Lamine puede con el Inter, pero no con Sommer

Dentro de una eliminatoria extraordinaria, Lamine Yamal hizo el partido definitivo. Con un sinfín de regates, convirtió el mejor sector izquierdo defensivo del mundo en simple brisa de verano. Los defensores mecían sus dorados rizos mientras él seguía, ufano, hacia el área. Su actuación fue algo emotivo y, sin embargo, insuficiente.

Lamine generó indefensión en Dimarco y Bastoni, pero no pudo luchar contra sus propios compañeros, una zaga mermada que concedió siete goles en dos partidos. El Inter fue un gran bloque y pasó a la final, para desgracia del consagrado mejor futbolista del mundo, un futbolista de 17 años.

Lamine puede con el Inter, pero no con Sommer

En sus labores de crack, Lamine condicionó ambos partidos. En la ida hizo un gol messiánico y, tras el empate, explicaba Inzaghi que tuvieron que triplicarse para intentar frenarlo. En la vuelta, Dimarco no se separó de él, toda vez que Mkhitaryan y Bastoni le vigilaron cada acto. Poco pareció que todo un sector del 5-3-2 estuviera pendiente del Lamine.

Esta sobrecarga supuso que Eric García, lateral circunstancial por la ausencia de Koundé, pareciese Cafú en la ofensiva. Eric nunca tuvo marcador, lo que aprovechó para dar buenos balones -algo habitual en él- y para hacer un gol llegando al área -algo extraño-, así como fallar otro que ya se cantaba -lo que devolvía la situación a su lógica-. Mientras Lamine tuvo una serie de oportunidades que se encontraron tanto con el poste como con los guantes de Sommer.

Hace unas semanas, un directivo interista presumía de haberle vendido a Onana al United por veinte veces más de lo que, como recambió, firmó a Sommer. Contra el Barça de Lamine, el suizo hizo un par de paradas con valor final, highlights pero en serio. Ahora toda Europa sabe a qué se refería el jactancioso directivo. Sommer es el portero más infravalorado de la última década y, actualmente, a diferencia del veterano Szcesny, es un portero a la altura de una final de Champions.

Doble asistencia del influyente Gerard Martín

Si Lamine sujetaba a tres rivales en cada jugada, Pedri hacía lo propio con otros dos, moviéndose a izquierda y derecha. Lo hizo a menudo en la zona de aceleración, altura que le permitía los inicios llevados por De Jong, gestor suficiente ante una presión sin los efectivos necesarios. Dijo Kroos en la previa que Pedri es el mejor centrocampista del mundo y puede estar seguro de que Inzaghi piensa igual.

Calhanoglu y Barella, de los mejores volantes ofensivos de la actualidad, estuvieron pendientes de que Pedri no influyese. Por eso la mayoría de contragolpes interistas no fueron nutridos y quedaron en nada. No obstante, consiguieron frenar la creación de Pedri solo a ratos. Por eso sirvió el 2-3 a Raphinha y por eso gracias a él la banda izquierda azulgrana permaneció constantemente activa. Se activó desde su lateral porque era el único futbolista sin nivel y el Inter lo sabía.

Gerard Martín viene de 1ºRFEF y probablemente su categoría real se acerque más a esa que a la de una noche europea, pero la numerosa atracción de rivales ofrecida por sus dos compañeros le permitió incidir arriba en cada jugada sin apenas oposición.

Probó más de una decena de centros al área que defendían tres zagueros que sobrepasan el metro noventa, algo contraindicado. Sin embargo, como el Barça volcó el campo en la segunda mitad, dos de los envíos tuvieron recompensa en los remates sorpresivos de Eric y un Olmo que había fallado gruesamente en el gol que abría el marcador. Un mal día de Olmo equivale también a un gol suyo y un par de pases para hacer algún otro gol. Gerard hizo un buen servicio en ataque, pero sus aportes no compensaron los regalos en defensa.

Línea defensiva impropia de una final de Champions

Aunque la presión intensiva ejecutada en la mitad rival por el Barça volvió a ser sobresaliente, clasificarse para la final de Champions con esa zaga hubiera sido asunto de héroes. Faltaron los lesionados Koundé y Balde, mientras que Cubarsí está llamado a marca época pero no es omnipotente.

Con Cubarsí como estandarte, lejos del área la línea se maneja bien. Todos dominan el balón como Xavis y el trazo del fuera de juego como Baresis. Pero cuando toca defender sin ventaja táctica les resulta más complicado, y cuando se trata de defender el área se vuelve insostenible.

En el partido de ida, Gerard no estuvo siquiera cerca de bloquear dos centros laterales que acabaron en gol. Esta es la principal misión de un lateral pero los laterales a la moderna parecen haberlo olvidado. Uno de los goles lo hizo Thuram en la pequeña como si Íñigo no existiera. En el de vuelta, Thuram sacó la amarilla al vasco ganándole una acción desventajosa y más tarde volvió a ser decisivo para los suyos. Pero antes de que Thuram determinara el resultado, Gerard y Cubarsí no estuvieron finos.

Con uno a cero en el marcador, el Inter había estado cerca de ampliar ventaja tras sendos despejes tenues de Gerard y Cubarsí que no llegaron a salir del área, siendo voleados por dos interistas. Y ya cerca del descanso, el lateral perdió una pelota presionada en la iniciación y Lautaro llevó al área un pase profundo.

Cubarsí tuvo que corregir yendo al suelo y cometió penalti. Asumiendo los riesgos de la línea adelantada, el canterano ha cortado numerosos contragolpes a lo largo de la temporada lejos del área, pero la eficacia en acciones exigidas en su rectángulo ha sido menor. Desde los once metros, Calhanoglu hizo el segundo.

Araujo empeora la zaga y la final se esfuma

El Barça perdía 2-0 en la primera mitad y remontó en una segunda donde volvió a pintar fútbol ofensivo a pincel. Los goles no llegaron en tromba, a modo épica madridista, sino que fue un manto que empapaba la camiseta del Inter, una remontada a lo Barça. Raphinha volteó el resultado en el desenlace y todo parecía conseguido, entonces otra nueva concatenación de debilidades de su zaga permitió la prórroga.

Cumplido el tiempo reglamentario, un sencillo balón aéreo desde la portería hacia el fatigado Thuram no consiguió alejarlo Cubarsí desde un salto frontal. La caída ganada por el francés no fue cortada por Gerard, que casi cae con el impacto del pase en sus propias piernas.

El zurdo reaccionó rectificando sobre el receptor en lugar de cerrar el área, entonces fue bloqueado por Dumfries antes de centrar. Esta acción se reclamó como falta y probablemente lo fue, tal como se quejaron todos los barcelonistas a la conclusión del partido. Dumfries centro raso y Araujo, que había ingresado por Íñigo, acompañó los fallos técnicos previos de sus compañeros con un error conceptual, algo que en él suele ser costumbre. En lugar de adelantarse al rematador, Araujo lo marco por la espalda, entonces Acerbi chutó sencillo al primer palo.

La final se les fue por el sumidero con el gol de Fratessi en el 99´gracias a otra mala acción de los tres zagueros. Araujo salió del área y fue regateado por Dumfries hacia línea de fondo. Gerard llegó mal a la cobertura y no cerró el pase raso, acción defectuosa que fue destacada por el propio Araujo en la entrevista post partido. Y Cubarsí no saltó para bloquear el chut del italiano, que entonces hizo el 4-3 que les daba el partido.

El Inter aprovechó sus armas de contragolpe y de centros al área y tuvo una alta efectividad de gol. Por ello eliminó al Barça, cuyo fútbol de combinación ha sido aplaudido durante toda la temporada e incluso en esta derrota. Queda, en conjunto, una eliminatoria para la historia.