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Paco Grande: «Mendoza no solo pidió mi cabeza, también la de José Ángel de la Casa y Pedro Barthe»

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Paco Grande

He quedado con Paco Grande (Madrid, 1962) en el Retiro. Un escenario único en esta época con las hojas que caen de los árboles, con el otoño que ya saltó la barrera. Un escenario lleno de literatura que acompaña los recuerdos de Paco Grande. Un hombre que, como dice él, ya está en la cuenta atrás y cuyo principal patrimonio son los 37 años que lleva en el periodismo en los que no evitó nada. Ni siquiera la polémica que le apartó de la indiferencia. «No he querido presumir nunca de sinceridad», explica con esa serenidad, que también delata el paso del tiempo. 

Eres un tipo polémico.

Era un tipo polémico que ha cometido errores. sí. He pasado por momentos muy duros por culpa de ellos y he aprendido.

¿Eso quiere decir que en esta entrevista no te complicarás la vida?

Eso es imposible. Aunque intente controlarme, te dejaré alguna frase buena que, además, tú sabrás sacarme.

Alguna joya.

Aunque intente evitarlo, debe ser que me va el rollo. No quiero presumir de sinceridad. Me gusta decir la verdad y a lo mejor en los cinco primeros minutos me contengo, pero luego diré, «a la porra, Paco, tú estás aquí para decir lo que piensas». Y sé que eso es lo que me ha perdido muchas veces y que me da palo entrar en Google y que salgan mis líos en TVE y con otros compañeros cuando llevo 37 años y he hecho cosas más importantes.

37 años.

Pero se han pasado volando. Firmaría otros 37 años más. Me apasiona nuestra profesión. Es más, considero que ahora estoy en mi mejor momento. Tengo tranquilidad, tengo conocimiento. Me gustan todos los deportes. Sé cuándo tengo que hablar y cuando tengo que callar.

¿Es muy esclava esta profesión, permite conciliar?

Yo me he separado, pero como periodista soy el mismo. Mi mujer y yo seguimos casados, pero ya no vivimos juntos. No hemos hecho el trámite legal de separarnos y, además, vivimos muy cerca, a 647 metros. Tenemos buena relación y un hijo en común un chico maravilloso que juega muy bien al fútbol con la pierna zurda.

Paco Grande

Entonces el periodismo no tuvo la culpa de tu separación.

Sí la tuvo, sí, porque tuve que hacer una elección. Yo estaba en el Rally de Marruecos. Tuvimos una desgracia familiar. Tenía que decidir entre volver o quedarme en el rally a falta de día y medio y consideré que debía quedarme porque volver no iba a cambiar lo que pasaba. No volví y a mi mujer no le pareció oportuno.

El periodismo se cargó el matrimonio.

Aquello fue la gota que colmó el vaso, sí.

¿En familia también eres un tipo polémico?

No soy fácil. Me gusta tanto nuestra profesión que durante mucho tiempo pensaba que no necesitaba más, ni familia ni hijos. Me creía ciudadano del mundo. Luego, me di cuenta de que eso no lleva a ninguna parte.

Un día dijiste «Tenía todas las acreditaciones del mundo (Mundiales JJOO…) y, sin embargo, no tenía con quien ir a cenar».

Sí, y estaba totalmente equivocado. Necesité catorce años para darme cuenta de que no hay mejor cosa de la familia.

¿Y en aquella época hubieses sido capaz de prescindir de ir a unos JJOO por la familia?

Suena duro, pero hubiese elegido JJOO. Mira, sin ir más lejos, cuando voy al Dakar me pierdo todas las navidades. Pero no pasa nada, porque yo soy antifiestas, soy anticonvencionalismos, soy anticonsumismo… Por eso he tratado de huir de todo eso. Pero es que yo viviría toda mi vida viajando y trabajando en el periodismo.

¿Y la familia?

Es lo que le decía. Por suerte he descubierto que eso no te lleva a ninguna parte y que, al final, debes ser un poco práctico, porque donde está la verdad es en la familia. Y debo reconocer que no tengo una vida familiar ideal pero ¿quién tiene una vida familiar ideal?

Buena pregunta.

También te digo que, dentro de lo que no es ideal, a mí me parece ideal.

Paco Grande

Vives solo.

La pandemia me sentó bien. Viví una separación. Volví a casa de mis padres porque la mía estaba alquilada. Se tuvieron que ir los inquilinos y cuando volví empecé a cambiar la decoración. Me hundí un poco. Fui a una psicóloga a la que le contaba mi vida porque decía que mis problemas estaban en la infancia, cuando yo tuve una infancia feliz en Carabanchel jugando a las chapas y montando en bicicleta.

Entonces la infancia no era el problema.

Fui tres veces a la psicóloga y no volví. Tenía que pagar 90 euros y pensé que para eso quedaba con un amigo y le contaba el mismo rollo.

Y te ahorrabas los 90 euros

Pero ese no era el problema. El problema es que no me aportaba soluciones. Iba a hablar y hablar, y mira que respeto a los psicólogos. Pero yo necesitaba soluciones y las encontré recuperando a mis amigos, disfrutando de un plato de jamón, de una puesta de sol, de comprar un felpudo de Ikea o una pantalla para la luz del comedor, haciendo deporte… A base de pequeños placeres empecé encontrarme bien.

Y sin polémicas.

Pero por eso me van a recordar siempre. Que si tuve una pelea con Rivero…

Juan Carlos Rivero.

Pues sí. Y mira que yo fui testigo privilegiado en su boda. Leí una poesía escrita por Juan Cruz. Imagina el grado de confianza. Pero ahora no estamos en nuestro mejor momento.

¿Y lo saludas por los pasillos?

Hemos tenido de todo. Cruzarnos y no decirnos nada. Ahora nos decimos hola, que yo creo que es suficiente.

Paco Grande

¿Hay algún jefe con el que no discutieses?

Sí. Con Arsenio Cañada ha sido de los que más ha apoyado el Vintage. Pero aun así he tenido líos con él, lo reconozco.

¿Es difícil hacer caso a jefes que son más jóvenes que tú?

Siempre he pensado que este era el momento ideal para que yo fuese el director de deportes. Pero estoy pagando las consecuencias del pasado.

¿El pasado fue un error?

Claro, pero ya no lo puedo cambiar.

¿Te volviste loco?

Nunca. Pero lo pasé mal, porque me abrieron dos expedientes que pidieron acabar en despido. Tuve que contratar un abogado que supo tratar mi caso. Y en la primera ocasión fue gracias a Lourdes García Campos, que declaró que en el guión que habían hecho Julián Reyes y Ricardo Castellano íbamos a llegar tarde a los himnos. Se lo dije y mi abogado supo ponerlo en valor

¿Y el otro?

Unas críticas a Silvia Barba y a Sergio Sauca en una charla en una universidad en las que yo dije lo que pensaba fuera del recinto televisivo. Dije que Sauca no me gustaba como comentarista. Y gracias a que reconocí que aceptaba lo que dijese televisión ese expediente quedó fuera. Pero fue injusto.

¿Y cómo es posible que con esas canalladas te guste tanto la profesión?

No lo sé. No tengo nada de masoquista. Pero me gusta mucho comunicar. Me gusta contar historias y si es en directo, mejor. Pero tengo claro que no es lo mejor de la vida.

¿Y qué es lo mejor de la vida?

La familia. Los amigos que he recuperado. Las ocho bicicletas que tengo en casa… Mi ex mujer dice que para qué. Pero tengo dos de paseo, dos de carretera, dos de montaña… Soy feliz yendo a trabajar en bicicleta. A veces, salgo tarde, pero para mí la bicicleta es libertad. Eso me ha hecho tranquilizarme. Y esa tranquilidad me ha permitido recuperar amigos y, lo que te decía antes, a la familia.

Paco Grande

Porque la televisión algún día se acabará.

Y no me queda tanto. Estoy en la cuenta atrás. Pero estoy mentalizado que dentro de nada se acabará la fiesta. Es como cuando los futbolistas se retiran y se preguntan qué van a hacer a la mañana siguiente sin ir a entrenar.

¿Harás fiesta de despedida?

No, no quiero. Para mí, la jubilación no es una fiesta. Pero hay una norma en la televisión que me obliga a irme a los 65 años. Y no lo entiendo. ¿Por qué? ¿Por qué si el talento no tiene edad?

¿Y qué harás?

Mi hijo me dice que escriba mis memorias y cuando le pregunto, a quien le va a interesar, me dice que a él.

¿Y por dónde empezarías?

Empezaría por el capítulo de Buyo y Futre el 3 de diciembre de 1988. Vicente Valles estaba en el fondo norte y yo en el fondo sur con Pedro Ruipérez que captó la secuencia de Buyo y Futre.

¿Qué pasó?

Ruipérez captó el momento en el que Martín Navarrete expulsó a Orejuela y la cámara demostró que se había equivocado e hizo que le quitarán los cuatro partidos de suspensión a él y se los pusieran a Buyo. Y en febrero del 89 me despidieron y no me renovaron por aquella jugada. Aquello me marcó. Todavía me acuerdo y me duele.

¿Y cómo volviste?

Había una norma en las siguientes oposiciones en las que podíamos presentarnos los que habíamos trabajado. Y volví. Volví en el Mundial de Italia 90. Nadie se opuso entonces a que volviese. Pero a mí esa injusticia me motivó más. No taparía nada y volvería a contar que Orejuela no tuvo nada que ver.

Ramón Mendoza era el presidente de aquel Madrid que logró tu cabeza.

No es un tópico la influencia de los clubes, porque no solo pidió mi cabeza, sino también la de José Ángel de la Casa y Pedro Barthe, pero con ellos no pudo porque eran fijos. Eso sí, el Madrid estuvo año y medio sin hablar hasta que Michel y De la Casa se reunieron y llegaron a un acuerdo.

Paco Grande

Y todo pasó por ti.

Fue la secuencia de la cámara de Pedro Rupérez. Me dijo: «apunta este minuto». Llegué a TVE, metí la cinta y dije «esto es la bomba, esto cambia toda la historia». Se ve como Buyo da un puñetazo a Orejuela que había ido a poner paz y le expulsan. Me llenó de orgullo. Montamos el reportaje de 16 minutos entre casi seis personas.

Eras un chaval.

Algo bueno debió ver en mí José Ángel de la Casa, que me dio la oportunidad, porque cada año se recuerda esa jugada.

Alimenta tu ego.

Qué va. Al revés. En la redacción sé que parezco serio. A veces hasta borde. No he sabido cultivar las relaciones sociales. Pero es porque estoy muy metido en mi trabajo.

¿Tienes amigos en la redacción?

No. Amigos no.

¿La gente te tiene miedo?

Creo que ahora caigo bien. Pero sé que doy imagen de raro. Pero a mí lo que me motiva es trabajar y lo que me gusta es buscar referentes en la redacción y ahora mismo no los hay. Pero es normal. Los veteranos o se han ido o nos vamos a ir y los jóvenes no pueden ser referentes. Cuando yo entré estaban José Ángel de la Casa, Gregorio Parra, Luis Miguel López, Héctor Quiroga

Pero ahora los jefes son más jóvenes que tú y hasta puede que cobren menos.

No sé el sueldo de mis jefes. Pero la gente que acumulamos muchos trienios… De hecho, hay un proceso de reajustes para abaratar la plantilla con lo que te digo: disminuye el talento y eliminas los referentes.

Y eso duele.

Pero ¿por qué? ¿Por qué en TVE se está fichando a gente veterana a Mercedes Mila, a Pedro Ruiz o a Lidia Lozano, que fue compañera mía de clase en la Facultad y yo me tengo que ir con 65 años?

Paco Grande

¿Eres mejor periodista que Rosana Romero, la nueva jefa de Deportes?

Es una pregunta en la que caería a saco si te dijese lo que pensase en otro tiempo. Pero yo no quiero ser mejor ni peor que nadie. Yo quiero ser Paco Grande. Yo hago un programa solo con Roberto García como el Vintage y soy capaz de comentar cualquier deporte y sé que donde vaya voy a funcionar. Si encuentras alguien que lo haga mejor que yo, búscalo. Si tienes esa persona es mejor que otros.

¿Podría comentar el ciclismo mejor que Carlos de Andrés?

No. Carlos de Andrés lleva mucho tiempo. Yo necesitaría tiempo. Ahí no podría superarlo. Yo puedo hacer cualquier cosa, pero eso implica que no puedes especializarte en nada. Pero si me das tiempo, sí. La clave está en el tiempo. Yo tengo una seguridad infinita en mí. Sé que puedo hacer cualquier cosa porque me encanta meterme en líos. Pero tampoco soy un loco.

¿Te has portado mal con algún compañero?

No recuerdo… salvo con uno. La famosa noche del tres de diciembre del 88 Jesús Fraile vio conmigo la cinta y me escuchó decir «es una bomba» y al domingo 4 por la mañana abrió el cajón, cogió la cinta, montó una noticia y se la vendió a Rafa Recio con su firma. Nunca se lo he perdonado porque él no estaba en el Bernabéu.

Fue un disgusto

Fue un disgusto que no lo olvidaré nunca. Él me dijo que esto era información de TVE. Pues bien, le dije, llámame y hago la noticia porque quien estuvo en el Bernabéu fui yo.

¿Ahora, con más de 60 años, te hubieses enfadado igual?

No hubiese habido opción, porque me hubiese llevado la cinta a mi casa para que nadie la cogiese.

¿Qué importa más entonces: TVE o Paco Grande?

La ética. Por encima de mí y de TVE, está la ética.

A Jesús Fraile no le gustará leer esta entrevista.

Me da igual y, a lo mejor, lo niega. Pero ahí está el archivo donde se ve que firmó con su nombre. Y él no estuvo en el Bernabéu, porque ese día estuvo con Luis Pérez Sala haciendo un reportaje.

Paco Grande

Desde entonces, han pasado 35 años.  

Tuve una oferta para irme a Tele 5. Iba a ganar mucho más dinero. Pero no quise irme. Se lo debo todo, hasta lo que no hice a José Ángel de La Casa. Muchas veces no entendía sus decisiones. Pero ese hombre me dio tanto…

¿Vas a verle ahora a su casa?

He ido a entrevistarle en los últimos tiempos. Es más, ir a grabarle es una excusa. Sé que le anima, porque en lo personal José Ángel me dio mucho y todo lo que pueda devolverle ahora… Es verdad que a veces nos enfadamos, pero siempre fue por culpa mía. Soy muy independiente. Reconozco que no soy fácil para trabajar en equipo y él era muy sensible.

¿Has salido a gritos a menudo de la redacción?

Sí he tenido gritos. Hace poco teníamos que hacer un Vintage del Atlhetic campeón de Liga del 83 con Goikoechea, Clemente y con Dani que ya estaban acordados. No querían hotel. Solo me pedían que les pagásemos una comida en el Landa, en Burgos. Y mi productor me dijo que no iba a pagar la comida, pero sí el hotel. Me enfadé. Di un puñetazo en la mesa. ¿Cómo que no? Consulta, pregunta y, si no puede ser, pago yo la comida, pero muévete.

Al final se hizo.

Al final, sí, y TVE pagó la comida.

El enfado tuvo resultado.

Me dolió porque hay muchos caminos para llegar donde quieres. La comida valía mucho menos que el hotel, pero él no quería ni intentarlo y es verdad que me lié a gritar. Recuerdo que la redacción estaba llena de gente y que se hizo un silencio absoluto. El silencio se podía hasta escuchar. Pero a mí me dio igual lo que pensasen porque yo estaba peleando por una idea.

¿Será periodista tu hijo?

No, tiene 17 años y el año que viene quiere hacer un doble grado de Física y Matemáticas el próximo año.

Paco Grande

 ¿Y es mejor así?

Sí, porque tal y como está la profesión del periodismo, sí. Ahora, está muy dura. Te puedo contar el caso de Lolo Beltall que, para mí, es un ejemplo. Tiene más de 50 años. Ha estado con contratos interinos en TVE. Se busca la vida. Pelea, lucha y consigue volver. Para mí es un ejemplo y hay fijos que, como no les dan lo que quieren, se quedan en casa. Eso no es una referencia. La referencia es Lolo que está esperando una oposición que a este paso no llegará nunca. No cuentan con él y tiene familia e hijas y no deja de intentarlo.

Qué importante es la seguridad.

Qué me vas a contar.  Aunque haga el burro, en TVE no te van a echar. Yo lo hice y de ahí no te echan. Nunca han echado a nadie. Sí que han estado cerca. Sin ir más lejos, yo a este productor le dije, «tú en una empresa privada estarías en la calle», y él habló con su jefe y dijo que no quería seguir conmigo.

Normal.

A mí me dolió. Y me dolió mucho. Si estás en desacuerdo conmigo, dímelo a la cara. Pero fue a una productora ejecutiva para decirle que mi forma de ser, que mi comportamiento… Aquello fue una puñalada.

¿A qué se dedicaba tu padre?

Mi padre era albañil, encargado de obras. Murió hace año y medio Era una persona muy trabajadora. Fue un niño de la guerra. Estuvo exiliado en Francia. Yo empecé a trabajar en una oficina con 15 años mientras estudiaba. Jugaba al balonmano en el instituto Ramiro de Maeztu. Mi padre llegaba siempre una hora antes al trabajo. Si hubiese pasado por la universidad hubiera sido arquitecto como lo es mi hermano.

¿Y qué te acerco al periodismo?

Mi madre. Siempre estaba escuchando la radio. Yo te puedo decir todos los programas de los sesenta y setenta sin problema. Cuando pasé selectividad me matriculé en Empresariales. Duré tres meses. Al año siguiente, Psicología. Y al final vi que lo más parecido a hablar en la radio era el periodismo.

Paco Grande

Y has tenido suerte.

Muchísima. He sido becario de la Agencia Efe, de Radio 80, de la COPE, de la Cadena SER. Iba rechazando becas porque lo conseguía fácil. Hasta en un año simultaneé la Cadena SER y TVE. Pero es que me lo curré siempre. Tenía el ejemplo de mi padre.

¿Qué harás cuando te jubiles?

Buscaré un viaje lo más lejos posible donde no entienda el idioma y donde no sepan quién soy que es casi en todas partes para desconectar. Y a la vuelta haré muchas cosas. Estaré inquieto. El Retiro es magnífico para venir. Viviré en Madrid. Me encantaría vivir en la sierra, pero cada vez hay menos nieve. Y siempre jugaré al fútbol, que es una expresión de la vida.

¿Y pedirás perdón a Silvia Barba y a Sergio Sauca?

Con Silvia tengo una muy buena relación, ya está aclarado, pero a Sergio Sauca no tengo que pedirle perdón. Mi enfado con él fue en un operativo en un partido de Liga de Campeones. Yo era el editor y él ordenó que en el set en el que estaba en el campo apagar las luces y terminar. Al día siguiente, dimití de ese programa porque si un presentador se va sin que le des permiso no pintaba nada. Nunca vino a explicarme por qué hizo aquello.

Hemos quedado en que no habrá fiesta de despedida.

Me iré y diré adiós. Para mí, el día de la jubilación será de cabreo. ¿Cómo voy a celebrar no seguir en lo que más me gusta del mundo? Yo respeto a la gente que se quiere jubilar para vivir la vida, pero es que esta es mi vida desde el 10 de enero de 1985. Así que diré adiós: «bueno, chicos, hasta aquí hemos llegado».

Tienes ocho bicicletas esperando.

Mi ex mujer no sabe por qué tengo tantas. Pero cada una sirve para una cosa. Tengo una para ir a la compra con una cesta. Hace tiempo en la Casa de Campo me encontré con Relaño porque él pasea por Madrid Río y me vio con esa bici y me dijo, «qué bonita es», y yo es la que más quiero y es una bici como las de Verano azul.

¿Relaño se ha adaptado a la vida civil?

Genial. Relaño vive ahora mejor que antes. Se ha quitado las responsabilidades, le invitan a todas partes. Escribe libros. Hoy he quedado a comer con él, con Roberto Gómez y con Marcos López para preparar el programa de mañana. Colabora en la radio en el As, es presidente de honor. Él, por cierto, me dijo de llevarme a Canal Plus, le dije que sí y el mismo día le dije que no, me he arrepentido muchas veces.

¿Y por qué?

No todo ha sido color de rosa en la tele. Relaño me ofrecía mucha pasta. Pero yo quería estar en TVE porque quería ir a JJOO, Mundiales… Sabía que perdía dinero. Pero no me importó. Y ahora volvería hacer igual. Julián García Candau me aconsejó una vez, «Paco, no te muevas por dinero, muévete por lo que te ilusiona». No lo olvidé nunca. Y fue perfecto: TVE justo donde quería estar.

¿Irás a los JJOO de París?

Yo creo que iré. Pero no espero nada ni tampoco me hace ilusión quedarme. Si intereso, me llamarán. He hecho cinco Mundiales, cuatro Eurocopas. Yo sí me llevaría.

¿Hay puñaladas por ir a unos JJOO en la redacción?

Es una pelea soterrada que está ahí, sí. La diferencia es quien pone las cartas encima de la mesa o lo hace por debajo o lo hace con las cartas marcadas. Todos queremos ir. Pero yo no lo digo. Cada vez que he pedido ir a un sitio no he ido.

Hablaste antes de Roberto Gómez.

Le conocí en la SER. Soy uno de sus millones de becarios. Me gastó una novatada Tenía que hacer en Hora 25 un informe sobre el estado actual del ping pong español, lo hice y me dijo «burro».

¿Y cómo es Roberto Gómez?

Al principio, no me gustaba su papel en Estudio Estadio. Pero ahora le admiro, porque es un superviviente. Está en todos los sitios. En su momento estuvo a punto de ser fijo en TVE y no lo fue por un cambio político. Y supo volver con García y estar en la Cadena SER. Y, como dice Maximino Pérez, «tú le dejas a Roberto Gómez en Manhattan y funda Nueva York». Y no es tan mayor. Debe tener 67 años. Pero como le llevamos escuchando toda la vida….

Paco Grande

Tú has sido muy bueno.

Pero busco temas donde no puede llegar Informe Plus+ y que no encuentra la gente en youtube. Ahí sé que soy el rey. Si quiero competir con ellos en calidad sé que estoy muerto. Pero ese rollo estratégico me gusta, ese juego mental me va.

He sentido envidia al escucharte.

Y no fui un periodista vocacional desde el primer minuto. Pero ahora es una pasión que no puedo contener. Solo me ha quedado la cosa de la radio, que es la novia que siempre quise y tuve que dejarla por la televisión.

El futuro tiene los ojos cerrados.

Qué buena frase. Pero yo me gano el futuro día a día. La veteranía me ha enseñado a pensar en hoy. No en semanas, meses ni años. Como mucho mañana.

El mañana está cerca.

Lo tengo presente. Mira, hay muchos compañeros que se han jubilado y vuelven y tomo nota para no repetirlo, porque las frases son las mismas. «Hola, que bien te veo», «hola, que bien os veo», «de puta madre, estoy de puta madre». Pero automáticamente la gente baja la cabeza y sigue con su rollo y el que llega allí se da cuenta de que ese ya no es su entorno. Y contabiliza mentalmente a cuántos conoce …. Yo veo eso y digo esto no es para mí.

Lo has dejado claro.

Ramón Pizarro, Esteban Gómez… se jubilaron y tan contentos, lo estaban deseando…. Pero en mi caso el Vintage es una obra incompleta tras doce años. Los temas son inagotables.  Hay tantas imágenes que están esperando…

La nostalgia también nos hace mejores.

Cuando veo, Informe Plus+ siempre digo, «qué buenos son estos tipos». Es más, hace poco me dijeron por qué no hacíamos un Vintage del Dream Team. Pero vi el de ellos y le dije a mi productor, «no lo hacemos, haríamos el ridículo, no podemos llegar a su puesta en escena».

Cada uno hace lo que puede.

Recuerdo que una vez hablé con Michael Robinson y se lo dije. «Si tú me lo dices, soy feliz», me dijo Michael, y me ofreció irme con ellos y yo le dije que sí, pero debíamos estar borrachos de cerveza, porque luego nunca se habló más.

Paco Grande

Pero tú has disfrutado fuerte de la profesión.

Porque insisto en que nuestra profesión es muy bonita. Pero, ¿sabes lo que pasa ahora?, no oigo ruidos en la redacción, no se levantan teléfonos, no me vale con el corta y pega. A veces tengo la sensación de que no hay diferencia entre esa redacción y una oficina de la Mutua. Tenemos hasta que equivocarnos.

Y la gente se equivoca.

El otro día escuché en el telediario decir que era la primera vez que el Castellón llegaba a los dieciseisavos de Copa. Fue un martillazo en la oreja. Llamé al redactor jefe para decírselo. «Oye, mira que cuando jugaban Planelles, Del Bosque, Fermín, el de la peluca, el Castellón llegó a una final con el Athletic…» Es más, hicimos un Vintage de aquello que está claro que el redactor no lo vio. Y eso duele porque tu obligación es informarte. Te hacen un contrato indefinido para que estés informado.

Son otros tiempos.

En estos tiempos yo he vuelto al bolígrafo y a la agenda que te puedo enseñar y a los fijos, aunque, claro, hay mucha gente que no te contesta porque cree que llama el de la luz…

11 Comentarios

  1. Menuda joya de entrevista… casi taan grande como el Vintage!! Ojalá ese programa no desaparezca nunca!!

    • Coincido contigo. Ojalá el Vintage sobreviva a Paco Grande. Pero los que nos ha dejado Paco ya son patrimonio histórico de Tve y el periodismo televisivo deportivo. Ha puesto en valor, de una manera insigne, el tesoro documental que alberga la televisión pública española.

  2. Muy buen comunicador, pésimo compañero y como persona particular, parece insufrible.

  3. Se agradece la franqueza con la que ha hablado de sí mismo, también de sus problemas con otros compañeros pero no con el fin autoalabarse. Vamos, igual que De La Morena y García.

    Larga vida al Vintage de TDP.

  4. Gran entrevista. Creo que con Paco Grande no podía ser de otra manera. También el entrevistador tiene su parte en esta joya. En recuerdo de Ricardo Fernández de Latorre que tanto ha colaborado y trabajado con Grande en sus vintage y ahora le dicen [«sus superiores»] que no cuentan con él ¿Se puede entender no contar con los mejores?

  5. De las mejores entrevistas que he leído en muchos años ahora la nueva ola de periodistas por diferentes motivos están verdes o se pegan a sus editoriales gracias por todos estos años

  6. Juan Carlos Rodríguez Zamora

    Enorme periodista. Cuantos años escuchandole en los saltos de esquí de Garmisch el 1 de enero. Gracias por todos estos años.

  7. Para mí Paco Grande, fundamentalmente, se caracteriza profesionalmente por su insobornable búsqueda del rigor, del trabajo bien hecho y si se puede con excelencia y de lo que considera verdad. No quiere engañar ni engañarse. Como compañero he visto como reconocía publicamente la labor de otros en sus vintage y eso yo lo valoro muy positivamente. Como persona no puedo juzgar porque no le conozco pero lo que me deja esta entrevista está más cerca de lo bueno que de lo malo.

  8. Hace ya mucho que no leía el nombre de Paco Grande en ninguna parte. Buen comunicador, no me cabe duda. Mucho mejor que lo que está triunfando hoy en día en la prensa deportiva. A tenor de algunas respuestas me deja más dudas en el plano personal con algunas cosas que no me casan bien. Por ejemplo, me ha llamado la atención que Paco se defina como «anticonsumista» y, dos preguntas más tarde, comente como se recuperaba de sus problemas anímicos yendo de compras al Ikea. Detalle sin importancia en una interesante entrevista.

  9. La entrevista, genial. El vintage, creación de Paco Grande, genial, una joya. Como persona? Tiene razón en que Sergio Sauca es un pésimo comentarista y en que Juan Carlos Rivero, además de mal comentarista, es un personaje dañino para la imagen, el contenido y la calidad que debería proyectar TVE. Si le vamos a juzgar por esos ‘rifirrafes, tenemos que estar en el equipo de Grande siempre.

  10. «Qué me vas a contar. Aunque haga el burro, en TVE no te van a echar. Yo lo hice y de ahí no te echan. Nunca han echado a nadie. Sí que han estado cerca. Sin ir más lejos, yo a este productor le dije, «tú en una empresa privada estarías en la calle», y él habló con su jefe y dijo que no quería seguir conmigo.»

    Una de las ventajas de ser funcionario aprobando la oposición: su puesto no depende del dedo bobalicón ni del favor de nadie, y por eso Grande puede decir lo que piensa.

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