A la primera semifinal de la Liga de Campeones llegaron los dos mejores equipos de Europa. Ambos en buen estado. El fin de semana, mientras el Madrid ganó la Copa del Rey el City afianzó su liderato en Premier. Ambos guardan tal respeto al fútbol que esta ida en el Santiago Bernabéu decidieron empatar. El Madrid, no obstante, fue superior. El año pasado eliminó al City en semis. Probablemente vuelva a pasar, pero esta vez en el Etihad. Son dos grandes plantillas, aunque la blanca forma mejor alineación y su único dogma es la lógica del juego. Esta fórmula se ha demostrado infalible, a juzgar por sus Champions. Preguntado por la cosa táctica, dijo Ancelotti en el previa de Movistar que sólo se trata de «meter toda la calidad que tenemos en el campo». Parece simple. Aunque el City de ello también tiene un saco. Por eso la eliminatoria sigue igualada.
Haaland aún no es Modric
Precisamente la calidad de los celestes se incrementó, este curso, en el ataque. Hoy todo el mundo habla de Haaland como el factor definitivo en la eliminatoria. 51 goles en 46 partidos tienen la culpa. Ancelotti aclaraba en la previa que «no estamos preparando un partido contra Haaland, sino contra un equipo que parece imparable». Como en el City juegan también De Bruyne o Bernardo Silva, la opinión popular es big data y a la de Ancelotti se le llama sensatez. En cualquier caso, Rüdiger, un gran defensor, se emparejó a Haaland y Haaland fue menos Haaland. No lo dejó recibir ni girarse, imponiéndose también por alto, y el noruego apenas influyó.
Por su parte, dijo Guardiola que el año pasado «en casa jugamos de una forma excepcional y aquí no jugamos de manera excepcional, y no fue suficiente». A uno le encanta cuando grandes entrenadores achacan las victorias y derrotas exclusivamente al nivel del juego, porque es la única verdad. En esta ida tampoco fue excelente y por eso no sacaron la victoria. Al respecto, declaraba Bernardo que nadie gana por la camiseta. Cierto. Que el Madrid -continuó Bernardo- «sin Modric, Kroos, Benzema y Vinicius no ganaría nada». Y si Guardiola tuviese pelo no sería calvo.
Entonces, entre tanta opinión válida, antes del partido llegó Rooney para colarse en la fiesta. Se presentó con peluca y disfraz de entrenador. Se puso a hablar en serio y sonó la mar de cómico. El bueno de Rooney aseguraba, haciendo gala de buena parte de la flema de toda Gran Bretaña, que el Madrid, un equipo con dos Balones de Oro recientes, Courtois, Alaba, Rodrygo y algún otro donnadie, el reciente campeón de Europa, no tiene nada que hacer contra el City. Que está «en otro nivel» y que los van a «machacar». Luego pasa lo que pasa, que va el fútbol vestido de portero de discoteca y expulsa al infiltrado al grito de «¡In yourface!»
Modric juega porque sí y Walker juega porque Vinicius
Entre mucha palabrería y cuentagotas de argumentos respetables, llegó el partido. Modric se lo perdía por lesión hace apenas una semana. Pero se trata de Modric, no de Bale. Y Ancelotti, que de tacticismos mal entendidos entiende lo justo, dijo en rueda de prensa que «tengo claro quiénes van a jugar: Modric y otros». El croata jugó minutos en la final de Copa y ha sido titular en Champions. Extrañamente, fue el mejor del partido. La ausencia de Militao por sanción la cubrió Rüdiger, como se ha dicho, sobresaliente en su examen más exigido.
Por parte del City, Guardiola llevaba media temporada usando cuatro centrales. Pero en las citas inmediatas al partido contra el Madrid puso titular al lateral derecho Walker. ¿Fue descanso para Akanji? Ni en broma. Dice Guardiola que «Vinicius cada vez que agarra el balón, te hunde». Juega Walker y no un central porque hay que pasar por encima de Vinicius para llegar a la final y los juegos tácticos agradan, pero se quedan para ocasiones menores. De igual modo, la lesión de Aké a última hora la cubrió el central Akanji porque el City, vendido Cancelo, no tiene lateral izquierdo natural en la plantilla. Si no, sabe hasta el Cristo Redentor que también hubiese jugado para frenar a Rodrygo, primo hermano de Vinicius.
El Madrid parece que está peor pero en realidad está mejor, y se adelanta
Echó a rodar el balón y ambos engañaron poco. Y es que son equipos del todo identificables, el City por la idea de su entrenador y el Madrid por las características de sus jugadores.
Empezando por los ingleses, hay que hablar desde el balón. Para eso entrena Guardiola y juegan Rodri y Gundogan. La habitual posición de Stones como bisagra defensiva hizo la superioridad posicional en fase de iniciación. Desde el puesto de central derecho pasaba al de volante. Como no es un buen centrocampista, sus funciones eran de aclarado para que recibiese Rodri, un buen organizador. El de Stones es otro experimento táctico, más asumible en defensa que el de los cuatro centrales.
Con esa estructura, el City a menudo consiguió iniciar el juego a ras de hierba, aunque ambos equipos presionaron la salida oponente de manera alta y desde ubicaciones intermedias. El Madrid consiguió robar un balón así en el minuto 24. A punto estuvo Vinicius de encontrar a Benzema, pero Días cortó el pase de la muerte yendo al suelo. «Era gol o gol», dijo Carlos Martínez desde la narración. También logró forzar varias veces la salida directa desde Ederson hacia Haaland, igualmente una buen vía, habida cuenta de la zurda del portero y el juego aéreo del nueve. «Nosotros jugamos igual, pero si nos quieren presionar alto, hombre a hombre, como hizo este año el Madrid contra el Barcelona, tendremos que aprovecharlo», dijo Guardiola en la previa, sobre la posibilidad de jugar directo. Aunque las segundas jugadas no conllevaron peligro puesto que, al ser lanzamientos exigidos, no llevaban precisión ni profundidad. En cualquier caso, en la mayoría de ocasiones al City logró establecerse en la mitad rival, donde se siente a gusto, sobre todo en la primera parte.
En cuanto a los citados mecanismos de presiones, la diferencia radicó en que el City, siempre extremo en sus postulados, nunca replegó mientras tuvo fuelle, toda vez que el Madrid sí lo hizo. Pasó del bloque medio al bajo siempre que el City consiguió salir. Lejos de ser un hundimiento, esto responde a las posibilidades de los futbolistas blancos, como casi todo en el campeón de Europa. Sin la estructura posicional ni la capacidad pulmonar adecuadas, el Madrid no puede presionar las pérdidas como lo hace el City. Por eso, puesto que es el equipo más versátil del momento, actúa en consecuencia. Asimismo, el plan de repliegue favorece los contragolpes que desembocan en el veloz y hábil Vinicius ante una zaga, la del City, adelantada por sistema de manera temeraria. En un contraataque se acercó por primera vez el Madrid, en el minuto 17, pero la asistencia de Rodrygo fue larga y no llegó Benzema.
En cuanto a la fase ofensiva del City, era previsible que trataría de herir al Madrid por la banda que ocupan Camavinga, Modric y Vinicius. Es el costado más fuerte en ataque y débil en defensa de los españoles, todo lo contrario en los citicens. Camavinga no es defensa, Modric tiene 37 años y Vinicius apenas se solidariza defensivamente. Su primera ocasión llegó en el minuto 8, cuando el brasileño no siguió a Walker, este dobló a Bernardo, arrastrándole al lateral, y el portugués encontró a De Bruyne en el desmarque de apoyo frontal. El chut del interior lo repelió Courtois, como de costumbre.
El Madrid no necesita a Guardiola para combinar
Lejos de lo que pudiera imaginarse, sobre todo si se analizan los equipos desde la superficialidad, el Madrid también consiguió salir de fondo con claridad. A diferencia del City, lo hizo sin necesidad de superarles en número posicionalmente, sino desde la movilidad de Modric. El croata caía desde la zona interior izquierda para iniciar. Por supuesto, lo conseguía: es un Balón de Oro rodeado de potenciales Balones de Oro. Cuando esto sucedió, Camavinga, con su alma de mediocampista, apoyó mientras Rodrygo y Benzema escalonaban ese mismo sector. Porque el objetivo del Madrid es que se relacionen los buenos para encontrar mucho a Vinicius y no menos a Benzema.
Así llegó el 1-0 en el minuto 35. Alaba tocó para Camavinga, Modric bajó a recibir y conectó una pared con el móvil y decidido futbolistas francés, quien condujo hasta la mitad rival. Allí encontró a Vinicius en la frontal, quien mediante un potente chut de empeine interior, la clavó en la escuadra derecha de Ederson. Y sin novedad se llegó al descanso.
Se reanudó el partido y en el minuto 49 aconteció la mejor jugada combinativa de lo que va de Champions. Fue del Real Madrid. Se inició abajo, se dieron innumerables pases con arrojo, sentido, precisión y voluntad ofensiva. Acabó en córner tras un chut de Benzema dentro del área. No fue gol y no se recordará, pero es para enmarcarla como Creatividad, Real Madrid, año 2023.
Camavinga ganó metros de partida en la segunda mitad, dejando espacio a Modric para que ejerciera de iniciador. El juego fluyó desde allí, con el City cansándose y estirándose. Sin embargo, ese costado aún era el más débil del Madrid en fase defensiva. Otra jugada entre Bernardo y De Bruyne a la espalda de Camavinga, que decidió mal, casi acaba en empate en el 52. Pero Courtois volvió a frustrar a De Bruyne y el árbitro señaló fuera de juego.
El City logra empatar y luego le repliegan, pero sobrevive
No obstante, Camavinga y Modric fueron la mejor sociedad de la primera parte y en la segunda, aprovechando que el croata se retrasaba, se les unió Rodrygo. Como bisagra ofensiva del Madrid, caso paralelo al de Bernardo en el City, abandonó su zona de mediapunta derecho para asociarse desde el enganche. Pero el brasileño no logró ser tan determinante como el año pasado. Sin gloria, fue sustituido por Asensio a diez minutos del final.
Antes de ello, el Madrid llevó la iniciativa al tiempo que el partido se descontrolaba. Entonces Camavinga hizo gala de los defectos conceptuales propios de un joven futbolista y arriesgó un pase medio hacia zonas interiores. Lo recuperó Rodri, excelente como siempre en el posicionamiento. De Bruyne recibió en la frontal y su chut a media altura no puedo despejarlo Courtois. Fue el empate a uno en el 66’.
Benzema, el más flojo de los cracks en la noche, casi empata de cabeza en el 77’, rematando en el palo largo una falta diagonal botada por Kroos. El Madrid insistió. Modric salió en el minuto 86 bajo su habitual ovación. El City acabó en su área y Tchouaméni la tuvo sobre la bocina, con un potente chut lejano. Pero el partido acabó 1-1.
Rooney dijo que el City iba a machacar al Madrid. Pero el City fue inferior y tanto las estadísticas, como las sensaciones y las oportunidades fueron parejas. Un partido equilibrado, eso dicta el nivel de los futbolistas que jugaron y eso aconteció. Y es que a veces, llevados por la emoción, confundidos con las libretas o simplemente carentes de lucidez, queremos saber más de fútbol que el propio fútbol. Así les va a algunos, que ni su estatus de jugador leyenda les posibilita entrenar en un equipo de liga superior a la de Estados Unidos.
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Sr. Roldan,
Leo con interes sus articulos, por que casi siempre aprendo algo. Pero sobretodo por que me parecen bastante imparciales, hecho que en los tiempos actuales es un gran mérito y es lo que espero de un periodista, imparcialidad.
Sin embargo, en mi opinión, en este artículo creo que se ha sido más subjetivo de lo que acostumbra a ser en sus artículos.
Permítame ser ventajista como usted es siempre con sus análisis. Hoy le han echado por el suelo todo el artículo, de la primera mayúscula al último punto. Analizar desde el forofismo es lo que tiene.