Unicaja y Lenovo Tenerife dirimirán esta tarde (19.00 horas) quién se lleva la 87ª edición de la Copa del Rey de baloncesto, un veterano y, pese a ello, atractivo torneo que ha tenido campeones de todo pelaje en su historia. Sin más criterio que la subjetividad más pura, elegimos diez clubs distintos para demostrarlo fehacientemente.
1. Layetano
De Barcelona, que conste. Sirva la inclusión de este auténtico clásico del baloncesto nacional para representar en blanco y negro a otros equipos que ganaron la Copa en el Pleistoceno, como el Rayo Club madrileño (1933-34 y 1935-36) y los también barceloneses Societé Sportive Patrie (1934-35), L’Hospitalet (1934-35), Espanyol (1940-41) y Picadero Jockey Club (1967-68). En el caso del ahora conocido como Laietá, alzó los títulos de las temporadas 1941-42 y 1943-44, en aquel país entre cascotes que miraba de reojo la destrucción que se extendía en el resto de Europa. Es tan histórico que está considerado el primer club de baloncesto fundado en España: en 1922 por un grupo de antiguos alumnos de las Escuelas Pías de San Antón. Habiendo celebrado recientemente su centenario, sigue vivo en la formación de jugadores, quizás inspirado en jugadores y entrenadores de la época Eduardo Kucharsky, Gabriel Alberti, Emilio Galve, Enric Piquet y Fernando Esteva.
2. CAI Zaragoza
El Club Baloncesto Zaragoza que inauguró una nueva época en el baloncesto español ganando la Copa en la Navidad de 1983 todavía existe, aunque sea a nivel modesto. Existe la tentación de pensar que falleció, engullido por las deudas que lo sacaron de la ACB a mediados de los 90 y la posterior irrupción del actualmente denominado Casademont Zaragoza. Este del que hablamos siempre será «el CAI», por mucho que luego lo patrocinasen Natwest o Amway. Sorprendió a todos venciendo en la primera competición bajo el formato de concentración (eran cuatro y no ocho, como ahora). Ante el Barça (81-78), ejercer de anfitrión y tener a un desatado Kevin Magee fue determinante. Tanto que arrebató a Manolo su paradigmático bombo en plenos festejos en un pabellón conocido como «El huevo», ahí es nada. Se extendió la sensación de que jugándosela a cara o cruz durante días consecutivos todo era posible. El conjunto maño llegó a repetir en la temporada 89-90, en Las Palmas, con Mark Davis ejerciendo esta vez de ejecutor (44 puntos en la final ante el Joventut, récord vigente), pero de eso resulta más difícil acordarse.
3. Real Madrid
Los blancos, que son el equipo que más títulos coperos tienen en sus vitrinas (28), todavía no habían cedido la hegemonía en el basket nacional al Barcelona y se permitieron el lujo de ganar la edición 85-86 en el mismísimo Palau Blaugrana derrotando primero al CAI Zaragoza en semifinales (enorme remontada iniciada ¡por un triple de Fernando Martín!) y luego al Joventut en la final (87-78). Lo llamativo de aquel evento fue el fracaso de público que se produjo, que en su momento se atribuyó a los horarios y al precio de las entradas. Totalmente inimaginable desde entonces, con los abonos volando a poco de ponerse a la venta y un impacto en cuanto a imagen puede que superior a la final de la Liga Endesa, aunque este año no se han agotado las localidades. Biriukov e Iturriaga fueron los máximos anotadores de su equipo con 19 puntos. La Copa tardaría una eternidad en volver a Barcelona: temporada 2011-12… con el Madrid proclamándose campeón de nuevo, esta vez en el Sant Jordi. No parece que la hayan vuelto a pedir.
4. Estudiantes
Los colegiales habían ganado la Copa 62-63 al todopoderoso Real Madrid (94-90) y tuvieron que esperar casi tres décadas para repetir, esta vez en Granada y ante el CAI Zaragoza en un partido pétreo, pero emocionante (61-56 tras llegarse al último minuto con 56-56). 1992 fue un gran año para el conjunto de Miguel Ángel Martín, que añadió al hito la clasificación para la Final Four de la Liga Europea disputada en Estambul. Ciencia ficción para un club que cumple su segundo año consecutivo en LEB Oro encajonado por una constante crisis institucional y casi vital. A la vera de La Alhambra, el sapientísimo John Pinone fue nombrado MVP pese a que sus números fueron mucho peores que los de Rickie Winslow (10 puntos y 4 rebotes por 16 y 12 de su compatriota, que se marcó un par de mates icónicos). En el 2000 habría una tercera Copa: en Vitoria ante el Valencia Basket (73-63). Bueno, en el 2022 también ganaron la Copa… pero de la Princesa.
5. Baskonia
«El Tau» (sí, mucha gente lo sigue llamando así) se había apuntado en 1985 un torneo menor, la Copa Asociación, en Villanueva de la Serena, con su futura estrella José Manuel Calderón haciéndose fotos con los americanos baskonistas, Essie Hollis y Terry White, cuando apenas levantaba dos palmos del suelo. Sinceramente, aquello no fue para tirar cohetes, por lo que puede considerarse que el título copero de 1995 fue el primero «fetén» del palmarés gasteiztarra, que engordaría en 1999, 2002, 2004 y 2006. Granada volvió a ser fatídica para el Club Baloncesto Zaragoza, ya despojado del patrocinio de la Caja de Ahorros de la Inmaculada. En el 88-80 para los vitorianos pesó sobre todo la sabiduría de Pablo Laso, que era por entonces una máquina de dar asistencias (7) y que hasta mirando al aro estuvo más inspirado de lo habitual (11 puntos). Una plantilla de leyenda con jugadores como Velimir Perasovic, Kenny Green, Ramón Rivas, Santi Abad y Marcelo Nicola, muestra de que en los despachos Josean Querejeta empezaba a ser el más listo con las colaboraciones imprescindibles de Alfredo Salazar fichando y Manel Comas ejerciendo de fiero capataz del vestuario.
6. Bàsquet Manresa
Otro que se mimetizó con su patrocinador casi para siempre. Dos años antes de protagonizar la mayor sorpresa de la historia del baloncesto español ganando la Liga ACB 97-98, el TDK ya dejó claro que valentía no le faltaba. De aquella edición de Murcia se recordará el decisivo triple desde la esquina del incombustible Chichi Creus en la final ante el Barcelona (94-92). Estaba a unos meses de cumplir los 40 y sin embargo todavía mandaba en los partidos a un nivel superlativo, jugando esta vez los 40 minutos y anotando 25 puntos. Unánime MVP apoyado por Harper Williams (20 y 8 rebotes, 10/10 en tiros libres) y Linton Townes (15), que estuvo en la reseñada Copa madridista del Palau diez años atrás. Saliendo del banquillo, Joan Peñarroya (13), actual técnico baskonista. Una anécdota sobre Williams ahora que se ha abierto la veda sobre Juan Carlos I y las posibilidades de ir al trullo son escasas: el americano solía contar que se lo encontró una noche (mediados de los 90) en los baños de la Joy Eslava. Se lo quedó mirando y solo acertó a decir: «oh, the king…».
7. Valencia Basket
La Copa del Rey de Valladolid en 1998 sigue solitaria en las vitrinas del «Pamesa», que desde entonces ha perdido las cuatro finales que ha disputado (2000, 2006, 2013 y 2017) para disgusto de su dueño, el mercadonístico Joan Roig. La del pabellón Pisuerga, que diez años atrás había acogido el mítico triple de Nacho Solozábal para tumbar al Real Madrid en el último segundo, fue una de las finales más conflictiva. La bronca radiofónica entre Alfred Julbe y Moncho Monsalve («vete a tomar por culo», le soltó el técnico del Joventut al analista en antena) fue un momento más terrible. «La Penya», inferior «de pe a pa» (89-75), llegó a defender con cuatro a discutible modo de protesta por el estilo de su oponente. Los de Miki Vukovic fueron a lo suyo, mezclando a la perfección jugadores de la casa (Nacho Rodilla, Berni Álvarez y Víctor Luengo, entre otros, habían participado en el ascenso desde Liga EBA dos años atrás) con americanos resolutivos (Aaron Swinson, Reggie Fox y Tim Perry). Rodilla fue MVP (15 puntos) dentro de un juego muy coral (seis hombres por encima de la decena).
8. Fútbol Club Barcelona
27 títulos llevan los azulgranas (más 11 subcampeonatos), lo que obliga a pensar que los ha sumado de todos los colores y sabores. Este de 2001 en Málaga tuvo las peculiaridades de que se lograba tras una larga década de sequía y sobre todo de que se produjo en plena deflagración de Pau Gasol. El marciano de Sant Boi, todavía con aspecto desgarbado y no exento de acné juvenil, dominó los partidos a su antojo durante aquellos meses, pero el Real Madrid ofreció extraordinaria resistencia durante la final. 80-77 fue el resultado tras el 36-43 a favor de los blancos en el intermedio. El baloncesto estaba en una transición cuyos resultados vemos hoy en día. Aíto García Reneses, como es habitual, se adelantó a ello con una plantilla muy larga en la que primaban el físico y el fanatismo a nivel táctico. La intención del ahora venerable técnico del Basquet Girona era también repartir el protagonismo ofensivo, pero era complicado si tenías a Gasol en tus filas (25 puntos con 12/14 en tiros libres para equilibrar la misma cifra de Alberto Herreros). Seguro que Saras Jasikevicius, mucho más sonriente que ahora, tomaba nota de todo.
9. Unicaja Málaga
La de 2005 en Zaragoza es la primera y, por ahora, única Copa del Rey del club malagueño, que para los presupuestos que ha manejado tampoco es que se haya asomado a muchas más finales (derrotas en 2009 y 2020). En aquella época en España se jugaba a lo que quería Jorge Garbajosa, recién repatriado de «reinvención» como jugador en la Benetton (17 puntos en la final ante el Real Madrid, 80-76). Sergio Scariolo mostró su perfecto manejo de los partidos decisivos y agradecía al club y a la afición el esfuerzo hasta llegar a ese momento. Y Boza Maljkovic expresaba lo que entonces se veía normal y ahora suena raro: los dos «grandes» del fútbol estaban un paso por debajo de las emergentes fuerzas del norte (Vitoria) y el sur (Málaga). «La clave ha sido que mis jugadores han estado poco frescos. No tenemos el banquillo del Unicaja, con dos grandes jugadores por puesto. Tres partidos en tres días nos ha pasado factura», aseguró el entonces técnico blanco.
10. Joventut de Badalona
De los ocho títulos coperos de la «Penya», el de 2008 en Vitoria es el último. Ganó al menos uno en las décadas de los 40, 50, 60 y 70. Los 80 se los saltó, regresando al éxito en León en 1997. Lo que queda del Buesa Arena fue la increíble conjunción entre dos genios jóvenes, Ricky Rubio y Rudy Fernández, con Aíto. Tanto fue así que silenciaron Vitoria-Gasteiz ante un Tau Cerámica que no pareció sentirse a gusto nunca, ni siquiera cuando en el segundo cuarto adquirió una estupenda ventaja de 16 puntos (12-28). Administró fatal los últimos minutos hasta terminar cediendo por 82-80. Apoteósico Rudy (32 puntos en 33 minutos, no es de extrañar que a los pocos meses acabase en la NBA) y precioso duelo entre Ricky (no hay que olvidar que tenía 18 años) y Pablo Prigioni. Escrutar la plantilla baskonista confirma la magnitud de aquella hazaña en campo contrario: Igor Rakocevic, Pete Mickeal, Tiago Splitter, Mirza Teletovic, Zoran Planinic, el propio Prigioni…
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