La selección española masculina todavía no se había proclamado campeona de Europa, quedaban dos meses. Luis Aragonés se estaba enfrentando a una tormenta mediática como pocos seleccionadores habían sufrido hasta entonces y eso que ese cargo siempre ha sido el más cuestionado de España. Su aparición en Tengo una pregunta para usted, presentado por Lorenzo Milá, tenía bastante expectación en ese momento. En el programa, que está colgado en el archivo de RTVE, la mayoría de las preguntas fueron sobre lugares comunes en torno al fútbol, como sueldos, rivalidades. Pero también despuntaban algunos que luego han sido de gran actualidad, por desgracia, como el racismo.
En un momento, una participante sacó el tema del fútbol femenino. La respuesta de Aragonés estuvo a la altura. No es que dijera nada especial, pero al menos no se refirió a las jugadoras de fútbol de forma condescendiente o, como publicaba Alfredo Relaño hoy en El País, como «las pedorras».
Luis dijo que estaría dispuesto a entrenar un equipo femenino. «Sí, sí, perfectamente», dijo. Además de confesar que había animado personalmente a un preparador físico con el que había colaborado durante décadas a pasarse del masculino al femenino. Cuando le preguntó que le parecía dar el salto, el Sabio de Hortaleza le contestó: «yo lo cogería ya».
Cuando fue preguntado por qué tendrían que hacer las mujeres para tener el mismo reconocimiento que le femenino, llegó el momento gracioso. Luis, con su naturalidad y su forma de expresarse tan popular y madrileña, contestó «al loro y al tema» (minuto 45.00 del vídeo). Se refería a que lo importante primero es que creciera la popularidad del fútbol femenino. A él ya le constaba que una mujer podía llegar a ganar más que muchos hombres. Se refería a Marta, uno de los primeros grandes iconos del Futfem, que por cierto se acaba de retirar, a la que había conocido y con quien había cenado. La espectadora que hizo la pregunta parece que no quedó muy convencida con la respuesta, pero esas palabras vistas hoy, quince años después, demuestran que Luis era consciente de la evolución que iban a llevar los acontecimientos.