Enero de 2009. El Real Madrid de Juande Ramos, que había sustituido a Bernd Schuster a mediados de temporada, intentaba acercarse al Barcelona de Guardiola y para ello, una de las cosas que necesitaba, era reforzar su carril derecho. El elegido era el ecuatoriano Luis Antonio Valencia, un ex Villarreal y Recreativo de Huelva que por aquel entonces militaba en el Wigan Athletic. Como el conjunto inglés no estaba por la labor de desprenderse de uno de sus futbolistas mejor valorados y con mayor proyección, el Real Madrid decidió en su lugar hacerse con los servicios de Julien Faubert, futbolista del West Ham, a pesar de la opinión del secretario técnico del conjunto blanco, Miguel Ángel Portugal: «Es potente y va bien al espacio, pero le cuesta con el balón. Le faltan recursos. Me preocupa su adaptación y su respuesta a tanta exigencia y prefiero a otros antes que a él».
La contratación de Faubert, francés de apenas 25 años, se oficializó a finales de enero de 2009: «Aluciné cuando me llamaron. No me lo creía, pensaba que era una broma y que se estaban riendo de mí». En una época en la que la Premier League no gozaba de la popularidad de la que goza ahora entre los aficionados españoles, muy pocos eran los que lo conocían. Jugador de banda, se había formado en el AS Cannes y había militado durante varias temporadas en el Girondins de Burdeos antes de recalar en el West Ham en 2007. Como dato anecdótico, de esos que sirven para quedar bien en conversaciones futboleras entre amigos, si es que eso es posible, Faubert había debutado con la selección francesa en el que era el primer partido de la misma sin Zinedine Zidane. Lo hizo en un amistoso contra Bosnia disputado en Sarajevo y, además de lucir el dorsal 10 que Zizou había dejado libre después del Mundial de Alemania, convirtió el gol con el que los «bleus» ganaron 2 a 1 aquel encuentro.
El Real Madrid pagó un millón y medio de euros al West Ham por el préstamo de Julien Faubert y se aseguró una opción de compra de seis millones de euros ejecutable a finales de temporada. El francés aterrizó en el aeropuerto de Madrid y excepto los periodistas enviados por MARCA y La Sexta, allí nadie lo esperaba. Ni siquiera algún empleado del club que lo había fichado. Miguel Ángel Portugal fue quien pasó a buscarlo media hora después de su llegada para llevarlo al Santiago Bernabéu a rubricar el acuerdo que lo convertiría en madridista por los próximos meses. «Estoy muy contento, es un sueño».
Julien Faubert fue presentado como jugador del Real Madrid el 2 de febrero de 2009 en un acto al que únicamente acudieron setenta aficionados. El presidente en funciones Vicente Boluda, acompañado por el presidente de honor Alfredo Di Stéfano, le abrió las puertas del club: «Querido Julien, ante ti está la oportunidad de demostrar la calidad que atesoras y será la oportunidad de tu vida. Te pido que la aproveches al máximo. El Real Madrid te abre las puertas de la que desde ahora es también tu casa, donde descubrirás los valores que nos han hecho mundialmente famosos y que a todos exigimos: entrega, compromiso, espíritu de lucha y títulos». El futbolista no se amilanó ante el discurso: «Es un honor jugar aquí y más recibir la camiseta de manos de un deportista tan importante y una figura tan grande como Di Stéfano en el Madrid. Creo que mi perfil se corresponde con lo que busca el entrenador, por eso me fichó el Real Madrid. Puedo jugar de lateral derecho y evolucionar en la banda. Me siento listo para debutar. Si no creyera en mis posibilidades no habría firmado. Creo que puedo aportar mucho».
El debut de Julien Faubert se produjo un par de días después de su presentación en un partido que el Real Madrid le ganó 1 a 0 al Racing de Santander en el Santiago Bernabéu con un gol del Pipita Higuaín. Sustituyó en el minuto 60 a Arjen Robben y pasó completamente desapercibido, aunque bien es cierto que tampoco es que hubiese generado muchas expectativas. Un mes después disputó su segundo y último encuentro con el conjunto blanco, una victoria 5 a 2 ante el Athletic Club en San Mamés. Sustituyó otra vez a Robben y en los 24 minutos que jugó prácticamente no tocó el balón. En total, disputó 54 minutos, perdió más balones de los que recuperó y dejó la sensación de no tener el nivel para jugar en un club de la envergadura del Real Madrid convirtiéndose en uno de los peores fichajes de su historia.
Uno de los momentos estelares de Faubert durante su paso por el Real Madrid tuvo lugar cuando faltó sin previo aviso a uno de los entrenamientos de su equipo después de no haber sido convocado para jugar ante el Recreativo de Huelva en el Nuevo Colombino. «Siempre preguntaba a algún jugador que hablaba inglés o a Lass (Diarra) qué horarios teníamos y esa vez (después de un partido que el Real Madrid le ganó 2 a 0 al Valladolid en el Santiago Bernabéu con goles de Raúl González y Arjen Robben) me fui sin preguntar. Eso se puso en mi contra». Si bien Juande Ramos quitó hierro al asunto, Faubert fue multado y no volvió a contar para el entrenador, si es que alguna vez lo había hecho: «El chico tuvo un despiste, pero nada más. Pensaba que el domingo era día libre, como era norma natural. Ha sido un despiste, y no hay ningún problema. Sabe que hay una disciplina interna y él está dispuesto a acatarla».
Sin lugar en el terreno de juego, Faubert solía ver los partidos del Real Madrid desde el banquillo o incluso desde la grada. Contra el Villarreal, en la trigésimo sexta jornada del campeonato liguero, la misma en la que el Barcelona de Guardiola se proclamaba campeón, el francés fue noticia por haberse quedado dormido en el banco de suplentes del Madrigal. Se sentó en el banquillo, se desabrochó las botas, estiró las piernas, se recostó contra el respaldo y se quedó dormido al lado de jugadores como Rafael van der Vaart y Javier Saviola. O al menos dio esa sensación. «Estaba enfadado porque otra vez no iba a jugar. En la imagen no se ve, pero tenía los ojos abiertos. Da la sensación de que los tengo cerrados, pero no. Estaba mirando el partido reclinado». Como fuere, aquel incidente puede considerarse lo más destacado de su paso por el conjunto blanco.
Finalizada la temporada, Julien Faubert abandonó Real Madrid, que obviamente no ejerció su opción de compra de 6 millones, y poco a poco su carrera se fue diluyendo. West Ham, Girondins de Burdeos, Elazığspor de Turquía, St. Johnstone y Kilmarnock de Escocia, FC Inter Turko de Finlandia y finalmente Borneo FC de Indonesia, donde puso fin a una carrera como profesional que incluyó un breve paso por la selección de Martinica. Sí, Martinica, con la que convirtió 5 goles en la Copa del Caribe de 2014. Hace un par de años probó fortuna en el EFC Fréjus Saint-Raphael, un equipo regional francés. Preguntado por su paso por el Real Madrid en el programa Los Otros de Movistar, contestó: «Nunca he sido un jugador fino o esbelto. Yo estaba en forma, será el color de la camiseta blanca que engorda. Pero no tenía ningún problema. Si te llama el Madrid no dices que no». Juande Ramos, a la distancia, no pensaba lo mismo: «Le faltaba un poco de nivel para lo que exigía el Real Madrid».
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