Podcast

¿Pero cuál es el secreto de Pogačar?: Un podcast de Peio Ruiz Cabestany y Marcos Pereda

Es noticia

PODCAST

 

TRANSCRIPCIÓN

M: En contra de todas las previsiones y de todo lo que nos han recomendado, reincidimos en esto del podcast de intentar analizar el Tour de Francia. Hemos buscado un invitado que hubiese corrido varios Tour de Francia y volvemos a tener a Peio Ruiz Cabestany, que es el que se ha prestado a ello. El anterior podcast lo grabamos justo terminada la primera semana, cerramos preguntando por la previsión, Peio Ruiz Cabestany dijo que él veía ganador a Vingegaard. Primera pregunta, Peio, ¿quieres pedir perdón a alguien?

Jonas Vingegaard (Foto: Cordon Press)

P: Mis más sinceras disculpas, buenos días, buenas tardes, o cuando lo oigáis, pero sí, y ahora por decir un poco algo que no se esperaba, que era Vingegaard. Luego, después yo creo que nos oyeron y empezó un montón de gente a decir que era Vingegaard el que iba a ganar. Pero vamos, yo era por llevarte la contraria razonándolo, porque tú me pedías que no fuera de decir un hombre sin más, por romper moldes, sino que tenía que razonarlo. Y el razonamiento era bastante justificado. Ahora, dije también que podía pegar un petardazo, porque alguien que no ha estado corriendo desde la Vuelta al País Vasco, saliendo del hospital, de 10 días de hospitalización allá, pues era algo muy, muy sorprendente que estuviera en el tour, en el estado que estaba. Luego ya vimos, Marcos, cómo se emocionaba cuando llegaba, o sea, que lo ha vivido muy intensamente, que a veces miramos los ciclistas como figuritas de un belén, que los movemos y decimos, mira, este qué majo, este qué tal, este cual. Y al final, en el trasfondo hay un sufrimiento, hay una entrega, y en el caso de Vingegaard el tío lo ha sufrido, lo ha pasado muy mal para llegar a estar como está. ¿Cómo lo ha hecho? Ni idea.

M: Yo tampoco tengo ni idea. De hecho, luego te preguntaré un poco sobre Pogačar, sobre hasta qué punto esperabas o no tanto dominio, pero yo he dejado caer también en alguna conversación con amigos, no lo he puesto por escrito para que no me lo pasen por el morro después, pero en alguna conversación con amigos he dejado caer que el Tour de Pogačar es increíble, pero que a lo mejor es más increíble a nivel atlético el Tour de Vingegaard, viniendo donde venía.

P: Al final tú compartes la opinión de un grande como Bernard Hinault que se moja en estas cosas, ¿no?, que es más sorprendente lo de Vingegaard. Con los nuevos métodos de entrenamiento del potenciómetro de saber hasta dónde puedes forzar entrenando o qué te motive más para forzarte lo que hasta hace muy poco tiempo solo conseguías a base de competición, que es que los demás ciclistas en ese momento rivales pues te lleven al límite en carrera, tú intentes seguirles y en ese intentar seguirles pues te realmente forzando al cuerpo de tal manera que lo pongas en forma poco a poco, ¿no? Te coges un ritmo de competición, de velocidad, de potencia y eso consigue el entrenamiento. Ostras, es que tienes que tener muy motivado, no sé qué, esta nueva generación que viene pues se motive en tanto con las máquinas, con los números, con el aparatito que tienen en el manillar y entonces su cabeza funcione pues mirando esos números y forzando el cuerpo a llegar a este número, a esta potencia, a estos minutos de vatios y de esa manera te pongas en forma, llegas al tour después de estar parado y estás delante.

M: Tú no hubieses podido hacerlo eso, ¿no? Por ejemplo, o sea vosotros competíais contra otras personas, no contra los numeritos.

P: Hombre, yo empecé ya, yo venía del atletismo, en el atletismo ya hacíamos series, corría 1500 y tal, y entonces el entrenador pues entonces no había pulsómetros, para los jovencitos pues sonará esto a batallitas, entonces llegabas, te ponías la mano en el cuello, el entrenador te decía venga, te decía ya, contaba 15 segundos, tú le hacías cuantas pulsaciones, habías palpado con tus dedos, los multiplicaba por cuatro y esas eran las pulsaciones por minuto que tenías y volvías a hacer otra serie, parabas y éramos todos atletas que íbamos haciendo eso. Cuando pasé a hacer ciclismo pues, hombre, ya ibas con pulsómetro, ya no era lo del atletismo. Eso de las series no es nuevo, que es lo que te forzaba, pero ostras, por mucho que hicieras series, que llegaras reventado al final de cada una de las series y recuperaras, volvieras a darlo todo para hacer la serie en las pulsaciones que también he marcado, o sea, no llegabas a tener un ritmo competición y vas a las carreras, joder, y lo pasabas mal y a base de ir forzando, forzando, tampoco lo conseguías tras moto, que también hacíamos tras moto y entonces te llama mucha atención a las velocidades que van ahora, como sin correr, pues van a una carrera y aguantan el ritmo competición con esa facilidad. Estamos hablando, Marcos, de los primeros, luego hay otros cientos, tantos corredores, que igual son personas que sí sufren todas esas cosas, que igual estamos hablando de los primeros, unos tíos que están, más o menos hablaremos luego de… ¿Quién ha ganado el Tour? ¿Cómo se llamaba? Tadej, ¿no? Pues este está por encima de los demás, eso sí es evidente, o sea, que el tío va, cuando los demás van al 100% él igual todavía va al 90%, entonces claro, con eso ya es una ventaja que te permite ir muy cómodo, a pesar de que también sufre.

M: Precisamente del que ganó el Tour, como dices, de Pogačar, ¿tú cómo lo interpretas? Porque parece que ha ido subiendo en su rendimiento, o sea, la primera semana estuvo por encima del resto, pero relativamente igualado, en Pirineos ya tuvo el día aquel brutal del Plateau de Beille, que fueron unos ritmos locos, pero es que en Alpes sí que parecía que se iba casi sin querer, que tenía varias marchas más.

P: Y luego una facilidad tremenda, y la única explicación que tengo es que en el Giro, el Giro fue como, si tú sales con los del Bar del Pueblo, que andan dos días al año en bicicleta, y sales con ellos, anda en el bici.

M: Está bien hacerme metáforas con bares, veo que me conoces, pero a ti esa semana final de Pogačar, ¿te ha sorprendido?

P: Sí, sí me ha sorprendido, yo creo que a todos, se verá también con el tiempo, cosas que puedan salir sobre todo esto que se ha vivido en el Tour, como este hombre que viene del Giro, pues ha ido a más, que estaba ya por muy encima de los demás y que, bueno, pues que estaría cansado, pero lo que tenía que haber sido un cansancio paulatino a medida que iban avanzando los días ha sido al contrario, los demás se iban poniendo peor. Ahora he visto que ha dicho su director que se comentaba que pudiera hacer la vuelta a España, como ya una bestialidad que el director ha dicho, no, lo que está superagotado. Entonces dice, bueno, pues no lo he visto que estuviera súper agotado, le veías llegar a meta, no llegaba, veías a Jonas que estaba sudando, reventado y él, bueno, pues tenía un aspecto de recuperarse muy rápido y no esa sudoración ni esa cara de fatiga que tenía Vingegaard.

M: Aprovecho y te pregunto dos cosas… ya que lo has dicho, a mí también me llama mucho la atención lo del sudor porque es muy llamativo, que uno esté sudando a chorros, eso es muy personal, pero bueno, es visualmente muy impactante. Y luego lo que has dicho sobre hacer la Vuelta a España… yo también lo he estado pensando, lo de que dicen que está muy cansado y sí que es verdad que físicamente se le ve muy entero, pero a lo mejor el esfuerzo psicológico de estar otras tres semanas fuera de casa, más no sé si hacer una concentración a altura, quiere decir, al final preparar otra grande, a lo mejor te supone casi dos meses entre correrla y prepararla, de estar fuera, de estar a tope de rendimiento, de estar con todo medido al milímetro y quizás el chico directamente no puede hacer frente a ello desde el punto de vista psicológico.

Mark Cavendish (Foto: Cordon Press)

P: Hombre, tendrá sus entrenadores que sepan cómo está, los parámetros que tiene y tal, pero en teoría un desgaste más al final también puede ser que dices, igual lo acusas no ahora, igual vas a la Vuelta a España, a hacer lo máximo de pasar a la historia yendo a la Vuelta y ganándola, pero claro dices, igual te haces esta tontería y lo pagas en los siguientes años, es que no lo sé, los esfuerzos, es que voy un poquito a la vieja escuela, todo lo que es algo que lo vas a hacer luego con los años y cosas que se tienen en el ciclismo como un poco más establecidas, es decir, bueno, pues antes se decía el ciclista pues a partir de los 23, 25, que la mejor época era cuando los 27, 28, pero ahora estamos viendo que se cambia todo, que se cambia todo, que no es el primero que gana Giro y Tour, vemos lo del momento como lo más intenso, lo que es innovador y lo que nunca se ha visto. Me viene a la cabeza lo de Cavendish, que me gustaría hablarlo contigo, o que tú lo hables, pero claro, tenemos en mente, joder, a Eddy Merckx como que es un mito viviente, un ser que dices, hostia, este es lo que he conseguido, pero es que Pogačar dentro de unos años será lo mismo, será un mito viviente que dices, joder, y ahora lo tienes ahí y te puedes ir al borde de la carretera y echarle una bolsa de patatas a la cara según pasa.

M: Si eres muy tonto, sí.

P: Si eres tonto, claro, por supuesto, pero que lo puedes hacer. Lo puedes hacer.

M: Decías lo de lo de lo de que se hizo antes en el pasado el doblete, pero sí que es verdad que da la impresión que Pogačar ha terminado más entero que otros. Tú has vivido por lo menos tres o cuatro dobletes, el último de Hinault, yo creo que también, yo por ejemplo recuerdo el doblete de Roche, que el hombre se debió dejar media ficha del año siguiente entre juntar a unos y a otros en el Tour de Francia, entonces, claro, no tiene que ver con esto.

P: Sí, fue más renqueante su victoria, fue más renqueante la de Pogačar, ha sido… no es insultante la palabra, de un dominio absoluto, o sea, de lo que decías tú la última semana que dices, pues aquí pasará después de que le gane el sprint, venga, ostras, aquí hay todavía partido, y realmente te encuentras que no, que iba y decía, bueno, estamos viendo la tercera, a ver, ¿cuándo ataca? A cinco, a diez, a dos, a ver en qué momento deja a todos sus rivales y vuelve a sacar otro minuto, vuelve a sacar otro tal, ¿no? Era un dominio, pues, absoluto.

P: Sí, sí, y luego lo que decías de Cavendish, que te veo con ganas de que no venda yo libros en Gran Bretaña… yo creo que Cavendish, que ha batido este año el récord famoso de Eddy Merckx, al margen de la consideración que puedas tener con respecto a unas etapas u otras, que al final hoy en los sprinters siempre los hubo y siempre los habrá, sí que creo que se ha beneficiado de abrir mucho la mano en el asunto del fuera de control, porque el tío ha acabado a seis horas como farolillo rojo en la general. Yo me tomé la molestia de ir mirando y la misma distancia que hubo entre Fausto Coppi y el farolillo rojo la general en 1949, cuando tú corrías el Tour el último quedaba a tres horas, a tres horas y media, cuatro, una cosa así, con Tours que eran además mil kilómetros más largos, entonces si ya en una etapa, en la primera, por ejemplo, que dura cuatro horas y media, y tienes tres cuartos de hora más para llegar… yo quiero entender que ahí hay una diferencia de posibilidades y hay una diferencia de méritos bastante grandes no ya entre Cavendish y Merckx, sino entre Cavendish y un sprinter de los 80. Al margen de remolques o no, yo lo dejo ahí porque también he estado viendo datos y ponía que había subido Plateau de Beille no sé si ocho minutos más lento que Pogačar, oiga, aquí hay algo que no me acaba de sonar raro, no me suena normal.

P: Duele, duele, duele que un ídolo como Eddy Merckx, que lo tienes ahí tan idealizado, pues que venga un Cavendish… ¿quién es Cavendish?, un sprinter que no tiene ningún aura de grandeza ni de heroicidad, no, simplemente va ahí metida, aguanta, aguanta, aguanta y te hace 500 metros a tope y gana. A base de hacer esos 500 metros, 250 metros, hostia, le ha quitado el récord a nuestro Eddy Merckx, pero el ciclismo al final es para todos, también para un tío grande, gordo, musculoso, que lo único que haces es intentar aguantar en los repechos y sufrir como un perro para llegar al sprint, ir sumando victorias de etapa hasta romper el récord. Me has llamado a este podcast y te que contar batallitas del pasado… efectivamente hace años había muchos sprinters que ganaban después de haber hecho etapas enteras agarrados a un coche. Luego ya empezaron a poner jueces escondidos en las subidas, porque eran tan descarados eso… ahora no sé si se esconden, se escondían en los puertos, a ver si pillaban, había un coche con todos los tíos agarrados y entonces esperaban a que llegara y apuntaban los dorsales. Pero otra cosa… yo creo que un Cavendish hace unos años no hubiera acabado el Tour de Francia, lo hubieran sacado fuera de control. En eso ratifico tu opinión, de que joder, a tantas horas del primero pues no sé si es merecedor de que pase la historia como el tío que más etapas ha ganado en el Tour de Francia.

M: Es que ni siquiera, no es que sea merecedor o no, es que ni siquiera puedes hablar de una justicia deportiva, porque al final yo entiendo que si el fuera de control está más ajustado, como ocurría en tu época, el sprinter tiene que sufrir en las etapas de montaña antes de llegar a su terreno, igual que el escalador sufría en el llano antes de llegar a las montañas. Hoy en día parece que no, parece que tú te quedas en la primera rampa del primer puerto, montas un grupeto de 30 o 40 tíos y siempre llegas cinco minutos antes del cierre de control.

P: Ahí tienes razón y me estás rompiendo la cabeza, porque me estás haciendo pensar, y me jode ahora que en esta época me hagas pensar tanto, pero sí, en una etapa de estas se quedaba alguien en el primer puerto y adiós, ya sabías que o se retira o llega fuera de control, por mucho que se ha quedado de su equipo a ayudarle y tal. Y menos a la velocidad que se va ahora, que no es que digas que arrancan al principio, se hace la escapada y el pelotón ya va mucho más espacio…

Mark Cavendish (Foto: Cordon Press)

M: A ver, yo lo que te di, poniendo un ejemplo que va a entender rápidamente todo el mundo, si el día de la etapa de Isola 2000 el tío se queda prácticamente en la primera rampa del Vars y resulta que tú ves que La Bonette sube con récord absoluto, Isola 2000 se sube con récord absoluto, o sea los de adelante, como bien has dicho, no han ido de paseo, entonces te lo puedes tomar de muchas formas… pero una de ellas, y es la más dentro de la legalidad, es decir «aquí algo falla con el tema del fuera de control». El fuera de control no es que llegue la gente de noche, el fuera de control es que haya un mínimo ni siquiera pido de capacidad atlética, sino de competitividad atlética. Si ya sabemos que todos pueden hacer esas etapas, para eso son profesionales, el problema sería si me pusiera a hacerla yo, pero tienen que hacerlas también a una cierta velocidad, creo.

P: Sí, sí, no se le puede quitar el mérito de conseguir lo que ha conseguido, pero es verdad que quizás ha sido… parece como si se hubiera puesto para él, bueno, bate el récord, y hace unos años el Cavendish no hubiera acabado el Tour, no hubiera conseguido lo que ha conseguido en victorias, lo que pasa es que tampoco hay que… me duele también decir eso, es algo que pienso como tú, pero me duele desmerecer porque al final es otro ciclista más y tenemos una tendencia también a… no a reírnos, pero si hacer gracias con el ciclista como si fueran figuras de Belén… En el caso del Cavendish, por lo mismo, dices, ostras, estamos poniendo dudas porque te viene a la cabeza un montón de cosas, te viene a la cabeza también que los puertos están llenos de gente, si tú por lo bajini vas diciendo push, push, push, push, pues te hacen push, push, push y subes como un campeón, y luego si ves que viene el juez árbitro por detrás te giras y haces así como «joder, no me hagas esto», y el juez no te apunta. Bueno, pero son dudas que tienes, al final sobre el papel queda Cavendish para la historia del Tour y del ciclismo.

M: Y para el documental, que es muy importante, salir en el documental, vender la épica y todo esto. Vale vamos resumiendo un poquitín. El final del Tour de Enric Mas, ¿qué te ha parecido?

P: Lo que hablamos en el último podcast, yo creo que la actitud de Movistar ha dado pie a sus fans, a los fans de Movistar, a los que tienen que escribir de ellos. o hablar de ellos, para que puedan decir que han hecho un buen Tour. Yo creo que ha hecho buen Tour, pero a base de cambiar, de decir «vamos a tener un líder, un líder de barro», porque es de barro, no solamente por el carácter, que también… No quiero faltar, es un grandísimo corredor, pero se le ha puesto en un lugar donde no sé si se lo podía poner con esa facilidad. Pero, claro, el único equipo español de esta categoría, el corredor que tiene como líder, hay que darle ese bombo que no sé si está preparado para eso. En cambio, este año han dicho «cada uno que vaya», y han salido ahí unos chavales del equipo que han dado un Tour… con escapadas, con la posibilidad de ganar etapas en plan bonito, emocionante, o sea, que te hacían vibrar, y ha sido gracias a desplazarle un poquito.

M: En Francia, por lo que sea, está superado… ¿tú crees que si vuelve a la carrera debería orientarse a cazar etapas y a meterse en escapadas y cosas así? Estaba pensando, por ejemplo, el maillot de puntos rojos, que ha estado relativamente barato, entre comillas, porque lo ha sacado Carapaz metiéndose en escapadas igual que él y podría ser objetivo factible.

P: Es que tú imagínate, es que eso ilusiona… no ilusiona más que Mikel Landa, por supuesto, estoy diciendo una obviedad, qué tonterías digo a veces… Lo que dices tú, ha sido barato, era fácil perdiendo tiempo un día y dejando claro que no, por loa general no, ir puntuando en los puertos. Y lo que hubiera sido para un equipo que normalmente su máximo objetivo en los últimos años es liderar algún día la clasificación por equipos. Y un equipo potente, eh, quizás no con los presupuestos de otros, pero en teoría pretende ser grande. Entonces no te puedes conformar solo con la clasificación por equipos. Lo que han hecho este año podría haber salido muy bien. Imagínate que Oier te gana una etapa… hubiera sido impactante, por lo menos, después de los últimos Tour que han hecho.

M: Vale, dos nombres y te dejo que seguramente quieras irte a la playa.

P: ¿Cómo sabes que estoy a la playa?

M: Porque no escucho llover de fondo y, como no escucho llover de fondo sé que no estás Donosti, no estás en nuestro verano norteño.

P: Estoy con el viento de Levante.

M: Primer nombre, Evenepoel, ¿qué te ha parecido su Tour? Porque a mí me ha sorprendido gratamente, yo podría llegar a pensar que fuese tercero, pero para mí ha tenido un rendimiento y, sobre todo, una solvencia en alta montaña de verdad, que es la del Tour, que a mí me ha sorprendido un poco.

P: Pues ha sido una experiencia bonita para él, y para los aficionados, verle en el Tour y en estas condiciones. O sea, se le veía flaco, pero dices, bueno, de ahí a que te pase adelante, incluso quedó esa cosa de Mikel Landa, si no hay ningún otro pues Mikel para ayudarme en la montaña.

M: Fíjate, yo creo que lo hablamos el otro día medio en broma, y… la forma de ser de Mikel Landa, la forma de enfocar el trabajo también de Mikel Landa, yo creo que le ha venido muy bien a Evenepoel, que ha estado en este Tour más tranquilo que otras veces, menos crispado.

P: Sí, ha estado muy relajado, ha cumplido. Y Mikel también, ha cumplido con lo que tenía, no ha faltado la palabra que dio cuando fichó con este equipo y en las condiciones que fichó, que eso es lo que tienes que hacer cuando te ficha un equipo, te dicen «ofrezco este dinero, pero para esto». Vale, luego no me quejo,. Lo que sí me da pena es que algún día no le hubiera dado la vía libre, o sea, que hubiera dicho Evenepoel «oye, has estado todos los días aquí»… que al final tampoco me has ayudado tanto porque el desarrollo de la carrera ha sido, arranca uno, se va el otro detrás, quedo yo y somos tres, entonces Landa pues tampoco podía hacer mucho más que ir detrás y tiene un pinchazo, tiene una avería, o pega un petardazo, pues iba a estar enseguida él para que no perdiera mucho tiempo, pero lo demás no. Ahora, joder, algún día a los landistas habernos dejado un poquito de ilusión, «hoy se va a meter en la escapada, le dejo que se vaya».

Mikel Landa (Foto: Cordon Press)

M: Yo creo que si eres gregario tienes que estar a gregariar, no puedes lanzarte, otra cosa es que seas una segunda baza, que no era el caso, y tampoco el caso de Almeida. Landa para su líder habrá tirado 20 minutos en todo el Tour porque, como dices, la carrera ha sido otra y ha venido de otra forma, pero tienes que estar ahí, no puedes estar por delante con Bardet escapado y que ese día se le salga la cadena, y tengas que pararte y hacer el lila en la cuneta y todas estas cosas, que al final es una imagen horrible para todo.

P: Hacer el lila.

M: Sí, porque es hacer el lila y lo hemos visto muchas veces y es imagen horrible para todo el mundo, incluido el patrocinador. Ya con esto acabamos, que también acabamos el otro día con él y supo sobreponerse. ¿Qué te ha parecido el Tour de Landa? Porque yo ya estoy que me he venido arribísima con el tema de la Vuelta a España, hay una etapa que acaba en Picón Blanco y prácticamente Picón Blanco es el jardín de su casa, y yo ya no sé si podrá ganar, no ya la Vuelta, sino hacer doblete Vuelta y Mundial. Mundial contra el crono digo.

P: Lo que nos ha dejado es unas expectativas tremendas… es la historia del landismo, las expectativas. Yo creo que se escribirá un libro sobre esto cuando se retire.

M: Una segunda parte.

P: La segunda parte vale.

M: Lo que nos ha dejado es una imagen icónica, dando la última entrevista con un sombrero de paja recién salido del chiringuito cocoloco.

P: Es mundial, es único, es un tío que… pero lo que quería decir, en cuanto a su relación con la afición, es que siempre crea expectativas, lo mismo que el deporte también son expectativas. Los más bonito del Tour son los días previos y los primeros días, luego ya te metes y estás a lo que es, que puede ser más o menos decepcionante o más o menos ilusionante. En este Tour todos sabíamos que a cumplir con su deber, que es lo que ha hecho. Ahora ha terminado el Tour y de repente dices «ostras, que viene la Vuelta a España, que igual va de líder del equipo», ostras que he hecho quinto en el Tour, que no es una tontería, es la leche, para él y para cualquier otro. Ahora viene la Vuelta a España y va a estar adelante, puede estar adelante, puede ganarla… y, oye, tenemos otra ilusión.

M: Y nos pegaremos la hostia, porque el landismo es como la vida, es recibir alegría cuando no la esperas, ilusionarte y pegarte un hostión.

P: Efectivamente.

M: Lo apoyaremos fuertemente en la Vuelta, porque entre que gane un Ayuso o un Almeida, y que gane un Mikel Landa…

P: Pues sí, yo estoy por Mikel Landa.

M: Todos estamos por Mikel Landa y yo creo que lo veremos en la vuelta y cuando hagamos el podcast este, yo que sé, mitad de Vuelta a España, diremos oye ¿y qué ha pasado con Mikel Landa? Porque va a 70 minutos en la general, pero lo haremos con un amor.

P: Eso te iba a decir, tenemos que ir con entusiasmo, pero desbordante, para que la leche que nos demos sea más grande. Porque si no… qué triste.

M: Porque la vida es mucho más Mikel Landa y muy poco Haimar Zubeldia. Yo creo que con esto ya podemos despedirnos, ¿verdad?

P: Podíamos hacer camisetas con esa frase.

PODCAST ANTERIOR

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*