Opinión

La selección que nos ha obligado a ilusionarnos

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La selección española antes de partido contra la italiana. Foto Cordon Press.
6/20/2024 – GELSENKIRCHEN – The Spanish team during the UEFA EURO 2024 group B match between Spain and Italy at the Arena AufSchalke on June 20, 2024 in Gelsenkirchen, Germany. ANP | Hollandse Hoogte | Gerrit van Keulen /ANP/Sipa USA *** Local Caption *** 54060641

Hace una semana, cuando la selección española ganó 3-0 a Croacia muchos y muchas, entre las que me incluyo, se sorprendieron ya no por el holgado resultado, sino por la facilidad y la aparente ligereza, soltura, sencillez, con la que despacharon a un rival que había quedado en el tercer puesto en el último Mundial de Qatar. Después de 12 años de decepciones en tres mundiales (2014, 2018 y 2022) y en las Eurocopas de 2016 y 2021, a España se la miraba con cierta sospecha y una profunda melancolía de tiempos pasados que no parecían tan lejanos. La exhibición ante Italia el pasado jueves ha desatado definitivamente la euforia ya no por lo que pueda pasar, sino por lo que ha sucedido: la selección nos ha obligado a ilusionarnos.

Ante Croacia incluso se perdió la posesión (46% frente a 54%) y nadie se rasgó las vestiduras. Contra Italia se arrolló en todo, también en la posesión (61% por 39% en la primera parte, 57% en la segunda ) y con 20 remates, nueve de ellos a portería, Donnarumma se vistió de héroe para que su selección no encajara una buena tunda. El cambio de estilo es un hecho, el vértigo con los dos extremos —Nico Williams y Lamine Yamal— es un gustazo, la presión alta, el aplomo, la creatividad, la personalidad y las delicatessen técnicas de futbolistas como Fabián, una delicia. De repente, y de manera inesperada para la mayoría, se respira satisfacción y orgullo ante una selección en la que Real Madrid y Barça, los dos grandes de LaLiga, ya no acaparan la alineación. Ahí está Rodri, una de las claves del éxito del Manchester City de Guardiola, el propio Fabián que ha pasado cuatro años en Nápoles y lleva dos en el PSG o Cucurella, que hizo las maletas primero a Brighton y después a Londres donde es indiscutible en el Chelsea. Tres futbolistas que están dejando boquiabiertos en Alemania incluso a los que ya eran fans de antes. Del equipo que pasó por encima a Italia solo había dos del Barça (Pedri y Lamine Yamal) y uno del Madrid, Carvajal.

De orgullo comenzó hablando el seleccionador Luis de la Fuente antes de debutar ante Croacia y no para referirse al fútbol, sino a la satisfacción por haber nacido en un país y no en otro «porque somos el mejor del mundo», apuntó. Como ya veníamos del «estoy orgullosísimo de ser español, católico y taurino» hace un año cuando aún estaba por clasificarse para la Eurocopa, el factor sorpresa estaba desactivado. Venía también de aplaudir fuertecito a Luis Rubiales en aquella vergonzosa comparecencia en la que proclamó que no se iba y de no saber explicar después, muy apurado, por qué lo hizo. Venía, en definitiva, de estar bajo sospecha, discutido y sin pedigrí. Parecía un técnico de entreguerras entre Luis Enrique y el siguiente y ante las múltiples, diversas y diferentes sensibilidades nacionales resulta que el orgullo no residía en lo que pone en el DNI, sino en la autoestima de sentir que un grupo de jugadores de diversas procedencias están haciendo el mejor fútbol que se ha visto en Alemania en lo que va de torneo.

Su apuesta desinhibida y valiente por una selección más vertical y agresiva en el sentido de enérgica, con dos misiles en los extremos de 21 y 16 años y hasta su envite con Cucurella cuando se daba por hecho que jugaría Grimaldo, son dignas de mención y de aplauso. Hoy espera la Albania de Sylvinho con la tranquilidad de tener ya el billete para octavos en el bolsillo. Queda un largo trecho y la sombra de la selección alemana, la anfitriona, planea en cuartos si todo va bien, pero frente al plomo de la melancolía y la frialdad del escepticismo ha brotado un equipo, una España, que da gusto ver y que nos ha impuesto una confianza, una esperanza, un deseo de más y mejor, con la que no contábamos no hace un año, sino no lo olvidemos, hace tan solo una semana. Bienvenida sea esta alegría.

2 Comentarios

  1. Buena selección, ilusiona ver a chavales. Ilusiona cuando ves futuro. Con un poquito de suerte podemos plantarnos en cuartos. Y en cuartos ya se puede soñar.

  2. Un matiz, calificar de decepción la Euro 2021, eliminada en la tanda de penaltis de la semifinal, me parece un poco aventurado. No deslumbró, de acuerdo, pero se plantó a un pasito de la final.

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