Humor

He llegado tarde a la Biblia del fútbol

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El Sheffield United en acción.

¡Ja, ja, ja! (Risas) Me creía muy listo el jueves por la mañana. Tenía dos horas libres el jueves por la mañana y pensé que quizá podría aprovecharlas. Pensé que quizá podría escribir entonces esta pieza que escribo cada semana. Pensé que luego debía trabajar y probablemente, con los partidos de la Copa del Rey, volvería tarde a casa. ¡Ja, ja, ja! (Más risas) Me creía tan listo que opté por dejarlo correr.

Recordé que no sería la primera vez que escribo estos artículos de madrugada, que en el fondo me gusta escribir al final del día, que surgen las mejores ideas cuando el día se acaba, que no sería tanta molestia llegar a casa, después de una estupenda prórroga y sobre la una de la madrugada, prepararme un bocadillo de fuet, beber un Actimel y sentarme a escribir estas palabras en pijama. ¡Ja, ja, ja! (Todavía más risas) Prefiero que me aplaste un camión a tener que escribir ahora 600 palabras.

Pero en fin, allá vamos. No hay reproches porque nos lo hemos buscado. Al menos hoy sé qué voy a teclear, porque en lugar de a escribir, dediqué esas horas libres del jueves por la mañana a leer unos capítulos de La evolución táctica del fútbol, el libro de Martí Perarnau que pedí mientras lo veía sentar cátedra en La Sotana.

Por el momento, he leído las primeras 96 páginas (hay más de 700) y ya puedo asegurar que voy a amortizar la compra. Estamos hablando del mejor libro de la historia para parecer que sabes de lo que estás hablando cuando estás hablando de fútbol. Sé que llego tarde, porque se publicó en 2021, pero la verdad es atemporal: es la Biblia que necesitábamos.

Tanto estoy aprendiendo que vivo ansioso por quedar con mis amigos alguna noche para impartir lecciones por la cara. Lo cierto es que no sé cuándo podremos quedar, porque antes quedábamos todos los jueves y ahora los jueves por la noche escribo los artículos que no escribo por la mañana. ¿Cuándo normalizamos dejar de quedar los jueves? Esta respuesta no sale en La evolución táctica.

A cambio salen otras que utilizaré convenientemente cuando mis amigos admitan que no saben, por ejemplo, quién era José Piendibene. «¡Pero bueno! ¡El uruguayo! Con él nació el falso 9 en 1910, fruto de su empatía con John Harley ¿Cómo? ¿Que tampoco conocéis a John Harley? ¡El escocés!».

Cuando subo al ascensor, ensayo frente al espejo la cara de incredulidad que pondré cuando mis amigos confiesen su ignorancia. Seguro que desconocen que 26 jugadores fallecieron durante 1890 en el fútbol inglés, y la mayor parte de ellos en las batallas que se daban entre defensas y delanteros. Miraré por encima de las gafas con aire grave y contaré con los dedos: «38 piernas rotas, 19 clavículas facturadas…».

Esperando el momento idóneo, además, memorizo fechas y nombres y me los envío en notas de audio. Con este libro de Perarnau me ha pasado lo mismo que con los discos de Los Lagos de Hinault. Lo iba aplazando, sin sentido y por un motivo extraño, y cuando al fin doy el paso me convierto en fanático. Ya tengo marcadas un montón de páginas. Es perfecto: las enseñanzas se adaptan a cualquier escenario.

La próxima vez que alguien se me queje de algo lo tengo bien claro: «Harry Thickett estaba peor que tú en la final de FA Cup de 1899 y no se quejó. Tenía dos costillas fracturadas, se empeñó en jugar y el doctor le rodeó el tórax con una venda de 45 metros de longitud. Sobrevivió hasta el descanso y se bebió una botella de champán. Volvió al campo, ganó la copa, llegó al vestuario y se derrumbó. El Daily Mail dijo que tenía el tronco negro y azul. Pero no se quejó. Y regaló la medalla al doctor».

Moraleja: No te quejes y regálame algo. ¡Ja, ja, ja! (Risas) Me creía muy listo hace 15 horas.

5 Comentarios

  1. Horrible todo

  2. Fantástico todo.

  3. Contradictorio todo.

  4. Todo todo

  5. Totus tuus.

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