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Chúpate esa, Microsoft

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Reinildo Mandava (Foto: Cordon Press)
Reinildo Mandava (Foto: Cordon Press)

¿Se puede perder un partido dos días antes de jugarlo? Se puede. ¿Se puede perder un partido en otro continente? También se puede. El lunes tuve un pálpito y el miércoles se cumplió: desde entonces, paro a todos los desconocidos que me cruzo por la calle, los cojo del brazo y les digo «oye, mira, os comento».

Así que oye, mira, os comento. El lunes, en la Copa de África, Ghana jugaba contra Mozambique. Ghana vencía por dos a cero y estaba clasificada para la siguiente fase. Casi al final, en el minuto 89, entró al campo Iñaki Williams, y lo imposible sucedió entonces. En el minuto 91, Geny Catamos recortó distancias al anotar un penalti. Y en el minuto 94, Reinildo Mandava saltó más que nadie en un córner y firmó, in extremis. el empate de Mozambique.
El resultado inverosímil, unido a la mejor puntuación de otros terceros de grupo, liberó a Iñaki Williams. Ghana quedó eliminada y el Athletic de Bilbao, el equipo de Iñaki, recibía el miércoles en Copa al FC Barcelona. ¿Qué ocurrió en San Mamés esa noche? Lo que Don Fútbol decidió que iba a ocurrir, como suele. Iñaki Williams voló hacia Bilbao y entró al campo en la segunda parte, con empate en el marcador.
En la prórroga, marcó un gol y dio otro, y el Athletic ganó. Es decir, un gol de Reinildo Mandava el lunes eliminó al Barcelona el miércoles. ¿Cuántas probabilidades había el lunes de que esto sucediera, cuando Iñaki Williams entró en el partido de Ghana con el dos a cero en el minuto 89? Chúpate esa, Microsoft.
El mundo es un lugar complejo. El fútbol no es fácil. Lo celebramos.
Efecto mariposa, ya se sabe. El aleteo de una mariposa en Shanghai puede provocar un tsunami en Nueva York. O el cambio de planes un viernes cualquiera puede provocar tu parto, hija, cuarenta semanas después, en el Hospital General de Castellón. El aleteo de Reinildo en Costa de Marfil causó una eliminación en Bilbao.
A veces, lo pienso: la serie de actos ajenos a nuestro control que propician cualquier situación. No cabe en un artículo el cúmulo de casualidades que hicieron posible que yo esté aquí y ahora escribiendo este artículo para Jot Down. A veces, lo pienso: la cantidad de energía que desperdiciamos en asuntos que quedan fuera de nuestro control. ¿Cuántas carreras, deportivas o no deportivas, dependen de historias similares a lo que ocurrió la otra noche en Bilbao?
Podría haber más. Podría el Atlético de Madrid, el club de Reinildo Mandava en España, y después de eliminar este jueves al Sevilla, cruzarse con el Athletic de Williams en la final o en las semifinales de la Copa del Rey. Podría ganar el Athletic al Atlético y entonces podríamos decir: un gol de Reinildo en la Copa de África eliminó al equipo de Reinildo en la Copa de España.
O más: puede que la eliminación copera en Bilbao influya en el futuro de Xavi en el banquillo del Barcelona, al final de esta temporada. Podría este movimiento determinar, para bien o para mal, el futuro del club azulgrana más allá de lo deportivo y, a medio plazo, su conversión a sociedad anónima deportiva, o su relación con la Liga, la Federación, la UEFA o la Superliga. Podríamos decir entonces que un gol de Reinildo Mandava con Mozambique cambió el fútbol español.
Igual tanto no.

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