Michael Ruzic, la promesa de la Penya que priorizó su formación al «business»

Desde que el Joventut es el Joventut, la historia se ha repetido una y mil veces. El entrenador de la Penya mira al banquillo local y le da la orden de pedir el cambio a un joven con cara de adolescente. El público de Badalona ama como pocos ese irrepetible momento en el que verá debutar a un joven. Los aficionados, todos y cada uno de ellos con alma de entrenador, se levantan de sus localidades para aplaudir y bautizar una carrera que apenas empieza. El último estreno fue el de Michael Ruzic, un ala-pívot croata de 17 años que esconde una historia que merece ser explicada.

Hijo de Tomislav Ruzic, un exjugador internacional que disputó la Euroliga durante varias temporadas con el Zadar, la Cibona y el Asvel Villeurbanne, Michael se crio mamando baloncesto en casa. «Mi padre me contó muchas historias, pero realmente no las recuerdo porque era muy joven. Siempre comparte su experiencia conmigo y me da consejos antes de los partidos», explica. Michael nació en Besanzón (Francia), mientras su padre jugaba en el Besancon Basket. También vivió en Antalya (Turquía), cuando su progenitor defendió la camiseta del Bld Antalya.

Michael llegó a Badalona el pasado verano procedente del KK Zadar. El Joventut le convenció con una apuesta decidida y un buen plan estratégico para impulsar su formación. El interior rechazó ofertas de importantes universidades de Estados Unidos e incluso del Valencia Basket y el Gran Canaria. Un exjugador del CB Prat, el también croata Tomislav Buljan, le habló muy bien de cómo la Penya trata a los jóvenes. Su experiencia le convenció. «Priorizó su formación al business», dicen en el club, una entidad reconocida internacionalmente por la apuesta por jugadores jóvenes.

A diferencia de otros prospects destacados como Aday Mara, Izan Almansa y Conrad Martínez, todos ellos del 2005, Ruzic, que es un año menor (2006), ha huido de los cantos de sirena de Estados Unidos y ha apostado por Europa para seguir evolucionando. Las previsiones de los principales analistas norteamericanos lo sitúan en primera ronda del draft de la NBA del 2025.

Albert Cañellas, un especialista en modelar jóvenes, es el entrenador que está puliendo su talento en el CB Prat (LEB Plata). Pese a su juventud, Ruzic tiene la cabeza muy bien amueblada. «Es muy maduro», dicen sus compañeros. «Es muy inteligente y está muy bien entrenado», certifican sus técnicos, que valoran sus ganas de aprender y mejorar. Como explicaban los informes previos a su fichaje, sus hábitos de trabajo son excelentes. El croata vive con un tutor legal en un piso con otros jugadores becados de la Penya. Además, saca tiempo para estudiar el bachillerato a distancia de su país.

La media de Ruzic en el CB Prat es de 10 puntos y 3,4 rebotes. Carles Duran le dio el pasado martes la oportunidad de debutar con el Joventut en la Eurocup. El croata estuvo durante 5:11 minutos sobre el parqué contra el Veolia Towers de Hamburgo (Alemania), tiempo en el que sumó 4 puntos y 2 rebotes. El público del Palau Olímpic celebró con entusiasmo las faltas personales que logró forzar.

El Joventut está siguiendo con él una estrategia inusual, la de estar en dinámica del CB Prat durante más o menos el 80% de su tiempo. Ruzic no se suele entrenar con los equipos de formación del club verdinegro y sólo está previsto que dispute algunos partidos importantes con el conjunto júnior, como el Adidas Next Generation Tournament o el Campeonato de España, o con el vinculado de la Liga EBA. Su aterrizaje express en el primer equipo se vio provocado por las bajas de Ante Tomic, Chinanu Onuaku y Vladimir Brodziansky.

Uno de los peores momentos de Ruzic llegó durante el verano del 2022, cuando pese a su promedio de 7 puntos y 5,4 rebotes Croacia acabó el Eurobasket U16 en 14ª posición, descendiendo a la División B de selecciones. «Aprendí mucho. No importa lo mal que se pongan las cosas, no importa cuántas cosas malas sucedan, siempre debes superar eso y seguir avanzando. Puede que te derriben, pero sigue moviéndote porque nunca se trata de cómo caes, sino de cómo volver a levantarme», asegura.

Una pérdida severa de peso y una lesión oscurecieron el inicio de su última temporada en el segundo equipo del Zadar, pero el trabajo acabó dando sus frutos. «Me mantuve concentrado. Trabajé duro y pude mostrar mi talento y potencial en la segunda división», recuerda. Su actuación con el equipo júnior fue muy destacada y acabó el Adidas Next Generation Tournament con una media de 19,3 puntos y 5,7 rebotes.