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NBA 2K23 no sólo es un gran juego de baloncesto, también es un fenómeno cultural

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Hubo un tiempo en el que varios simuladores y arcades se disputaban el trono del baloncesto interactivo. NBA Jam de Acclaim, NBA Showdown de Konami, y NBA Live peleaban por ser los reyes de la pista. Todo cambió en 1999 cuando NBA 2K llegó a Dreamcast, nuestra idolatrada consola de Sega. Aquel juego estaba muy por encima de la competencia en todos los sentidos y la brecha no hizo más que crecer con el paso de los años. Tanto, que sus competidores, alguno de ellos tan poderoso como Electronic Arts con su saga NBA Live, decidieron abandonar las canchas virtuales para dejar que la franquicia de 2K fuera el único contendiente a MVP.

Los padres de NBA 2K son Visual Concepts, un estudio californiano que fue adquirido por Sega en 1999. Bajo el manto de la compañía japonesa crearon no sólo la saga NBA 2K sino también otros juegos para la última consola producida por Sega. Tras el fiasco de Dreamcast, los creadores de Sonic no tuvieron más remedio que vender la compañía en 2005 a Take-Two, la empresa matriz de Rockstar, que desde entonces los ha tenido trabajando de forma casi estricta en juegos deportivos tremendamente norteamericanos como el hockey, el fútbol americano, el béisbol y, por supuesto, el basket.

Pero NBA 2K no sólo era el mejor simulador de baloncesto que habíamos visto en nuestra vida. Además, Visual Concepts entendió desde el primer momento que el baloncesto norteamericano era mucho más que alley ops imposibles, mates desde la línea de tiros libres o triples sobre la bocina. La NBA también es espectáculo y, sobre todo, cultura urbana, algo que el estudio californiano supo aprovechar desde el minuto uno.

El ejemplo más evidente es que Allen Iverson fue el jugador de portada durante los cinco primeros años. ¿Había jugadores más importantes por aquel entonces en la NBA? Todo se puede discutir, claro, pero por allí también andaban mitos de la talla de Kobe Bryant, Shaquille 0’Neal, Tim Duncan, Dirk Nowitzki, Jason Kidd, Vince Carter o Kevin Garnett, por citar unos pocos. Sin embargo, ninguno de ellos representaba tan bien la cultura urbana como el jugador de los 76ers. Allen Iverson no sólo era una estrella NBA, también parecía una estrella del rap y una estrella de la moda urbana.

El primer aspecto de la cultura del basket que llegó a NBA 2K sin duda fue la música. Durante estos 24 años de vida de la franquicia hemos disfrutado de una ingente cantidad de artistas mientras diseñábamos nuestro quinteto inicial, nos dedicábamos al noble arte de los fichajes o disfrutábamos de las repeticiones con las mejores jugadas de un partido. La lista de grandes nombres que han pasado por el simulador de baloncesto es prácticamente interminable, pero soltaremos unos pocos: Del The Funky Homosapien, Redman, Mos Def, Zion, Run DMC, Beastie Boys, Kanye West, Snoop Dogg, Eminem, Jay-Z, Drake o Macklemore. Sí, básicamente todos los que son alguien en el mundo del hip-hop y el rap, pero también han desfilado bandas de otros estilos como Devo, Gorillaz, Depeche Mode o Yves Tumor, entre otros muchos.

Pero esto no es más que la punta del iceberg en el plano musical. NBA 2K se ha convertido en un fenómeno cultural tan grande que formar parte de la banda sonora es un hito también para los propios artistas. Tanto, que del estudio de videojuegos decidió crear 2K Beats: La Búsqueda, una especie de concurso para nuevos artistas que han creado en colaboración con UnitedMasters o SoundCloud, según el año. Incluso la banda sonora va evolucionando a lo largo del año añadiendo una gran cantidad de nuevas canciones no sólo de artistas tan conocidos como los que os hemos citado sino también de cantantes y bandas emergentes que encuentran un altavoz inigualable en esta saga de videojuegos. Jugar a NBA 2K es como poner la radio para descubrir nuevos grupos que lo están petando esa semana.

Muchos cantantes han colaborado a lo largo de los años para crear la banda sonora de cada edición. Ahí estuvieron Jay-Z o Pharrell, pero es que hay raperos que directamente forman parte del modo historia del juego como ha sucedido este año con Elite y Bas, que nos ayudan para conocer a J. Cole. Mientras, otros artistas como Lil Wayne incluso se han convertido en jugadores que podemos controlar en los partidos del modo MyTeam.

La cultura urbana en NBA 2K va, sin embargo, mucho más allá de ofrecernos una gran banda sonora. Siempre hemos disfrutado de algunos detalles increíbles, pero quizás el gran salto se produjo en NBA 2K18 con el estreno de «El Barrio». En este modo de juego creamos a nuestro propio jugador y lo soltamos en un mundo online que nos deja pasear por las calles de un barrio diseñado para los amantes del baloncesto. Aquí no sólo jugamos partidos callejeros en plan «los blancos no la saben meter» sino que también diseñamos nuestras propias zapatillas, nos cortamos el pelo, compramos ropa de marcas reales o incluso nos convertimos en productor musical o diseñador de moda.

Las colaboraciones entre el mundo de la cultura y NBA 2K son constantes. Si nos quedaba la más mínima duda, terminamos de entender que los de Visual Concepts iban muy en serio cuando contrataron al mismísimo Spike Lee para crear la historia de uno de los modos de juego de NBA 2K16.

Quizás todo esto parezcan simples anécdotas de marketing. Muchos pensarán que lo único que hace 2K es dejarse un dineral contratando a toda esta gente para convencer a los jugadores de que su juego es mucho más que un juego, que también mola porque tiene una música tremenda, porque nos deja vestirnos con ropa de Adidas, Converse, New Balance, Nike, Puma o porque nos deja diseñar nuestras propias Jordan. No amigos, la magia es que el propio NBA 2K también tiene una influencia tremenda dentro de la propia NBA y la cultura urbana que la rodea.

Los jugadores reales de la NBA literalmente se desviven por aparecer en el juego con todos sus nuevos tatuajes, con su nuevo peinado y, sobre todo, se pillan unos berrinches tremendos si no están de acuerdo con la puntuación que tienen este año en el juego. De hecho, hemos presenciado peleas tremendas online entre varios jugadores y Ronnie2K, la cara visible del estudio que se dedica a esto de poner puntuaciones y uno de los señores que más hate recibe en la industria de los videojuegos. No es raro que los jugadores le echen en cara al estudio que su puntuación en triples está mal porque han mejorado mucho en esa estadística la pasada temporada, por poner uno de mil ejemplos.

Al fin y al cabo, NBA 2K es mucho más que un simulador de baloncesto, también es un lugar donde los jugadores experimentan en primera persona qué supone convertirse en estrella NBA combinando el deporte y la cultura. Aquí no sólo importa hacer un mate de espaldas a una mano en la cara de tu rival, también importa hacerlo con estilo, vestido con tu ropa favorita y escuchando tu música preferida. ¿No es exactamente lo mismo que hacen los jugadores reales de la NBA?

La fusión entre cultura y deporte funciona tan bien que tanto la propia 2K y otras compañías como Electronic Arts están intentando reproducir este éxito tan brutal con otras disciplinas deportivas. Pero no todos los deportes tienen una conexión tan importante con la cultura urbana, la música o la moda como el baloncesto. Así, parece que nos estén intentado meter con calzador algunas mecánicas de juego que sinceramente no pegan ni con cola. Y sí, va por vosotros, juegos de golf.

4 Comentarios

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  2. Es uno de los peores de largo.

  3. Flojito, muy flojito. El 2K ha sido siempre un juegazo, si bien hay cierto estancamiento en las últimas ediciones. Es cierto que no se puede exprimir más en el plano gráfico a la espera de explotar la nueva generación de consolas, pero esperaba algo más en cuanto a modos de juego.

    Como ocurre en otras sagas de otros deportes, se prioriza el modo myteam por un lado, y por otro
    se potencian las microcompras. El último 2K que compré (2021), el modo mi carrera me pareció muy flojo (bendito Spike Lee) y cada año se me hacía más difícil competir con mi jugador sin gastarme un duro en las malditas microcompras para mejorar atributos. A las dos últimas ediciones he jugado y no he comprado el juego por no notar apenas diferencias, más allá de la actualización de plantillas y la banda sonora.

    No entiendo muy bien este artículo que habla de «la cultura» hasta el hartazgo y parece patrocinado por Visual Concepts

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