Lo grato de este oficio es que una puede sentarse delante del ordenador sin más ánimo que opinar. Lo ingrato es que esas opiniones, que a menudo gustan por ser comunes, a veces son contrarias al sentir público. De esta columna saldremos con daños. A mucha gente no le gustará, alguno pedirá mi cabeza -—como suele pasar últimamente— y el tweet donde se publiquen tendrá un ratio importante. Lo sé desde el primer párrafo, pero también desde el día que acepté el puesto. Pero también que aquí me leerán muchos que están de acuerdo, o que no sabían que lo estaban, o que no se acuerdan de por qué compartimos barco, y eso es más frecuente de lo que creen, y más en esta marabunta de titulares, filtraciones y artículos en los que se convirtió el circo de las 15. Vamos a hablar de la vuelta de Paredes:
El asunto se venía rumoreando en las últimas semanas porque, como todo en esta vida, la Real Federación Española de Fútbol ya había filtrado que Irene Paredes entraría en la última convocatoria de la Selección antes de la cita mundialista de este verano. Ya entonces el clamor popular se dirigía a hablar de traición a las 15. Pero para hablar de traiciones, antes hay que entender la cronología de los hechos y, sobre todo, que dentro del grupo de la Eurocopa hay diferentes matices de grises, tantos como hemos expuesto durante el conflicto desde el principio y de los que el público se olvida, como es normal, porque entre tantas informaciones enfrentadas es imposible sacar nada en claro. Y también porque entre los aficionados hay una división clara que responde al color de la camiseta con el que se sientan en la grada, que nunca es la roja, porque si al propio seleccionador no le importa un carajo lo que pase en su equipo, imagínense al aficionado.
Es imposible dar un sentido de pertenencia a esto. Muchos, entre los que me incluyo, nos hemos inclinado más a apoyar al núcleo duro de la reivindicación, pero a medida que avanza el tiempo, que los patrocinadores aprietan, las negociaciones del sindicato avanzan, las dudas crecen y el Mundial se acerca, los que abogan por unas aguas tranquilas han ganado enteros. Primero volvió Jenni, ahora Irene, damos por hecho que volverá Alexia, y todo apunta a que alguna de las 15 del mail tendrá que mandar otro mostrándose convocable para, si el bueno de Jorge lo ve oportuno, estar en Australia este verano. Y eso nos puede parecer mejor o peor a los que miramos desde la barrera, pero, al igual que con el resto de compañeras que han estado en las convocatorias anteriores, son decisiones personales en la que influyen un cúmulo de factores que a ninguno de nosotros nos afecta, y por tanto de los que no podemos tener una opinión formada.
Cuando estalló la revuelta, o cuando se nos dio a conocer, pasada la Euro, la RFEF señaló a Irene Paredes. Le puso el título de cabecilla. Amenazó, a través de su lacayo Alcalá, con sacar un vídeo suyo llorando sola, después de (según ellos) haber perdido la confianza del grupo. La capitana tuvo que salir a rueda de prensa, con los ojos arrasados y la voz cortada, a explicar que no era cabecilla de nada y había transmitido un mensaje acordado por todas. Irene Paredes puso el cuerpo y se llevó las balas, y después, en las reuniones individuales con el seleccionador en las que se formaron los diferentes grupúsculos, se quedó sola curándose las heridas, unas heridas que no provocaron tanto sus compañeras como la propia Federación y su departamento de comunicación, que tenían que encontrar una culpable a la que cargarse para no cargarse a las que después supimos que eran 15, o 16, o 17. Y evitar así también la destitución del entrenador. Era ella o él, y decidieron que sería ella.
De ahí saltamos al mail de las 15, que ella no firma, porque Irene Paredes siempre ha defendido que las cosas se pueden cambiar desde dentro, más aún cuando se han perdido fuera, pero también porque ese mail se envía a las convocadas, y ella no lo era. Las 15 eran 15 porque eran 15 respuestas, lo que no quiere decir que en toda España solo hubiera 15 jugadoras que entendían que la selección femenina necesitaba cambios, como quedó claro con la convocatoria posterior de la que —y Jorge Vilda lo sabe— tuvo que borrar nombres de su agenda de teléfono. La pregunta de Andrea Peláez en rueda de prensa, que queda sin respuesta como siempre, es la llave de muchas de las puertas de este conflicto: ¿por qué, si era convocable, no iba convocada antes? No iba porque Jorge Vilda, su séquito y su federación, tenían en ella a una culpable que se les cayó con el tiempo. No era cabecilla de nada. Ni se autoexcluyó, ni estaba detrás de ningún movimiento maquiavélico contra el seleccionador que se vende como víctima. Eso quedó demostrado con el mail de marras, pero ellos ya lo sabían antes.
Lo que se está vendiendo una vez más desde Las Rozas es que Jorge Vilda venció, pero ni siquiera había una guerra. Los artículos sobre la vuelta de Paredes llevaban ya días en la nevera esperando el anuncio oficial, alimentados a miguitas por un síndrome de pleitesía federativa en la que todo lo que se cuece a fuego lento en los despachos del ente, parece rico, pero no deja de ser el plató de un concurso de cocina en el que todo tiene buena pinta, pero ningún espectador lo prueba para dar fé de ello. Si tengo que creerme que la bajada de pantalones ha sido de Irene Paredes porque lo he leído en un artículo dictado por la RFEF, lo siento, pero no. Quien la señaló, insultó, humilló, excluyó, y ahora la llama, es Jorge Vilda. Y lo hace con su bienquedismo habitual, haciendo parecer que la perdona por algo que no hizo. ¿Por qué Irene Paredes no iba con la selección? Porque no la llamaban. ¿Por qué no la convocó antes antes? Por ego.
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Teniendo en cuenta que aquí no hay nadie imprescindible, lo que manda en el fútbol son los resultados y desde el asunto delas 15 han sido buenos, aunque fueran amistosos, sino hubiera sido así dudo que Jorge Vilda siguiese. El mundial decidirá sin duda su continuidad.
Es verdad que han sido buenos resultados desde que no están las 15, pero no hay que olvidar que todos eran amistosos y que la clasificación a este próximo mundial se consiguió con las 15 en la selección , pero no creo que la continuidad de Jorge Vilda dependa de los resultados en este mundial. Lleva 7 años en el cargo y no ha ganado nada. Esta claro que su continuidad no depende de los resultados
Hola desde dentro, Irene no cambiara nada, la federacion y sus palmeros continuan cobrando un gran sueldo sin saber nada, mejor dicho ignorando el problema creado por la competència del sr. Vilda y Rubiales
Andrea: un artículo muy inteligente. En respuesta a uno de los comentarios, los resultados de Vilda no pueden considerarse «buenos», ya que la victoria contra EEUU fue contra una selección muy descafeinada en plena transición a la que también han ganado otras, más aún tras perder contra el único equipo más o menos serio contra el que se ha enfrentado hace nada, Australia. Contra Japón Misa le salvó de una derrota clara, en otros Alba está en estado de gracia y pelea y acierta, pero ni hay personalidad ni juego en equipo ni, sin necesidad de convocar a alguien del Barça, convoca a quienes mejor lo están haciendo en la liga o en el extranjero (para muestra, lo de María Pérez). Lo único que ha hecho es desmontar la sub veintialgo y poner a su servicio a alguna que lo estaba petando en inferiores. Alexia tampoco le va a salvar nada, ella necesita tiempo y apoyo. Vilda no mejora, no oye, no entrena, se quita de encima a las buenas (Toñi, ¿sabes quién es?), es su propio jefe, sigue allí sin resultados tras 7 años habiendo heredado jugadores ganadoras de todo en categorías inferiores, con +/- 600mil al año, ¿es que alguien conoce algo igual?
Humo tras humo.
Amagos en un sentido y en otro.
Much a do about nothing!!!
El problema de las 15 es que se creen que un europeo o un mundial de gana asi como asi.que se lo digan a la seleccion masculina.aunque si en el ultimo europeo a falta de 8 minutos estas que ahora protestan hubieran defendido bien ese gol que nos metio Inglaterra.O tambien tiene la culpa de ede gol Vilda.habriamos pasado a semis y quie sabe si ganado el europeo.lo que ocurre es que muchas de esas ya estan en la treintena y saben que a lo mejor no van a llegar .las vosas se estan haciendo bien hay que dar los pasos necesarios y me consta que se estan dando para que los titulos lleguen asi que dejemos trabajar a Jorge Vilda y su gran equipo tecnico de grandes profesionales.
Si hubieras visto el partido sabrías que lo perdio Vilda ,él solito, y con sus demeritos habituales, malos cambios, malas orientaciones. Nunca vi un inepto futbolístico tan grande. Uno puese saber pero no tener, pero este tiene pero no sabe.
Totalmente de acuerdo, palabra por palabra, contigo Andrea, en este artículo. Es lo que es y lo que hay. Digo más, creo que llamarla ahora ha sido porque Alexia ya ha empezado a entrenar y es la forma de allanar el camino, la vaselina para que no duela y suavice la situación cuando la llamen a ella. Y habrá alguna más de las 15. Se verá de aquí al mundial. Vilda buscará la forma de quedar bien e intentar agarrarse a su puesto.
A ver, intentemos hacer una cronología de los hechos. Una cronología en la que se toma fundamentalmente a las informadoras del entorno de la selección española, auténticas grupis del conjunto, pero una cronología al fin y al cabo.
1) 15 jugadoras mandan un email para decir que no quieren ser convocadas. Cuentan las informadoras que Paredes no lo manda pero está con ellas. No lo manda porque está muy mal, porque ha salido muy tocada del conflicto, porque está harta de dar la cara. Pero está con ellas.
2) Desde distintas atalayas periodísticas se habla de traición por parte de las jugadoras que sí quieren ir con la selección. Es un poco como cuando en el franquismo se hablaba del gobierno legítimo como «los sublevados». Digamos que lo normal es ir con la selección si te llama y por lo tanto la ruptura de la normalidad, si quieren llámenlo traición, será negarse. En fin, la malas son las que van. Las traidoras, las que hablaron a solas con Vilda y decidieron que querían seguir en la selección.
3) Vilda llama a Paredes y ella acepta ir. Como no ha firmado no hay más drama que ese. No al menos para la federación o para Vilda que son ajenos a las cuitas internas de las jugadoras. Para ellos si no te has borrado, y Paredes no lo has hecho, eres convocable.
4) Toca el momento en el que esas informadoras grupis tienen que analizar lo que ha ocurrido con Paredes y uno, después de lo que se ha dicho de las jugadoras que han permanecido convocables con España, podría pensar que ella va a tener ese tratamiento también. Porque, además, es probable que Paredes haya hablado con Vilda o con alguien de la federación. Una traidora. Más todavía si se tiene en cuenta que el resto más o menos desde el principio decidieron no firmar la carta contra Vilda, del mismo modo que decidieron no enviar un email diciendo que se borraban de la convocatoria. Es verdad que Paredes tampoco lo hizo, pero ¿no hemos oído todos lo de que son 15+2? ¿No era Paredes el 50% de esas dos? Entonces, cuando Paredes vuelve ¿no hay una traición al grupo?
No, Misa o Athenea sí pueden ser traidoras, pero Paredes no ¿cómo va a ser una traición lo de Paredes?
Todo esto, claro, partiendo de que la información que nos han dado las informadoras es correcta. Que eran quince firmantes y dos en la sombra, que estaban con ellas. Ese ha sido el discurso también de la opinadora (https://twitter.com/TeamBarcaPod/status/1591132345456730112?s=20)
Pero ahora, claro, se les ha movido la tierra debajo de los pies. La posición en la que estaban tan cómodas de buenos y malos se transforma un poco ¿si Irene está con los malos, no será mala ella también? No claro, a Irene no la vamos a dejar caer, es una de las nuestras. Así que vamos a decir que todo es culpa de Vilda y que si no hay ido en este tiempo es porque él no ha querido. Por cierto, esto es así, por supuesto, y así tiene que ser, es el seleccionador el que elige a sus jugadoras, no las jugadoras las que hacen la lista, ni Andrea Menéndez Faya la que hace la lista. Es el seleccionador y por eso cuando vaya o no vaya Irene Paredes debe ser, en principio, una decisión suya. Salvo, claro, que ella se niegue a ir, que forme pare de ese colectivo del que nos dijeron que pertenecía pero resulta que no. En su caso no hay traición, por supuesto.
El mensaje de buenísimo de Paredes lo pueden alimentar opinadores, periodistas y demás pero el aficionado real, el que lleva tiempo riendo y llorando con el devenir de la selección también califica de traición que ahora Paredes acepte ir con la selección. Y también lo hará con Alexia, porque por mucho balón de oro y mucho premio que te den no solo hay que ser la mejor en el campo con los pies también hay que serlo a la hora de tender la mano y ella no sería nadie sin sus compañeras, que probablemente ahora se queden sin ir al mundial porque entendieron que las cosas cambian desde dentro y nunca desde el que está bien agusto apoltronado en su sillón.
Llevo 10 años siguiendo el FutFem en España.
Si alguien cree que, ni remotamente, ha cambiado nada de lo que las 15+2 exigieron que cambiase, se autoengaña.
Si ningun@ cree que esta selección puede aspirar, no ya a una final, si no a unas semis que vaya pasando el tlf de su dealer, porque lo que le pasa es material de primera.
No, no vamos a campeonar. 2 europeos y el último mundial así lo demuestran.