La gran mayoría de la gente, cuando piensa en el Club Joventut de Badalona piensa en la eclosión de jóvenes talentos. Los Margall, los Jofresa, Villacampa, Rudy, Ricky, Abalde, Dimitrijevic, Aróstegui, Parra, Ruzic… pero la realidad es mucho más amplia. El baloncesto español también se nutre de sus entrenadores que obviamente, son clave para la formación de jugadores. Pedro Martínez, Joan Plaza, Salva Maldonado, Sito Alonso o Carles Duran, entre otros ejemplos. Ahora, Dani Miret (Badalona, 1985).
Miret, antes entrenador ayudante del Joventut de Badalona, no sólo fue el elegido para sustituir a Carles Duran a seis partidos de la finalización de la temporada regular, sino que también está disfrutando de su primer contrato como primer entrenador ACB. Lo hará, supuestamente, hasta la temporada 2025-26. Por ahí andaban libres buenos entrenadores como el mismo Plaza o Joan Peñarroya. Lógicamente, el gran público de baloncesto no tenía ni idea de quién era Miret cuando le ofrecieron dar ese paso adelante.
En los tres partidos que ha dirigido ha tenido la ocasión de tener contra las cuerdas al Real Madrid hasta los últimos segundos y en la capital, de ganar en casa al Bàsquet Girona y de perder en Gran Canaria con claridad a partir de los últimos 15 minutos. El equipo está fuera de los playoffs, objetivo ya muy complicado cuando cogió las riendas.
El club, más allá de los resultados, no creía en la continuidad de Duran después de un ciclo de poco más de 6 temporadas, y entiende que lo mejor era que Miret empezase el rodaje lo más pronto posible. Un puñado de derrotas consecutivas, jugadores dejándose llevar en momentos del partido, no clasificarse para la Copa y quedar apeados en cuartos de final de la Eurocup hizo que se empezaran a escuchar pitidos en el Olímpic de Badalona.
Por el contrario, una parte de aficionados y periodistas piensan que Duran se merecía acabar la temporada y así darle la oportunidad de ser despedido por la afición. Que no hubo una buena planificación, deshaciéndose desde los despachos de los contratos de Chinanu Onuaku a principios de noviembre y, de su fichaje estrella, DeShaun Thomas, a principios de enero. Que hubo muchísimas lesiones y que, ambos percances, obligaron a Duran a jugar con «cuatro cañas» durante demasiados partidos.
Se debe destacar también que Duran fue uno de los máximos responsables de salvar al equipo del descenso en aquella dramática temporada 2017-18, a la que llegó a principios de febrero para apechugar con un balance de 4-15 y un penúltimo puesto. Miret tal vez parta con esa presión sin comerlo ni beberlo. Como tituló en su momento el desaparecido Javier Imbroda: «la soledad del entrenador».
Miret no era un estudiante brillante, no tiene pedigrí profesional de nuestro deporte (de hecho jugó al fútbol hasta los 12 años). Un tipo normal que empezó entrenando clubes de barrio muy lejos de los focos mediáticos. Cuánto curro para llegar donde ha llegado, cuánta mejora, cuánto instinto, cuánto liderazgo, cuánta perspicacia, cuánto… sacrificio. Todo eso mismo es lo que le pide a sus jugadores para tener éxito, como siempre, el tema es conseguirlo. Los entrenadores no meten canastas.
Un día soleado en Montgat, ¿hace 3 o 4 años? No lo recuerdo con exactitud. Andaba en una terraza con un amigo tomando un algo después de pegar unos raquetazos. En la mesa de al lado oigo que alguien nombra a Dani Miret. No les conozco pero… no puedo evitar poner la antena. «A Dani ya no hay quien lo vea. Nunca tiene tiempo, no hay quien quede con él». Otra persona que comparte esa mesa replica: «quiere dedicarse a ser entrenador profesional y es lo que tiene, no tiene tiempo para nada».
Miret ya ha cumplido el más importante de sus sueños, ganarse la vida con esto. Ocho años compaginando su profesión de docente con el baloncesto, buena parte de estos teniendo un hijo (luego llegó una niña de 6 meses), le han podido parecer una eternidad. Hay que ser un buen equilibrista para no acabar siendo mediocre en todo o solamente bueno en una cosa.
El curso 2018-19 acabó siendo el de inflexión en su carrera, entonces dedicándose únicamente a entrenar. Fue en beneficio del CB Prat de la LEB Oro, equipo vinculado de la Penya, mientras también era asistente de Carles Duran en la ACB. Antes, había estado 11 años formando, tecnificando, entrenando… en la cantera del club badalonés, considerada por muchos, si no la mejor, una de las mejores de Europa. No obstante, donde más éxitos ha cosechado ha sido dirigiendo las categorías inferiores de España, allí como primero, suma 3 Oros sin haber perdido un solo partido oficial.
Sergio Scariolo, además de ser seleccionador de España, hace el seguimiento de las categorías inferiores masculinas, de sus jugadores y la progresión del sistema de juego entre la academia y el primer equipo. Manolo Aller es su mano derecha. Scariolo me describe a Miret como: «una persona extremadamente inteligente, al margen de tener un conocimiento del baloncesto muy profundo y que, por supuesto, proviene en parte de la escuela del Joventut, que es una escuela top. Pero también por su propio talento, inquietud, voluntad y deseo de estudiar. Ha tenido experiencias de todo tipo, desde la LEB a la cantera, ha estado muchos años en las categorías inferiores de la selección, también ayudante del primer equipo de Joventut. Se puede decir que ha completado su etapa de formación, si es que se puede decir que, alguna vez, un entrenador en algún momento la completa, porque creo que es permanente y constante. También ha demostrado siempre una capacidad excelente de llevar los grupos. De llevar los jugadores que ha tenido a su disposición porque tiene credibilidad. Consigue una autoridad natural. No necesita ser agresivo ni reiterativo en su puesto de mando, si no que es muy capaz también de desdramatizar y crear un buen clima. Es uno de los entrenadores que siempre hemos puesto en los lugares privilegiados en nuestra cantera y tenemos claro que la evolución puede que permita tener una vinculación con la Federación Española de Baloncesto en el corto plazo, sí estará en el Europeo U20 de este año porque trabajará con nosotros en la organización de los equipos durante una semana, pero no en el medio plazo y para nosotros podría ser una pérdida, pues entiendo que Dani está preparado para dar este paso y es fácil preverle un gran futuro dentro del mundo del baloncesto si cuenta también con ese punto de suerte, que siempre es necesario». Scariolo, precisamente, es uno de los dos modelos en los que Miret se mira. El otro es Aíto.
El debut de Miret fue realmente brillante, como explicaba, perdiendo en un cara o cruz en la cancha del Real Madrid. Repartiendo minutos, imprimiendo un ritmo tremendo atrás y adelante, santo y seña del técnico de 38 años. Después, sus chicos no han conseguido ese punto tan elevado de competitividad ni un rendimiento regular de su tripleta de extranjeros quiénes, seguramente, ya se vean más fuera que dentro.
Miret sabe que esa competitividad llega desde el colectivo, si este no es compacto, no hay nada que hacer. Partiendo de esa idea colectiva, le gusta el baloncesto que ataca desde los primeros segundos. En defensa, también muchísimo ritmo. Estar constantemente encima del balón, dos contra uno, faltas tontas no, pero sí apretar valientemente y, si toca, arriesgar. Sus equipos siempre han incomodado a sus rivales por dinamismo, si te despistas te roban una pelota o te la cortan, si te despistas te ganan la espalda, te quedas en un bloqueo y… canasta. Para conseguir ese esfuerzo, su máxima son dos valores: pensar y creer en el conjunto. Con grupos jóvenes lo ha conseguido, ahora toca profesionales que ganan mucho, con agentes que hacen que ganen mucho.
Xavi Ballesteros ha cumplido recientemente más de mil partidos retransmitiendo a la Penya. Él es de los que piensa que Duran, en una temporada de tantas adversidades por lesiones y cambios de jugadores en la plantilla, debería haber seguido en el cargo también entiende que si se le debía substituir, Miret era una buena opción: «en el club había una situación de no confianza en Duran y sabía que no seguiría, lo que no me esperaba es que lo echaran a seis jornadas de acabar la temporada. Lo que sí veo un acierto es que se elija a Dani Miret porque es un entrenador de la casa, porque ha estado en las categorías inferiores, en el Prat que es el equipo vinculado, porque ha estado los últimos seis años ligado al primer equipo, ha estado en las categorías inferiores de las selecciones españolas haciendo un buen trabajo. También creo que si la esencia de la Penya es sacar jugadores y entrenadores de la casa, si hay un entrenador por el que se pueda apostar, se tiene que hacer siempre. No siempre será así, hay generaciones que no pasará». Jordi Valle, que se maneja a las mil maravillas cubriendo, entre otras, información verdinegra por las redes, piensa: «que el ciclo de Duran ya estaba más que acabado, por resultados y sensaciones que daba el equipo, pero lo hubiera aguantado hasta final de temporada. El play-off estaba casi imposible y ya no costaba nada esperar a mayo para despedirle por la puerta grande. Sobre Miret, me parece el recambio ideal porque conoce a la perfección la casa, ha estado en todos los equipos de categorías inferiores y conoce más que nadie nuestro ADN. Ha tenido mucho éxito en los equipos que ha entrenado y merecía esta oportunidad en la élite».
Badalona, ciudad de basket. Dani Miret representando una vez más el sueño badalonés.