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Contratos a dedo, fútbol y clientelismo en Limak, el gigante turco que renovará el Camp Nou

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A principios de este mes el Fútbol Club Barcelona anunció que otorga la remodelación del Camp Nou a Limak Construction. La empresa turca, desconocida hasta ahora en España, convenció a la directiva blaugrana con una propuesta de renovación exprés en tres años, garantías por plazos y un presupuesto máximo de 900 millones de euros. Durante el anuncio, la vicepresidenta del Barça, Elena Fort, se apresuró a señalar que aunque Limak apenas ha trabajado en estadios de fútbol -construyó un campo de 25.000 localidades en el sur de Turquía en 2013– la empresa tiene una vasta experiencia en el manejo de grandes infraestructuras.

Limak ha sido una de las constructoras del aeropuerto de Estambul, el más transitado de Europa. Ha alzado puentes colgantes, varios pantanos y ha gestionado proyectos en una decena de países. Ha remodelado eléctricas y procesos de privatización de varias empresas turcas. Y así un largo etcétera de construcciones que se remontan hasta los años setenta. Limak también es conocida en Turquía como una de la pandilla de los cinco, en alusión al quinteto de holdings que se benefician de la mayoría de las licitaciones públicas del país. En las dos últimas décadas el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, ha creado una red clientelista de empresas favorables a su partido -el islamista AKP, en el poder desde el 2002- a cambio de contratos a dedo. Estas cinco empresas, entre ellas Limak, aparecen constantemente en investigaciones de licitaciones públicas. «Desde que el AKP llegó al poder, han cambiado la ley de contrataciones públicas más de 200 veces», explica Düzgün Arslantaş, investigador de la Universidad de Colonia, que ha estudiado las redes clientelares del AKP. «Esto les permite incluso ajustar los anuncios de licitaciones para que se adapten a las características de una u otra empresa en concreto», asegura, y añade que estas enmiendas eliminan muchos controles burocráticos y judiciales.

En 2020 por ejemplo, el Gobierno distribuyó unos 5.000 millones de euros en licitaciones pero de éstos, solo 175 millones fueron adjudicados mediante licitaciones públicas. De Limak en particular se desconocen cifras totales porque no cotiza en bolsa y tampoco publican cuentas anuales, pero un informe del Banco Mundial de 2018 la señala entre las diez empresas que más contratos de infraestructuras reciben en el mundo. Una investigación del periodista turco Ersan Kınık apunta que en los últimos siete años los ayuntamientos del AKP han adjudicado hasta 255 contratos a Limak, contando solamente las obras eléctricas de más de cincuenta millones de euros. «Se pasan por alto muchos controles que deberían examinarse en el Parlamento. Incluso en los comités en los que se deciden las licitaciones, de cada quince personas al menos doce son del AKP. Es muy difícil monitorizar los procesos», describe Merve Tahiroğlu, investigadora y directora de Turquía del centro de estudios de Oriente Medio POMED. La investigadora señala que esta dinámica ha llevado a la bancarrota a empresas que no han podido competir frente a la pandilla de los cinco. «Se dice que va a salir una licitación pública y cuando anuncian las condiciones estas empresas ya tienen su propuesta hecha. Claramente conocen los detalles de los concursos con antelación», describe.

La pandilla de los cinco también es propietaria de medios de comunicación afines al Gobierno. A cambio de las licitaciones, estas empresas apoyan al AKP dando cobertura a sus campañas electorales o mediante financiación indirecta. «A veces hacen donaciones a proyectos en los que el AKP está detrás para atraer a la base de votantes. También son influyentes en la sociedad civil, en asociaciones y clubs de fútbol. Aparecen constantemente en público con Erdogan», explica Tahiroğlu. «La falta de transparencia de las finanzas de los partidos en Turquía hace que sea muy difícil rastrear estas grandes empresas. El AKP gasta mucho más dinero que otros partidos en campañas: pancartas, transporte de ciudadanos a sus mítines, comida y bebida gratuita. Esto cuesta mucho dinero», describe Sabri Sayarı, académico especializado en política económica turca en la Universidad de Sabanci.

Juicios por corrupción

El manejo de algunas de estas licitaciones ha llevado a Limak a juicio en varias ocasiones. El caso más sonado fue en 2004, cuando el fiscal jefe de Ankara presentó una demanda contra una veintena de acusados, entre ellos los presidentes de Limak, por malversación de más de medio millón de euros mediante la falsificación de contratos en la construcción de un edificio de la Guardia Presidencial. Pese a que la Fiscalía pidió hasta 26 años de prisión, el caso fue de tribunal en tribunal hasta terminar en una multa. Tres años después, varias constructoras, entre ellas Limak, se enfrentaron a otro caso de «licitación fraudulenta», y «sobornos» por contratos adjudicados por el Ministerio de Energía. Los directivos de Limak fueron condenados a más de tres años de prisión. Luego el Tribunal Supremo anuló la condena de los 77 imputados en el caso, asegurando que no se aportaron pruebas suficientes durante la investigación.

El principal partido en la oposición, el socialdemócrata CHP, también ha denunciado ante el Parlamento las irregularidades de Limak durante la gestión de la privatización de centrales térmicas, que según aseguran, ha generado unas pérdidas de medio millón de euros al Estado. El líder del CHP, Kemal Kiliçdaroğlu, quién puso nombre a la pandilla de los cinco, se enfrentó el año pasado a una demanda de Erdoğan por difamación.

Algunas de las construcciones de Limak también han provocado protestas multitudinarias en zonas rurales de Turquía, después de que la empresa destruyera zonas forestales y ampliara minas de lignito para generar combustible para sus centrales térmicas. En una ocasión, un error en una de sus presas construidas en Siirt, en el sureste del país, provocó la muerte de seis personas. Varios sindicatos también protestaron por la muerte de 55 trabajadores durante la construcción del aeropuerto de Estambul. «Se han producido varios incidentes en los que los ayuntamientos aseguran que estas empresas construyen sin los permisos pertinentes. El problema es que estos holdings sienten que tienen tanto poder por sus relaciones con el AKP que no les importa no tener estos permisos», explica Tarihoğlu.

Nihat Özdemir: directivo en los despachos del fútbol

Limak fue creada por los empresarios Sezai Bacaksız y Nihat Özdemir. Éste último es un gran seguidor del fútbol y ha dedicado gran parte de su carrera a tejer relaciones en los despachos de los estadios. Desde mediados de los años 1990 hasta 2011 fue miembro de la directiva del Fenerbahçe, período en el que el conjunto ganó seis títulos de liga.

Nihat Özdemir

A partir de los años 2000 empezó a ejercer de vicepresidente del club de la mano del presidente Aziz Yildirim. En una rueda de prensa en aquellos tiempos, Özdemir presumía que bajo su directiva, el Fenerbahçe había pasado de tener un presupuesto de 15 millones de dólares a 200. Un par de años más tarde, en 2011, estalló un escándalo de amaño de partidos, en el que fueron detenidas 61 personas, entre ellas varios jugadores de primera y segunda división, personal de administración y directivos del Fenerbahçe, Sivasspor y Eskişehirspor, entre ellos Aziz Yildirim. Pese a ser su mano derecha en el club, Özdemir no fue incluido en la investigación del amaño de un total de 19 partidos.

El escándalo fue enorme y la UEFA incluso llegó a excluir durante dos temporadas al Fenerbahçe y al Besiktas de las competiciones europeas. Se condenó a los acusados y un tribunal superior canceló la condena. Otro tribunal reabrió el caso y fueron declarados inocentes. El Fenerbahçe pidió 135 millones de euros a la Federación Turca de Fútbol (TFF) y a la UEFA por daños.

En 2019 Özdemir se presentó como candidato a presidente de la TFF. Fue elegido por voto unánime, aunque también era el único candidato que se presentó. Su presidencia destaca por unas declaraciones en un debate televisivo en el que soltó que hacía nueve años que no se hablaba de amaño de partidos, dando a entender que antes de esa fecha sí los hubo. El descontento en el Fenerbahçe fue tan grande que Özdemir se vio obligado a cancelar su membresía del club. Sorprendentemente aún era miembro pese a ser presidente del TFF. Hace ocho meses dejó la presidencia y también se retiró de la dirección de Limak. Ahora el holding lo dirige su hija, Ebru Özdemir, aunque Nihat sigue haciendo negocios en la sombra.

Un contrato adaptado a sus condiciones

Esta semana El Confidencial publicó una investigación que sugería que el Barça podría haber adaptado las condiciones de la licitación para poder conceder a Limak la obra, ya que los requisitos previos dejaban a la empresa turca fuera del concurso. En las cláusulas previas pedían experiencia en la construcción de estadios de más de 40.000 localidades y un mínimo de dos construcciones realizadas en España. Limak no cumplía ninguna de estas condiciones. Sin embargo, el Barça ha publicado un comunicado asegurando que en septiembre de 2022 modificó el anuncio de licitación y en el nuevo documento prescindían de estos requisitos.

Fuentes de la directiva del Barça aseguraron al ARA que Nihat Özdemir coincidió con Joan Laporta en el palco del estadio del Galatasaray en marzo del año pasado, durante un encuentro de Europa League. Fue supuestamente entonces cuando Limak empezó a mostrar interés por participar en las obras del Camp Nou.

Varios investigadores turcos consultados por Jot Down Sports descartan que se tratara de una adjudicación a dedo, pero remarcan que no se puede obviar el privilegio del que goza Limak en los contactos y licitaciones. «Aunque haya conseguido el contrato puramente por razones financieras, por ser la mejor oferta, la razón por la que tiene tanto poder es por los privilegios de los que se han beneficiado en la última década», explica Merve Tahiroğlu. «Aunque no hayamos visto a nadie del AKP reunirse con empresas de Barcelona. El favoritismo del que gozan los ha llevado a poder hacer esta oferta. Son oligarcas turcos», concluye.

2 Comentarios

  1. La contratación de Limak por parte del Barcelona tiene muy mala pinta. Me parece éticamente impresentable. No es una empresa, ni lo que la rodea, que respete los derechos humanos, además de los tratos de favor que recibe. Ahí tenemos el asunto criminal de los muchos obreros muertos durante la construcción del aeropuerto de Estambul. Tampoco me parece que sea una empresa fiable en cuanto a la seguridad de sus obras y tanta rápidez en su construcción me parece muy peligrosa para la seguridad de las obras y de los obreros.

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