época?

Los periodistas me podían llamar a casa perfectamente al teléfono fijo. El mismo jefe de prensa te decía: «oye, Luis, va a llamar el del AS, por ejemplo, haz el favor de tratarlo bien». Y no había ese control de ahora. Ahora todo se ha hecho más global. Yo te puedo decir que en mi época que te llamase un medio extranjero era ciencia ficción y, sin embargo, hoy ya no….

¿Qué pasa ahora?

Las redes sociales lo han cambiado todo. Yo mismo, que estoy retirado tengo más de un millón de seguidores en Instagram.  No se puede ni comparar.

Hubiese sido bonito una conversación padre e hijo.

Estoy de acuerdo. A veces, los medios se pierden estas historias.

Pero para acceder a tu hijo hay que pasar por el gabinete de prensa del Getafe.

Correcto. Pero Luis es entrevistable. Tiene sentido común, ve el futbol bien y le veo en el futuro como entrenador porque tiene esa prolongación.

Habrá que probarlo entonces.

Pero ya no lo decía por mí y por mi hijo. ¿No sería interesante una entrevista de Zidane con su hijo que está en el Éibar? Siempre es importante contar el lado del padre y el del hijo, Cada uno su experiencia de cómo se trabaja ahora y de como se trabajaba entonces. Creo que sería un debate muy interesante. Pero yo no lo he visto apenas. Por eso me pregunto si es llamativo para la gente.

¿Hablas mucho con tu hijo? ¿Vive contigo?

No, no, él tiene su casa. Pero como tiene la novia fuera cuando él se marcha, tiene dos perros preciosos, los sacamos mi mujer y yo a pasearlos por el monte.

¿No vive en una burbuja tu hijo?

Nosotros le hemos inculcado que tiene que ahorrar. Es mi forma de entender la vida. Él tiene la suya y puede hacer lo que quiera. Pero, en líneas generales, el camino que ha llevado ha sido bueno, porque para seguir al máximo nivel debes tener una vida estable, constante. No te queda otro remedio si quieres tener una larga carrera como, por ejemplo, Messi, porque no solo es el talento, sino que hay que insistir en querer ser mejor.

Hacer frente a la edad.

Pero ellos son gente que ama tanto su deporte que quieren alargarlo no solo a nivel económico, sino también porque esa es su vida. Pero, claro, llega un momento en el que la edad se lo lleva por delante y uno ya no puede seguir la intensidad que exige el futbol y tienes que dejarlo. Es imposible.

Tienes 57 años. ¿Cuándo te jubilarás?

No me gusta esa palabra: jubilación. Es verdad que llevo una vida tranquila. Pero hago mis cosas. Sigo vinculado a la Federación. Me muevo con los veteranos del Madrid. Veo mucho fútbol. Pero si me llama un club bueno de Thailandia o de Bali estoy dispuesto.

Luis Milla

¿Y en España?

Es más difícil.

A Juan Señor le llamó el Pontevedra tras más de veinte años.

Sí, sí, pero esa era una situación muy complicada, casi es como irte al matadero, porque, al final, esto también es ley de vida. Aparecen entrenadores jóvenes que van cogiendo el sitio que antes ocupabas tú.

Y hay que aceptarlo.

Todo se puede aceptar. Mira, esto no es tan fácil. Hay jugadores que se hacen a la idea de ser entrenador. Pero luego ven que supone un sacrificio, dejar a la familia, tu foco está solo en el equipo, Al final cada uno tiene sus ambiciones. Hay gente que por lo que sea se olvida del futbol no quiere saber nada del profesionalismo o de entrenar. Y mira que hay negocio en el fútbol. Pero lo más importante es saber ser feliz.

6 Comentarios

  1. Un gran jugador y un tipo estupendo. Ha jugado siempre bien donde ha ido y puede estar orgulloso de su carrera.

    Recuerdo cuando era pequeño que fuimos un día con el colegio a ver el entrenamiento del Real Madrid y fue sin duda de los que mejor trató a los chavales que estábamos allí flipados viéndolos entrenar.

    Muy buena entrevista.

  2. Sergio Gadea Borras

    Un gran jugador y gran persona, el que sabe de fútbol lo valora

  3. Gran profesional, su futbol sobrio y practico, no exento de calidad, le hizo jugar en tres grandes de primera. En definitiva una brillante carrera.

  4. Gran jugador, probablemente infravalorado por los rivales que tuvo (Redondo, Guardiola…), pero con un gran sentido táctico. Y como persona, de los más sensatos que he leído/escuchado. Por último, lamentables los tics antimadridistas del entrevistador. De pena.

  5. Milla afirmó que el Barsa había tratado de pagarle por dejarse perder en una de aquellas ligas de Tenerife. Ni una pregunta al respecto que nos ayude a saber si eso ocurrió o no .Luego se pasó directamente a comprar arbitrajes.

    • No sé si llegó à mencionar al Barsa directamente pero merecía la pena indagar, digo yo. Con todos mis respetos al entrevistador que quizás desconozca el hecho.

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