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El control económico de LaLiga y Montserrat Caballé

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Un amplio sector de aficionados al fútbol ha ido desarrollando en los últimos años una especie de alergia a las tertulias deportivas. ¿Por qué los medios deportivos apuestan sólo por formatos en los que priman el forofismo, los gritos y la chabacanería? ¿Hace falta discutir por todo? ¿No es posible mantener una conversación tranquila con balón de por medio? El pasado viernes descubrimos que sí. El experimento, titulado LaLiga. Límite 24 horas, producido por LaLiga, contó en directo el cierre del mercado de fichajes y, además de por YouTube, se pudo seguir por Movistar+ y DAZN, las plataformas que emiten el campeonato español. Nada devaluado, a tenor de lo que allí se expuso.

El innovador formato trató de llevar a los espectadores al epicentro mismo de la noticia, mediante conexiones en directo con la séptima planta del edificio de LaLiga, lo más parecido al taller de Papá Noel. Hasta esa fábrica de sueños nos transportaron los presentadores, Rubén Martín e Isabel Forner, con un tono épico subrayado por una banda sonora a la altura. No pusieron poco empeño en recordarnos que íbamos a ser tan afortunados de conocer las inscripciones de los nuevos jugadores «en primicia», como si eso tuviera algún mérito o siquiera algún valor, más allá de enterarnos 35 segundos antes de poder leerlo en el resto de medios.

El ritmo vertiginoso se escenificaba mediante una alarma estridente —ríete tú de la de la DANA en Madrid— que interrumpía el programa para anunciar cada nuevo fichaje. Todos buenísimos, claro. El brazo audiovisual de Javier Tebas no escatimó medios ni retórica para hacernos conscientes de que nos estábamos embarcando en un viaje iniciático con sorpresas acechando en cada curva. «Lo que nunca nos habían contado», «desde donde nunca lo ha vivido nadie», «puede pasar de todo»… «¡Madre mía, qué noche nos espera!», nos advirtió Isabel Forner, como si de repente fueran a llegar Haaland al Mallorca y Mbappé al Barça.

Para comentar la jugada, el programa reunió una heterogénea mesa de debate, con Àxel Torres, Alberto Edjogo, Danae Boronat y Héctor Fernández. Y en ese momento, justo cuando en el resto de tertulias (salvo las de Real Madrid TV) comienzan las hostilidades, en el plató estalló la armonía. En cuanto Martín y Forner pusieron sobre el tapete el primer punto del orden del día, nada menos que el control económico de LaLiga, los allí presentes se encargaron de desmentir aquello que cantaba Vainica Doble de «Dos españoles, tres opiniones». Opinaron como un solo hombre. Llamado Javier.

«Es una tranquilidad saber que el control económico ha salvado a muchos clubes y sobre todo, que los mantiene y les permite seguir fichando, ¿no?», introdujo la conversación Isabel Forner, como se aprecia, sin pretender condicionar la opinión de nadie. «Son los propios clubes los que lo pidieron», aclaró Àxel Torres; «vamos hacia un fútbol que tiene que ser sostenible. Hay más dificultades para inscribir y para firmar, pero a la larga esto nos va a dar una situación de mucha tranquilidad». «Perdona que te interrumpa», le soltó Héctor Fernández. ¿Le cortaba para llevarle la contraria? No exactamente: «Si este programa lo hubiéramos hecho hace diez años, tendríamos que tener una ventana de impagados. Esto ahora no pasa». Rubén Martín quiso profundizar ahí y hasta aportó un dato que, quién sabe, quizá hasta tenía preparado: «Hace diez años, sin el control económico, había 650 millones de euros de deuda del fútbol con las administraciones públicas. Eso hoy se acabó».

Los elogios unánimes al control económico vinieron acompañados de varios vídeos didácticos. Un poco de azúcar para hacer pasar mejor la píldora, por seguir citando canciones de otros tiempos. Porque el aficionado, al ver que Sergio Canales ha tenido que cambiar el Real Betis por el Rayados de Monterrey, quizá no acabe de entenderlo. «Es una medida impopular», admitió Àxel Torres. «Es la manera de ser competitivo pero sostenible», abundó Rubén Martín. Isabel Forner disipó toda duda: «El control económico supone estabilidad, tranquilidad, que no haya impagos… y lo otro puede suponer que un club desaparezca, como les ha pasado a muchos. Estoy segura de que, si al aficionado le expones o esto o lo otro, siempre va a primar la tranquilidad, porque la tranquilidad es innegociable. En la vida y en el fútbol».

El publirreportaje es un género ya añejo, pero como vemos no deja de reinventarse. El impulso que le está pegando LaLiga amenaza con perfeccionar la mezcla de propaganda y formatos periodísticos. A ello hay que sumarle la pasividad de los profesionales de la información, más beligerantes con los streamers que con la patronal del fútbol. Menos mal que Paco González vio el programa y apuntó algo al respecto en Tiempo de juego (Cope): «Oye, Rubén, te tengo que decir una cosa. Ayer vi un ratito del especial del cierre de mercado que hacías con Isabel Forner. Un consejo periodístico para tu compañera, de alguien que lleva muchos años, como yo, viendo televisión: con lo joven y moderna que es… la pintaron y la vistieron que parecía que tenía 59 años. De verdad, ella hace el inalámbrico, se ve una cosa jovial, fresca… y la habían vestido como Montserrat Caballé».

10 Comentarios

  1. En la Cope le dan mucha caña a LaLiga por la censura en las transmisiones televisivas. Bastante más que a los streamers (de los que solo hablaba Alcalá; ahora pasan del tema). Entiendo que el trabajo de Lalibreta es criticarlo todo, pero no invente, señora.

  2. ¡Qué malísima es esa chica! (que eso sí, puede vestir como le dé la gana y no como quiera el asqueroso de González). Pero es insoportable.

  3. Me da pena cómo está envejenciendo Paco González. Me está empezando a dar tirria. Luego tenemos a Manolo, que llevaba unos meses mejor y ha vuelto de las vacaciones revolucionado y enloquecido. Lo de comentar cómo debe vestir determinada periodista, es de traca.

    • Pues si, lo de Paco es muy triste, con lo que fue y en lo que se ha convertido, lleva años dando bastante vergüenza…

      Esta gente no tiene nadie cerca que les avise cuando empiezan a arrastrarse?

  4. Pero tienen razón. Hace unos años la mitad de la liga estaba en concurso de acreedores. Porque además te daba ventaja. Imaginemos dos equipo que estaban en peligro de descenso. No tienen un duro. Llega diciembre y uno de los equipos dice «no podemos fichar a nadie que no tenemos un duro». El otro ficha a Fulanitovic y Menganitinho, meten unos cuantos goles y su equipo se salva. No paga, pero se pone en concurso de acreedores y no le pueden descender por impagos. Ventaja para el tramposo. Hay un caso sangrante: el Levante se quedó el último de 1ª, y bajó a 2ª, no pagaba a los jugadores, debería haber bajado a 2ª B por eso pero… se puso en concurso de acreedores y no lo pudieron descender. Al año siguiente ascendió a 1ª. No podía descender pero si ascender. Yupi. Y no nos olvidemos que las deudas de los clubes eran fundamentalmente con hacienda y con la seguridad social, o sea, era dinero de todos. Los directivos tiraban NUESTRO dinero. Así también lo hago yo. De Tebas se pueden decir muchas cosas y casi ninguna buena, pero ha puesto orden en la casa de putas que era el fútbol español. Si hace 10 años nos dicen que los clubes españoles iban a pagar las deudas y ganar dinero todos los años nos hubiéramos pensado que era un chiste.

    • El Levante hoy en día ha acumulado 110 millones de deuda (60 en infraestructuras y 50 deuda deportiva) y lo único que le está manteniendo ahora es malvender a jugadores y el CVC. Y todo esto en época de Fair Play Financiero. Es mentira eso de que La Liga este más saneada. ¿Que sentido tiene lo del FCB? O equipos como Sevilla y Real Betis ni puedan ni fichar. No hay ningún control, lo que hay es una mala gestión.

  5. Tebas pagando y controlando a todos los medios. Pero luego no se habla nada del auto del juez sobre el caso Barça-Negreira. Luego te tienes que reír con eso de que Floren controla los medios…

  6. Me aburre el control financiero. Los clubes son empresas gestionadas como tal, y si la cagan allá ellos. No me imagino al Estado diciéndole a ese señor con 55 años y el en paro, q no monte un sexshop al lado de un tanatorio. El fútbol no es, ni será nunca justo o equitativo, no intentemos venderlo como tal. Si nadie entiende el control financiero, no nos engañemos

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