Balonmano

España vuelve del Mundial de balonmano con un bronce que sabe a oro puro

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Recordando a Raimundo Saporta, relevante personaje del deporte español del siglo pasado que aseguraba que prefería una medalla de bronce a una de plata, a España le debe saber a gloria el bronce alcanzado en el Mundial de Polonia y Suecia hace apenas un día. Sobre todo, porque perdía ante Noruega en cuartos de final a escasos segundos del final… y con balón en posesión de los escandinavos. Sin duda, un elemento de peso para valorar en su justa medida lo hecho por Los Hispanos en una cita en la que de nuevo han vuelto a demostrar que pocas selecciones hay más competitivas que la nuestra. Ni siquiera el necesario relevo generacional ha impedido que España volviera a casa con una merecida presea tras derrotar a Suecia en la final de consolación (39-36, tras remontar una desventaja de cuatro goles). Un final feliz que tuvo de todo. Momentos esperados y hasta uno que parecía lapidario…

En la primera fase, el combinado nacional hizo los deberes en un grupo más que asequible. Sin jugar demasiado bien, pero tirando de oficio para demostrar que si se quiere aspirar a lo máximo no hay más remedio que ir de menos a más en este tipo de eventos. Una circunstancia que explicaba las victorias ante Montenegro (30-25), Chile (34-26) e Irán (35-22). Deberes hechos, con la rémora de la lesión de Ian Tarrafeta a las primeras de cambio (era sustituido en pleno Mundial por Pol Valera). Un obligado movimiento de piezas que tocaría ver qué consecuencias tendría con tanta competición todavía por delante.

En la siguiente, la rebautizada como Main Round, tres rivales para determinar qué papel acabaría desempeñando la tropa de Jordi Ribera. Contrarios a los que había que derrotar sí o sí para estar más cerca de las medallas. Ante Polonia, pese al rol de país anfitrión del cuadro centro-europeo, una nueva demostración de oficio y juego colectivo (27-23). Ante Eslovenia, duelo crucial para que las cuentas continuaran saliendo, otra alegría sin excesivas alharacas (31-26). Ya con los cuartos en el bolsillo y a la espera de rival, una derrota ante Francia la tarde en la que ambos jugaron al despiste… reservando elementos para empresas de mayor calado (26-28). España ya tenía asegurada su presencia en el Preolímpico de París 2024 al meterse entre las ocho mejores del campeonato (cita que España organizará, con todo lo bueno que eso conlleva). El primer objetivo patrio ya estaba cumplido. Noruega era esa barrera invisible que separaba a los de Ribera de la gloria o del fracaso.

Lo segundo estaba muy cerca. El combinado escandinavo mandaba en el marcador. Eso sí, sin marcar una diferencia insalvable. España no paraba de errar desde los 7 metros, los colegiados ¿pitaban? para que nos quedásemos en cuartos… hasta que a menos de 10 segundos se produjo un milagro a la altura del de la multiplicación de los panes y los peses. Con el balón en su poder y con el partido ganado, en lugar de encarar la meta de Pérez de Vargas los noruegos buscaron conservar la bola que les dirigía directamente a las semifinales. Craso error, porque una táctica tan conservadora fue castigada con un merecido pasivo y un gol de Dani Dujshebaev que llevaba el duelo a la prórroga. No hubo una, hubo dos para determinar qué combinado nacional se las vería con Dinamarca. Otra selección escandinava que tendría que medirse con España gracias a otro gol salvador de Dani Dujshebaev y una parada casi sobre la bocina de Pérez de Vargas. Los dos actores principales de una gesta que permitía a Los Hispanos tener dos opciones de volver a casa con una medalla bajo el brazo tras un 35-34 que difícilmente olvidarán los buenos amantes al balonmano. La gloria, quimérica un rato antes, estaba más cerca.

Dani Dujshebaev

Y con la moral por las nubes después de un triunfo tan significativo, duro golpe de realidad. La selección española lo intentó de todas las maneras, pero chocó una y otra vez contra las paradas de Landin. No quedaba otra, se tendrá que conformar con luchar por la medalla de bronce tras no poder en ningún momento con Dinamarca (23-26). Un constante querer y no poder ante una gran selección que, a diferencia de Noruega, si marcó esa distancia que en los minutos finales ya no se podía contrarrestar. Pese a todo, con 20-21 en el marcador y todavía diez minutos por delante, tuvo que ser una exclusión de Kauldi Odriozola la que pusiera punto final a la reacción de España, lastrada en todo momento por un ataque muy espeso. La defensa y la fe, esta vez, únicamente dieron para soñar con el bronce en el tercer y cuarto puesto. España tendría que jugar contra Suecia, para repetir la clasificación que se conquistó hace dos años en Egipto.

Un final de consolación en la que España llegó a ir perdiendo de cuatro (23-19, minuto 32). Sin embargo, una vez más ese carácter que hace a los Hispanos un grupo de jugadores poco menos que invencibles le dio la vuelta a la situación, para alcanzar un 39-36 que volvía a premiar con una medalla a una selección que no para de darle alegrías al deporte patrio en este siglo XXI.

Sería muy sencillo acordarse únicamente de Gonzalo Pérez de Vargas, de los Dujshebaev (según los entendidos, Álex sigue siendo el mejor del mundo)… Para muchos, los mejores de esta selección con mucho margen de mejora. Sin embargo, sería injusto no hablar de una infantería puede que, no sobrada de calidad, pero a la que le sobra espíritu competitivo. Por ejemplo, ante Suecia fueron básicos el meta Rodrigo Corrales (saliendo desde el banco) y los nueve goles de Adrià Figueras. Dos y varios más que aseguran un relevo generacional con buena pinta (Odriozola, Maqueda, estando París 2024 a la vuelta de la esquina.

Este bronce es la quinta medalla consecutiva que conquista España; la sexta en ocho campeonatos con Ribera en el banquillo. El catalán es ya el entrenador con más metales en la historia de la selección, superando las cinco del desaparecido Juan de Dios Román. «Creo que es un gran premio a un campeonato complicadísimo. Un torneo que empezamos con lesiones, como la de Tarrafeta en el primer partido, que nos han trastocado un poco el tema de la rotaciones y eso nos ha impedido, a diferencia de otros campeonatos, llegar más frescos al tramo final, pero el equipo no ha dejado de competir en todos los partidos y nos vamos con este premio», señalaba el propio Ribera ya con la medalla en el cuello.

El combinado nacional dirigido por Jordi Ribera que ha sido en este Mundial lo han formado:

Porteros: Gonzalo Pérez de Vargas (Barça) y Rodrigo Corrales (Telekom Veszprém).
Centrales: Agustín Casado (MY Melsungen) y Pol Varela (Fraikin Granollers).
Laterales derechos: Álex Dujshebaev (Lomza Industria Kielce), Jorge Maqueda (HBC Nantes) e Imanol Garciandia (OTP Bank – Pick Szeged).
Laterales izquierdos: Daniel Dujshebaev (Lomza Industria Kielce) y Joan Cañellas (Kadetten Schaffhausen).
Extremos izquierdos: Ángel Fernández (Limoges Hand 87) y Daniel Fernández (TVB Stuttgart).
Extremos derechos: Kauldi Odriozola (HBC Nantes) y Ferrán Solé (PSG).
Pivotes: Gedeón Guardiola (TBV Lemgo), Adriá Figueras (Chartres Métropole), Iñaki Peciña (Chambéry Savoie Handball) y Abel Serdio (Orlen Wisla Plock).
Especialista defensivo: Miguel Sánchez-Migallón (Lomza Industria Kielce).

El central catalán Ian Tarrafeta (Pays d’Aix UCHB) cedió su puesto en pleno Mundial a Pol Valera por culpa de una lesión ante Montenegro.

Por cierto, el Mundial lo terminaba ganando Dinamarca tras imponerse en la final a Francia (34-29). Ya van tres seguidos. Curiosamente, las dos únicas selecciones que han derrotado en este Mundial que se nos va a los Hispanos.

Un comentario

  1. El hecho de no tener una selección tan talentosa como la danesa, junto a la increíble regularidad, hacen de este bronce un gran éxito. El choque ante Noruega fue vibrante, a pocos segundos del final estaba apenado por la eliminación… que se evitó por ese milagroso pasivo (increíble que Noruega cayese en esto) y el tanto de Alex para empatar.

    Ya ante Dinamarca, creo que llegamos a estar 5 abajo, pero nos pusimos a uno. Como dices, la exclusión afectó. Creo que psicológicamente podía haber supuesto un duro golpe para el cuadro danés si llegamos a empatar, pero recuerdo que la acción la perdimos al intentar filtrar un pase… se pusieron +2 y volvieron a estirar la ventaja.

    Para completar el trío nórdico, gran remontada ante Suecia en su casa. El otrora ogro no fue para tanto.

    Felicidades a todo el equipo, por la medalla pero sobre todo por volver a hacernos vibrar una vez más.

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